Fandom: El Hobbit (película)

Pareja: Thorin/Bilbo

Tipo: Universo Alternativo

Advertencias: Fluff. Sin Beta.

Disclaimer: Personajes y lugares creados por J. R. R. Tolkien.

Capítulo 01

No puede apartar al hobbit de su mente, y al principio le cuesta entender por qué. ¿Se debe a la culpa que aún lo muerde, por las veces en que lo maltrató? Pero su pobre, querido saqueador le había reiterado unas cien veces que estaba perdonado, y la relación entre ellos había sanado, mientras sus heridas hacían lo mismo.

No, no es solo el cargo de conciencia; hay pensamientos en su mente de una naturaleza muy distinta, y mucho más agradable. A veces se sienta en su trono, y en vez de soñar con la Piedra del Arca, se sorprende pensando en la graciosa y respingona nariz del hobbit, o en esos ojos azul profundo, que pasan tan fácilmente de la inocencia a la picardía, o lo suaves que deben sentirse esos rizos color avellana entre sus dedos. Estos pensamientos lo dejan a veces ansioso, otras veces con un agradable calor en el pecho.

Algo así sintió una vez por una muchacha, hacía muchos, muchos años, tantos que ya casi no se acuerda.

Los enanos que tuvieron la suerte de haberlo conocido siempre le comentan lo mucho que extrañan al saqueador, pero Thorin está seguro de que ninguno de ellos siente esa aguda y persistente necesidad de escuchar su voz, o de ver su redondo rostro sonriente.

Y un día el rey bajo la montaña tiene una revelación: Bilbo es algo suave y dulce, algo noble y bueno e inusual, y, por eso, precioso. Algo que debe tener en su vida. Le toma un tiempo, y algunas charlas con Balin, admitir que estos sentimientos no son otra cosa que amor, y del tipo más romántico.

El amor entre varones no es raro para su raza. Es algo práctico, cuando las mujeres son tan pocas, y en ciertos casos, como todo tipo de amor, inevitable. Thorin no sería el primer rey en tener un consorte hombre, de eso está seguro, aunque sí sería el primero en tener un hobbit a su lado. Pero eso no es motivo para rechazar una posible relación con Bilbo, y así como es obstinado, Thorin no pierde el tiempo dudando o temiendo el rechazo, y decide declararle su amor, para lo cual primero debe mandarlo a buscar.

El viaje desde Erebor a La Comarca es largo, y lo es aún más para Thorin, que espera en su montaña, incapaz de saber por qué parte del camino van ya Fili y Kili, y si Bilbo los acompaña o ha declinado la oferta. Pero la tortuosa espera eventualmente llega a su fin: esta mañana la alegre vocecilla de Bilbo comienza a reverberar por los salones de piedra, y Thorin se prepara para recibirlo.

El abrazo que se dan es largo y apretado, y ninguno de los dos quiere separarse. Bilbo está encantadísimo de verlo, pero hay curiosidad en sus ojos por el motivo de esta reunión. Thorin sonríe, y espera que su amor sea correspondido.

Durante el día Thorin hace tiempo en su apretada agenda para charlar con Bilbo, de esto y aquello, de qué pasó en La Comarca y qué pasó en La Montaña, cosas pequeñas y livianas, pero valiosas a su manera. Por la noche, mientras cenan con algunos de los enanos de la Compañía, aquellos que se quedaron junto a Thorin ayudándolo a gobernar una montaña que de a poco va llenándose nuevamente de vida, Thorin se retuerce en su asiente, su torva mirada clavada en su plato; solo quiere quedarse a solas con su hobbit, pero la cena no parece tener fin.

continuará…