Queridos lectores, debido a la pérdida de mi compu, mi avance en el nuevo capítulo de Contra el Viento ha sido lento y penoso, pero estará (probablemente) después de que termine este inicio de una nueva historia. Así que disfrútenlo.

Advertencia: Pokemon, al igual que algunas ideas que se vallan a incluir en este fic, no me pertenecen.

Capítulo 1:

Carretera perdida.

-Por… por favor… Ayúdame. No creo a… aguantar m… m… más. – dijo la chica con llorando por su próximo fina, al sentir como se le resbalaban los dedos del borde de la piedra de la cual se sontenía.

-¡Aguanta un poco más! ¡Ya casi te tengo! ¡Solo… solo resiste! – exclamó el chico que, aferrado al borde del acantilado, estiraba su brazo entero para poder subir a la chica. – Estírate un poco.

La chica hizo lo que le pidieron, y estuvo a punto de agarrar la mano de su salvador, pero un movimiento en la montaña hizo que perdiera concentración y que casi cayera. El chico volteo y vio no muy lejos unos vehículos todo terreno acercándose a toda velocidad

Tenía que apurarse o los todo terreno llegarían y no podrían escapar. Lo único que los separaría del escape sería su amigo Pikachu, que estaba listo para atacar a diestra y siniestra.

-¡Pikachu! – gritó el chico y el pokemon volteó.

-¡Pikapi Pika Pichu Pika Pi! – respondió Pikachu y se volteó para seguir esperando.

Quedaban a lo mucho 20 segundos y lo siguiente sucedió en cámara lenta. El chico comenzó a escuchar a su amigo atacar a los vehículos mientras él estiraba su brazo a todo lo que podía para rescatar a la chica.

-¡No te rinda! ¡Puedes lograrlo! – gritó y la chica dio un último esfuerzo por alcanzarlo.

Por desgracia, se distrajo al escuchar que Pikachu ya no atacaba y no logró agarrarle la mano a la chica. Ella ya no pudo aguantar más y su mano resbalo. Mientras ella caía, el chico solo escuchaba como gritaba su nombre.

/

-¡NO! – gritó el chico al despertar, miro alrededor y vio que se encontraba en la tranquilidad de la noche y se volvió a recostar en el árbol donde había estado durmiendo. – Solo fue… ese sueño otra vez. Cada vez se vuelve más recurrente.

-Pika chu. – escuchó el chico a su pokemon, que despertó algo malhumorado al escuchar a su amigo.

-Disculpa por despertarte amigo, no era mi intención. – se disculpó y Pikachu entendió, ya que sabía sobre sus constantes sueños. – Por cierto, ¿nos quedamos dormidos antes de que terminará nuestro turno?

-Pika. – dijo el pokemon negando. – Pichu Pikachu Pi.

-Tendría que haberlo supuesto, Blue es la única que tiene esa "sutileza" para mandarnos a dormir. ¿Sabes dónde está?

-¡Pika! – respondió Pikachu y comenzó a trotar, seguido por el chico.

/

-Por fin te encuentro. – dijo el chico al ver a Blue.

-Hola lindura, ¿dormiste bien? – le preguntó la castaña con una voz algo seductora.

-Muy graciosa Blue. Sabes bien que sigo teniendo esos sueños los cuales no son nada buenos.

-Cielos Ash, no tienes porque regañarme. Sé muy bien tu problema, pero solo quería ayudar ya que te vez muy cansado.

-OK OK. Disculpa, he estado estresado los últimos días. Tener un objetivo, pero no saber cuál es, es frustrante. Sobre todo cuando "él" está a cargo.

Blue soltó una risita ante este comentario y Ash volteó a verla extrañado.

-Eres muy parecido a tu hermano, ¿sabes? No solo en lo desesperado, también en la manera de actuar y, sobretodo, en esa pasión por los pokemon.

Ash, simplemente la vio de reojo mientras Pikachu trataba de contener la risa por todo lo que había dicho Blue, sin mucho éxito.

-Por cierto, ¿Dónde está? La última vez que lo vi fue cuando empezaba mi ronda.

-Posiblemente este durmiendo junto a los restos de la fogata. ¿Unas carreritas para ver quien llega primero? – preguntó Blue y comenzó a correr antes de que Ash le diera una respuesta.

-¡Porque a mí! – exclamó Ash para después salir tras Blue, seguido por Pikachu.

/

-¡No es justo, hiciste trampa! – gritó Blue cuando vio a Ash apoyado sobre un árbol.

-Tú también la hiciste, así que estamos iguales. Si es que en verdad había reglas. – respondió Ash con tono calmado.

-Creí que tardarían más tiempo. No decidí ir a buscarlos por si querían tener un… tiempo compartido.

-¡Ah, no! Discúlpame, pero yo no haría eso. No es porque desprecie a Blue, ya que, hay que admitirlo, es guapa además de tener buen cuerpo. – se defendió Ash, ante lo dicho por su hermano.

-¡Muchas gracias Ashy! – exclamó Blue por el cumplido y se lanzó a los brazos de Ash.

-¡Que no me llames así!

-¡Silencio! / ¡Pi! – gritaron Red y su Pikachu, Pika; y sus compañeros guardaron silencio. – Gracias, ahora podremos terminar de planear lo que vamos a hacer a continuación.

-¿Cómo que terminar? ¿Me excluyeron de sus planes?

-Esa parte no te la podemos decir aun. Disculpa por haberte mentido. – le dijo Blue a Ash.

-Tú objetivo se encuentra en Petalburgo. ¿Has escuchado hablar de un tal Norman? – preguntó Red.

-Líder de gimnasio de ciudad Petalburgo, uno de los mejores en todo el mundo. Incluso se le llega a considerar como próximo miembro de la Elite 4.

-Bien, has hecho tu tarea. Ahora escucha, Norman le pidió ayuda a la Elite 4 para un asunto de suma importancia.

-Teme por la vida de su hija, May. Desde hace varios meses han estado a punto de lastimarla, pero ha actuado con rapidez. Pero ahora que ella quiere iniciar su viaje para convertirse en entrenadora o coordinadora, teme no poder estar para protegerla. – continuó Blue.

-Y mi trabajo es hacer de guardaespaldas, ¿no es así?

-No precisamente. No te presentarás en su casa y dirás que vas a cuidarla. Recuerda que solo la Elite 4 de las distintas regiones sabe de nuestra existencia. La encontrarás en la calle y le harás la plática. Esperamos que con eso confíe en ti y en Pikachu. – dijo Blue.

-Y por favor, no falles. Todos contamos contigo, ya que ella es muy importante. Otra cosa, no puedes llevar esas ropas, nuestros enemigos te reconocerían inmediatamente. – dijo Red y Ash puso cara de pocos amigos.

-Así que tendrás que usar estas. – dijo Blue entregándole un conjunto de ropas nuevas y una mochila, junto con otras cosas comunes de los entrenadores. – Lo único que puedes llevar son tu "juego". Solo en caso de emergencias.

-Creí que me iban a mandar desarmado. – dijo Ash.

-No es mala idea, pero no podemos arriesgarnos mucho. Por último, además de Pikachu podrás llevar otros dos de tus pokemon. Así que elige sabiamente.

-Elijo a Lucario y Dragonite. Después de lo que sucedió en Sinnoh, no dejaría a esos dos por nada.

-Es tú decisión, solo no te termines matando. – le advirtió Red, mientras activaba su sistema de transporte personal y salían dos pokebolas en el. - Mucha suerte, te veremos en Slateport cuando llegues ahí

-Cuídate y nada de hacer cosas pervertidas con esa niña. – dijo Blue, guiñándole el ojo de manera coqueta.

-¡Blue!

Pero antes de que pudiera decir algo más, Blue y Red ya iban volando sobre Zapdos y Moltres, respectivamente.

-Bueno, estamos solos de nuevo Pikachu. Y el amanecer se acerca, así que será mejor comenzar a avanzar.

-¡Pika!

/

9:00 AM. Afueras de ciudad Petalburgo.

-Al fin Pikachu, llegamos.

-Pikachu. Pika Pikachu Pi.

-De que te quejas, yo camine la mayor parte del camino, no tú.

-Pika Pika Pikachu Pichu.

-No pensé en eso, ¿de acuerdo? Creo que será mejor buscar el centro pokemon, de ahí preguntaremos por el gimnasio de la ciudad.

-Pika.

-Tienes razón, será más fácil si volamos viajamos sobre Dragonite. ¡Sal amigo! – dijo Ash y el pokemon dragón dio un rugido gentil al salir. - ¿Podrías llevarnos al centro pokemon de esta ciudad?

Dragonite asintió y, Ash y Pikachu subieron a su espalada y el pokemon dragón salió volando a toda velocidad. Algunos transeúntes volteaban al cielo al ver la sombra del pokemon pasando sobre las calles de la ciudad.

-Mira Pikachu, ahí está el gimnasio. Es nuestro objetivo principal para vigilar ese lugar después de comer.

-¡Pika!

-Dragonite, baja en ese parque. Es el lugar abierto más cercano del centro pokemon.

Dragonite descendió cerca de donde estaban unos niños jugando, y se quedaron viendo al pokemon con mucha admiración. Cuando vieron a Ash, se acercaron a él y sonrió ante el entusiasmo de los pequeños.

-Disculpe señor, ¿ese es un Dragonite? – preguntó uno de ellos.

-Así es, pero no me digan señor porque me siento viejo. Mi nombre es Ash, y vengo de la región de Kanto. Y este es mi amigo Pikachu.

-¿Y vienes a retar a los líderes de gimnasio? – preguntó otro.

-Así es, espero llegar a conquistar otra liga pokemon – respondió Ash, lo cual no era mentira. Ya que, después de conquistar la conferencia de Añil no pudo ir tras la liga de Jotho. Y en Sinnoh, no fue precisamente por eso.

Todos los niños hicieron exclamaciones de asombro, mientras que algunos le hablan a Dragonite y a Pikachu y estos respondían amablemente y jugaban con ellos.

-Podrías intentarlo, pero primero tendrás que vencer al líder de gimnasio de Petalburgo. Muchos consideran que él puede llegar a ser miembro de la Elite 4 en los próximos años. – dijo uno de los chicos, que usaba lentes.

-Bueno, entonces entrenaré duro para poder pelear con él. – dijo Ash.

-Max tiene razón. Casi nadie ha podido vencerlo, y si espera que el pase a formar parte de Elite.

-Esas solo son palabras. Claro, no dudo que sea de los mejores, pero eso no significa que no pueda ser derrotado.

-Si claro. Me gustaría ver cómo te derrota, pero lamentablemente escuché que va a salir por unos días. – dijo el chico con lentes, antes de salir conrriendo.

-Qué chico tan raro. Bueno, debo irme. Nos vemos luego. ¡Dragonite, regresa! – dijo Ash y salió corriendo al centro pokemon.

/

Un par de horas más tarde, después de un buen desayuno y de cambiarse su ropa de "viaje" por la que le dio Red (Ropa que utiliza en la liga Hoenn y en la Batalla de la Frontera).

-Hace tiempo que no tenía un desayuno de esos. ¿Qué te pareció a ti Pikachu?

-Pika Chu

-Me alegro. Bueno, es hora de comenzar a buscar. ¿Izquierda o derecha? – preguntó Ash, pero antes de que Pikachu pudiera responderle, sucedió algo extraño.

-Disculpa, ¿tú eres Ash Ketchum, campeón de la conferencia de la meseta Añil? – preguntó una chica, de manera tímida.

-Rayos. ¿Ahora qué hago? ¿Si digo que sí, voy a tener a un grupo de fanáticas tratando de arrancarme la ropa? Aunque, ella se parece mucho a… Sí, soy yo. Mucho gusto. – dijo mientras se quitaba la gorra de manera respetuosa. - Aquí viene nada – pensó Ash, mientras esperaba la reacción de la chica.

Ash estudiaba a la chica, mientras ella asimilaba su respuesta. Ojos color zafiro, castaña, usando una pañoleta de color azul para cubrirse del sol, haciendo juego con unos jeans azules con arreglos y una blusa rosa, y unos tenis blancos con rojo.

-Encantada, mi nombre es May Balance. Es grandioso poder conocer a alguien tan genial como tú. No me perdí ninguno de tus combates desde la primera ronda.

-Gracias por el cumplido. Pero dime May, ¿qué puedo hacer por ti? – preguntó Ash, para después regalarle una sonrisa.

-Bueno… Veras, ya sé que eres alguien muy ocupado y que has de estar de camino para tener batallas contra los líderes de gimnasio, pero me gustaría que fueras a mi casa hoy antes de que sigas. Por favor, di que sí.

-Claro, aceptamos ir a tu casa. ¿Verdad Pikachu?

-¡Pikachu!

-¡Genial! ¿Quieren pasear por la ciudad hasta que sea la hora de la comida?

-Encantados / Pika.

Los tres comenzaron a caminar, aunque al principio ninguno de los dos dijo nada debido a lo extraño del asunto. Pikachu de vez en cuando veía a ambos y se preguntaba que pasaba, ya que nada más se volteaban a ver en ocasiones.

-¿A qué te dedicas May? – preguntó por fin Ash para romper el silencio.

-¿Eh?... Bueno, hace unas semanas terminé mi curso sobre los pokemon, y hace tres días fui por mi primer pokemon. Aunque mis papás me regalaron mi primer pokemon a los 10 años, que fue un Eevee.

-Disculpa si te ofende la pregunta, ¿pero qué edad tienes? ¿Y qué pokemon elegiste?

May rió un poco ante los modales de Ash – Descuida, tengo 13. Y me decidí por Torchic. ¿Tú tienes 15, verdad?

-Así es. Es curioso que la gente se acuerde de mi edad, fuera de mi familia y amigos claro. Si mal no recuerdo, lo mencionaron en la primera ronda. Después de eso, solo me conocían como el campeón.

-¿Por eso dejaste de tener batallas?

-No. Decidí seguir a mi hermano a la región de Sinnoh para entrenar con él. No solo mis pokemon, también yo mismo entrené. Aunque, salí algo lastimado al principio.

-¿Por qué? – preguntó May.

-Mi hermano no es alguien que se tome las cosas a la ligera. Termine varias veces con fracturas menores. Después de eso, ya le costaba trabajo hacerme sufrir.

-¿No es un método algo rudo? – preguntó May mientras se fijaba en los brazos de Ash y comenzaba a fantasear en cómo se vería sin playera.

-Con mi hermano nunca se sabe si se lo toma personal o de juego. Eso lo aprendí a la mala. Aun así valió la pena.

-Ya veo.

-¿Ya sabes a qué te vas a dedicar?

-¿Perdón?

-Sí. ¿Entrenadora, coordinadora o criadora?

-Aun no lo sé. Me llama mucho la atención la coordinación y el entrenamiento. Pero espero poder disipar mi duda pronto.

-Podrías intentar los dos en un principio y ya después decidirte.

-Es una buena idea. – dijo May y agarró a Ash del brazo en señal de apreció. Pero no dijo nada para aprovechar un poco el momento.

-Podría acostumbrarme a esto.

-¿Pika?

-¿Qué sucede amigo?

-Pi… ka… - dijo Pikachu con el miedo en sus ojos y se escondió en la mochila de Ash. Ash sabía que es lo que sucedería.

-May, ¿tendrás un lugar donde podamos escondernos? – preguntó Ash, dejando a May extrañada.

-¿Qué sucede?

-No es algo muy bueno. – respondió Ash y comenzó a caminar más rápido, seguido de cerca por May. – Por alguna razón, siempre nos terminan persiguiendo los "locos", como les decimos Pikachu y yo a la bola que nos termina siguiendo en cada ciudad. Por eso Pikachu se escondió, porque sabe que vienen. Y como tuve que regresar a mi Dragonite, no tengo ningún pokemon tipo volador que nos saque de aquí.

-Sígueme. Sé a dónde podemos ir. – dijo May y comenzó a correr, seguido de Ash.

-¿A dónde vamos May? – preguntó Ash cuando alcanzó a la castaña.

-Vamos a mi casa. No se atreverán a buscar cerca de ahí debido a que vivo cerca del gimnasio.

-Estoy de acuerdo contigo.

-Pika… - dijo Pikachu al asomarse por la mochila, y comenzaba a sacar chispas de sus mejillas.

-Ni se te ocurra Pikachu. Sé que se acercan, pero si lo haces nos retrasarías y sería fatal.

-Pi Chu.

-¿Qué dijo? – preguntó May al momento que daban vuelto a la derecha.

-Dice que nos apuremos, no quiere ser acosado otra vez de esa manera.

-Ya casi llegamos.

Siguieron corriendo como si no hubiera mañana. De repente, escuchar un "¡Allá va!" y decidieron correr más rápido. May comenzó a dar más vueltas para tratar de despistar a los perseguidores, cosa que funcionó muy bien. Al final, pudieron llegaron a la casa de May y se metieron, quedándose pegados a la puerta y escucharon como la turba pasaba de largo.

-¡Uf! Ya se fueron.

-¡Mamá, papá! ¡Ya llegué y traje una visita! – y dirigiéndose hacia Ash. – Espera aquí. Cuando me asome ven a la cocina.

Ash asintió y May fue a buscar a su mamá que a esa hora estaba en la cocina, mientras Ash sacaba a Pikachu de la mochila que se agarraba las orejas en señal de miedo.

-Descuida Pikachu. Ya paso todo, estamos a salvo.

-Pika Chu. – dijo el pokemon, dando un gran suspiro. - ¿Pika?

-Estamos en casa de May, sin nadie persiguiéndonos. – respondió Ash y Pikachu salto de los brazos de Ash y comenzó a olfatear el lugar y adentrarse en la casa. – Es de mala educación adentrarte en la casa de alguien si todavía no te invitan a pasar. – dijo el azabache y siguió a Pikachu. En eso, vio que May se asomó, y vio a Pikachu yendo hacia la cocina. – Maldición. ¿Por qué te gusta hacerme la vida difícil? ¡Te tengo!

Pikachu esquivó a Ash, que saltó a la mesa y saludo al Eevee que estaba arriba, haciendo que Ash se fuera de cara al suelo y cayendo cerca de May. Al levantar la cara, Pikachu se reía de él, mientras May lo ayudaba a levantarse.

-Mamá, él es Ash y… Bueno ya sabes todo sobre él gracias a Max. Ash, ella es mi mamá, Caroline.

-Mucho gusto en conocerla Caroline. – saludo Ash.

-El placer es mío Ash. Es un honor tenerte en la casa.

-El honor es mío. Todo fue idea de May, además de que no hubiera rechazado la oferta de venir por nada.

-May, ¿Por qué no le enseñas los alrededores a Ash? Todavía falta tiempo para que este la comida y para que lleguen tu papá y tu hermano.

-Claro. Vamos Ash, te mostraré la casa. – dijo May y lo tomó de la mano para guiarlo hacia el patio trasero de la casa, seguidos por Pikachu y Eevee.

Mientras Carolien los veía salir y volvía a sus cosas, solo podía pensar en una cosa: Nietos.

/

Cuando Ash y May entraron a lo que parecía un invernadero, Eevee y Pikachu salieron corriendo para explorar el lugar por su cuenta.

-Bueno, aquí es donde mi papá deja a sus pokemon para que descansen.

-Este lugar es inmenso. ¿Cuántos pokemon tiene tu papá?

-La verdad no lo sé, nunca le he preguntado. Pero si tiene varios y muy fuertes. Lo he visto pelear varias, y los retadores no han tenido oportunidad.

-Me gustaría tener una batalla con tu papá. Sería interesante.

-No es por ofender Ash, pero aunque tú hayas ganado una liga mi papá está a la altura de los miembros de la Elite.

-Descuida, desde que llegué aquí me han dicho eso. Pero vale la pena intentar.

-Tienes razón. Sería interesante que tuviéramos una batalla. – dijo una voz detrás de los chicos. Ambos voltearon y May corrió para saludar al recién llegado. - Tú eres Ash.

-Así es. Usted ha de ser el líder de gimnasio, Norman. Es un placer conocerlo. – dijo Ash y le extendió la mano a Norman, quien correspondió el saludo.

-El placer es mío. Por cierto May, feliz cumpleaños. – dijo Norman y le entregó una caja de buen tamaño.

-¡Te acordaste papá! ¡Muchas gracias! – exclamó May mientras tomaba la caja y la abría.

-Y dime Ash, ¿qué te trae por aquí? – preguntó Norman.

Los tres comenzaron a caminar a la casa a buen paso, mientras May batalla por abrir su regalo por la emoción, seguidos por Pikachu y Eevee.

-Bueno, después de que desaparecí tras conquistar la meseta añil y entrenar unos años con mi hermano, decidí hacer otro viaje pokemon. Y elegí Hoenn. – dijo Ash.

-¡No lo creo, es una poke compu! – gritó May y Ash y Norman rieron por la emoción de la chica.

-Suena interesante. Y con gusto tendré una batalla de exhibición contigo después de comer. ¿Por qué no te quedas a comer con nosotros?

-Sería genial. Muchas gracias.

Los dos siguieron caminando delante de May, que iba entretenida descubriendo las funciones de su poke compu, pero después los alcanzó al ver que se estaba quedando muy atrás.

-Oye May, ¿dónde está el Torchic que elegiste como pokemon inicial? – preguntó Ash.

-Ha de estar en mi cuarto, es algo miedoso.

-Descuida, se le pasará. A veces llegan a ser así, pero con el tiempo cambian. Por ejemplo, a Pikachu al principio no le agradaba ni un poco, pero después de haberlo salvado del ataque de unos Spearow comenzamos a llevarnos mucho mejor.

Después de que Ash dijo esto, él y los demás llegaron a la casa donde ya los esperaba la comida lista, junto a Caroline y un chico de unos 11 años que tenía a un Treecko a su lado. Ash lo recordó de cuando aterrizó en el parque con Dragonite, y Max (recordando el nombre del hermano de May) quería comenzar a pelear, pero Caroline lo detuvo.

/

Después de comer, todos se dirigieron al gimnasio donde se llevaría a cabo la batalla de exhibición. Todos tomaron sus lugares, espectadores y entrenadores, mientras el ambiente se comenzaba a tensar, a pesar de no ser batalla oficial.

-Bien Norman, di las reglas. – dijo Ash.

-¿Qué te parece una batalla doble? Veamos si eres tan bueno como dices. – dijo Norman

-Nunca he tenido una batalla doble, pero acepto. No me echo para atrás ante un reto.

-Esa es la actitud.

-La batalla de exhibición entre el líder de gimnasio Norman contra el retador Ash Ketchum de Pueblo Paleta va a comenzar. Cada uno utilizara dos pokemon, y solo el retador podrá hacer sustitución. ¿Listos? ¡Comiencen!

Hasta aquí el primer capítulo. Espero sus comentarios. Por cierto Contra el Viento quedará momentáneamente clausurada debido a problemas de archivos dañados. Hasta la próxima.