Hola, muy buenas. Estan leyendo mi primer One-short de mi pareja favorita X3. Ya sea por como son, por lo buena pareja que son o por lo bien que ha sabido jugar con ellos su creadora Mogeko.
Estoy preparando tres fics distintos de esta pareja y dos one-short sin contar a este que lo he hecho hoy mismo sin pensarlo. Todavia no se cuando estarán listos para subirse los fanfics largos pero si se el tema que tienen que ya es algo.
Como hace mucho, años, siglos, décadas, etapas históricas quizas que no subo nada y esto siempre lo digo, decidi subir este one-short. No esperen mucho de mi en un dia pero a mi el resultado me a agradado y espero desde el otro lado de la pantalla que le guste a alguien este fanfic. He visto que no hay muchos de Gray Garden (refriendo a esta pareja) en español, por haberlos los hay y alguno muy bueno pero quería hacer una primera aportación a esta pareja que realmente me derrite el corazón.
Disfrutar y leer.
La Partida de Strip Poker de Etihw y Kcalb
Quizás una noche cualquiera seria más adecuada para querer dormir pero justo en esta noche despejada donde el diablo prefería dormir más que nunca, la diosa tubo que aparecer en su cuarto con la exigencia más extraña, vergonzosa- para el diablo- y más poco acertada, quizás que se le ocurrió.
La diosa que pasaba todo el día fantaseando con Kcalb en un romance ficticio y en una acción que pocos conocían o mejor dicho, no deberían conocer, había entrado en su cuarto a hurtadillas con un ligero camisón hasta las rodillas, ancho por abajo y ceñido por arriba, y sin su tiara de rombos blancos.
Lo movió un poco para desvelarlo y llamar su atención.
-Vamos, Kcalb.- dice ella riendo.- Todavía tenemos que terminar la partida de un juego.
-Eti, ¿sabes la hora que es?- le pregunta dándole la espalda.
-Sí, son las 2 de la mañana.- dice ella.- Nadie despierto en el castillo.
-Motivo por el cual deberías irte a tu cuarto.- le reprocha.
-Pero Kcalb, todavía tenemos un juego pendiente. Lo prometiste.- dice ella con un tono infantil.
-Ya, mañana jugamos al juego.
-Pero es necesario que sea de noche para poder jugar al juego.- dice ella con una sonrisa picara mientras mira al diablo dormido.
-¿Y por qué no juegas a un juego que se juego de día y dejas dormir al prójimo?
-Porque quiero jugar a ese juego. Nunca he jugado y quiero jugar solo contigo.- dice mientras se deja caer en el suelo y se sienta apoyándose en la sosa de piedra en la que el ataúd esta puesto.
La habitación de Kcalb es como la de Etihw casi igual pero tiene algunas cosas distintas entre la una y la otra.
Para empezar, Kcalb duerme en un ataúd negro que sitúa en medio de su habitación. hay una cama de un tamaño bastante superior a una cama doble, como se debe saber sobre las camas de la realiza, son mucho más grandes con una sabana negra con grandes detalles blancos y gris claro. Hay estanterías en su cuarto y una chimenea encendida. Unos sillones negros y una mesa de café. También hay dos puertas enormes en ella, una es un baño privado y otra es un armario vestidor. Las cortinas negras con una pared blanca. Era más bonita y tenia mas contraste que la suya, desde su punto de vista y seguramente el de Kcalb.
-Vamos Kcalb. Por favor.- dice la diosa como si se tratara de una niña pequeña que exige que le den su piruleta.
El diablo solo suspira y se incorpora de su ataúd terminado de abrir la tapa y dejándola a un lado del ataúd.
-¿Que juego es el cual solo se puede jugar de noches?- le pregunta movido por un débil hilo de curiosidad- Si es el escondite paso de jugar.
Sale de su ataúd casi de un salto.
-Es un juego muy divertido.- dice ella poniéndose de pie y levitando hacia su lado.
-¿Cual?
-Póker.- dice ella sonriente.
-El Póker se puede jugar de día.- dice el levantando una ceja.
-Pero es preferible jugar de noche cuando se juega al Strip Poker.- dice ella tapándose la boca para ocultar la sonrisa que se le formo al ver el pronunciado rubor que tenía el diablo sobre su tez blanca.
-¡No voy a jugar a eso Etihw!- dice el diablo girándose y empezando a caminar de nuevo hacia su ataúd.
-¡Oh, vamos!- dice ella agarrándole del brazo para que parara.- Sera divertido.
-¡Divertido para ti!- grita él. ¡Sabes que siempre pierdo y ahora quieres quitarme toda la ropa con un juego estúpido!
-Kcalb, se que lo deseas.- dice ella apretando el brazo del diablo contra su pecho.
-Lo único que quieres ver es a mi desnudo...- dice sonrojado.
-Pero, yo también puedo perder...- dice ella.- No solo tú y además llevas mas ropa que yo.
-Llevamos casi la misma cantidad.- le informa- A menos que no ellas perdido alguna prenda por el camino aquí de tus locas ideas...
-No que va, yo jamás perdería parte de mi ropa. Pero aquí hay que apostar y si pierdes tienes que dar una prenda, si pierdo yo tendré que pagar prenda yo.
-Solo son dos partidas las que necesitarías para humillarme, con una mas rematarías la faena.
-Y tú con ganar una ya me dejas a mu humillada. A tres partidas.
Tentador... piensa el diablo, barajando la idea de ganar por una vez en su vida a la diosa que parecía demasiado segura de sí misma. Solo tenía que ganar una de de tres para humillarla y derrotarla puesto que con una ya quedaría en ropa interior. Si ella gana dos le dejaría en bóxer pero si gana tres le humilla como nunca. Solo una era una apuesta tentadora.
Espera, ¿estaba considerando al idea de quitarle el vestido a Etihw? ¿Dejarla sin nada de ropa? También podía hacerlo pero seria demasiado pedir que eso le ayudara con sus intentos de conseguir una ocasión romántica.
Sabia jugar a Póker, sabia las jugadas existentes, sabia como ganar, sabia las clases de manos... pero ella sabia tanto como él. ¿Arriesgar o negar? Una de las dos opciones era la más acertada, la pregunta: ¿Cual? Necesitaba un plan.
¿Como acabar la partida? Hay solo dos maneras de acabar un reto como ese, una era que uno de los dos jugadores que únicamente juegan a Strip Poker pierda quedándose completamente sin ropa ni prendas que apostar, otra, era que ninguno de los dos quera continuar por causas deseo, y eso lleva a... Mejor no pensarlo y pensar en que él podía ganarle una vez para que se ría.
-A tres partidas.- dice finalmente el diablo causando una enorme sonrisa en la diosa.
-¡Que empiece el juego!- dice soltando al diablo y sentándose en la cama grande que había en el cuarto de diablo.
Se cruzo de piernas, sentada en medio de la cama, y saco una baraja de cartas de Póker y unas fichas rojas y negras. El diablo la imito y se sentó frente a ella con las piernas cruzadas. Juntaron sus rodillas y Kcalb barajeo con sonrojo las cartas en sus manos mostrando cierta habilidad en barajarlas haciendo que Etihw sonriera más mientras le miraba fijamente.
Reparte dos cartas a la diosa y otra a si mismo para empezar. Las fichas aparecen y comienzan a jugar, igualando la apuesta, subiéndola. Cuando aparecen las tres cartas comunes es cuando todo comenzó. Visto que son dos, las rondas van a ser muy cortas puesto que dos es el mínimo de jugadores que llegan a la ''final'' de la ronda.
Cabía de esperar que Etihw consiguiera fortuitamente una mano llamada ''escalera color'' frente a las ''parejas dobles'' de Kcalb en la primera ronda, lo que hizo que Kcalb tuviera que pagar la prenda.
-¡Mía!- dice Etihw mientras tiraba de la camisa de Kcalb.- ¡Primera ronda ganada!
Como no. Si pierdes una prenda el otro debe quitártela, condición extrema.
Se encogió un poco del frio pese a que la chimenea estaba encendida, la habitación estaba algo fría sin camiseta. Agradecería que la partida y la humillación acabasen rápido, antes de que pillara un resfriado que lo mandara derecho a su ataúd, o quizás un milagro para conseguir ganar una sola partida.
La siguiente mano parecía ser más favorable para el diablo, tenía dos sietes y si salina otros dos conseguiría un Póker solo necesitaba que las cinco cartas comunitarias contuvieran dos sietes. Pero paso de nuevo.
Etihw había conseguido la misma mano que Kcalb, solo que con ochos... eso quiere decir que no podía ganarla de nuevo.
La idea de quedarse sin pantalones era algo inmunda y le hacía arrepentirse de no haberse metido en el ataúd de nuevo dejando a Etihw con las ganas de esa partida de Strip Poker, cosa que hubiera convenido pues si no ha ganado estas dos primeras difícilmente conseguirá la siguiente.
Las otras veces que han jugado a Póker, lo han hecho con Wodahs también... seria incomodo tenerle en esta partida, pero él no era bueno jugando a este juego y tenía la escusa de retirarse de la partida haciendo que perdiera él. Aunque había alguna sospecha de que no supiera las posibles manos, hay posibilidades de que simplemente ignorara el juego y simplemente estuviera presente.
Daba igual eso ahora, estaba en desventaja clara y obviamente con Etihw sonriendo y tirando de las perneras de su pantalón del pijama... como odia no llevar un traje ahora, así solo tendría que quitarse la camisa... o la corbata si serbia como prensa a pagar.
Ya solo le quedaba una prensa.
Etihw reía de una manera muy graciosa, hasta caerse encima de la cama mientras sujetaba su estomago de dolor por tanto reír a lo que el diablo solo la miraba con mala cara, que reprochaba lo cruel que había sido al retarle a este juego, puesto que si deicida pasar, pagaba prenda igual.
-Ya vale.- dice Kcalb mientras se coloreaba de rojo completamente.
-Perdón...- dice ella todavía riendo.- Es que no puedo evitarlo... has puesto una cara muy roja...
-Sí, vale, lo que tu digas Eti. Toma tus dos malditas cartas siguientes.- dice dándole las dos cartas de la tercera y última ronda.
Ella se incorpora volviendo a ponerse sentada y coge las cartas las cuales mira de reojo y espera a que Kcalb saque las tres primeras cartas comunes a su lado ya que delante de ellos no había sitio porque sus rodillas estaban juntas para a par.
Las dos cartas de Kcalb eran el As y la Q de corazones. No estaban mal pero no creía en sus posibilidades hasta que la K o también llamada rey de corazones aparecía en las cartas junto al diez de corazones, tan solo ofuscados por el As de picas.
Dos corazones y junto dos cartas necesarias.
Kcalb no se dejo llevar por la vista esperanzadora de aquella mano de color que podía lograr sino que por una posible ''Escalera Real'' que podía conseguir, la mano más poderosa de toda la baraja y encima de corazones. No podía descartar la idea de que Etihw pudiera hacer ciertas manso como escaleras, tríos, o colores que en este aso seria lo mas lógico.
Los dos apuestan y siguen con una cuarta carta que era un cinco de corazones.
Nada, para el descarte a menos que no saliera la J de corazones, ultima carta necesaria para la ''Escalera Real'' que lo llevaría a su victoria inminente pues nadie podía hacer esa misma mano. Aun se podía hacer una ''Escalera de Color'' si Etihw poseia el ocho y el siete. Aun así su escalera seria más grande y fuerte.
No creía lo que veían sus ojos. ¿Esperanza? ¿Una posibilidad de ganar? ¿Un milagro?
Por el rabillo del ojo vio como Etihw sonreía. Tenia corazones en su baraja y tanta confianza que le echaba que se permitía el lujo de quitarse su cara de Póker para sonreír ante su victoria inminente cosa que Kcalb no hizo y siguió con su gesto serio mirando las cartas.
Como no, fue que Kcalb y Etihw apostaron fichas para seguir a la siguiente carta que suponía un buen golpe para los dos.
Las cartas comunes sobre la mesa, sin la quinta carta ya suponían un cambio muy bueno en la partida y algo poco común. Había dos corazones, lo que significara que si nadie podía hacer cambios sobre ella suponía una victoria doble, y eso estaba determinado con que se volvería a repetir en las reglas no escritas del Strip Poker... que esperar de algunas parejas de jugadores de Póker que inventaron el juego y lo promulgaron entre la gente de los pueblos y ciudades de todo Gray Garden.
Siguiendo el juego, el diablo cogió la última carta y al volteo encima de la colcha de la cama mientras observaba la carta detenidamente, analizando como pudo llegar a su mano pues nada de magia se cuela en esta partida sin enterarse ambos jugadores del uso de magia para trampas como hizo el una vez, siendo pillado por su hermano y la diosa.
La J de corazones estaba sobre la mesa aumentando el valor de las cartas comunes a cualquier precio... esto estaba claro.
-Esto es decisivo.- dice la diosa acercando unas cuantas fichas a las cartas.- Apuesto 30.
-Apuesto 30.- dice Kcalb imitando a Etihw.
-Subo a 50.- dice ella con una sonrisa.- Ya me puedo imaginar... bueno, no puedo imaginarlo pero será muy divertido...- ríe mientras se ruboriza un poco.
-¿Segura?- dice el diablo mirándola a la cara.
-¿Eh? Claro. ¿Por qué no?- dice ella sonriendo.- Las cartas han hablado y ganaré. Siempre lo hago.
-¿Estás segura de ello?
-Al 100 por ciento de ello.- dice sonriente.
Para darle mas emoción de la necesaria y poner a la diosa nerviosa, acerca su cara a la de ella, casi dejando rozar su nariz con la de la diosa y mirándola a los ojos fijamente. Con una voz tranquila y segura de lo que decía, con un tono en el cual solo la diosa podría escucharlo en caso de que hubiera más gente en la sala, dijo:
-Apuesto todo.
La confianza que había en el diablo no se podía comparar a la usual que presenta todos los días. No estaba evitando mirar a los ojos sino que su ímpetu de confianza había dado un tirón hacia arriba lo que le hizo hacer aquella apuesta segura y anunciarla de esa manera.
Todo ese derroche de confianza llevo a la confusión a la diosa que lo miro sin sonreír pensando en las dos cartas que el tenia en la mano y en jugada que podía estar planeando. Tan seguro de su triunfo como para apostar todas las fichas de Póker que tenia sin pestañear, además acercándose tanto y mirándola tan fijamente que la había descolocado de su lugar para pensar en el comportamiento del diablo y su estrategia.
La diosa miro la cantidad de fichas que había al lado de las cartas comunes que no se fijo en las cartas que había y no pudo deducir su jugada exacta, solo ceñirse a que quizás estuviera confundiéndola o quizás solo pretendía asustarla de un intento de ocultar una mala mano.
-Destapa las cartas.- dice el diablo, pidiendo que dejara ver sus cartas.
Dejo ver que sus dos cartas eran el tres de corazones y el cinco de corazones, una mano llamada ''color'' era lo que buscaba.
-¿Ves?
-Color es muy baja.- dice el diablo mostrando una débil sonrisa desconcertando a la diosa.
-No has destapado las tuyas.
Kcalb levanta las dos cartas todavía ocultas y solo visibles a él mismo pero con un giro de mano mostró sus dos cartas dejando a la diosa anonadada en ellas y luego en las cartas comunes. Había perdido la partida por machacada. Pero entonces vio que desde un principio no pudo ganar ya que la mayoría de las cartas que habían salido de primeras eran de la llamada ''Escalera Real''. Ni había tenido oportunidad de intentarlo puesto que el podía hacer color también y haberla ganado puesto que el As y el Rey serian suyos.
-Esto... Me habías ganado desde el primer turno del juego...- dice ella mientras miraba al diablo sonrojada.- Es imposible... jamás he sacado yo esa mano.
-Los demás también podemos ganar de vez en cuando.- dice dejando las cartas a un lado de la cama.
Pronto reacciono a su derrota y miro al diablo aun más ruborizada. Su vestido-camisón estaba en apuesta y la dejaría en ropa interior por completo cosa de la que quería rehusarse pero no podía, una apuesta era una apuesta y negarse sería una injusticia por su parte, lo que haría enfadarse a Kcalb por haberle quitado la camiseta y los pantalones.
No quería ser injusta con el diablo y para eso tenía que dejarse quitar el camisón por mucha vergüenza que pasase debía dejarse.
Trago saliva y miro al diablo, intentando mantenerle la mirada como podía, con sus mejillas notablemente rojas de vergüenza o, más que eso, era de pudor de verse desnuda ante él, cosa que no ha pasado nunca con nadie... pensándolo ahora, nuca se ha desnudado para nadie ni nadie lo he hecho para ella.
Levantó sus brazos para que fuera mas fácil de quitar su camisón pero el diablo al verla.
-Te has metido en camisas de once varas.- dice el diablo mirándola.
-¿P... por qué lo dices?
-No quieres quitarte la ropa, ¿verdad?
Ella no respondió a eso ya que si se negaba el diablo no haría nada. Es demasiado bueno para obligarla y eso tampoco podía ser. Por unas pocas veces que ganaba ante ella, tenía el derecho de disfrutar de su ''premio'' el cual era verla a ella en ropa interior. Debía conseguir que le quitara la ropa.
-¿Por qué elegiste este juego?- pregunta ahora el diablo.
-Por... nada en especial.
-Mentira.
-Por... ejem... ¡oh! Si ya lo sabes.- dice ella indignada y completamente roja.- Porque... porque me gustas.
El diablo la miro un momento mientras esta estaba roja como un tomate y en un momento determinado el también acepto jugar a esto por el mismo motivo y por al desesperación de siglos y siglos igual, esperando una respuesta a una pregunta que él era incapaz de mencionar por temor a un no. Todo esto de Strip Poker si funcionaba para eso.
-Bueno... estoy esperando...- dice ella mirando al diablo insegura.
La reacción fue tranquila por parte de él. En vez de quitarle la prenda, le agarro de sus piernas tirando de ella, casi involuntariamente para sentarla en su regazo mientras ella ponía a cada lado de las piernas de Kcalk sus piernas. Mas juntos no podían quedar, y más pegados sería imposible.
No había queja por parte de la diosa que seguía curiosa con las manos levantadas pero con alguna intención de bajarlas, justo cuando Kcalb sobrepaso la línea fina que los separaba acercando la cara de Etihw a la suya para besarla sorprendiéndola por tal acción, solo un pequeño susto y la respuesta de Etihw devolviendo tal signo de afecto.
Rodeo el cuello del diablo con sus brazos y se pego todo lo que pudo a él, evitando que ese gesto terminará en un simple beso. Llevaba mucho deseando esto y ahora no quería frenarlo por nada del mundo. Tal fue del deseo que uso su magia o quizás fueran las dos magias de los dos las que cerraron la puerta con pestillo y de dejaron llevar por el beso que empezó siendo tierno y delicado a uno as intenso.
Una sensación extraña les recorría el cuerpo como si subieran o se elevaran sin apenas levantarse de la cama. Todos sus músculos notaban un hormigueo y la sensación de deseo se hacía fuerte en su cuerpo todo a raíz de un simple beso del cual disfrutaban a placer tanto como eso podía estirarse a sus sed de amor.
No fue sino un rato largo en el que sus pulmones ya no pudieron aguantar más y se separaron casi a regañadientes para soltar un suspiro y coger de nuevo aire necesario, quedando frente con frente, aliento con aliento, labios con labios, saboreando sus alientos y sus respiraciones de dulce agitación.
La habitación que les rodeaba ahora ya no tenía la débil luz que tenía antes, de una lámpara reguladora sino que ahora estaba completamente a oscuras únicamente bañada por las sigilosas llamas de la chimenea que se habían disminuido por la falta de que quemar, limitándose a unas simples luces débiles y carentes de energía.
Mientras Etihw intentaba recobrar el aliento, agasajada por las caricias de Kcalb en su pelo, él intentaba llamarla de nuevo a un segundo beso mordiendo su labio y dándole pequeños besos en ellos, siendo correspondido de nuevo con un segundo beso en el que esta vez, la diosa si estaba preparada o eso pensó.
La mano del diablo que había mantenido en la espalda de ella se había desliado y se colaba debajo de su camisón y subía por su pierna y su cintura hasta el pecho y seguir hacia arriba arrastrando la prenda consigo. Entonces Etihw entendió y subió sus manos separándose de su beso durante los segundos más largos de su vida hasta que se reencontró con su los labios impacientes del diablo que besaban su cuello, le daba alguna dentellada indolora y le provocaba algunas cosquillas agradables mientras suspiraba de placer.
Ninguno tenía palabras que describirán el placer que estaban sintiendo en esos momentos de oro que valían mas que cualquier castillo, mundo o ficha de Póker existente. Ninguno soltaba al otro y por todos los medios intentaban apegarse mas y mas de lo que les permitían las leyes de la física.
La fichas de Póker y las cartas que había esparcidas en la cama convirtieron en un polvo brillante de color azul que desapareció cuando Etihw callo tumbada en la cama con el diablo encima amarrándola con delicadeza y deleitándola con besos y algún lametón ocasional que conseguía que los suspiros de la diosa inundaran la habitación.
Aquello era el placer en estado puro. El placer que únicamente se consigue solo cuando la persona a quien más amas te lo concede.
En eso se convirtieron los dos esa noche, en dos amantes que únicamente se amaban y deseaban el uno a otro, complaciendo a su otra mitad en todos sus deseos ya fueran románticos o lujuriosos. Solo podían amarse uno al otro y disfrutar de la infinidad de posibilidades que les esperaban futuramente pues la única oración que fueron capaces de decir tras unas horas de amor, placer y deseo fueron las que mas querían repetirse entre ellos sin importar el momento o lugar.
-Te amo.- dijeron los dos apropiándose un último beso antes de dormirse uno junto al otro él una cama que no se usaba desde casi que se trajo a la habitación del diablo a la cual hoy le habían buscado uso.
Realmente adoro a estos dos.
Espero que halla gustado y espero review con vuestras opiniones y demás. Gracias por leer, hasta la proxima y muchos pay de manzana para todos.
