Advertencia: Yaoi, relación chico x chico.
Disclaimer: Los personajes de Magi no me pertenecen.
Capítulo único: Eres hermoso.
Para una persona normal, el poder disfrutar de un día de relajo en la piscina, cuando los termómetros parecen estar a punto de explotar producto del calor, sería el paraíso. Sin embargo, para Ren Hakuryuu, tener que presentarse frente a todos usando un traje de baño, era un tortura aun mayor a soportar las altas temperaturas de la temporada.
No le era de ayuda el, además, ver los tonificados cuerpos de sus primos, los cuales desde pequeños fueron educados siguiendo extensas rutinas de ejercicios y estrictas dietas. Mucho menos le alentaba ver el cuerpo de Judal o Aladdin, quienes disfrutaban de los beneficios de la genética y parecían volverse más y más atractivos a medida que comían y holgazaneaban. No era justo, en ningún sentido lo era. Y por último, lo que más le desmoralizaba, era presenciar la natural belleza de Alibaba, usando un traje de baño que simplemente le sentaba de maravilla.
Hakuryuu resopló y se mantuvo bajo la sombra del quitasol, aferrándose a su camiseta de mangas largas y sus jeans desgastados, mientras miraba con desprecio el traje de baño que le habían prestado como si se tratara de su peor enemigo, es que ¿cómo podría él mostrarse frente a los demás, cuando las quemaduras que cubrían por completo su cuerpo le hacían sentir sólo asco de sí mismo? Era algo más fuerte que él, su cuerpo era horrible y por lo mismo, nadie podría verlo jamás.
-¿No piensas bañarte Hakuryuu? – interrumpió de pronto Alibaba, mientras se le acercaba completamente empapado, sentándose a su lado en un rápido movimiento que hizo salpicarle algunas gotas a la cara.
-No… no me gusta – contestó cabizbajo, secándose el rostro mientras, inconscientemente, tironeaba las mangas de su camiseta.
-¿Acaso no sabes nadar? Yo podría enseñarte en ese caso – insistió el joven Saluja, llevando uno de sus puños al pecho, mostrando seguridad.
-No es eso, sólo no me gusta.
Alibaba lo observó unos instantes, tratando de entender la actitud visiblemente incómoda de su amigo – está bien, pero deberías por lo menos quitarte esta cosa, hace mucho calor – comentó llevando una de sus manos al cuello de la camiseta de Hakuryuu para incitarlo a que se la sacara.
En ese momento el pánico que apoderó de Hakuryuu – suéltame – gritó y con violencia apartó la mano de Alibaba, sintiendo como si el corazón se le fuese a detener en cualquier momento.
En otras circunstancias quizás, Alibaba habría reaccionado con enojo a la exagerada actitud de Hakuryuu, pero en el breve instante en que pudo ver una pequeña porción de piel de su amigo, entendió de inmediato cual era el problema que lo agobiaba.
-¿Te acomplejan tus cicatrices? – preguntó sin tapujos.
El aludido no contestó, pero la rigidez que adquirió su cuerpo fue suficiente respuesta para él.
-No deberías sentirte mal por eso, sabes que nadie de aquí te juzgaría por eso.
-Lo sé, lo siento – susurró Hakuryuu poco convencido de las palabras de Alibaba.
-Yo lo siento, no quise presionarte – replicó – pero ¿sabes una cosa?, si esas cicatrices son parte de ti, para mí son hermosas – agregó regalándole una honesta sonrisa a su amigo, acto seguido se levantó, alejándose poco a poco.
Hakuryuu tembló de emoción con esas últimas palabras. ¿hermoso él?, era algo en lo que simplemente no podía creer, mas conocía muy bien a Alibaba, y sabía que no existía ni una gota de falsedad en sus palabras. Respiró profundamente una vez más y tomó entre sus manos el traje de baño que tanto aborrecía.
-Idiota, el único hermoso aquí, eres tú – susurró esbozando una leve sonrisa y adentrándose a los camerinos para cambiarse.
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Regalo mamón de San Valentin para mis amigas bellas. Las amo.
