Aniversario

Hacía ya un año de la muerte de Aeris, pero todavía no había sido capaz de superarlo. Cada vez que recordaba el fatídico momento en que la Masamune de Sephiroth la atravesó, no podía evitar que un par de lágrimas asomaran a sus ojos. Aunque no era algo que permitiese que ocurriera delante de otras personas. No quería mostrar su debilidad. No podía. No después de un año en el que todos habían tenido que superar momentos difíciles. Alguien debía mantener una imagen de seguridad, aunque realmente no fuese más que fachada.

Pero el dolor continuaba allí, en el fondo de su pecho, como el primer día.

¿Por qué tuvo que ser tan estúpida como para adelantarse sin ellos¿Es que sabía el destino que le esperaba en la Ciudad Olvidada?

Probablemente no. Como ya habían discutido en una ocasión, Aeris siempre hablaba del futuro; siempre hacía planes para los días de paz que creyeron que vendrían muy pronto. Sin embargo, tenía que haber un motivo por el cual había decidido partir sola. Quizá quiso evitar poner la vida de los demás en peligro, cosa que no tenía sentido, pues ya habían pasado por numerosas situaciones en las que se estuvieron debatiendo entre la vida y la muerte.

Si ella hubiera esperado al resto del grupo, probablemente ahora seguiría con vida, porque por nada del mundo habría permitido que Sephiroth pusiera una sola de sus manos sobre ella. El muy rastrero ya había destruido tantas cosas que consideraba de incalculable valor...

Se agachó en la orilla del lago y depositó cuidadosamente sobre el agua el ramo de flores blancas que había recogido por los alrededores de la ciudad. Flores blancas que representaban la pureza de Aeris.

Era evidente que la echaba de menos. Cuando quería visitarla, siempre iba a la iglesia de Midgar. Pero esta vez se trataba de una ocasión especial: hacía ya un año de su muerte. Por ello, había decidido acudir al lugar donde yacía su cuerpo sin vida.

Observó cómo las flores surcaban el lago y se adentraban en él. Tan solo esperaba que fueran de su agrado, porque tenía la seguridad de que, en algún lugar, ella continuaba velando por el bien de AVALANCHA y del planeta. Si no fuera así¿de dónde había salido la Corriente Vital que había frenado el impacto de Meteorito? A pesar de que la muerte les había separado, continuaban haciendo las cosas de forma conjunta.

Pero no podía evitar sentirse culpable por su muerte. ¿Por qué no había hablado con Aeris aquella noche? Quizá habría sido capaz de detenerla, aun sin saber lo que la florista se proponía.

Se había sentido tan impotente... Ella sonrió hasta el último momento, como si quisiera transmitir su tranquilidad y la seguridad de que todo iba a salir bien, aunque aquello no fuese más que el preludio de la desgracia. Habría dado cualquier cosa por salvarla y poder escuchar su voz una vez más...

Pero Aeris no volvió a hablar. No volvió a abrir sus ojos verdes. No volvió a moverse de forma consciente. La última vez que la vio fue a través de la pura agua cristalina, mientras su cuerpo se hundía hasta el fondo del lago. Pero parecía que su presencia no se desvanecería jamás. Aunque ya había transcurrido un año desde su pérdida, casi podía ver su última sonrisa reflejada sobre el agua.

Mientras pensaba en todo esto, se dio cuenta de que lo único que estaba viendo en el lago era su propio reflejo, distorsionado por una lágrima que había impactado sobre el agua.

Notó una mano que se posaba de forma cariñosa sobre su hombro.

-Tifa, regresemos.

La mujer se secó las lágrimas y asintió con la cabeza. Se puso en pie y agarró la mano que Cloud le tendía para regresar juntos a Midgar, a su hogar.


No sé si se ha notado mucho que quería hacer un fanfic con trasfondo CloTi xDD (vale, sí, se ha notado). Creo que dice mucho de Tifa el cariño que le tiene a Aeris x3 .

Está bastante desornedado, pero es que ha sido un fic-express :Þ . Lo hice en unos minutos.