._. Bueno, bueno. Después de...unas "diferencias" que existieron entre Isa-chan y yo. Ella me dijo "Me haces un drama con esto, lo otro y etc..." Así que estoy empezando, pero también lo hago porque, ya no me deja leer sus adelantos T^T y me puso la ley del hielo ¡Por facebook! También, que si no subía esto antes del 3 de julio, iba a culparme de no cumplir con su itinerario ._.
-¡Yo no quiero un hermano!-. Grito la niña, su padre suspiro, mientras que detrás de él estaba un niño de 8 años, observando a la niña que grito furiosa. -¡Estoy bien sola! ¡No lo quiero!-. Vocifero, el señor solo le miro, la niña se cruzo de brazos e inflo las mejillas como si de un berrinche se tratara.
-Gumi, no es un juguete, no se puede-. La niña pataleo anta las palabras de su padre, y señalo al niño.
-¡Yo no lo quiero! ¡No será mi hermano!-. Salió corriendo del lugar, dejando a los otros dos aun en la sala del hogar. El señor suspiro y se sentó en el amplio sillón, el niño camino hasta él. Y se miraron en silencio.
-Yo tampoco quiero estar aquí…-. Dijo el niño, el señor suspiro de nuevo.
Gumi al ser la única hija de un empresario, su padre la ama con todo su ser, ya que es la viva imagen de su mujer, pero algo perturba al señor, y es el supuesto legado del apellido, su hija al ser mayor y casarse, perderá el apellido y el teme eso. Al negarse a casarse de nueva cuenta, decidió adoptar… Pero no espero las reacciones de los niños al conocerse. Gumiya, fue al niño que adopto, un año mayor que su hija. Pensó que al ser mujer y varón no existiría problemas, pero no conto con las personalidades.
Gumi al ser hija única; todo lo tenía, todo lo que pedía y exigía, todo con un simple berrinche o rabieta. Criada con todo lo que se podía, y que cela a su padre, una princesa.
Gumiya vivió 8 años de su vida en el orfanato; sarcástico a veces, y juguetón, al no tener mucho, tenía miedo de pedir más de lo necesario.
Sus personalidades chocaban demasiado, una que otra oración ofensiva era lo que sabía el señor… pero se preocupo cuando una vez los vio peleando a golpe. El niño termino con la cara llena de arañazos y la niña tenía las rodillas ensangrentadas. Si ambos estaban en una sola habitación el ambiente era tenso, al señor le costaba prestar atención a sus hijos sin que uno de ellos se sintiera desplazado. En la escuela no sabía cómo eran, pero cuando un profesor le llamo se entero; se trataban como extraños esos niños, aunque vivieran juntos y fueran llevados en el mismo auto, ignoraban la presencia del otro. Como si no existiera en su vida. Siguió viéndolos crecer, sus actitudes no cambiaban, y parecían no querer hacerlo.
Después de 10 años, cambiaron, pero muy poco entre ellos.
Gumi se transformo en una bella joven, muy social, pero tenía unos cuantos problemas en lo que representaba el ámbito estudiantil, pero no iba tan mal.
Gumiya también maduro con el tiempo, a diferencia de Gumi, en sus estudios era muy bueno, pero su sarcástico humor le limitaba tener amistades.
Con esos años, se comenzaron a hablar, aunque era muy poco, pero al menos, el señor estaba feliz de que no se volvieron a golpear, pero si seguían tratándose como extraños…Paciencia, solo podía esperar el señor, esperar a que sus hijos se llevasen mejor…
-Chicos-. Dijo el señor, tratando de captar la atención de sus hijos. –Tengo un favor que pedirles-. Ambos chicos le miraron, Gumi desde el comedor donde estaba sentada leyendo una revista, y Gumiya desde la sala, que veía la t.v.
-¿Qué cosa?-. Pregunto la chica, el señor le sonrió.
-Podrían…-.
-No-. Contestaron cortantes. El señor suspiro, cualquier oportunidad de que se fueran juntos era totalmente destrozada por ellos. Suspiro cansado y se sentó junto a su hijo adoptivo, que cambiaba los canales rápidamente. Pasaron cinco minutos y ambos chicos tomaron sus cosas, Gumi con dirección a la escuela, y Gumiya a ver a Mikuo. Al salir de su hogar se fueron por sus respectivos caminos.
-No sé de qué te quejas, si tuviera un hermano así, yo feliz-. Comento Rin, Gumi gruño ante el comentario. –Además, te quejas de él como si fueras su novia-.
-¡Dios me libre! Es lo único bueno de que sea mi "hermano"-. Dijo lo último con ironía. –Si ya es fastidioso, ¿Imagínate que lo hubiera conocido en otro escenario?-.
Escucharon un auto acercarse y miraron, Mikuo en su auto y Gumiya en el asiento del copiloto, parecían ir platicando de algo importante, ya que no llevaban la música que a acostumbraban, lo vieron estacionarlo y bajar ambos, y seguían hablando. Hasta que Mikuo señalo a las chicas y Gumiya las miro. Pero volvieron a la disputa.
-¿Qué tanto discutirán?-. Pregunto Gumi, Rin se encogió de hombros, pero siguieron viendo. Hasta que Mikuo golpeo el toldo de su auto haciendo callar a su amigo. Y volvió a señalar a las chicas. Gumiya tomo su mochila y camino a paso rápido a ellas, paso entre ellas, asiéndolas a un lado. Mikuo le siguió por detrás.
-¿Y a estos que les pasa?-. Pregunto ahora Rin, y recibió una respuesta como la que ella dio anteriormente. Decidieron entrar, ahí se encontraron con Len, fueron juntos a entrar a su aula. Donde la profesora les dio las calificaciones de su último examen.
-Ah…creo no podre ir de vacaciones si sigo tan mal…-. Comento Gumi, al ver la baja calificación que estaba en su examen.
-Vives con uno de los alumnos de mejores calificaciones ¿Y repruebas?-. Dijo Len, la chica solo acostó la cabeza en su pupitre.
-Su orgullo le impide pedirle ayuda a su hermano-.
-No es mi hermano…-. Corrigió a Rin, la rubia solo la ignoro. –En cualquiera de los casos, si yo no voy de vacaciones, él tampoco-. Se levanto y sonrió. –Así, si yo sufro, él también-. Los rubios le miraron solamente.
-Yo también te quiero-. Miraron hacia la puerta, era Gumiya. –Descuida, si iras de vacaciones-. Comento acercándose.
-¿Y tú qué quieres?-. Pregunto la chica, su "hermano" sonrió.
-Que genio. Dile a papá que pasare la noche con Mikuo y que no me llame-. Informo y salió. Gumi golpeo su pupitre.
-¡¿Qué? ¡¿Soy su recadera?-. Los Kagamine suspiraron ante la reacción de su amiga. Las clases pasaron, vieron a Mikuo y Gumiya irse, pero Gumi lo ignoro, al llegar a su hogar, de mala gana le informo a su padre. El resto del día en su hogar. Llego la noche y todos se fueron a dormir…menos Gumi, se quedo despierta ya que no tenía sueño…o eso decía ella. Escucho pasos y fue a ver, en la puerta de entrada Gumiya entraba lo más sigiloso que podía.
-Buenas noches-. Dijo y sobresalto al otro, que dijo una maldición.
-¿Me quieres matar del susto?-. Pregunto, acomodándose las gafas, Gumi le ignoro. -¿Me estabas esperando? No debiste-. Comento con sarcasmo, la chica se acerco y le miro a los ojos.
-¿Qué hiciste?-. Pregunto, y él le sonrió con superioridad.
-Robe un banco-. Contesto y la paso, Gumi le tomo del hombro, y él otro gimo y se cayó de rodillas. –No me toques ahí…-. Rogo, Gumi arqueo las cejas y se inclino ante él.
-¿Qué hiciste?-. Volvió a repetir, Gumiya desvió la mirada, y la regreso a ella.
-No le digas a nadie-. Gumi asintió y se sentaron en la sala. Gumiya se quito la sudadera y la playera, dejando ver un tatuaje, recién hecho.
-Estás loco…-. Dijo más como opinión que como una pregunta, Gumiya simplemente suspiro.
-Mikuo tiene uno también, además no me negaras que esta genial-. Dijo, y Gumi guardo silencio, la verdad no estaba mal, un dragón negro escupiendo fuego y con ojos verdes…no estaba mal.
-Pues no…no está nada mal-. Confirmo. Y Gumiya se giro a verla. –Entendí, no diera nada-. Comento y el otro sonrío, la primera vez que le sonrío sin superioridad o sarcasmo.
-Gracias-. Le dijo, era la primera vez que estaban bien ¿Y un tatuaje había hecho eso?... Se quedaron en silencio, viendo a un punto en la nada, sentían complaciente la compañía del otro, aunque lo negaran. Gumiya veía de reojo a Gumi, ella estaba ensimismada en sus pensamientos, él se levanto y la tomo de la mano, asustándola al instante por el tacto.
-¿Qué…?-.
-Vamos-. La levanto y jalo, en el pasillo, Gumi veía su mano tomada por otra más grande. Recordó el incidente de su infancia, la vez que ella y Gumiya se pelearon fue exactamente esa, él la tomo de la mano y ella se enojo, al grado de arañarle la cara. –Espero ahora no me golpees-. Escucho de él. Al parecer también recordó el incidente.
-Ya no soy una niña, además si quiero que me sueltes puedo arrebatar la mano-. Dijo, un silencio llego, pero fue roto por Gumiya.
-¿Y porque no te sueltas?-. Pregunto, y silencio respondió, llegaron al cuarto de Gumi, le soltó la mano y siguió recto. –Nos vemos mañana-. Dijo, sin verla. Gumi entro a su cuarto, y se recostó en su cama.
-¿Por qué no me solté?-. Se pregunto.
En su cuarto Gumiya tenía el teléfono celular y hablaba casi en susurros, pero su interlocutor escuchaba perfectamente.
-Primer movimiento, algo arriesgado he de decir-. Comento Mikuo, Gumiya simplemente escuchaba.
-La verdad, pensé que me golpearía o gritaría-.
-Pero no. Pienso, creo, opino, que te estás arriesgando mucho-.
-Él quiere que el apellido siga, si es Gumi y yo se conserva-.
-Estás loco… Pero tienes razón, y no existen lazos sanguíneos. Maldito ya la armaste-. Gumiya rio por lo bajo. –Pero ten cuidado, ¿Qué pasa si Gumi no te…?-.
-¿Corresponde? Ya lo pensé, y si no lo hace…todavía tengo a mi "adorado papi" que me presenta las hijas de sus socios-. Comento, algo molesto por lo último que dijo. –El que no arriesga, no gana-.
-A veces me das miedo. Como sea, me voy, porque no aguanto el dolor del brazo…-.Colgaron y Gumiya lo primero que hizo fue masajearse la espalda, el dolor aumento después de que Gumi lo tocara.
¡Viva yo! (?) Ok, no. Verán primer intento de drama, sin la ayuda de Isa D: Si, esta corto y casi no se le entiende, pero ya más adelante la idea se extenderá :DD Tratare de seguir las reglas de Isa, lo más cerca que pueda. Si no pues... le modificare tantito xD
Saludos mundo exterior (?) :D
Y otra vez cambio FF ¬¬
