EPISODIO 01 - PREPARACIONES
- Y bien, como te iba diciendo, el tipo se puso a jugar GTA 5 en medio de la clase, el profesor lo vio y le preguntó "¿Que carajo estas haciendo?" a lo que le responde el otro que "Estoy estudiando acerca de los indices de criminalidad de San Francisco" ¿Y sabes lo peor de todo? ¡El profesor le puso la mayor nota! ¡Que injusticia!
- Si, entiendo que es algo molesto pero... - hablaba el sujeto a través de la pantalla de televisión - ¿Me podría decir de una vez como arreglar el problema de la pantalla azul de mi computadora?
Oscar se encontraba en su oficina atendiendo la llamada de un cliente. Era ya una costumbre para el empleado de casco azul y blanco que respondiera las llamadas con tan poco interés, que solía contar momentos de su vida. Esto reflejaba su pobre rendimiento y bajo sueldo aparte del mal trato de su jefe (Aunque esto último era cuestionable, ya que el jefe era alguien de carácter psicópata y espartano)
- ¡No me interrumpas! - respondió Oscar - ¿Por donde iba? ¡Ah sí! ¡El muy imbécil del profesor se puso a jugar GTA con el tipo y nosotros sufriendo en el examen de álgebra!
El ruido de unos pasos llamó la atención de Oscar.
- Bueno – se apresuró a cambiar de tema – Para quitar la pantalla azul, simplemente usa una brocha y un balde de pintura negra ¡Y listo! Muchas gracias por usar el servicio de Ayuda Mundial, que tenga un buen día, nos vemos, ¡Chao!
Antes que su cliente pudiera siquiera responder, Oscar cortó la videollamada. Al rato entró en su oficina alguien muy particular, la pesadilla de Oscar desde la secundaria. Oscar deseaba cualquier cosa, por muy dolorosa que fuese, en lugar de estar con la terrible y horripilante... Rebeca.
- ¡Buenos días Ronaldo!
- ¡Grrr! ¡Mi nombre es Oscar, vil criatura sin corazón! - respondió enojado
- Oh vamos – la chica de casco negro y cian se cruzó de brazos – Este es un lindo día y no deberías de estar amargado Octavio.
- Hmm, ¿Sabes como alegrarme el día? Ve y comprate un boleto de lotería, amenaza a los dueños de la agencia para que te den el premio mayor y usá ese dinero para ir a un viaje con todos los gastos pagos de mil días y mil noches a la mismísima mierda!
Los dos callaron por unos segundos hasta que Rebeca rompió el silencio sin inmutarse ni siquiera un poco:
- ¿Ya terminaste Juan Alberto?
- Si – suspiró Oscar, impaciente - Así que si ya vos te sentís contenta con hacerme sentir miserable con tu presencia, seguiré atendiendo las llamadas entrantes mientras me tomo un trago de whisky!
Rebeca se llevó la mano a la cara, en señal de frustración.
- Oscar, en primer lugar, esa no es forma de hablar a tu supervisora. - comentó – En segundo lugar, no hacés más que hablar de temas nada importantes con tus clientes en lugar de hacer tu trabajo. No creas que no he escuchado las llamadas así como las quejas de tu asistente Sebastián, ¿Eh?
- Esto... esto... ¡No es nada! - Oscar fingió seguridad en si mismo – Son solo llamadas, ¿No? No es como que se lo hayas dicho al jefe, ¿Verdad? - se quedó callado por unos segundos antes de cambiar su tono de voz a uno más inseguro - ¿Verdad?
- Augusto, ¿Por que crees que tu sueldo tiene valores negativos?
- ¿En serio? Eso explica por qué el jefe me cobra ahora mil pesos al mes... Espera. - se dirigió a Rebeca enojado - ¡Argh! ¡Eres una hija de...!
- Y en tercer lugar – Rebeca le interrumpió – El jefe ha dicho que posiblemente perdone tu incompetencia si cumples con una tarea que te tiene para vos.
- Bueno, ya con tenerte como supervisora creo que no hay nada peor que pueda pasarme... ¿De que se trata?
- Ah, es un empleado nuevo que llega a la empresa. De acuerdo al jefe se trata de alguien especial, por lo que el jefe quiere ponerlo en un período de prueba antes de contratarlo. Tu serás quien se encargue de prepararlo y ayudarlo.
- Hmm. Es raro que no sea el jefe en persona quien me dé las ordenes. ¿Donde esta él?
- Esta ocupado, parece que el jefe discute con su primo o algo así por videollamada. El pibe habla raro, por cierto.
- Entiendo ¿Y cuando llegará el nuevo? ¿Quién es él?
- El jefe dijo que lo sabrías en cuanto lo vieras. Solo espero que no le pidas que recoja el jabón, Manolo.
- ¡Arghhh! - Oscar dio un puñetazo en la mesa - ¡No me recuerdes eso1 Aún me duelen mis cuatro bolas por la patada de Diego!
Rebeca empezó a reírse a carcajadas.
- Hablando de Héctor – dijo Oscar – Se está tardando mucho en su misión...
- ¿Qué? ¿Sebastián no se encuentra contigo?
- Ah, es que acudió a una llamada hace poco. Como vio que yo no estaba interesado, decidió encargarse de ello, solo.
Mientras tanto... A cientos de kilómetros de ahí... en una base en el fondo de un cañón...
- ¡Ya les dije, montón de pelotudos, que yo no tengo nada que ver con esta pelea!
Sebastian se hallaba rodeado por soldados de armaduras rojizas. Estos lo apuntaban con sus rifles de asalto de forma amenazante.
- Miralo Simmons – habló uno de ellos, un sargento de armadura carmesí hacia uno de armadura granate – Un vulgar miembro del equipo azul mintiendo para salvar su vida. ¡Y ellos decían ser los más valientes de su clase! ¡Ja ja!
- De hecho señor... – respondió uno de armadura naranja - No se parece a alguien del equipo azul que haya visto antes.
- ¿Acaso te aprieta el casco Grif? ¡Es obvio que tratan de confundirnos! Este hombre se echó encima un balde de pintura blanca, pero se le olvidaron estas marcas verde azuladas! ¡Que descuidado!
- La pintura no se pega tan fácilmente en el metal, Sarge – intervino Simmons
- ¡Eso es cierto! - añadió uno de armadura rosa – La pintura de pared corriente no se pegaba a mi armadura, por lo que tuve que usar una pintura para coches Barbies. Inteligente, ¿No?
- ¿Lo dices en serio Donut? - preguntó Grif – Yo creía que esa armadura venía así de fábrica.
- ¡Bien pensado Donut! - exclamó alegre Sarge, el sargento - ¡Podemos infiltrarnos en la base azul usando baldes de pintura para mezclarnos entre ellos y atacarlos por la espalda!
Sebastián levantó la mano.
- ¿Podrían dejar de hablar y decirme de una vez por qué razón llamaron al servicio de Ayuda Mundial?
- ¡Cierra la boca prisionero, si no quieres que te pase lo mismo que a Grif!
- ¿De que habla Sarg- ¡AUCH!
Sarge disparó a Grif en el pie, quien empezó a saltar por el dolor.
- ¡Ay! ¡Ay! ¿¡Por que hizo eso señor?!
- Amenazas Grif. Siempre funcionan – se dirigió a Donut – Como decía, ¿Cuantos baldes de pintura usaste, Donut?
Sebastian bajó la mirada, avergonzado, hablando para sí en voz baja:
- Y yo que creía que nadie podía ser más imbécil que Oscar...
