Bueno aquí subiendo una historia nueva, en realidad la primera jejej y ojala que les guste, porque me he inspirado en ella y se vienen muchas cosas nuevas.un kiss matta ne

Miradas desconfiadas inundaban la habitación de una casa gigante, un testamento... todos eran sospechosos, nadie estaba libre y todos también querían la herencia, por uno u otro motivo, querían la herencia.

- Termine con esto de una maldita vez!!!- dijo de repente, mientras el abogado demoraba en dar el veredicto del difunto ya que esperaba a todos los hijos de la victima, sin contar también a los hermanos y sobrinos. Kaoru Kamiya, la hija menor y también la más hermosa, inocente y soberbia de todas, su cabello lo solía recoger en una coleta, era liso y sedoso, con un brillo único, negro azabache, sus ojos azules y su piel blanca la hacían una belleza singular y un excelente partido si se contaba que tenía una herencia que recibir y una carrera de escritora excelente. Sus líneas finas le otorgaban un aire de elegancia, donde escondía su fuerte carácter, una joven preciosa y con solo 23 años.

-Calla y compórtate de una vez, no te das cuenta que solo estorbas y haces el ridículo aquí kaoru-CHAN?- Una mujer frívola y calculadora era Tomoe, la hija mayor, totalmente opuesta a kaoru, ella se había casado muy joven con un abogado, ni siquiera había terminado de estudiar, ya que su astucia era algo mayor, enamoró a Enishi y luego lo cazó. Tenía una hija de 5 años a la cual había tenido luego de enterarse de una infidelidad de su esposo, aunque ella no se quedaba atrás, cada oportunidad que tenía la aprovechaba, era su ley, para ella los hombres solo servían para complacerla y darle lo que quisiera, una buena cena, vestidos nuevos y hermosas joyas. Hermosa?, si, figura de mujer adulta y bien formada, con talles de elegancia, pero con aires de prostituta inteligente y seductora, Su cabello negro al igual que sus ojos la hacían llamativa, su pequeña cintura y largas piernas, también era alta y a pesar de haber tenido una hija, su cuerpo seguía igual, sin ningún rastro de grasa abdominal y ya teniendo 33 años. Odiaba a kaoru, la hija predilecta, a la que más habían querido, por haber sido por la que más habían sufrido, su madre la había tenido ya muy adulta, redondeando los 50 años y por eso no había resistido al parto, desde pequeña kaoru había sido muy enfermiza y delicada, aunque se hiciera la fuerte y siempre había sido la regalona de todos los hermanos y su padre.

-Tomoe no la trates así, más que mal es tu hermana y está sufriendo mucho, es la que más sufre por todo esto- una sonrisa seductora y cabello plateado lo caracterizaban... Enishi, el galante abogado y esposo de Tomoe. Era alto, de pectorales muy bien formados, con un cuerpo rudo y sensual y con 30 años. Un hombre exitoso en el trabajo, pero un mediocre en su vida matrimonial... era un infierno, la verdad es que no amaba a Tomoe, creía eso al casarse, pero en realidad nadie ama a otra persona porque le da buen sexo. Al darse cuenta con el pasar del tiempo, ya era tarde y trato de separarse, pero Tomoe había quedado embarazada y le había obligado a estar a su lado, en aquella Época kaoru tenía 17 años y estaba en la plenitud de su juventud, Enishi la había visto crecer y siempre la había mirado como a una niña, sin embargo ella se había vuelto hermosa, y desde ese momento que comenzó a enamorarse poco a poco de kaoru, hasta que un día, en la fiesta de su graduación y con unos tragos de más, la alejo de la fiesta, arrinconándola y por poco tratando de violarla. Sin embargo Enishi no era el culpable, era el infierno que vivía y el amor obsesivo que comenzaba a sentir por la pelinegra, desde aquel día kaoru no le dirigió la palabra.

-Veo que el ambiente se a vuelto algo pesado, permiso- kaoru molesta con las dos personas que le hablaban se aleja del lugar, para sentarse junto a sus primos Yahiko Kamiya, hijo del hermano menor de su padre, era un jovencito muy inquieto, con 15 años de edad, muy terco y presumido, Misado Kamiya, hermana de Yahiko, con 21 años de edad, aun se comportaba como una niña y solía pelear mucho con Yahiko y también Aoshi Shinomori, hijo único de la hermana de su padre, tenía 27 años, apuesto y callado.

-Hola Misao, Aoshi y ... Yahiko-dijo con una cara de resignación y lamento - que tal? como están?- pregunto simpática.

-Hola kao, aquí lamentando todo esto y además teniendo que repartir el testamento y nuestro tío no lleva ni un mes fallecido, es realmente incomodo y sé que esto te duele mucho, no es así??- Misao a pesar de parecer una niña, solía ser madura cuando hablaba con kaoru, porque sabía que ella no tenía en quien más confiar, aparte de Megumi y ella.

-gracias Misao, pero esta bien, así esto se acaba de una buena vez- lamento triste, pero aun así sonriendo.

-Ahh busu, aun no lo puedo creer, pero aunque no lo creas te estamos apoyando- yahiko mirando hacia arriba y con un leve sonrojo cómico que cubría sus mejillas, había hablado cariñosamente con kaoru.

- Espero que esto termine luego y todo salga bien- le lanzó una mirada confidente a kaoru, la cual entendió enseguida y sonrió coqueta.

-Si y hay que salir adelante así que bueno jeje- se acerco a Aoshi de manera coqueta, lo cual incomodo a Misao, quien desvío la vista, kaoru lo beso en la mejilla y luego invito a yahiko a beber algo de ponche que se encontraba servido en la mesa central de la sala.

-Celosa??- pregunto de repente Aoshi, con el rostro inmutable, serio.

-por que habría de estarlo??? Tu y yo no somos nada- trato de ser fría, al igual que Él, sin embargo sus celos eran mayores -además que si kao te ha besado de esa forma por algo será - los celos eran obvios y extremadamente notorios para negarlos. Aunque la verdad es que lo que decía Misao tenía algo de cierto, Aoshi había tenido una pequeña aventura con kaoru, pero sin ir más lejos y luego de eso habían sido los mejores amigos que existían.

-Niña tonta- la acorralo sin que nadie se diera cuenta contra la pared de un estante viejo, que otorgaba una tenue oscuridad y la beso, sumiendo en pequeñas caricias silenciosas, que la hacían agitarse rápidamente.

-Para degenerado sicópata, ... Hm - siempre le trataba así y el aumentaba las caricias, haciendo que perdiese el control.

-quieres que continúe??- susurro seductor y la llevo silenciosamente hacía el baño.

-que pretende?? no soy puta para hacerlo aquí escuchaste??- una vez en el baño, Misao ya se había tranquilizado.

--deberías dejar de usar ese vocabulario tan vulgar, además no te preocupes, no lo haremos aquí, solo jugaremos un momento- dijo acorralándola de nuevo, contra la pared y robando un nuevo beso. Su mano comenzó a bajar por su fino cuello, hasta posarse en uno de los redondos y pequeños senos.

-disculpe, quien se encuentra en el baño??, el abogado ha llegado ya- dijo uno de los empleados, mientras Misao por dentro estaba tan roja como un tomate.

-Esta bien , ya iré- dijo Aoshi, tapándole la boca a Misao.-Bueno preciosa, después seguiremos jugando, te amo-. lo ultimo fue un susurro cerca del oído de Misao, quien tomo su mano fuerte y embozo una sonrisa nerviosa.

Mientras tanto en la sala principal se encontraban todos, Megumi la hermana más pequeña del difunto, casada con un empresario, ella era una doctora reconocida y trabajaba junto a Sanozuke, esposo de Tae, la hermana que le sigue. Aoshi, Misao, Yahiko, el doctor Gensai, hermano mayor del padre de kaoru, Tomoe e Enishi y también kaoru, entre otros parientes.

-Bueno procederemos con la lectura del testamento del señor kamiya, "Yo, padre de familia, hermano y tío también, tengo bienes que repartir a esta gran familia, que dios me ha otorgado, sin embargo este testamento lo he creado sabiendo que moriré muy pronto, ya que existe alguien, no sé quien, pero pertenece a esta familia, quiere mi muerte y ha hecho todo para brindármela, lográndolo por fin, sin embargo yo he decidido que antes de que cada uno reciba parte de mi dinero se investigara quien es mi asesino, Himura Kenshin... puede que nadie haya oído hablar de Él, pero era mi mano derecha y Él se encargara de descubrir mi asesino y proteger a mi pequeña kaoru, que es en la única que confío y sé que ella no me mataría, kenshin dormirá en la habitación continua a la de kaoru y siempre estará junto a ella, luego de que todo salga a la luz, se leerá el final del testamento" y así a finalizado la primera parte de los deseos de el señor kamiya- el abogado sale un momento de la habitación, mientras todos están confundidos y kaoru está sentada llorando, mientras bebe ponche y esconde su mirada tras su flequillo, sin creer que alguien de su familia pudiese matar a su padre.

-Buenas boches, yo soy Himura Kenshin y viviré en esta casa durante el tiempo que la investigación requiera- en ese momento el fija su mirada en la Srta. sentada que llora, mientras bebe poche, -usted debe ser kaoru???- pregunto Cortez y serio, mientras ella levanta la vista levemente.

-ken...shin - solo pronuncia su nombre y sus miradas se juntan, quedando hipnotizadas.

CONTINUARA-----------------------------------