Es.. algo así como lo que según yo sería genial que pasara en el prox cap del manga. Lloré mucho con este, grité tanto que mi madre me preguntó si me había roto un hueso o algo, es que simplemente, Aquarius.
Aunque la mano de Natsu es cálida, no logra reconfortarme. No sé cuanto tiempo ha pasado desde que el Rey de los Espíritus ha llegado, voy desde la inconsciencia a los repentinos flashs de luz que Loke trae a mí, cuando me mueve y me recuerda que no puedo dormir, porque si duermo todo el sacrificio habrá sido en vano.
Un fuerte dolor contrae mi pecho y, simple al entendimiento, ya no puedo derramar las lagrimas que quiero derramar, aunque lloro. Al menos, siento que estoy llorando.
Simple. Es una curiosa palabra, al menos en este momento me hace pensar en su real significado ¿Qué es simple, realmente? Un 'sí' y un 'no' son dos palabras fáciles de pronunciar, solo dos letras, cortas, pero tan difíciles de decidir. Si yo fuera mi madre, si al menos tuviera su fuerza, las cosas habrían sido más simples.
No saco nada con llorar sobre lo que ya pasó, y desearía que no hubiera pasado. Es mi culpa, por no ser más fuerte, por no poder pelear sola, porque un Urano Metria no habría bastado ¿Por qué no entrené mi magia con más dedicación? Natsu lo hace, Gajeel, Erza, todos. Los veo esforzarse para defender a sus amigos, a nuestro gremio, y yo, simplemente, no he hecho nada.
Lo siento, realmente lo siento, Aquarius. No tengo más lagrimas para regalarte, te has llevado el agua en mi cuerpo, contigo. Sé que hubieras preferido que fuera Layla, que ella nunca se hubiese marchado, pero es algo que no pudimos evitar, yo también quería tenerla conmigo. Debió haber sido una maga excepcional, una invocadora tan fuerte, sé que esperabas que yo también fuera así, algún día, aunque dijeras que no tenías expectativas para una niña llorona, como lo soy.
No te preocupes, algún día seré como mi madre.
—No me dejes nunca— Le murmuro al pelirosa, teniendo el presentimiento de que todos mis seres queridos iban a desvanecerse de pronto. Como mis padres, como mi amiga sirena.
—No te preocupes— Alzo la mirada, confundida. No es la voz de Natsu, es un tono demandante el que se dirige a mí. Altanero, demandante y malhumorado. Gracias al cielo.
