ROSE P.O.V
Siempre que estaba nerviosa empezaba a tocarme el pelo, tratando de alisar los rulos rebeldes que había heredado de mi madre. Eso mismo estaba haciendo en ese momento. Estaban por anunciarme para que diese el discurso de fin de año en Howarts. Después de siete largos años de idas y vueltas, risas y llantos, aventuras y estudio, me estaba por graduar del colegio de magia y hechicería. Parecía imposible que después de tanto tiempo, el día había llegado; y me moría de los nervios, no sólo por el hecho de tener que hablar en público dentro de unos instantes, sino por lo que sucedería luego del acto de finalización de clases. Era algo que había estado esquivando, tratando de evitar y posponer desde que comenzó y desde que supe que era algo irreversible.
- Recibamos con un fuerte aplauso a Rose Weasley, no sólo el mejor promedio de su clase, sino también una hechicera maravillosa, de la que estoy segura, escucharemos hablar en los próximos años.- escucho que dice la profesora Sprout, que luego de la muerte de la queridísima profesora McGonagall, había asumido como directora.
Lentamente, me levanto y comienzo a caminar hacia el estrado, un poco insegura y torpe al principio. Cuando llego, la profesora me cede su lugar y me sonríe, infundiéndome valor. Sentía mi cara arder bajo mis rizos pelirrojos. Tomo una larga respiración mientras busco entre la multitud esos ojos grises, que eran los únicos capaces de brindarme la seguridad que necesitaba. Ahí, en la cuarta fila de alumnos de séptimo, casi en el medio, estaba él. Me dedicó una de sus encantadoras sonrisas, y una expresión que conocía muy bien, se reflejó en su rostro. Casi pude escuchar su voz diciéndome: "Estoy muy orgulloso de ti, Rosie". Tantas veces lo había oído decirme eso… aunque al principio me tratase de sabelotodo o nerd. Quién hubiese dicho que terminaríamos así.
En ese momento, cuando nuestras miradas se encontraron, toda la gente que se encontraba en el Gran Salón, padres, alumnos y profesores, desaparecieron, y comencé a hablar, como si sólo estuviésemos nosotros, y nadie más.
- Parece que fue ayer cuando crucé por primera vez la plataforma nueve y tres cuartos, y me subí al tren que me llevaría aquí. Recuerdo cuan nerviosos estábamos todos antes de entrar por primera vez al Gran Salón y que el sombrero seleccionador nos dijese a qué casa perteneceríamos los próximos siete años. Todas las experiencias que vivimos en este castillo, en este segundo hogar, y que nunca vamos a olvidar. Las primeras clases, las travesuras, los romances y noviazgos, y hasta los castigos… todas estas cosas sirvieron para formarnos, para convertirnos en quiénes somos hoy. Gracias a los profesores que nos acompañaron en ese camino; nos dijeron cuándo hacíamos algo mal, nos aconsejaron, y hasta en algunos momentos rieron y lloraron con nosotros. Gracias también a todos esos amigos que hicimos acá, en Howarts. Esos lazos nunca se romperán, estoy segura. Qué difícil es decir adiós a todo esto, ¿no? Pero ahora es el momento de probar en qué somos buenos, de demostrar lo que aprendimos, de ponernos a prueba. Ahora empieza nuestro futuro. Es hora de tomar decisiones. Esto no es el final de nada; es sólo el principio. Muchas gracias.
Respiré profundo luego de haber terminado. La gente aplaudía. Muchos de mis compañeros me sonreían e incluso lagrimeaban, mientras caminaba hacia mi lugar. Cuando me senté, miré hacia la cuarta fila. Él me había ayudado con el discurso y quería saber su opinión, de cómo lo había hecho. Nuevamente sus ojos se encontraron con los míos; un choque entre gris y azul. Como respuesta, recibo un guiño de su parte. Mi amiga, Bella, se ríe entre dientes.
- Rose, disimula un poco por favor. Tus padres están unas filas detrás.
Tiene razón, todavía no es el momento. Lo sería en unas horas, en la reunión que habíamos planeado para que nuestras familias se conocieran. Recuerdo cuando hicimos oficial nuestro noviazgo. Las caras de mis primos fueron geniales, pero las de los profesores fueron mejores. Les habíamos pedido discreción a todos, porque queríamos encontrar el momento indicado para hablar con nuestros padres. Era un asunto peliagudo. Ya me podía imaginar sus reacciones… Pero no iba a volver atrás. Si ellos, a pesar de todo, decidían darnos la espalda, yo seguiría junto a él. Siempre. Amaba a Scorpius Malfoy con todo mi corazón y lo elegiría a él, entre todas las cosas.
SCORPIUS P.O.V
Rose terminó su discurso, y todos la aplaudieron. Había estado nerviosa al principio, pero luego tomó confianza. Sin embargo, una hermosa tonalidad rosada le cubría las mejillas, revelando su vergüenza de estar hablando frente a tantas personas. Conocía a esa mujer mejor que a sí mismo. Le encantaba ver cómo se tocaba su pelo de fuego y se sonrojaba cuando estaba nerviosa, y como una simple mirada suya podía calmarla. Sabía que tenía miedo por lo que sucedería hoy, luego de esta ceremonia, y yo también; pero ya le había dejado en claro que nada podría separarlo de ella. Ni su familia, ni aunque el mismísimo Voldemort reviviera.
Mientras Rosie caminaba por el pasillo hacia el lugar donde estaban sentados sus amigos de Gryffindor, no pude sacarle los ojos de encima. Era tan hermosa… no sabía como alguien como yo, se había ganado a semejante ángel. Cuando nuestras miradas chocaron nuevamente, le guiñé un ojo, y ella me regaló una de sus sonrisas. Creo que suspiré como un idiota, porque mi amigo, Ben, me codeó.
- Espera un rato más para suspirar Scorpius.- me dijo entre risitas.
- No puedo Ben. Es perfecta. La amo.
- Lo sé, creo que todos en esta habitación lo saben; menos sus padres. Sería interesante ver como reaccionan cuando se lo digan… aunque creo que a veces exageran un poco con eso de la rivalidad entre sus familias. No puede ser tan malo.
- Eso lo dices porque no conoces a mi padre.
Sólo los profesores, que habían conocido a mi padre y a Ron Weasley de jóvenes, entienden la situación que nos esperaba a mí y a Rose. Es verdad que luego de que Harry Potter, el tío de Rose, matase a Voldemort, las cosas habían mejorado un poco entre ellos, pero decir que habían establecido una amistad o algo parecido era una blasfemia. Ojalá todo esto terminase rápido.
La profesora Sprout volvió a tomar su lugar en el estrado, y acto seguido, comenzó a llamar a los alumnos en grupos de a cinco para recibir los diplomas. Primero fueron llamados los alumnos de Gryffindor, pero mi Rose era una de las últimas.
- Amanda Valton, Josh Virman, Rose Weasley, Thomas Warby y Nicholas Yark.
Los nombrados pasaron al frente, les entregaron sus diplomas, entre lágrimas de algunos y risas de otros, y fueron aplaudidos por todos. Se podía escuchar el pequeño bullicio que hacía la familia Weasley y los Potter. Hermione, la madre de Rose, no podía parar de llorar, al igual que su vieja abuela Mollie. Yo sonreí y la aplaudí con orgullo. Como había dicho ella, este no era el final, era sólo el comienzo.
Luego de los alumnos de Gryffindor, fueron llamados los de Hufflepuff, seguido de los de Ravenclaw y por último, los de Slytherin.
- Laura Lambton, Jack Laurie, Scorpius Malfoy, Sarah Milton y Daniel Nolt.
Fuimos hacia el frente donde el profesor representante de Slytherin, el viejo Slughorn, nos esperaba con nuestros diplomas. Pude ver como mi padre sonreía y como mi madre, Astoria, lloraba y aplaudía; ambos se veían orgullosos. Inmediatamente después busco con la mirada a mi novia, que aplaudía con una encandilante sonrisa grabada en su rostro.
Luego de la entrega de diplomas, la profesora Sprout pidió un aplauso para la generación 2023 de hechiceros graduados de Howarts, y con eso dio por finalizado el acto.
Un escalofrío de nervios me atravezó. Cada vez faltaba menos para el encuentro. Respiré hondo, y fui a saludar a mis padres que ya se estaban acercando.
Hola! Acá les dejo algo que acabo de hacer y espero que hayan disfrutado. Tendrá un segundo capítulo con la reunión entre Weasleys y Malfoys. Prometo que será divertido.
Saludos.
PrincesitaRota22
