Hair.

Largo, corto, liso, ondeado, con flequillo o sin él. Juvia Loxar había cambiado su peinado demasiadas veces en un año, o tal vez en siete si se desearan considerar los años perdidos en las isla Tenrou.

Por supuesto, eso no era algo que realmente le interesara a Gray Fullbuster, es decir, era cabello, siempre y cuando permaneciera en su cabeza, su formato no tenía demasiada relevancia, la única razón por la cuál se había tomado el tiempo de analizarlo, era porque tras un largo y aburrido día sin misiones interesantes a considerar, el equipo mas fuerte de Fairy Tail había decido tomarse una tarde de descanso en el Gremio, donde muchos otros se encontraban haciendo lo mismo, incluyendo entre ellos, a la maga de agua.

Tampoco es que simplemente se hubiera sentado allí a observar su cabello, eso sería raro, pero estando situado a tan corta distancia de la barra, no pudo evitar escuchar a las hermanas Strauss discutir con la peliazul el fabuloso cambio de imagen que habían planeado para ella, algo que por supuesto, la maga elemental no dudó en anunciar a los cuatro vientos, que sería para impresionar a su querido Gray-sama.

Irritante.-

Esa fue la palabra mentalmente designada por el alquimista de hielo para describir el gran alboroto que las chicas del Gremio, y para su decepción varios de los hombres, estaban armando en este momento para seleccionar "que peinado le resultaría más favorecedor a Juvia."
En verdad, ¿que acaso nadie tenía alguna misión que realizar el día de hoy?-.
¡Por Mavis! hasta Natsu se había visto involucrado en la discusión, afirmando que el color rosa era la mejor opción si su deseo era lucir genial.

Cada uno de los miembros de Fairy Tail tenía ahora una opinión respecto a que debería hacer la peliazul con su cabello. Erza planteaba un look femenino, dos coletas de preferencia, perfectas para resaltar su imagen; Lucy sugería utilizar las habilidades de Cáncer para hacerlo crecer, algo sobre verse genial en la Torre del Cielo; Mira con sus tijeras en mano discutía con Cana algo referente a un aspecto mas arriesgado y que seguramente impresionaría a muchos chicos, e incluso Freed había sugerido volverlo corto y amarillo, algo que por alguna razón a todos se les hizo sospechosamente familiar.

Todo comenzaba a salirse de control, para ese entonces hasta el maestro se había unido y para su desgracia, aún cuando todos estaban al borde de utilizar el cambio de imagen de Juvia como una excusa para iniciar una nueva batalla dentro del Gremio, la mirada cuestionante de la chica no se había apartado de él, en lo que era en su opinión, ya demasiado tiempo.

Él lo sabía, ella sería capaz de volverlo una réplica exacta del cabello de Ichiya si él se lo pidiera, algo demasiado perturbador para siquiera considerar; pero a decir verdad, él no deseaba que hiciera nada con su cabello en primer lugar. No lo admitiría frente a todas aquellas personas, al diablo con todo el asunto de ser nakamas de un mismo Gremio, esos desgraciados harían de su vida un chiste si se atreviera a admitirlo en público, pero así, ligeramente ondulado, cayendo delicada y armoniosamente sobre sus hombros, era como realmente le gustaba su cabello. Le recordaba a pequeñas olas de mar, lo cual era perfecto dado que el agua era precisamente su elemento.

No quería un cambio de imagen, ya había sido forzado a lidiar desde la versión 1.0 a la 2.0 de Juvia, definitivamente no estaba listo para lidiar con su versión 2.1. No quería que volviera a cambiar, mucho menos para impresionarlo.

Tomando ventaja de las explosiones y sillas voladoras que ahora tomaban lugar dentro del Gremio y captaban por primera vez en bastante tiempo los ojos de la maga de agua, apartándolos de su dirección, el alquimista de hielo decidió que no había nada mas que hacer allí y que la mejor decisión sería marcharse, por lo que colocó sus manos en sus bolsillos y se dirigió a la puerta. Cuando estuvo a pocos metros de su destino, fue interceptado por la maga estelar, quien ahora había decidido abandonar la disputa por su propia seguridad.

-Gray, ¿te marchas?- cuestionó.

-No es como que haya mucho que hacer por aquí.-

-Pero sabes que todo esto es por ti, ¿cierto? No creo que a Juvia le interese la opinión de ninguno de nosotros por encima de la tuya.-

El chico se encogió de hombros.

-Es solo cabello, en tanto aún podamos distinguir que es Juvia, seguro se le verá bien.- un rubor involuntario se hizo presente en su rostro.

La chica esbozó una pequeña sonrisa de satisfacción. Siquiera la misma Mirajane habría podido interceptar con tanta facilidad el mensaje escondido tras aquella oración disfrazada con desinterés.

-Entiendo, entonces realmente no te importará lo que sea que hagamos con su cabello, ¿verdad?.-

-No realmente.-

-Está bien.. ¡me aseguraré de no decepcionarte!-

Dicho eso la maga estelar se aventuró nuevamente en dirección al improvisado campo de batalla, dejando a un bastante desorientado Gray Fullbuster de pie en su lugar. Luego de un sonoro suspiro, se alejó en dirección a su casa.


Más tarde esa noche, el alquimista de hielo caminaba por las calles de Magnolia en busca de un lugar donde cenar, usualmente, lo habría hecho en el Gremio, pero se sentía reacio a volver a aquel lugar y encontrarse nuevamente con aquel alboroto innecesario, y lo que era peor, se sentía reacio a descubrir que nuevo y extraño peinado le habrían escogido aquellos idiotas a la maga elemental, por lo que dada su escasa destreza culinaria, se vio forzado a buscar una alternativa.

Cruzó frente a diversos restaurantes y tiendas de comida rápida, pero a decir verdad, no estaba demasiado deseoso de comer, algo dentro de su estómago lo había estado molestando desde el inicio de esa tarde, probablemente todo aquel alboroto lo había enfermado, o al menos eso quería creer.

Cruzó frente a un pequeño local, y pensó que un Camarade Frank no sería tan mala idea, por lo que se aseguró de aún encontrarse vestido, y se dispuso a ingresar, pero no sin antes creer avistar una figura observándolo y voltear instintivamente en su dirección.

A pocos metros de distancia, de pie en la oscuridad junto a un banco del parque, pudo divisar la figura de una mujer que observaba en su dirección. No podía ver su rostro, pero tenía el cabello bastante largo y liso, cayendo delicadamente por sobre sus hombros, deslizándose hasta su pecho, un vestido que llegaba hasta poco antes de sus rodillas y unas botas bastante altas. La observó por un instante, entrecerrando sus ojos en un intento de descifrar de quien se trataba o por lo menos distinguir su rostro, pero le resultó en vano dado que la figura se encontraba situada totalmente en la oscuridad.

Lentamente, dicha mujer comenzó a dar pequeños y delicados pasos en su dirección, permitiendo que poco a poco las luces de la ciudad iluminaran su atuendo y finalmente su rostro; la marca azul en su pierna, que tímidamente se hacía notar a través del pronunciado corte en su falda, le dieron un fuerte indicio de su identidad, pero no fue hasta que aquel hermoso cabello color azul estuvo frente a él, que sus ojos se abrieron con sorpresa.

Largo y liso. Ese era el nuevo cabello de la maga de agua, no muy diferente al de la misma Erza, a diferencia que el de Juvia conservaba aún unas pequeñas puntas onduladas.

-¿Qué haces aquí en medio de la noche?- le cuestionó, intentado parecer lo más indiferente posible.

-Gray-sama se marchó temprano hoy, Juvia solo había salido a buscarlo..- explicó. Sus pálidas mejillas ahora adornadas con un adorable tono rosa.

-¿En medio del parque a estas horas?-

-¿Eh?- cuestionó confundida. -N..no, Juvia solo tomó esta ruta porque es cerca de la casa de Gray-sama, ella solo estaba de paso por aquí cuando lo vio.-

-Hm. ¿Por qué me buscabas de todos modos?-

-B..bueno, Juvia.. Juvia solo quería mostrarle a Gray-sama su nueva imagen..- admitió con nerviosismo sin advertir su mirada. Sus pequeñas manos jugueteando con la falda de su vestido color azul, moviéndose nerviosamente hacia los lados, mientras parecía esperar una respuesta.

El chico no estaba seguro de que responder.

¿Linda?- siendo totalmente honesto, linda era una palabra que no le hacía justicia en este momento.. se veía mejor que eso. Por un lado, su vestimenta, fiel a su característico estilo delicado y femenino, se le veía particularmente hermosa esta vez, los colores azul y negro, resaltaban como de costumbre su pálida piel, mientras que con una selección menos invernal de telas, y un diseño de vestido sin mangas mas holgado, a penas ajustado por un delicado cinto al nivel de su cintura, le daban una apariencia fresca y juvenil. Por otro lado, su cabello; aún creía que su cabello ondulado era tan bello como las mismas olas del mar, pero debía admitir que como se veía ahora, era simplemente perfecto. Como caía a ambos lados de su rostro, rozando con algunos mechones sus sonrojadas mejillas era algo simplemente adorable, mientras que el resto de el se extendía delicadamente hasta su pequeña cintura, las pequeñas ondulaciones en sus puntas eran casi inexistentes en comparación a su estilo anterior, pero el modo en el que jugaban con el viento de la noche las hacía lo suficientemente dignas de ser comparadas también con la belleza de las olas del mar.

Juvia se veía hermosa. Demasiado para que él mago de hielo pudiera admitirlo.

-Si a Gray-sama le desagrada, Juvia puede camb..- decidió hablar al chica al notar la ausencia de respuesta por parte del joven frente a ella.

-No.- la interrumpió, -No deseo que lo cambies, está bien. T..te ves bien así.- continuó visiblemente sonrojado. -Creo que es uno de los mejores hasta ahora.-

-¿En verdad? Lucy-san dijo que a Gray-sama le gustaría, pero Juvia no estaba segura de que hacer, todos estaban dando demasiadas ideas..-

-Todos en ese Gremio están locos.. no deberías hacerles caso en absoluto.- respondió rápidamente. -Aunque quizá, sea buena idea que escuches a Lucy mas a menudo.- sonrió.

Una vez mas, se dispuso a abrir la puerta de aquel local de comida, pero antes de ingresar, se hizo a un lado aun sosteniéndola abierta y volteó en dirección a la maga elemental.

-¿M-me acompañas?.. te compraré algo, como celebración de la Juvia 2.1.-

La chica esbozó la sonrisa mas grande que sus labios pudieron permitir, y una vez, más el alquimista de hielo solo pudo pensar en que no podía verse mas hermosa.