Habían pasado un par de años desde la batalla contra La Muerte Roja y en Berk todo iba estupendamente bien. Nunca mas hubo algún problema con los dragones ni con los vikingos. Todos vivían en paz.

Una mañana de verano, Hipo se levanto tranquilo como siempre, esperando los afectos de su buen amigo, Furia Nocturna, al que él llamaba Chimuelo. Éste lo despertó como todas las mañanas para ir a desayunar...

-*Bostezo* Otro día soleado, genial.. ¡Vamos, Chimuelo! A desayunar... - Dijo Hipo quien recién se levantaba de la cama.

Al rato, tocaron la puerta. Era Patán Mocoso

- ¿Hola? - Dijo Hipo abriendo la puerta.

- ¡Hola amigo! Ven tenemos que salir ahora mismo, estamos todos desayunando afuera, vamos - Dijo entusiasmado pasando su brazo por los hombros de Hipo.

- Esta bien, vamos. - Contestó sonriente - Chimuelo, nos tenemos que ir, amigo. ¡Vamos! - Con una sonrisa lo invitó.

Toda la aldea estaba reunida, desayunando.. Recibiendo los buenos días de verano, no muy calurosos, por cierto. Pero templados y soleados. Entonces, desde su casa Hipo miraba y buscaba a su rubia, como él le decía. Ambos no podían estar separados mucho tiempo, se volvían locos, mas de lo que estaban y entonces sintió una palmada fuerte en su espalda.

- La estás buscando ¿cierto? Ella no tardaba en venir, bueno.. Eso fue lo que me dijo después de tirarme con su hacha a penas entré a su casa... - Le dijo Patán.

- Típico.. Igual, no eres el único que recibe hachazos de parte de ella... Astrid y su carácter.. ¡Dios! - Decía mientras soltaba una leve carcajada.

- Si la verdad..

- ¡Hipo! ¿Como estás, amigo? - Era Brutilda, quien le estaba dando un abrazo.

- Aguanta, aguanta que lo vas a matar del susto, tan fea que eres - Insultó Brutacio a su gemela

- Muestras los dientes como si fueran perlas y no son mas que tablas, tarado. - Le respondió a su hermano.

- Jajaja Buenos días a los dos - Le dijo Hipo sonriente.

- Hola, Hipo. Buenos días. ¿Como estás? - Amablemente, Patapez saludó a su compañero.

- Hola, amigo. Acá ando, bien. ¿Como estás?

- Bien, disfrutando como todos.

- Eee.. Brutilda.. - Dijo Hipo

- ¿Que pasa? - Preguntó mientras maltrataba a Brutacio

- ¿Has visto a Astrid? - Le pregunto mientras pasaba su mano por la nuca.

- En su casa, seguramente o no se. Sabes como es ella.

- Esta bien. Emm... Yo voy a buscarla, ya vengo - Le avisó a sus amigos, iría a buscar a su novia.

- ¡No te dejes llevar por la comodidad de su cama! - Gritó Brutacio en forma de broma

- Jjaja Tonto, - Contestó Hipo muy sonrojado ante esa broma.

El joven caminó hasta la casa de Astrid, tocó la puerta y esperó a que saliera la rubia mas hermosa de toda las Isla Mema. En ese tiempo pensó, que estaba muy agradecido de tenerla con él. Nunca lo hubiera imaginado posible.. Ya que Astrid.. Era ¡Astrid! Pero aún así, ella lo quería demasiado, y el a ella también. Sonrió al recordar sus bellos ojos y su sonrisa. Su primer beso y su primer paseo juntos. El no la quería, la amaba. Entonces, abrió la puerta.

- ¡Astrid hola! Hola Astrid, hola Astrid, hola Astrid. - Hipo no paraba de sonreír.

- Hipo pasa, por favor. - Le pidió seria.

- Esta bien, pero ¿Que pasa? - Preguntó un poco asustado.

*Astrid cierra la puerta*

- No pasa nada.. Es solo que.. - Cabizbaja le decía - ¡Te extrañé, maldito! *Le pega en el brazo* - Eso es por no venirme a ver en una maldita semana - Gritaba con enojo.

- Ay perdón, estaba de expedición con mi padre, ya sabes.

- *Lo agarra del mentón y lo besa tan brutalmente que lo sienta en su cama* - Y esto, por todo lo demás. - Aún seguía con su carácter de loca, a Hipo le encantaba, porque sabía que si se enojaba, lo quería aún mas. - ¿Vienes a buscarme para salir a comer?

- Si, claro rubia. - Él la besó con ternura - Y yo te extrañé muchisimo mas. No paré de pensar en ti ni un día, te necesitaba allí conmigo Astrid, y ¿sabes lo que he preparado para hoy en la tarde?

- ¿Que vamos a hacer, Hipo? - Preguntó tiernamente mientras lo abrasaba.

- Vamos a ir toda la tarde a la playa, tu y yo, solos y juntos. Después del medio día. ¿Quieres?

- Mmmm *se tira ensima de él en la cama y lo besa con pasión* Claro que quiero ir, no me lo perdería por nada, te quiero demasiado, Hipo.

- Yo tambien. *la abrasó con fuerza* ¿Sabes que me dijo Brutacio antes de venir aquí?

- ¿Que te dijo ese tarado? Seguro alguna estupidez

- Me dijo que no me dejara llevar por la comodidad de la cama, y miranos. Jjaja.. *la besa* vamos, no nos van a dejar nada para comer. - Hipo le regaló una sonrisa.

- Bueno, si vamos.

Así se llevaban.. Siempre, tan bien, tan mal, con tanto amor. Siempre de la mano. Van juntos caminando, besandose, sonrientes.

- Uy soldaditos del amor - Decía Brutacio

- Vengan a sentarse a comer, - Invitó Patapez

- Si claro.. - Afirmó Astrid.

Hipo se sentó al lado de su novia, siempre regalandole sonrisas sinceras.

- Astrid.. - Hipo le susurró al oído

- ¿Que?

- Traje algo para ti, de la isla a donde fuimos. Es una piedra preciosa, y la guardé porque es justo del color de tus ojos y siempre que la veía me hacía recordar cuantos buenos momentos pasamos juntos. -

Le mostró su piedra, atada a un cordón, la había hecho collar, era una piedra cristal de color cielo como los ojos de Astrid.

- Es hermosa. Me encanta - La rubia abrasó a su novio- Gracias mi amor, me encanta.

- De nada, yo te daría cualquier cosa que a vos te guste, lo mejor. -El la besa, y luego todos los felicitan.

Cuando todos se retiraron, el la acompañó hasta la casa y se despidió de ella, se fue con Chimuelo a arreglar unos asuntos con su padre. Luego, a la tarde volvió a sentir el Toc-Toc en la puerta, pero no era Patán, era alguien mejor.

- Hola ¿A quien buscaba? - Preguntó bromeando a su novia.

- Hola, estaba buscando a mi novio.

- A no está, pero yo podría acompañarla. ¿Que iba a hacer con su novio, rubia?

- Saldríamos a la playa, usted sabe...

- Tenemos una larga tarde, Astrid. Recuperaremos una semana en este día.

- Mas te vale. - Le dijo riendo.

Llegaron a la playa y se sentaron bajo una cueva de rocas, a la sombra. Estuvieron allí horas, pasandola bien, a pesar de ser novios, se trataban como mejores amigos. Porque lo eran y aún así se querían mas y mas.

- ¿Trajiste algo de comer? -Preguntó Astrid

- Un postre cremoso bien frío, tenemos el mejor ganado lechero y sabe hacer bien las cosas. Jjaja ya sabes...

- Que bien ¿Me das un poco? - Le dijo con tono sensual y lento.. Quería hacer algo mas con el, quería molestarlo. Sabía que él era de ser muy tímido y no saber que hacer cuando estaba así, lo quería molestar.

- E-ee S-si, claro, como no.. - Tomo un poco de postre con la cuchara y le dio en la boca - ¿Que tal está?

- Está estupendo, ahora me toca a mi.

Le echó una mirada súper seductora, e Hipo estaba rojo, no sabía que iba pasar. La rubia tomo el postre con la cuchara y le trataba de dar.. Asomaba y quitaba la cuchara para hacerlo desear.. Se lo llevaba a la boca.. Lo besaba y le daba el postre. Aunque Hipo era tímido, no impedía que el también jugara con ella, su confianza era el mejor atributo del chico, porque así, Astrid no jugaba sola.

- Si, esta bueno, pero mejor si me lo das vos. - Sonrió creído.

- Yo se, se que soy lo mejor, la mejor y que mas te gusta, Jjaja es broma. - Lo besó y le mordió el labio.

- Mmm Hey, que rico ¿Desde cuando?

- Desde que me das ganas. - Respondió la joven rubia.

- Nunca pensé que le daría ganas a nadie. Estamos hechos para estar juntos.

- Seguramente. Pero vos te vas por semanas y me dejas sola. - Decía en tono bromista y triste.

- No, Astrid. Yo siempre estoy con vos.. Podría estar navegando por el séptimo mar y aún así, te escucharía si me gritaras y volvería nadando si fuera así.

La rubia lo beso con mas intención que antes, esta vez se tiraron al piso y era serio. Querían estar juntos por siempre y demostrarlo.

- Astrid, te..

- Shh.. No me digas nada.. Luego habrá tiempo para charlas.

Ella lo volvió a besar, le besaba el cuello, los labios, el pecho.. Ella lo amaba, era lo mejor que le había pasado.

Hipo no se quedaba atrás, el la abrasaba y la besaba con mas pasión que nunca. Tuvieron su tarde intima. No muy intima, hasta el punto de hacerlo, puesto que no era un lugar adecuado pero si hicieron bastantes cosas.

Al final de todo, miraron el atardecer juntos, abrasados y besandose.

- Hipo la pasé mejor de lo que esperaba.

- Pienso lo mismo, Astrid - Se puso serio y firme a confesarle su amor- Astrid yo ..

-Hey, hey, hey soldaditos del amor! Vengan, que hay nuevas para contarles.

Bueno, ese sería el primer capitulo.. Seguramente en dos días subo el siguiente.

Un beso. (: