Éste fue mi primera historia, pero cuando la publiqué, tuve problemas con la edición, pero hasta hoy no he encontrado dónde la tenía, así que no podía cambiarla. Aquí está cambiada. ¡Disfrutad!
...
El suave aroma de las violetas llega a mi nariz, y me transporta sin quererlo al campo. Nos imagino rodeados de montones de violetas, a tí con un vestido largo, blanco, y la melena suelta al viento. Es una imagen demasiado romántica, pero de esas que a mí no me importaría vivir contigo.
Siento un leve movimiento a mi lado, y abro los ojos. El pelo te cubre la cara, y la sábana tapa tu suave cuerpo. Te aparto un poco el pelo de la cara, y sonrío. Estás tan bella así, dormida y serena, sin mal al que enfrentarse. Todo lo que vivimos cada día, nos va minando poco a poco y sin darnos cuenta, pero hay momentos, cómo ahora, en que parece que sólo hay paz.
Paz es lo que siento al estar contigo, ahora y cada minuto que pasamos juntos. Me has traído tanto bien a mi vida, que no sé cómo agradecertelo. Queríendote cada día más, así lo haré.
Me acerco despacio a ti, con cuidado de no despertarte, y te beso dulcemente en la nariz. Aspiro profundamente el aroma de tu gel de ducha, esas violetas que me hacen pensar en campos de flores y vestidos blancos. Y pienso, sin ningún asomo de duda, que soy por fin feliz.
FIN
