|Mía|
Mía, siempre serás mía, Pan.
Siempre seré yo el único que goce de tu cuerpo hasta colapsar de placer.
Siempre seré yo el único que saboree tus labios hasta enloquecer.
Siempre seré yo el único hombre en tu vida, siempre.
Sé que estoy actuando como un monstruo al no saber amarte, sé que soy despreciable al aprovecharme de tu amnesia ¿Pero cómo no hacerlo? Si tú eres mi necesidad.
Sin ti no respiro.
Sin ti no vivo.
Sin ti no existo.
Pan, tu eres mía, siempre los has sido y siempre lo serás sin importarme hasta donde tenga que llegar para tenerte a mi lado, porque mi amor por ti no conoce límites y tampoco quiere conocerlos. Te amo tanto, mi pequeña, tanto…dudo que siquiera tengas una idea de cuánto te amo, de lo importante que eres para mí, de todo lo que significas para mí.
Ahora estás en mi cama, como cada noche desde que perdiste la memoria, y como cada noche me desvelo viéndote dormir en mis brazos porque me es imposible dormir, porque ni siquiera soy capaz de pestañear con tal de no perderme ni un segundo de la hermosa vista que me brinda tu belleza tan natural, ni siquiera siento ganas de dormir, solo siento ganas de asegurarme que aún sigue respirando, de que aún sigue a mi lado, de que aún sigue siendo solamente mía.
A veces me pregunto si será normal que te amé más que a mi propia vida.
Si será normal que hasta del aire que tú respiras sienta celos.
Si será normal que me desvele solo para asegúrame que respiras.
Si será normal que hasta haya sido capaz de matar para tenerte.
Pero ¿sabes algo? No me arrepiento de nada porque si para tenerte hiso falta que fuera un monstruo, pues ahora ya soy ese monstruo que solo vive por ti y para ti.
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