Luego de un largo periodo de guerras entre dos reinos "Holguents y Sunland " por abarcar mayor territorio, este llego a su fin, al darse cuenta que ninguno daría su brazo a torcer, llegaron a un acuerdo donde ambos reinos saldrían beneficiados, este era compartir las riquezas que se encontraran en cada territorio y así se hizo.

Al pasar los años, los pobladores de cada reino exigían que el Rey siempre contara con una reina, por un lado El Rey Richard Grandchester se caso con la hermana de William, el otro Rey, mientras que William Baker se caso con una amiga que tuvo en la infancia.

La paz estuvo presente durante años así que estos reinos formaron fuertes lazos de amistad, pronto se dio la noticia de que en cada lugar habría un heredero, Terry Grandchester un pequeño niño de ojos azules muy parecido a su padre y en el otro, Felipe Baker un niño de ojos cafés.

Todo parecía alegría, los hijos de Richard y William se habían convertido en grandes amigos y al ser hijos únicos se querían como hermanos.

16 años después…

Había llegado el tiempo en que cada príncipe debía escoger una esposa, por su parte William era un Rey ya mayor así que él quería dejarle el reino a su hijo Felipe pero mientras este no se casara no podría heredar el trono.

Mientras que Richard aún gozaba de gran vitalidad, pero aún así exigía que su hijo se casara para respetar las leyes que dictaba el reino.

Terry por su parte estaba más que feliz de casarse pero con una plebeya que conoció solo hace 1 año de lo cual su padre no estaba enterado pues planeaba casarlo con una princesa extranjera. Desde un principio él se había negado a casarse con aquella princesa pero su padre no veía cual era el problema, aquella jovencita era hermosa de la misma edad que él por lo que no entendía la negativa de su hijo. Así que se propuso a descubrir la razón del porque no quería casarse.

Mi hermosa Susana, huye conmigo no me importa lo que mis padres piensen.

Pero… no puedes renunciar a tu reino tan fácilmente, tienes que convencer a él Rey que te quieres casar conmigo.

El no lo entenderá, por eso estoy dispuesto a renunciar a todo y eso incluye al trono.

¡NO! digo deberías seguir intentándolo, es más si consigues convencer a tu padre, yo me casare contigo amor mío.

Tratare hermosa. Dijo Terry dándole un beso en las manos de Susana.

Cuando regreso al castillo, se encontró con que Pony su querida nana estaba con una cara de preocupación.

¡Ay! Mi niño, lo que te espera.

¿Paso algo?

El rey quiere verte.

¿Mi padre, Acaso hice algo malo?

No lo sé, pero le urge verte.

Bueno… gracias por avisarme.

Mientras Terry se dirigía a su padre, este lo esperaba con actitud muy seria, realmente no le gustaba nada lo que su hijo estaba haciendo.

Padre ¿me llamaba?

Acércate, hijo. Él asintió y se acerco.

Que decepción Terry, ahora entiendo tu negativa al casarte con la princesa.

Cómo… ¿lo sabes?

Si, y no pienso apoyarte con lo que quieres hacer, esa mujer es un plebeya y tú un futuro Rey con grandes habilidades en el manejo de armas. Tienes muchas chicas rendidas por ti y te fijas en una plebeya.

Es porque la amo, Susana es la mujer de mi vida. Dijo Terry algo furioso.

Tú no sabes nada del amor, aún eres muy joven y sé lo que te digo esa muchacha no es digna de ti.

Sabes una cosa padre… pienso casarme con ella, con o sin tu consentimiento.

¡Atrévete a hacerlo! y…

Y… que piensa hacer, ¿acaso piensa usar su poder como Rey?

Si es necesario lo hare.

Haz lo que quieras, me casare con Susana. Después de decir esto último Terry se fue.

Ya en la noche, Richard se preparaba para dormir, mientras le contaba a su esposa sobre la conversación que tuvo con su hijo.

Creo que fuiste muy duro con él. Decía Eleanor.

¿Duro? Es mi hijo y tiene que obedecer mis órdenes.

Tú lo has dicho, es tu hijo no tu sirviente, Si quiere equivocarse, déjalo.

Pero esa plebeya no es digna.

(…) En ese momento la puerta sonó.

¿Quién pretende interrumpir mi descanso?

Mi Rey… soy Pony.

Mm pasa, ¿Qué es lo que quieres?

Disculpen mi inoportuna presencia pero, El joven Terry no se encuentra en casa, lo único que encontré fue esto en su habitación.

Démelo. Pony le entrego la carta a Richard y este lo leyó en voz baja.

¡Maldición! Dijo arrugando el papel y tirándolo.

¿Qué decía esa carta? Dijo Eleanor.

¡Se escapo y no hizo caso a mis órdenes!

¡Oh mi hijo! Dijo la Reina sorprendida.

¿Mando a que lo busquen? Mi señor. Dijo Pony.

No, si el tomo la decisión de desobedecerme, que asuma las consecuencias.

Pero mi Rey.

Dije que no, ahora retírate Pony, tengo que descansar.

Habían pasado ya casi tres años desde que no tenían noticias de Terry, hasta que un día…

Mi Rey, nos ha llegado una lamentable noticia desde "Sunland". Dijo un soldado.

¿Qué sucede?

Es…

Al escuchar la noticia, su corazón se lleno de una profunda tristeza, William se había vuelto su amigo además de ser hermano de su esposa.

Prepara los caballos.

Por supuesto señor. El soldado se retiro e hizo lo que le ordenaron.

Si bien Richard se sentía triste ¿qué sentiría su esposa? Ellos eran familia. De todos modos tuvo que contarle y la reacción de ella fue muy dolorosa.

No puedo creerlo… Eleanor había quedado en shock.

Lo lamento, William y su familia eran muy buenas personas.

Pero… no lo entiendo.

Se sabe que fue por una epidemia, no solo ellos murieron, gran parte del pueblo también murió y actualmente la están erradicando.

Quiero ir contigo, necesito despedirme de mi hermano.

Está bien, se que debes sentirte muy mal.

Durante el entierro, llego alguien inesperado.

Terry… Hijo, hijo mío. Dijo Eleanor entre lágrimas, corrió a abrazar a su hijo.

Mamá. Terry abrazo a su madre pero su mirada estaba fija sobre su padre que solo lo vio y luego volteo sin decirle palabra alguna.

Tras darse el entierro, tanto Richard como su familia se disponían a volver al castillo.

Hijo, vuelve a casa por favor.

Madre yo…

Por favor hazlo por mí, si te vas de nuevo tal vez no pueda soportarlo, ya perdí a mi hermano y no quiero volver a perder a mi hijo.

Terry miro a su padre y el simplemente asintió.- Esta bien iré.

Una vez que llegaron, Eleanor se fue a descansar, Por otro lado Richard tenía una tarea importante en sus manos, ¿Quién ocuparía el cargo de Rey en Sunland? Entonces la respuesta a su pregunta ingreso.

Padre, ¿podemos hablar? Richard al verlo pensó que él podría, pero desecho la idea, el no podría manejar un Reino y además lo había desobedecido.

Terry, solo te voy a decir una cosa, si estás aquí es porque tu madre lo quiere.

Padre, si yo vine es por la muerte de Felipe, pero quiero que sepas que en todo este tiempo los he extrañado.

¿Extrañado? Si fuiste tú quien se fue, seguro que fue con esa mujer y como la muchachita se canso de ti decidiste regresar.

En eso te equivocas, yo regrese porque me entere de la muerte de mi amigo Felipe y quise venir a despedirlo además debo informarte que si me fui con Susana y me case con ella.

¡Bravo! Caíste en las manos de esa plebeya.

¿Por qué no te agrada mi esposa?

Es una plebeya, ella solo busca el poder y cuando lo tenga te dejara.

Eso no es verdad, ella ha estado conmigo durante estos 3 años y nunca me ha pedido nada.

Ha, no me hagas reír ella te está manipulando

No voy a permitir que sigas hablando mal de ella padre, en este momento me voy. Terry se disponía a irse pero entonces.

No, hijo no te vayas. Eleanor escucho una discusión y decidió bajar a ver qué era lo que pasaba.

Mamá entiende yo tengo que volver con mi esposa.

Tráela.

¡TE VOLVISTE LOCA, ELEANOR!

Por favor Richard.

El vio sus ojos y no pudo negarse, aunque nunca se lo decía, la amaba y verla triste lo compadecía. – Trae a tu esposa.

Lo oíste hijo, podrás vivir aquí con tu esposa.

Lo agradezco pero no creo que sea necesario madre, yo tengo una pequeña casa.

Al menos piénsalo hijo, puedes venir aquí cuando quieras.

Lo tendré en cuenta madre. Si me disculpan, tengo que volver con Susana, mi esposa.

Terry se fue y cuando llego a una pequeña casa que tenía, vio a Susana esperándolo con ansias.

¿Y qué te dijeron?

¿Qué me dijeron de qué?

Tus padres ¿acaso no los viste? Susana quería saber si le habían pedido que viviera en el castillo.

Ah, si los vi, estuve con ellos.

Entonces te pidieron que regreses al castillo.

Si.

Fantástico, entonces empacare mis cosas.

No será necesario.

Pero, ¿Por qué?

Les dije que lo pensaría.

¿Pensarlo? Estas demente, llevamos tres años viviendo en la miseria, cuando tu eres un príncipe y yo tu esposa, deberíamos estar viviendo en el Castillo.

Susana, entiende.

¿Entender qué? Estoy cansada de vivir aquí, por favor hazlo por mí, mi amor.

Ah Susana, de acuerdo iremos.

Gracias mi amor. Susana le dio un beso y festejo.

Por otro lado Richard se encontraba pensando en quién sería la persona adecuada para dirigir Sunland. Si continuaba así tarde o temprano habría un gran caos.

Tenía que decidir rápido y aunque ya tenía en mente a quién elegir, pensaba que esa mujer como Reina solo traería problemas.

Tengo que hacer lo que sea necesario. Richard ya había decidido.

Mientras Richard llegaba de Sunland, se encontró justo con la persona que tenía en mente.

Terry.

Padre… yo, espero que aún me puedas recibir, ella es mi esposa Susana.

Mucho gusto mi Rey. Dijo Susana haciendo una reverencia.

Richard solo hizo un gesto y llamo a su hijo.- Terry necesito que me acompañes, un momento a solas.

En el momento que Terry y su padre se fueron, Susana se quedo mirando el castillo tomo asiento.

Vaya al fin podre vivir la vida que merezco. Pensó.

¿Pero acaso no hay nadie aquí? Dijo. De pronto vio a una de las empleadas.

Oye tu criada, anda tráeme algo de tomar.

Perdóneme pero yo solo recibo órdenes de mi Rey. Respondió.

¡Qué insolencia la tuya! ¿A caso no sabes quién soy yo?

No, señora.

Pues soy tu futura Reina, así que tráeme algo de beber o hago que te ejecuten.

La empleada palideció.

Meredith, trae lo que te pidió la dama. Eleanor bajaba por las escaleras después de haber escuchado, su marido tenía razón, esta mujer no era merecedora de su hijo, pero si quería mantener la calma tendría que fingir.

Después de varias horas, Terry volvió.

Cariño, ¿Y tu padre? Pregunto Susana.

Se fue, tiene que preparar una ceremonia.

Oh bueno, yo hace unas horas estuve aquí con tu madre y parece que le caigo bien.

Me alegro.

Lo único malo fue una criada igualada, pero supongo que la echaras, ¿Si mi amor?

Yo no puedo hacer eso.

¿Pero por qué no? Si tú eres el príncipe.

Susana, no nos quedaremos aquí.

¡¿Qué?! Mi amor dime que estas bromeando.

Mi padre ha decidido que yo sea el nuevo Rey de Sunland.

Susana quedo sorprendida. – ¡Mi amor felicidades!

Gracias, solo espero que con esto pueda darte lo que mereces.

Al pasar los días se dio la nueva coronación. Terry era el Rey más joven proclamado, muchos de los jefes de otras tierras pensaban que fracasaría pues tan solo tenía 19 años.

Ahora como nuevo Rey, contaba con soldados que darían su vida por él, entonces recordó a Tom, ese amigo que conoció poco después de su matrimonio con Susana, Siempre lo veía él era muy amigo de su esposa, fue justamente que lo conoció por ella.

Recordó que él una vez le dijo que le gustaría ser un soldado del castillo. Lo mando a llamar y le asigno un cargo mayor, siendo su fiel consejero.

Los meses fueron pasando y un día se oyó el rumor de que unos bandidos planeaban llegar a Sunland para llevarse sus tesoros. Terry decidió que tendría que evitar que eso ocurriera.

Mi amor pronto volveré, tengo que luchar por mi gente.

Esperare con ansias tu regreso.

Tom se quedara, él te protegerá si algo se sale de control.

Te amo tanto esposo mío. Dijo Susana

Yo también, al regresar quiero que planeemos tener un hijo. Dijo Terry.

Susana lo miro perpleja y solo asintió.

Luego de despedirse junto una gran tropa de soldados y junto a ellos partió. Tras cruzar una colina y bosques descubrieron que era verdad, pues había bandidos y al espiarlos, escucharon lo que planeaban.

Estos al darse cuenta que eran espiados los atacaron. Terry tenía un gran manejo en la espada a pesar de su corta edad.

Gracias a la estrategia realizada lograron derrotar a aquellos vándalos.

Al volver todo el pueblo festejaba, pues la noticia corrió de que el Rey había derrotado a más de cien con solo su espada.

¡VIVA EL REY!, ¡EL NOS HA SALVADO! Eran los gritos de alegría que daba el pueblo. Todos celebraban la victoria, pero al parecer dos personas no estaba enteradas del regreso repentino del Rey.

Tras recibir el calor de su gente, Terry regreso al castillo donde esperaba ver a Susana. Durante el tiempo que estuvo lejos de ella solo pensaba en volver a ella, y poder cumplir ese deseo que tenia, un hijo. La había extrañado.

Mi Rey, me alegro que esté de vuelta. Dijo Dorothy la empleada.

Gracias, espero que la Reina este bien.

Bueno, vera durante el tiempo que usted estuvo ausente ella no pasaba mucho tiempo aquí.

¿Cómo? Pero si su deber era estar aquí.

Lo sé mi Rey es más ahora mismo ella no se encuentra aquí.

¿Dónde está Tom?

Tom, el tampoco ha estado aquí.

Terry tenia la leve sospecha de que era lo estaba pasando pero no quería creerlo. – Necesito que te quedes y me avises si mi esposa vuelve.

Si mi Rey.

Terry salió en su caballo en busca de su esposa.- Esto no puede ser cierto, No puedes hacerme esto Susana, después de todo lo que hice por ti.

La busco de pueblo en pueblo, pero nada al parecer su esposa había sido tragada por la tierra. Al darse cuenta que pronto oscurecería, regreso tomando un atajo por el bosque, tal vez ella estaría esperándolo.

Al cabo de unos minutos vio un lago y decidió llevar a su caballo ahí, pues el pobre animal estaba sediento luego de haber trotado todo el día.

Mientras el caballo bebía, escucho unas voces. Dejo al caballo ahí y se fue acercando al lugar de donde venia el ruido.

Grande fue sorpresa al encontrarla ahí pero no estaba sola, Tom a quien creía su amigo estaba con ella fornicando, ella gemía como si fuera un animal en celo. Después de extrañarla a morir, ella le pagaba de esa forma.

Susana al darse cuenta, se aparto de Tom y trato de taparse con su ropa, Tom intentaba hacer lo mismo.

Terry… mi amor te juro que él me obligo, yo jamás te traicionaría.

¿Qué? Amigo mío, no le creas, ella me sedujo y…

¡CALLENSE LOS DOS! Se burlaron de mí. No cabía en su asombro.

No amor mío, eso no es verdad… yo te amo.

¡CALLATE, NO CREO NINGUNA PALABRA TUYA, ERES UNA MALDITA ADULTERA. DEBERIA MATARLOS A LOS DOS! Terry se sentía herido, su esposa y amigo lo habían traicionado y quien sabe desde hace cuanto, aunque deseaba sacar su espada y acabar con ellos ahí mismo una parte de él se lo impedía. Mientras trataba de controlarse para no matarlos, ellos se pusieron sus ropas, finalmente llego a una conclusión.

Si no quieren que los mate, más les vale largarse ahora mismo, no quiero volver a verlos jamás. ¡JAMÁS! ME OYEN.

Si, si, si lo que tu digas Terry. Dijo Tom nervioso, el se fue dejando de lado a Susana.

Yo no puedo irme, soy tu esposa, LA REINA.

NO ME HAS ESCUCHADO, QUIERO QUE TE LARGUES, DE LO CONTRARIO ALIMENTARE MI ESPADA CON TU SANGRE.

No serias capaz de hacerlo, aún somos esposos.

Ese matrimonio no tiene validez, tú misma acabas de incumplirlo, así que yo mismo me encargare de que se anule.

Pero, pero. Susana no sabía que más decir había sido descubierta y todos sus planes se venían abajo. YO TE AMO.

DEJA DE MENTIR, TU JAMAS ME AMASTE, SOLO QUERIAS EL PODER.

Por favor no me eches, no tengo donde ir. Susana se arrodillo ante el rogándole.

Y tú crees que eso a mí me importa, quiero que te largues ahora, y si vuelvo a ver tu cara por aquí, créeme querida que será la última vez que veas la luz. Diciendo esto fue en busca de su caballo y se fue en el.

Te vas a arrepentir Terry, voy a hacer que me ruegues de rodillas. Decía Susana para sí misma. Poco a poco su silueta fue desapareciendo en el bosque.

Al llegar Terry dio órdenes estrictas de que las cosas de Susana fueran quemadas, no quería tener ningún recuerdo de ella, la había amado tanto y le dolía haber sido traicionado, incluso fue incapaz de matarla, pero se negaba a llorar esa mujer no merecía nada.

Terry, ¿hijo pero que está pasando? ¿Porque estas quemando las cosas de tu esposa?

No menciones más a esa adultera.

Oh, entiendo no diré más.

Mi Rey ya quemamos todas las cosas que nos ordeno.

Bien, puedes volver a tus labores.

Como usted diga.

Madre, pediré a mis soldados que te escolten de regreso, seguro viniste sin avisar.

Bueno eso es verdad, pero vine porque sentía la necesidad de estar contigo, algo en mi corazón me lo decía.

Yo estaré bien, solo tengo que hacer algunas cosas.

Hijo mío, estoy segura que pronto llegara una buena mujer para ti y se amaran.

Terry hizo una expresión de burla y enojo. – Eso jamás va a ocurrir, ninguna mujer se volverá a burlar de mi, antes de que eso suceda las usare a mi conveniencia.

¿No puedes estar hablando en serio? Eleanor estaba aterrada al escuchar a su hijo.

Por supuesto que hablo en serio, jamás amare a ninguna otra mujer.

Continuara…

Hola… bueno volvemos a encontrarnos en una nueva historia, donde nuestro Terry ha sido lastimado en el amor por culpa de la gusana digo Susana, ahora él se niega a amar de nuevo, pero ¿podrá cumplir su palabra? Pronto lo descubriremos, Nos leemos pronto.