Holi 3 eh vuelto y, cómo dije antes, traigo otro fic (?)

No dire nada, les dejare leer pos


Destino…

Hay muchas creencias que dicen que el destino es algo que no se puede cambiar, otras dicen que lo vamos forjando nosotros mismos, que está escrito desde el momento en el que nacimos y que va formándose y escribiéndose a medida que va avanzando el tiempo, y con él nuestra edad. Por eso, este mismo destino nos da pequeñas indicaciones cuándo encontramos personas ajenas relacionadas con nuestro mismo destino, y que pueden llegar a perjudicar o favorecer nuestra vida.

Esas cosas a las que se les llaman "corazonadas" pueden llegar a tener distintos significados, favorecedores o no. Ese tipo de impulsos o sensaciones que sentimos cuándo vemos a alguien, o algo. Entramos a algún lugar o cuándo sentimos un escalofrío recorrer la espalda con la sensación de que alguien está hablando de uno mismo. También hay variaciones mismas de lo que se le llaman "mensajes del destino". Mucha gente cree que cuándo hablan nosotros uno empieza a estornudar o siente un picor en la nariz. También, otros que dicen que cuándo ve a la persona con la cual el destino te ha unido se siente un cosquilleo en la panza, o intuitivamente sabemos el nombre de la persona con la cual nos estamos relacionando por primera vez.

El destino es lo que nos guio en el pasado, lo que nos instruirá en el futuro y lo que nos lleva en el presente.

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Mi nombre… Mi nombre no es uno que yo pueda mencionar abiertamente en voz alta. Desde pequeño me eh acostumbrado a ocultarlo por culpa de mi padre, quién había comenzado siendo un doctor venerado, con grandes premios y reconocimientos. Pero se empezó a guiar por el camino de las drogas y operaciones baratas, lo cual lo convirtió en un completo criminal en la lista de los más buscados, por hacer operaciones con instrumentos no esterilizados, o no adecuados para la situación. Además de consumo y tráfico de drogas.

Esa persona, a la cual no debería de poder llamarse "padre" nos abandonó a mí y a mi hermanastra cuándo fue arrestado y llevado a la cárcel con una sentencia de cadena perpetua por haber causado la muerte de varias personas. Nos dejó sin nada… Nuestra madre se había suicidado cuándo yo tenía apenas 8 años por la constante presión y depresión que sufría al saber de la situación en la que estaba. Arrepintiéndose de haberse relacionado con aquel hombre, que la había llevado a una vida de ruina y miseria.

Yo todo esto lo sabía, pero no era que ella lo demostrara. En frente mío y de mi hermana siempre se mostraba con una sonrisa y con buena cara. No quería preocuparnos… yo sabía que no… ella, a pesar de nuestros problemas económicos, nunca dijo que se arrepentía de tener un hijo o de haber adoptado a una niña. Diariamente nos decía que nos amaba y que siempre lo haría por toda su vida… Es una pena que haya sido tan corta.

Fui forzado a cambiar mi nombre para no ser maltratado o algo por el estilo. Mi apellido no era necesario, porque el "famoso" asesino y doctor corrupto era conocido por su nombre, Ya que dejaron de nombrarlo por su apellido cuándo perdió sus títulos.

Mi padre se llamaba Grisha Jäeger, y mi nombre es Eren… Eren Jäeger.

Nunca olvidare mi nombre, siempre que me veo obligado a decir mi nombre falso por seguridad personal, vuelve a mi mente el original, reclamando respeto. Siempre pasaba... en voz alta decía con un tono tranquilo "Ethan" pero por dentro gritaba mi verdadero nombre.

Al pasar los años esos hechos quedaron enterrados en el pasado. Mi hermanastra, llamada Mikasa Ackermann, decidió en la adultez cambiar el apellido de mi familia por el de su padre biológico, el cual con su madre había fallecido en un accidente automovilístico cuándo ella apenas tenía 6 años. Decidió, junto conmigo, estudiar en la universidad para tener un título y poder forjar una vida llena de paz y tranquilidad. Aunque por su hermosa voz y belleza, dejo su carrera para unirse a la industria musical y volverse toda una artista.

Yo, en cambio, seguí con mis estudios medicinales y me volví un gran doctor ya con un título a los 19 años, mucho más joven de lo que una persona normal lo consigue, pero gracias a mis grandes habilidades y buenas notas, logre adelantar varios años y terminar la carrera en un cuarto de lo normal. Apenas salí de la universidad, decidí buscar empleo, y luego del pasar de los años logré formar mi propia empresa, la cual se volvió una de las más grandes y monstruosas del país en cuánto a su división. Aunque me dolía…

Me dolía que cada vez que viera el título, se leyera "Ethan Jäeger"

Llegué a la cima de mi vida apenas a los 22 años. Con Mikasa, que tenía mi misma edad, nos seguíamos viendo. A veces en su casa o a veces en la mía. Si no nos encontrábamos en algún café que nos quedara a mano a los dos, y platicábamos sobre las distintas cosas que nos iban pasando día a día y nos contábamos las distintas novedades que le iban pasando al otro.

Contaba con todo lo que quería. Tenía salud y dinero, de este último ganaba tanto que generalmente lo donaba a los orfanatos u hospitales para ayudar a la gente necesitada, por lo cual además me había ganado la fama y respeto de la gente.

Lo único que me faltaba era amor. Este sentimiento lo tuve tan poco en mi vida que ya me había acostumbrado a estar sin él, pero entre en cuenta de que debía buscar pareja cuándo un día pensé en un sucesor. Pensaran "Porque se le ocurre pensar en un sucesor si apenas tiene 22 años" pero simplemente llego a mi mente luego de una cadena de pensamientos originada por las constantes proposiciones de mujeres y hombres ricos de familias importantes queriéndome esposar con sus hijas.

Muchas veces, debía pedirle a Mikasa que me ayudara con casos complicados de estos padres que si o si querían que yo me casara o emparejara con uno de sus descendientes. Ella actuaba como mi actual pareja, lo cual hacía que esas personas desistieran por un tiempo.

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Era un día gris y nevado. Estaba caminando por una calle que yo no solía transitar… pero un pequeño impulso dentro de mí hizo que tomara ese camino que llevaba a mi residencia.

Era una calle algo deteriorada… uno de esos lugares con mala fama, por lo cual la gente se sorprendía al ver mi rostro por ahí. Era una de esas calles, llenas de tristeza, depresión y vandalismo. Uno de esos lugares que te intimidan y que te dan ganas de salir de allí. Aunque yo tenía esa sensación, desde adentro tenía un impulso que me hacía seguir. Había algo que me atraía… había algo en esa calle que yo debía descubrir, Todavía no sabía para qué.

Fui prestando atención a los distintos comercios. Algunas fruterías y verdulerías. Vi una o dos carnicerías, y pequeños carteles que anunciaban distintos comercios como tiendas de ropa y lavanderías. No sabía si todo eso era legal, probablemente no lo era, Pero la municipalidad no quería meterse con lugares así.

Me detuve en seco cuándo un cartel llamo mi atención. En este se leía "Prostíbulo". Nunca en mi vida habría pensado meterme en un lugar así. ¿Podía tener a la mujer que quisiera en mis manos y me iba a gastar dinero en una? Solo un loco que quisiera despilfarrar dinero lo haría.

Pero de nuevo sentí ese impulso… esa pequeña voz que desde dentro de mí decía "hazlo", era la misma voz que gritaba mi verdadero nombre clamando respeto. Dudé. No sé cuánto tiempo me quede parado ahí como idiota mirando atónito ese edificio viejo, con el comercio que anunciaba el cartel lleno de luces en la calle. Probablemente uno minutos. Decidiendo si hacerle caso al corazón o a la mente…

Luego recordé que esta última podía ser cambiada… era volátil, podía ser fácilmente afectada por la locura o por sustancias ajenas a nuestro cuerpo. Mi corazón me susurro "¿Por qué hacerle caso a algo que puede estar mintiendo y siendo manipulado?". Eso basto para que yo moviera mis pies de una vez por todas, dejando mis pesadas huellas y las marcas de mis botas en la nieve, subiendo por los anchos escalones llenos de hielo y escarcha.

Al entrar al edificio un olor a humedad mezclado con el aroma dulce a lujuria y sexo del ambiente inundo mi nariz. El empleado que atendía el mostrador estaba hojeando una revista porno. Y ni se molestó en levantar la vista para verme. Me acerque lentamente a este, y mire la lista de lo que serían "citas", la cual contenía el nombre de la prostituta y el precio de esta. Recorrí la lista con desgano, pero curiosidad, ya que algo me había llevado hasta allí por algo, y debía descubrirlo.

Siguiendo por la lista, leyendo los nombres uno por uno, sin molestarme en mirar el precio ya que cualquiera que eligiera podría pagarlo. Llegué a un nombre… un nombré que se grabó en mi mente, y que pronuncie con un leve susurro al momento de leerlo.

"Levi"

Ese nombre me había hechizado, me había llamado la atención de tal manera que me lo quede viendo con los ojos abiertos y la mirada fija. Me parecía un nombre hermoso, aunque nunca lo había escuchado en mi vida, sentía que lo conocía desde hace mucho. Eso era lo que buscaba, lo supe en ese momento. Era lo que me había llevado a ese momento y lugar.

El hombre que estaba en el mostrador dejo de leer su revista y me habló, dando un comentario vago sobre la lista.

-¿Con que interesado en el pequeño Levi, Eh?

-¿Eh? Bueno, sí.

-Es uno de los nuevos, serás el primero en estrenarlo-. Soltó una pequeña risa por lo bajo.

-¿Estrenarlo? ¿Es hombre? Más bien, ¿A qué se refiere con "nuevo?

Con estas preguntas que hice el hombre soltó otra pequeña carcajada un poco más sonora- ¿Es tu primera vez en un lugar como este? Simplemente porque eres joven y me caes bien te explicare cómo funciona la cosa. Básicamente, el jefe del establecimiento compra una prostituta a otro por un determinado precio. Por eso se le dice "nuevo" el pequeño de Levi, el cuál sí, es hombre, Llego apenas ayer. El jefe lo compro porque tenía bastante fama y podríamos hacer un buen dinero con él. Los más nuevos generalmente son los más caros, y a medida que va pasando el tiempo va bajando su precio hasta que ya no rinde frutos, o cumplió su cupo y lo vendemos a otro comerciante, el cual hace lo mismo.

-… es algo… horrible… los venden cómo simples objetos…

-Bueno, si lo piensas, sí. Pero esta vida es mejor para ellos de lo que tenían antes. La mayoría eran pobres, o huérfanos, o algo por el estilo. Al menos les damos algo de comer y un techo en el cuál refugiarse, obviamente a su debido precio trabajado para nosotros-. Lo dijo con una total naturalidad cómo si fuera algo obvio, y él fuera una buena persona. Me miro con curiosidad para saber de una vez por todas si iba a alquilar una prostituta o no, así que me decidí por "alquilar" ese hombre que tanto había llamado mi atención desde un principio, que me había llevado a ese lugar. El precio era mucho más barato de lo que había pensado. Y eso que el hombre lo menciono como "caro". Eso me hizo sentir más pena por este pequeño hombre, aunque decidí hacer una pregunta más.

-¿Y cuánto tiempo debe quedarse en este lugar?

-No lo se… supongo que medio año, algo así. Eso si no rinde frutos, si llega a ser útil y a la gente le agrada ,un año más o menos. Sino, hasta que se lo follen unas cien o doscientas veces-. Me dolió que hubiera tanta diferencia entre las dos cifras que menciono.- En un año lo pondremos a la venta de nuevo.

-E-Entonces lo quiero a él.

-Tienes coraje, una noche entera serán unos 1000. Ten cuidado, tiene un carácter bastante fuerte, no me sorprendería que te mordiera en algún momento-. Volvió a soltar otra sonora carcajada mientras firmaba algunas cosas y me daba la llave de una habitación, mientras me indicaba que camino debía seguir.

Al llegar a la puerta de la habitación, dudé un poco. Pero de nuevo esa sensación de hacerlo me inundo… Ese "Hazlo" esta vez no estaba siendo susurrado, estaba gritando. Introduje la deteriorada llave en la cerradura de la puerta de madera, y al abrir, pude sentir un olor delicioso… dulce. Pero no pude ver nada, estaba todo a oscuras. Busque una llave de luz, y cuándo la encontré y la encendí, pude ver una de las escenas más hermosas que había visto en mi vida.

Un hermoso hombre, no muy grande ni muy alto, se estaba alzando en la cama, irguiéndose con orgullo cómo un gran cuervo negro, a pesar de su actual estado. Al darse vuelta me miro a los ojos con una mirada afilada, llena de rencor y odio. Esos ojos grises tan atractivos estaban descargando todas sus emociones en mi ser.

No supe muy bien cuánto tiempo me quede en el umbral de la puerta mirando a ese pequeño y hermoso ser mirándome fijamente, esperando algo de mí. Sentí un gran cosquilleo por todo el cuerpo, no podía moverme de ese lugar… simplemente mis pies no se movían. Había descubierto lo que me había guiado hasta allí.

Decidí de una vez por todas avanzar hacia el centro de la habitación, al hacerlo, Levi me miro con una mirada, que si tuviera que describir, estaría diciendo algo cómo… "ojalá que venga el gordo recepcionista de abajo y te folle cómo una perra de las baratas"… Pero no llegó a intimidarme. Cerré la puerta detrás de mí y me dispuse a quitar mi abrigo negro y dejarlo en la percha. Por cada acción que hacía este hermoso hombre la observaba detenidamente y amenazadoramente, cómo una pequeña presa en peligro de ser devorado por un enorme depredador. Cuándo colgué el abrigo y me gire hacia él, este soltó un pequeño gruñido por lo bajo, cómo un cachorrito poniéndose a la defensiva, aunque a mí me parecía más un minino.

Ninguno de los dos hablaba, la tensión se podría haber cortado con un cuchillo. Me atreví a decir algo cuándo termine de quitarme todas mis prendas de invierno para quedar simplemente con camisa y pantalones.

-Con que Levi Eh…

-Sí, tú ya deberías saberlo pedazo de hijo de puta.

Con estas palabras me sorprendió… realmente demasiado… nunca en mi vida me habían insultado, ya que era un hombre con un gran título social. Pero tenía todo el derecho a hacerlo, sometido a este tipo de vida…

-Puedes insultarme todo lo que quieras, no te detendré ni nada por el estilo. Yo también viviría amargado con un tipo de vida así-. Dichas estas palabras me acerque al borde de la cama y me senté en él. Estaba a menos de un metro de esa persona que me había cautivado desde el primer momento. Me empecé a rascar la nuca. Observaba cada pequeño movimiento de mi dedo. En un punto de mi cuello sentí un pequeño dolor, como si estuviera contracturado.- Agh… eh tenido un día agotador… lleno de pacientes y papeleo…-. Iba a seguir hablando pero él me interrumpió.

-No creas que hare "relajarte" o algo por el estilo mocoso.

-¿A qué te refieres? Hoy simplemente no tenía ganas de ir a mi casa, por lo cual decidí venir a este lugar. No es que quiera hacer ese tipo de cosas, solo quiero dormir. Bah, si tú quieres hacer algo a mí no me molesta en lo absoluto, pero yo no haré nada que tú no quieras.

Con estas últimas ocho palabras, logré que sus ojos grises se abrieran totalmente, y cambiara su odio y rencor por asombro. No le debía pasar muy seguido algo como esto, no sé si alguna vez le habría pasado. Dicho esto, nadie dijo nada más, él se hizo un ovillo con la sábanas a un lado de la cama King Size, y yo me recosté por encima de estas del otro lado, ya que supondría yo, estaría desnudo. En toda la noche, yo no lo toqué, y el tampoco cambio su posición. No me importo en lo absoluto. Simplemente en pensar que a esa persona… le hacían todo ese tipo de cosas faltas de moral. No dejaré que lo traten así, no dejare que lo lastimen.

Esto es lo que pensaba mientras volvía a las 10 AM de nuevo a mi casa.

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Así siguió todas las noches. Yo iba a ese prostíbulo bien temprano, resguardando el horario para que no viniera alguien antes, y lo alquilaba. Pasaba la noche en esa habitación con ese pequeño cuervo herido, que cada vez iba dejando menos espacio entre uno y otro, durmiendo juntos.

Sin darnos cuenta ninguno de los dos, un día dormimos totalmente abrazados uno al otro.

Toda iba bien hasta un día en el que tuve una reunión sorpresa con una empresa farmacéutica. Generalmente llegaba con Levi a las 8:30 PM cuándo el prostíbulo abría sus puertas, pero esa noche llegué a las 10:15. Sin darme cuenta entre precipitadamente por las puertas, abriéndolas en par. El recepcionista de siempre levanto su mirada de su revista (porno, hay que aclarar) por tal escándalo, y al verme su semblante cambió como si ahora todo estuviera claro.

-Hey, estas retrasado hoy.

-Sí, ni me lo mencione-. Solté una pequeña risita.- Reuniones sorpresa, papeleo… Bueno, lo de siempre-. Mire la lista de citas y casi lloro de felicidad internamente cuándo veo que el precio de Levi había bajado considerablemente desde la primera vez. Además, ya habían pasado unos cuatros meses que nos veíamos. Ya hasta la gente de la calle me reconocía, y algún que otro niño me saludaba.- Bueno, supongo que esta noche elijo al mismo de siempre…

-Lo siento, pero como te dije, estás retrasado-. Soltó una risita.- Nunca te lo mencione, pero siempre viene a las 9 un hombre que quiere alquilar a Levi, pero tú siempre lo hacías media hora antes, por lo cual le decía que no estaba disponible. Llegaste 1 hora y quince minutos tarde campeón, Levi ya está alquilado por esta noche. Y no me sorprendería que se estuviera divirtiendo, este hombre no solo lo alquilo a él, también a unas 5 chicas más, y pidió prestado como 8 consoladores y mucho gel estimulante-. Todo esto lo decía con una cara y voz de gracia.

Simplemente se me heló la sangre. De pensar en Levi en esa situación tan despreciable y vergonzosa… lo que el recepcionista llama "diversión" debe ser actualmente una tortura para él…

¿O quizás… No?

Nunca se me había cruzado este pensamiento por la cabeza. ¿Y si a él le agradaba tener sexo? No creo que sea posible… por la perturbación que él tenía… pero sigue siendo una posibilidad. Quizás él estaba anhelando hacerlo… y yo simplemente ocupaba sus noches…


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