I'm tired of being careful, gentle, trying to keep the water warm
Let me under your skin
Uh oh there it goes, I said too much, it overflowed
Why do I always spill?

Dısçlaıмєя Applıєd

Chapter 1: Hablar fue un error



Yuzu había entrado de repente a la habitación de su hermano, interrumpiendo una plática con los dos últimos miembros de grupo de amigos que quedaron allí.

Ichigo le había recriminado porque no llamó a la puerta, mas la adolescente simplemente le comentó que tenía habla importarte que decirle. Él no creyó que fuera algo serio en el sentido profundo de la palabra, así que le dijo que podía decirlo delante de ambos si tanto le costaba esperar. Es que a Ichigo le parecía poco amable pedirle a Inoue que saliera, además que por cómo estaban las cosas, lo mucho que pasaba el tiempo en su casa últimamente, Orihime era parte de la familia.

Y con la voz un tanto cortada, Yuzu hizo una confesión bastante sorpresiva.

Por eso Orihime siente que quizás no debería estar presente. Las peleas familiares no son lo suyo, ni siquiera las peleas normales. De verdad le empequeñece ver a la gente tratarse fríamente o de mala manera. Sin embargo, ella no puede quitar sus ojos del rostro de Ichigo. De pronto, no le gusta cómo su expresión demuestra rabia, enojo, dolor, incluso rencor. Aún así, la que más le preocupaba en ese instante es la misma Yuzu. No era usual que ella precisamente portara esa mirada tan baja, que sus ojos lucieran tan dudosos al enfrentarse a alguien a la cara, como ahora que miraba a su hermano mayor.

—Yuzu-chan...

—¿Me estás jodiendo, no? —el de cabellos naranjas le habla a su hermana, apenas acabó el murmullo doloroso de Orihime. Tenía las manos hechas puño, pero la deshizo cuando Yuzu le pasó la evidencia para que no se enfureciera más si llegaba a creer que sus palabras eran un mal chiste.

—¿...Positivo? —con la voz ahogada leyó dos veces, de dos diferentes marcas de pruebas de embarazo que se podían realizar, en casa, por medio de orina.

Orihime se llevó ambas manos a la boca, no solo porque estuviera desconcertada. Creía que, de lo contrario, dejaría escapar un grito que fuera capaz de expresar la profunda tristeza que la invadía por percatarse del sufrimiento que se que se hacía notable en los rostros de los dos hermanos.

Yuzu-chan tiene solo catorce años.Es lo único en lo que puede pensar la mente de Orihime, mientras el joven de cabello naranja solo sale de la habitación para no desquitar su enojo con gritos tan sonoros que fueran capaces de resonar en sus cabezas años después.

Aun así, en lugar de lavarse el rostro o dar una caminata, incluso salir a golpear a algún delincuente para tranquilizarse, Ichigo oye la voz de su padre que salió de la clínica y sin preocuparse en cualquier posible estrés, de su padre, lo aborda de inmediato.

La joven no tiene tiempo para intentar armar una conversación, pues al segundo siguiente, dejan de ser las únicas presentes en la habitación. Karin también llega, con el mandil, que pocas veces usa, todavía en el pecho.

Todos están en escena, porque quieren obtener una respuesta. Quieren saber qué ocurrió exactamente.

Pero la casa está en silencio absoluto, como todos. La mente de cada uno procesa todo de la mejor manera que puede: Ichigo está furioso, Isshin no sabe qué decir exactamente, qué debería preguntar. Karin trata de no hablar y Yuzu piensa que no debió haber dicho nada. Que las cosas no se habrían puesto tan tensas si no hubiera abierto la boca. No se digna a enfrentar nada ni a ninguno de ellos. Cobardemente empuja a su hermano de la puerta y lo último que oyen es la cerradura de la habitación contigua.

Orihime siente que quizás no debería estar presente, aun así no decide pedir permiso de irse ya que realmente hay algo que desea hacer antes de marcharse.

Es que le duele, ver cómo todos a su alredor parecen sufrir en silencio.

—¡YUZU! —Ichigo reaccionó molesto. Se dirigió a la puerta de la habitación y "¿Te ha vuelto estúpida el idiota que te hizo esto?" está a punto de exclamar, pero se calla a tiempo. Puede parecer un poco egoísta o quizás sabio el que, de todos modos, sea capaz de no ser violento siempre y cuando no dañen físicamente a sus seres queridos. Porque de lo contrario, hubiera acabado matando a muchos hace años, no solo a hollows e incordios de plus normales sino también a esos pandilleros o bravucones que buscaban pleitos por placer.

Pero repentinamente recuerda a Tsukishima, a Ginjou y la idea de asesinar a alguien por el daño emocional no parece tan mala. Sin embargo, viene a su cabeza también en lo que pensó aquella vez para no dejarse llevar y caer en el odio. Que eso no lo volvería mejor que cualquier traidor pasado o que sus antiguos enemigos.

Alejó la mano del pomo, que apenas tocó por temor a partirlo, o partir la puerta de paso.

Isshin puso la mano en el hombro de su hijo, tratando de reconfortarlo aunque él mismo estaba más roto todavía.

—¿Puedes acompañarme a apagar la estufa? —una aún aturdida Karin dio la tonta excusa, palmeándole levemente el hombro para que avanzara hacia abajo.

Una vez allí, y después de realmente apagar la estufa, Orihime observó a Karin mirar la cacerola sin tener intención de taparla siquiera. Como era de esperarse, ninguna tenía alguna idea de qué podrían decir en una situación como la que estaban pasando.

—Lo presentía —dijo la gemela Kurosaki de repente, impresionando a la joven de cabellos naranja—. Digo, vi venir que no eran tú y mi hermano los únicos en haber comenzado una relación.

Inoue se sonrojó, pues aún no habían mencionado de forma oficial, a la familia, el que ella e Ichigo eran pareja. Llevaban menos de un mes y todavía su relación era muy discreta, aunque obviamente no trataban de ocultarla. Por eso no lo negó, el nerviosismo se le fue rápidamente también al descubrir que Karin pensaba fríamente en el asunto y no con el temor de su padre y hermano.

—Orihime-chan. ¿Tú sabes cómo sentir el reiatsu de la gente, no?

—¿El reiatsu? —no comprendió al instante por qué le pedía aquello, hasta que cayó en cuenta de una pista importante—. ¿Quieres que busquemos a una persona en especial?



Para Yuzu era realmente difícil cumplir al pie de la letra el papel de la hija perfecta, un título que los demás le habían puesto sin pedirlo. Ser siempre amable, gentil, tratar de estar a la altura de una mujer mayor en varios aspectos del hogar, en lugar de pasarse los días como una adolescente normal lo haría.

Sin embargo, en ese último año, debía admitir que todo lo que hacía era una fachada, una mentira. Desde aquel día...

Tadaima —fue la voz de su hermano que había llegado a cada y con buenos ánimos fue a recibirlo, devolviéndole el saludo.

Okaeri —le dijo alegre, yendo hacia la entrada. Al fin reparó en el chico de su edad a lado del de cabellos naranjas.

Ah, sí... Él es Yukio.

No le dijo qué hacía allí, pero Yuzu tampoco quiso preguntar. Su oni-chan siempre tuvo la costumbre de traer extraños a casa, pero lo hacía con buenas intenciones, por eso le demostraba la misma confianza a los visitantes desconocidos. De cierto modo las acciones de su hermano eran dulces, aunque él no fuera un buen anfitrión. Había dejado solo al invitado, en la sala de estar.

Se lo presentó como un conocido y Yuzu no dudó ni un segundo en aceptarle, saludándole alegremente para luego ofrecerle un lugar en la mesa para que se quedase a cenar.

Él alzó una ceja. Su rostro taciturno no se inmutó, mas se oyó un aire molesto cuando le dio las gracias. Incluso cuando le dejaron quedarse a dormir en su casa, usando un colchón inflable en la alcoba de Ichigo.

En la semana que Yukio estuvo allí, no dijo nada de nada, ni de nadie.

Era normal verle siempre con esa mirada, muy rara para ella. Muy opuesta a su dulce forma de ser.

Estaba acostumbrada a los de ojos alegres como el de su otou-san, el ceño fruncido de su oni-chan o el rostro taciturno de Karin-chan. Y no. Yukio-kun no se parecía un ápice a su hermana, pues ella sí solía sonreír aunque fuese en contadas ocasiones, demostraba más emociones en su rostro que el sarcasmo o la burla.

El rostro frío y aparentemente siempre deprimido, de Yukio, le llegó al corazón. Todavía días después de dejar la casa, le quitaba el sueño por las noches intentar saber los acontecimientos que marcaron esa mirada esmeralda fría que solía desaparecer cuando su padre la había llamado a ella y a su hermana "Mis queridas hijas" o cuando al rubio le había dicho "Mi querido segundo hijo." Los ojos se le volvían casi tristes, aunque nadie parecía caer en cuenta, o quizás es que no tenía el suficiente interés en él como para saciar las dudas.

El sueño se le iba al intentar descubrir la razón de ello, de cierto modo lo intuía, aunque no a la perfección.

En aquel instante no esperó que, aunque le costaría una búsqueda en Internet del, nombre y apellido del chico, descubrir el motivo, le tomaría más de un año de su vida llegar a ser lo suficientemente cercana a Yukio como para que éste lograra abrirse con ella.

Tampoco adivinó qué debería entregar a cambio, mucho menos lo que recibiría.

¿Cómo iba a cuidar de un bebé si apenas tenía catorce?



Yukio puso en pausa su consola, en cuanto sintió la conocida presencia de Inoue en la entrada de su departamento. Le tomó desprevenido, no solo porque no la veía desde la guerra en la Sociedad de Almas, sino porque había tomado todas las precauciones necesarias para que nadie pudiera hallarle fácilmente en esa otra base mandada a construir en otro punto lejano de Naruki.

No tenía la más mínima intención de ir a abrirle la puerta, pero después de varios gritos que los distrajeron en su juego, y también tras notar que los gritos no eran solo de Orihime, decidió ir a ver de qué se trataba.

Un puñetazo es lo que casi recibió apenas abrió, mas lo esquivó. Suerte de tener el Bringer Light. Dirigió su mirada a su agresora, para quedar cara a cara con una furibunda Karin. La hermana menor de Ichigo lucía un rostro de cólera que jamás había visto antes en ella, y eso que él la consideraba alguien de llevar siempre el ceño fruncido.

—Karin-chan —Orihime trató de calmarla.

Cogiendo aire y contando hasta diez mentalmente, Karin se calmó para ver de frente al causante de su ira. El rubio tenía una pequeña idea de lo que pasaba. No, realmente estaba enterado al cien por cien.

—Tenemos que hablar, Yukio.

—Sí, creo que era obvio —soltó con sarcasmo, mostrándose irritado—. Aunque supongo que nadie tiene deseos de sentarse ahora, ¿no? —no se los estaba ofreciendo, en realidad.

—¿Qué demonios pasa contigo y Yuzu? —fue directo al grano la chica.

—No creí que fueras precisamente tú la que se inmiscuyera en la vida de tus hermanos, Karin-kun —expresó sin interés.

Karin respiró nuevamente. Ella no era una adolescente violenta, pero con todo lo que estaba pasando estaría por serlo dentro de poco.

—Creo que es el momento de meterme, entonces —se quejó, con la voz tajante—, porque al parecer ustedes dos no son tan inteligentes como parecen.

—¿Puedes solo ir al punto? Yo tengo algo llamado trabajo, a diferencia de ti —comentó, mirándola con molestia.

—Yuzu está embarazada, genio —declaró con la voz llena de rabia, apunto de gritar esa frase. Orihime se alteró un poco, pues le costaba todavía procesar que era cierto eso, era algo muy difícil de creer para ella.

Pero Yukio ni se inmutó.

—Eso ya lo sé.

De nuevo, tuvo que esquivar con Bringer Light el golpe lleno de reiatsu que iba a propinarle la mayor de las gemelas Kurosaki.

Él no se dejaría golpear por una mujer.

No de nuevo. Su madre era la única en tener ese honor.


*Soap de Melanie Martinez. Canción que le dio nombre a esta historia y que tiene bastante que ver con lo que pasará luego, aunque no en lo de la tragedia... Por ahora.


Y esto, bueno, escribiendo un nuevo fic de mi actual pareja crossover favorita —Tachibana x Karin— se me ocurrió esto que leyeron, solo por una momento tonto que quería agregar a aquel fic. Igual me siento feliz que tengo mi primer YukioxYuzu de más de un capitulo... Serán dos. (LOL)

¿Comentarios para el drama? O sea, aunque no crea, esa última línea es importante (?)

Si quieren más de esta pareja, les recomiendo absolutamente que lean este:

Fanfiction(punto)net/s/9910010/4/Escala-De-Parecidos

Dejenle un comentario a Michi, que es una historia muy linda que debe ser continuada (:3) Además en parte es dueña de este fic también, porque si no fuera por ella quizás no me gustaría este pairing. Ya saben, avísenme si ven faltas.

Sobre otras parejas, digamos que no hay nada muy romántico, serán muy leves. Nada debe hacer sombra a los protas (?). Pero si no conocen mis gustos, esperen crack hasta en el crack.

¡Nos leemos!