Empezar una nueva historia sin haber acabado las otras... muy mal para mi DX Pero esta me ha andado rondando por la cabeza desde hace un rato, así que decidí subirla. (No he abandonado las otras... creo XD). En fin, lo de cursivas sería como el tiempo actual, y los pensamientos del Lukas adulto. La aprte normal es lo que ocurrió en el pasado.

Sí es DenNor, aunque varias veces no lo vaya a parecer XD (También Sufin :v)


No pudo ser tan fácil.

¿Papá? —el pequeño Emil, alzó la voz desde el asiento de atrás. Lukas ausente emitió un sonido dándole entender al pequeño que lo escuchaba— ¿Cómo conociste a papá?

Uh... —¿Cómo había conocido a Mathias? Esa podría llegar a ser una larga historia, pero...— Cuando éramos pequeños, resultó ser mi vecino.

Y ese fue el fin de su respuesta, concreta y simple. Aunque la verdadera historia era mucho más compleja.

Cuando Lukas era pequeño, su madre solía leerle varias historias sobre criaturas fantásticas hasta tal punto que según todos los adultos él había desarrollado "amigos imaginarios" aunque hasta la fecha él estaba convencido de que eran reales. En ese entonces, y por esa razón, el joven noruego se aisló. No creía necesitar a nadie más que a las criaturas que existían en su jardín trastero, así que ahí pasaba todas sus tardes. Además, tenía la fortuna de que justo su jardín, daba al bosque (después de pasar una cerca diminuta conformada por arbustos) y todo el mundo sabe que en los bosque es donde hay más criaturas mágicas. Además su casa tenía un par de puertas deslizantes que daban al jardín desde el comedor, donde su madre solía ponerse a trabajar mientras observaba a su hijo. Solamente cuando se iba a la cocina, dejaba al pequeño solo. Fue en una de esas veces cuando conoció a Mathias.

Todo era paz en la vida de Lukas, solía hablar mucho con sus amigos mágicos y disfrutar de la calma de los días. Hasta que un día, unos extraños gritos interrumpieron su pacífica tarde. Eran risas, o más bien específicamente una ruidosa risa y una pequeña risita casi invisible.

Lukas en un instinto corrió a esconderse detrás de un árbol.

—Iaaaa ¡Aquí viene el gran vikingo! Ríndanse ante mí. —Un niño con cabello rubio desordenado y muchos curitas en varias partes del cuerpo, salió de los arbustos. Al fijarse mejor el noruego noto que le faltaban dos dientes, uno que posiblemente se hubiese caído naturalmente y otro en algún accidente, pero que de todas maneras sería remplazado rápidamente.

—¡Math! —Aún para ser un niño, la voz de ese, detrás del tal "Math" sonó bastante grave y algo confusa de entender. Y esa voz obtuvo un rostro cuando otro niño más bajito que el anterior, se coló con dificultad entre los estrechos arbustos. Este tenía cabello lacio rubio, ligeramente desordenado por la travesía entre los arbustos.— No podemos estar aquí.

—¿Eh? ¿¡Y porque no!? —La voz sonaba cargada de decepción. Y antes de que el otro pudiera contestar el de pelo alborotado volvió a hablar— ¡Ber, mira! ¡Creo que encontré un hada!

El noruego al verse descubierto por unos intensos ojos azules, quiso huir, pero el miedo no lo dejo moverse. Se asusto todavía más cuando el otro niño le sonrió intensamente e hizo un movimiento insinuando que iba a acercarse. Mientras eso ocurría el otro se había acercado y miraba por detrás del hombro de su hermano.

Mathias le había dicho mucho tiempo después cuando Lukas le preguntó porque lo había llamado hada, que se enteró que el danés había dicho eso, porque Lukas le había parecido muy lindo, pequeño y mágico, debido a su cabello rubio platinado que con la luz parecía brillar. Y también porque había estado jugando.

—No soy un hada. —Esperaba de esa manera alejar a los intrusos de su patio.

—¡Eh! ¡Hola! ¿Cómo te llamas? —Lo cual tuvo el efecto contrario, generando más interés en ambos niños. El noruego no contesto. —Yo soy Mathias y él es mi hermano Berwarld.

—Lukas —contestó en un susurro.

—Oh ese es un lindo nombre... ¿No lo crees Ber? —El aludido asintió, mientras volteaba nervioso a todos lados, deteniendo más la mirada en su loco hermano que no se había dado cuenta de que estaban invadiendo la casa de alguien.— Aunque Lulu suena mejor.

—No me digas así. —Dijo rápidamente Lukas.

—¿Por qué no Lulu? —Protestó el rubio, al ver cortada su gran idea.

—Por qué no es mi nombre. —El noruego se incorporó dispuesto a decirle a aquel extraño que se fuera porque era muy molesto.

—¿Lukas, cariño...?— Justo en ese instante, la madre de Lukas había salido a checar a su hijo, debido al ruido que había escuchado, y se había quedado sorprendía al verlo con otros dos niños que nunca antes había visto.

—Disculpe señora. Yo soy Mathias y él es mi hermano Berwarld estábamos jugando y creo que terminamos invadiendo su patio. —El menor de lo hermanos estaba completamente rojo y apenado, mientras que el que hablaba sonreír abiertamente despreocupado. —E íbamos a irnos, pero vimos a Lukas, así que nos acercamos a ver si quería jugar con nosotros ¿Verdad que si lo deja jugar, señora?

—Bueno... —La madre de Lukas miraba impactada a la pequeña criatura que le hablaba. No solo por mostrarse tan seguro de sí mismo, sino por el hecho de que el niño en cuestión hubiera logrado hablar con su hijo.

—¡Por favor señora! Mi hermano y yo de verdad queremos jugar con Lulu. —La súplica en su voz era evidente.

Y así fue como el pobre Lukas terminó siendo obligado a jugar con dos extraños para él, la única razón por la que verdaderamente había accedido fue porque su madre se veía muy feliz de que hubiese hecho amigos "reales".

Mientras daba vuelta en una esquina, Lukas recordaba perfectamente los hechos, como después de esa vez, todos los días los hermanos se colaban a través de los arbustos para jugar con él.

Una vez de hecho, había pasado una hora solo esperando en su jardín y ni Mathias ni Berwarld se habían aparecido. Al principio no le importo, y se quedo disfrutando del silencio. Paso otra hora, tal vez dos más hasta que finalmente somnoliento volvió a entrar a casa. Pasaron dos, tres días y nada. Fue ahí cuando el pequeño noruego comenzó a preocuparse ¿Qué tal si ya nunca volvían? Se había acostumbrado a la ruidosa voz del mayor y las tenues sonrisas del menor; a la hiperactividad de uno, y la tranquilidad del otro. Así que armándose de valor, cruzo los arbustos, adentrándose en el bosque… por suerte, solo tuvo que girar a la izquierda y meterse en la siguiente fila de arbustos para llegar a la casa contigua.

—Me aburrooooooooooo —Fue lo primero que escuchó del otro lado. Mathias se quejaba mientras estaba acostado en el pasto mirando hacia el cielo, su brazo derecho firmemente enyesado.

—Tú culpa —Contestaba el otro mientras jugaba con una hoja.

—No quiero… ¿Ber que se supone que harás cuando no este? —El niño había rodado para voltear a ver a su hermano.

—Esperarte. —El noruego que espiaba no entendía muy bien de que iba la conversación ¿Cómo que Mathias no estaría?

—¡Aggg! A veces odio ser una año mayor que tú y Lukas. —Así que verdaderamente podía llamarlo por su nombre, pensaba Lukas. También en ese instante decidió que estaba espiando demasiado y comenzó a regresarse. —¿¡Quién está ahí!?

—Yo… —Respondió el espía.

—¡Lulu! Qué bueno verte, creí que no te iba a volver a ver nunca —Gritó un exagerado niño danés. Y corrió a abrazar al más pequeño con su brazo sano.

—¿Y por qué no habrías de hacerlo si vivimos al lado? —Dijo mostrando su cara de molestia debido al contacto físico. Aunque ya no se retorcía hasta zafarse como los primeros días.

—En unos días deberé de ir a la escuela. Y tendré tarea y esas cosas. Así que no podré jugar más. —Su voz era de pena, aunque Lukas estaba seguro de que solo estaba exagerando…

Lo más triste es que fue cierto, unos días después, Berwarld regresó por las tardes a su jardín, pero solo. Así fue durante mucho tiempo. E incluso Lukas recordaba que a veces él iba al patio de los hermanos sólo para ver a Berwalrd sentado frente a su hermano, que hacía trazos sobre algún cuaderno. Incluso hubo veces en donde se unió a ese extraño silencio, deslizando la puerta de cristal y sentándose al lado de Berwarld a hacer nada, mientras ambos observaban trabajar a Mathias, a veces hablaban, peor la mayoría de veces solo se quedaban ahí. Desenado que el año pasara pronto, para poder asistir a la escuela los tres juntos, de nuevo.


Bueno ese es el inició de todo, como se conocieron y así. Básicamente este fic solo se va a tratar de todo lo que pasaron juntos y así, basandose en preguntas del pequeño Emil (Sonland :v). Y pues como dice el titulo las cosas no fueron tan faciles como las respuestas de Lukas.

En fin si les gusto haganmelo saber, para ver si le sigo o no XD (Ya saben, reviews, favs y follows ayudan ;) (pero sobre todo los reviews))

Gracias por leer n.n