Conjunto de ideas random que tuve y las reuní por puro aburrimiento.
-Advertencia: CRACK, incoherencia y media, yaoi o algo así, nombres humanos de los personajes, OoC *(Out of Character) , SpaMano y Alternative Universe (AU).
Quedan advertidos.
-Disclaimer: Las cosas mencionadas aquí no me pertenecen. Hetalia Axis Powers y sus personajes le pertenecen a Hidekaz Himaruya y a mí no, lo único mío es esta historia si se puede llamar así.
*Capítulo 1 : Traiciones y Pizzas alemanas*
En algún lugar de Italia, como el pueblo de Bastardo —que por si acaso sí existe para los que quieran buscarlo—, Florencia, Venecia, Génova o...
Está bien, esto tomará lugar en Roma.
Era un día tranquilo que podría hasta ser aburrido como todos, según nuestro protagonista, un joven de cabello castaño oscuro con un rizo que desafiaba la gravedad, con el ceño fruncido y una mirada de impaciencia, quien se encontraba sentado en una banca bajo un árbol.
Lovino Vargas —el tipo en cuestión— no tenía nada interesante que hacer —para variar— , sacó su celular y comenzó a jugar Candy Crush —también conocido como juego del mal—.
Y empezó a jugar varios niveles de la susodicha aplicación hasta que…
*ZAS*
Se atascó en nivel, y se le acabaron las vidas, las malditas vidas que se acaban rápido y te miran con una cara de: "Ja, en tu cara, parece que alguien no podrá seguir jugando".
Odiaba esto.
—Y justo ahora se acaban las muy estúpidas— exclamó con molestia el adorable y tierno italiano —puro sarcasmo—.
Entonces, pensó en pedir ayuda a otros amigos como te recomienda el juego… Pero, ¿a quién?
El único al que podría pedirle sería a su tonto hermano que debería estar apareciendo por ahí —cosa que no hace—. Además no iba a esperar como media hora —o más— por otra de esas vidas. Tenía cosas más importantes que hacer como, eh, jugar Flappy Bird —aunque tenía algo muy personal con ese maldito juego—.
Necesitaba algo que lo relaje en ese momento de aburrimiento.
Pero
¿Cómo qué?
"Dubstep"
No hay nada mejor que música electrónica como para calmarlo.
Aparentemente todo iba bien.
Hasta que...
Apareció un mensaje en toda la pantalla, a semejanza de un screamer.
*Conecta el cargador: Se está agotando la batería 10% o menos disponible*
Enserio.
Batería, ¿enserio?
Maldita y estúpida batería bastarda de mierda.
Pero, ¿por qué?
Se había asegurado personalmente de cargar completamente la batería para evitar esto y tenía que pasar...¡justo ahora!
Ahora con qué se iba a distraer, ¡¿Con qué?!
El pobre celular agonizaba por su muerte lentamente y antes de apagarse por completo, revisó la hora.
Era lo único que quedaba por hacer.
Espera.
¡SOLO FALTABA MEDIA HORA PARA SU NOVELA!
¿Llegaría a tiempo para ver Avenida Brasil?
Su novela, era su novela... ¡Su maldita novela no podía esperar!
No podía vivir con la duda existencial que todos tenemos al verla:
¿Podrá Carminha completar su venganza contra Rita? ¿Algún día todos se enterarían de la verdad?
Él no lo sabía, yo no lo sé, ¿tú lo sabes? ¿Rita lo sabe?
Lo único que quedaba por decir era: ¡LA CULPA ES DE RITA!, todo era su jodida culpa y eso también lo creía Lovino, quien cada vez estaba más impaciente.
Hasta que por fin llegó su hermano por quien había esperado tanto.
—Se puede saber por qué te demoraste tanto, cazzo—.Regañaba Lovino a su hermano menor Feliciano por llegar tarde — Estuve siglos, ¡MUCHOS SIGLOS ESPERÁNDOTE!— Estaba por gritar, repetía frenéticamente la palabra: "telenovela"— MINOVELAMINOVELAMINOVELAMINOVELA, MOTHERFUCKER.
—Ve~ P-pero, fratello estaba terminando de copiar una tarea. No te enojes, por favor~ —Se disculpaba Feliciano. El menor era demasiado parecido —por decir idéntico— a su hermano Lovino en cuanto aspecto. Sólo que tenía el cabello castaño más claro, igualmente el color de ojos y el mismo rizo peculiar que desafiaba la gravedad, sólo que estaba al lado opuesto del que tenía Lovi —corrección Lovino, lo siento, la costumbre—.
Pero el aspecto que los diferenciaba —de forma abismal— era la actitud. Cuando uno de ellos era agradable, mostrando una sonrisa, el otro conservaba una actitud huraña —con el ceño fruncido incluido— molestándose con cualquier pequeñez, pero de alguna manera u otra trataba de cuidar a su indefenso hermano —según lo que él consideraba—, sí, este sujeto que es nuestro protagonista.
Diez minutos después, ambos llegaron al hogar que compartían.
Apenas Feliciano abrió la puerta. Lovino literalmente voló, entró rápidamente, encendió el televisor, se tiró al mueble para ver Avenida Brasil, que ya había comenzado.
—Fratello, me enseñaron una nueva receta para la pizza~— comentó Feliciano.
—Ya, muy bien. Ahora apúrate que tengo hambre— Lovino, trató de demostrar la sensación de hambre que tenía. ¡Tenía hambre! Después de esperar por él y sufrir con su bastardo teléfono era lo mínimo que debía hacer.
—Ve~— Feliciano, el menor de ambos hermanos, se alejaba disimuladamente de su hermano dirigiéndose hacia la cocina donde tenía todos los ingredientes para su pizza completamente no italiana, tal vez una parte pero no en total, porque su pizza iba a ser alemana.
Tururu...
*suspenso*
Mientras tanto con Lovi, ejem Lovino.
—Merda, merda, merda, merda, merda, merda— Exclamaba con ternura el italiano de cabello castaño oscuro.
Típica reacción después de ver la novela.
—Carminha, hija de tu madre...— exclamó llegando al extremo de insultarle al pobre televisor, a un pobre e inofensivo televisor, pero no evitaría admitir que Carminha le caía bien, muy bien, demasiado bien y eso daba miedo.
En la cena, Feliciano estaba orgulloso de lo bien que quedó la pizza, una bastante particular.
— Ve~— Dijo inesperadamente—. Hice la pizza fratello, ¿te gusta?
— Eh, s-sí — respondió inseguro con una ligera voz temblorosa—. Pero tiene algo raro.
— Sí, es una nueva receta —dijo como si fuera lo más evidente— sabes que gracias a mí, estás condenado a comer pasta toda tu vida. Para... siempre~
— Meh— nótese indiferencia —con tal que se pueda comer, me da igual, todo me da igual.
— Es una pizza alemana— dijo con toda la tranquilidad posible.
— Espera, ¿Khé?— Lovino no pudo asimilar lo que había escuchado —. A VER LA GRACIA ¡¿DONDE ESTA?!—Estaba disgustado y seguía confuso—. ¡¿COMO ME PUDISTE ENGAÑAR DE ESTA MANERA FRATELLO?! ¡¿Por qué?! Un alemán debe tener la culpa… ¡MALDITOS PATATEROS!— Se le salió lo gitano.
— Pero la culpa es de Rita~
— Que Rita ni que nada—misteriosamente, hoy no admitió que la culpa la tenía la protagonista de su telenovela brasileña favorita, sospechoso— al cabo que ni quería…—nótese decepción —UNACCEPTABLEEE!—Estalló en puros insultos habituales. Para recrear esto inserte un algún grito heavy. Estaba bizco y su rizo se deformaba, esto era del diablo.
— No es nada especial pero es alemana~— cantaba el menor acordándose de cierto vídeo.
— ¡MALDITO TRAIDOR BASTARDO! ¡Me voy! Mi planeta me necesita— literalmente salió flotando, el nivel de swag que poseía era abundante como para permitirle esto. ¿Realmente es posible? No lo sé, pero al menos Lovi lo hacía —corrección: Lovino— ya que era tan, pero tan, rudo que desafiaba todo tipo de leyes físicas. A Newton no le gustaría esto... ¿Gravedad? ¿Qué es eso? ¿Se come?
Y con planeta, en realidad se refería a habitación.
¿Qué más podía hacer? ¡Fue traicionado de la manera más horrible!¡Y TODAVÍA POR SU PROPIO HERMANO!
Una vez ya en el lugar donde siempre encontraba paz y tranquilidad según él, empezó a reflexionar sobre la vida.
Y todo se definía a una palabra…
Soledad
Sí, soledad, una palabra, un sentimiento, algo que odiaba pero a la vez amaba —nótese el nivel de tsundere (como personaje arquetipo)— del sujeto este.
Una sensación de querer liberarte de todo y alejarte de toda la gente, vivir en un lugar pacífico sin que nadie te pueda limitar. Como que acabase el mundo y ser el último sobreviviente, pero todo esto tiene otra parte, la otra cara de la moneda, la parte triste, un lugar desierto sin tener nadie con quien poder hablar, sin recibir siquiera algo de afecto de alguien o algún contacto visual.
Tomando en cuenta mayormente esta condición, el sentimiento ya no sería de soledad, sería libertad o independencia.
Toda una confusión.
Luego de todo ese drama mental, nuestro querido protagonista Lovino se quedó dormido, cerró sus ojos y soñó con sus pensamientos de libertad donde él sólo tendría que valerse de sí mismo.
Entre sueños, tuvo recuerdos de la niñez.
Su niñez.
Evocándose a esta escena.
—VEEEEE~ Hermanito~— observó a su pequeño hermanito llevando una típica "no tan masculina" ropa, extrañamente llorando por… ¿nada? Como que esto no le sorprendió en absolutamente nada.
—¿QUIÉN ME HA INVOCADO? Ah... — contestó analizando la situación del menor. —A ver qué pasa…—Definitivamente era él de pequeño, haciendo el papel de hermano mayor valiente.
—Hermano, mira, mira eso…— Feliciano señaló a... ¿qué? ¿Nada? ¿Un punto? ¿Qué se supone que era eso? —Me está mirando feo, tiene ojos demoníacos~— señalaba histérico—. Me da miedo, ¡me ataca con la mirada!
—¿Seriously? ¡Pero qué bonito! Es un insecto — Desde pequeño Lovino aprendió el mágico arte del sarcasmo, en el cual estaba completamente experimentado actualmente—. Sería realmente una gran pena que alguien lo matara—. Debemos suponer que era una amenaza de muerte indirecta al insecto susodicho, porque matar insectos es un acto de maldad pura.
—¡Sácate! Deja a los profesionales trabajar, soy profesional en esto, y si no lo sabes, ahora lo sabes— empujó al menor para realizar su malvada labor de asesinato — ya valiste insecto bastardo…. —se preparaba internamente — AH DIE BITCH!— Gritó emotivo y lo pisó. De esta forma, esta bazofia dejó nuestro mundo, era tan joven y como mínimo respeto estamos en la oligación de darle siquiera un minuto de silencio.
Minuto de silencio por todos los inocentes insectos que murieron en este tipo de situaciones.
Nuestro protagonista sonreía, sonreía dormido —que fenómeno— al recordar estas escenas, situaciones donde él era completamente valiente, en contraste a su hermano quien era —y es — un llorón profesional.
Porque todos somos profesionales en algo. Porque tú lo vales.
Mientras tanto, al otro lado de la puerta.
—"Mi hermano lleva mucho tiempo ahí encerrado, ¿y si se hizo algo? ¿Y si murió?" —El menor de los hermanos le preocupaba —bastante— la actitud del mayor, había pensado en la posibilidad de sacar el fierro golpeador de parejas felices que escondía en algún lugar secreto y cómo es secreto no se dice.
Tratando de evitar el desastre que implicaría esto, se limitó a tocar la puerta suavemente y si no había respuesta, usaría medidas extremas para situaciones extremas.
Toc, toc, toc —onomatopeyas, plz—. ¿Adivinen qué? Tocó la puerta.
Según él, lo mejor que pudo hacer, era cantar...
Y si hacemos una pizza~
Ven, vamos a (inserte cualquier actividad) cocinar~
Ya no te puedo ver jamás, canija sal, ya deja el Candy Crush~
Solíamos ser amigos (o algo así, ¿hermanos, tal vez?) y ya no más~
No entiendo lo que pasó~
¿Y si hacemos una pizza?
No tiene que ser alemana~
"Parece que le hizo mal ver Frozen".—Pensó, ligeramente arrepentido por mostrarle esa película, de alguna u otra forma indirecta. Claro que aquel lugar no era el mejor escondite, pero si se mantenía en silencio, tal vez Feliciano se distrajese con lo primero que encuentre y se olvide.
No lo perdonaría por aquella blasfemia con las patatas, y antes de tratar de evitar su presencia, se enfrentaría a la realidad. Tenía que responder, ¿acaso él no entendía que fue traicionado? ¡Quería dormir para olvidar! No encontraba otra excusa.
¿Era tan difícil entender que no es no?
Hizo lo que primero se le ocurrió— nótese que la palabra venganza no escapaba de su mente—, sujetó firmemente una almohada. Escuchó los pasos del menor asegurándose que estuviese en el mismo lugar, probablemente cantando otra canción o incluso bailando. Raudo, abrió la puerta gritando "SHUT THE FUCK UP" mientras lanzó aquel objeto antes mencionado —dígase: almohada—en la cara de su "querido y adorable hermanito menor", que se vaya la mierda.
—Hail tomato— Farfulló al cerrar la puerta con la misma velocidad. Tarde o temprano, cambiaría de escondite.
Para Feliciano, el dolor de ese almohadazo era indescriptible, lo sintió con la intensidad de mil soles, inefable.
Con esto, comprendió que no debía insistir, también que NO es NO —según matemática cuántica y física elemental—.
Lovino se tomaba las cosas muy enserio y eso le daba miedo al menor. Quería creer que a lo mejor estaba en sus días y ya se le pasaría en cuestión de horas.
Al día siguiente solucionaría todo, o esa era la idea original.
Saludos y por si acaso este fanfic se escribió por la culpa de Rita~
