Por fin una historia después de mucho tiempo! Realmente estoy emocionada porque he sentido inspiración para escribir después de mucho tiempo de estar en blanco. Aparte el argumento me emociona, por el tema que trato. Hago mucha mención de la psicología y la terapia, pero no haré uso de términos enciclopédicos ni nada por el estilo. Espero que la disfruten :3

Disclaimer. Beyblade no me pertenece, porque se lo vendí a su dizque creador y ahora ya no tengo los papeles que muestren que yo lo hice D:

Advertencias. Yaoi, violencia en el futuro y puede ser que escenas sexosas, no he decidido que tan explícitas.

Arranchamos con el primer capítulo!

CONTRATANSFERENCIA

Capítulo 1

Un poco de mi currículum: soy licenciado en Psicología, egresado hace poco más de 8 años, antes de salir ya estaba trabajando en una escuela secundaria en el área de orientación educativa (siempre me ha gustado trabajar con adolescentes); unos meses después de que salí de la carrera comencé con mi trabajo de terapeuta, pues es lo que siempre me ha apasionado de la psicología, ha sido difícil instalarme pues al principio no podía cobrar demasiado por mis consultas, era consciente de que me hacía falta experiencia, así que compartí el consultorio con varios compañeros de confianza, y así era como podíamos pagar la renta; hace dos años terminé la maestría en Terapia Gestalt, ahora gano mucho mejor, ya que trabajo con grupos terapéuticos (tengo dos grupos a la semana) y también terapia individual; tengo diplomados en Inteligencia emocional y Constelaciones familiares; salí de la secundaria de la que trabajaba hace 5 años, decidido a dar sólo terapia, pero dedicarse al ciento por ciento a esto es extenuante mentalmente, así que estoy trabajando de nuevo en una preparatoria, tengo apenas una materia que impartir a la semana y preparo talleres informativos y de prevención con los jóvenes, en ocasiones cuando llega el reporte de un chico que ha sido detectado con problemas mi trabajo es intervenir directamente con él y con su familia, pero no es propiamente un trabajo de terapia, lo bueno de este trabajo es que no me exige estar en la escuela todo los días ni a toda hora.

Mi sueño es ser conferencista y hacer mi doctorado, tal vez algunas especialidades más, maestrías o diplomados, pero me gusta equilibrar mi trabajo con mi vida personal, no pienso olvidar a mi familia, a mis amigos, a mi pareja ni a mí mismo por ser un esclavo del trabajo. Aunque he de confesar que mi tiempo no lo dedico igualmente a todo, pues soy un hombre casado y mi prioridad es mi marido, mi amado Yuriy Ivanov, la familia a la que pertenezco ahora.

Nos conocimos durante la universidad. No era mi compañero, me lo presentó mi amigo Bryan en una reunión. Me fijé en él porque no era común ver a un pelirrojo, al menos no con las características que él tenía: alto, piel blanca, un cuerpo hermoso, delgado, firme y ligeramente marcado, su rostro con perfecta simetría y ojos azules que contrastaban con el color de su cabello. Yo sé que ser hermoso te destaca, pero la personalidad puede destacar más esa cualidad biológica no elegida u opacarla hasta el grado de parecer detestable; siendo yo consciente de ello, dejé la belleza del pelirrojo en segundo plano, más mi intensión de conocerle aún más no fue mi meta en esa reunión, primero porque yo tenía novia en ese entonces y él había llevado a su pareja, y segundo pues… simplemente porque no.

Lo llegué a ver en otras reuniones, hasta que la convivencia unió a mis amigos de la universidad, incluyendo a Bryan, y a los amigos de este provenientes de otra parte, entre ellos el pelirrojo. Cada semana salíamos a bares, antros o a la casa de alguno de nosotros, realmente pasábamos excelentes momentos, sobrios y no. Aunque éramos un grupo unido, dentro de nosotros había quienes se tenían más confianza que otros, completamente normal. Bryan y Yuriy se convirtieron en mis mejores amigos.

Por diferentes situaciones terminé con la chica con la que andaba en ese entonces, mis amigos supieron cuánto me dolió, pero lo superé después de un tiempo. Yuriy terminó a su novio un año después de ello. Con el paso del tiempo esa amistad fue evolucionando, pero no era algo que se dio espontáneamente para esas fechas, pues la ocasión en que decidimos ser formalmente pareja aceptamos que la atracción existió desde el primer día que nos conocimos, y era sólo física, pero fue el primer paso.

Fue maravillosa a esa época, mi pareja era mi mejor amigo, la persona que más deseaba en el planeta, y lo mejor es que era correspondido. Un año después nos casamos (tenía precisamente un año de graduarme de la universidad), y yo era feliz, inmensamente feliz por trabajar en lo que me apasiona, tener excelentes amigos y una gran pareja.

Ahora recuerdo todo ello con gran melancolía, me gustaría recordarlo simplemente con nostalgia. Encuentro semejanzas y diferencias entre estas dos, pero claro esto es completamente subjetivo, se trata sólo de mi percepción y no sé si alguien lo sienta como yo. Nostalgia y melancolía es como tener un ojo al pasado y otro al presente, es como recodar lo que tenías en los ayeres y sopesar con ello lo que tienes en el hoy, y la diferencia que yo encuentro es que la nostalgia, si bien tiene su dejo de tristeza, encuentras paz conjugando lo que viviste y lo que tienes hoy, y la melancolía es ese vacío por saber que en el presente perdiste algo que tenías en el ayer.

No siento que lo he perdido todo, he crecido profesionalmente y mis amigos son más entrañables que hace unos años. Estoy en paz conmigo mismo por muchas cosas, me siento seguro; pero el lado que flaquea es con mi marido, con Yuriy.

Como desearía que las cosas fueran como en esos entonces: románticos, apasionados, mejores amigos, siempre coqueteando, sin perder de vista que lo principal era ser atractivo el uno al otro, y era natural que eso se diera. Pasamos por momentos difíciles y creí que los superábamos, creí que nuestra relación era caminar de la mano con la mirada al horizonte, no ir por el camino frente a frente, confrontándonos.

Es un hecho que algo hicimos mal. Hace unos meses que apenas hablamos, que convivimos sólo porque vivimos juntos y tenemos que sostener una casa.

Es tan duro tenerte en la misma cama, como en este momento. Antes dormíamos abrazados, en ocasiones tú en mi pecho y otras yo en el tuyo. Hasta esos detalles se están perdiendo, hace tiempo que duermes dándome la espalda; no siento que la des físicamente, emocionalmente lo haces. Siento que huyes de mí, de mis caricias, de mis palabras. Cómo he esforzado en saber qué es lo que pasa, pero ni siquiera de eso tengo conocimiento, mucho menos de qué y cómo hacer para acercarnos y ser una parea de nuevo.

Es tan difícil, y es precisamente ahí donde tengo mi batalla conmigo mismo: no sé hasta donde he provocado yo todo esto, tampoco sé hasta dónde es tu responsabilidad. Pero lo que más me duele es que parece que ya no te importa. Cómo me mata Yuriy, quisiera abrazarte en este momento, que sintieras esa necesidad de ti, voltearas a mirarme y correspondieras con esa misma necesidad, demostrándomelo con un abrazo.

Ni hablar del sexo, a veces lo hacemos, pero no sé si lo hagas por obligación, sólo por el hecho de ser pareja. Pareces que no estás ahí, que tuvieras que irte mentalmente a otro lado para poder soportar el momento.

No lo soporto, no puedo compartir la cama contigo sabiendo que no te tengo. Me voy a la sala, me siento en el sillón que está a un lado de la ventana y miro la calle por un momento, de repente me quedo dormido.

+++++Contratransferencia+++++

-No puedo creerlo Hiro, eres psicólogo y no puedes resolver tus problemas matrimoniales. Luego por qué tienen mala fama los psicólogos –

-Cállate cabrón, no tienes cara de decir eso, tomas antidepresivos y ansiolíticos, lo peor es que trabajas en un psiquiátrico.

-Lo sé, lo sé – rió Bryan a carcajada abierta, yo sé que lo dice de broma, le encanta burlarse de las tragedias, suyas y ajenas, pero su sátira y sarcasmo me ayudan para relajarme – Pero ya sabes que eso es lo que dice la gente de nosotros. Pero ya hablando en serio Hiro, son mis amigos, los quiero mucho a cada uno y cómo pareja, de verdad quisiera ayudarte pero creo que soy la peor persona para hacerlo. Sería bueno que fueran a terapia juntos, tal vez eso les ayude.

-Ya le dije Bryan, y ¿sabes que es lo que me respondió? "¿No puedes solucionar las cosas sin utilizar tu mediocre psicología?"

- ¡Woh, Woh! Hasta a mi me dolió Hiro. No sé qué le pasa a ese pelirrojo, está demasiado a la defensiva, incluso conmigo – No me dijo nada por un momento, miraba a otra parte pensativo – es demasiado extraño

- Bryan, yo sé que también lo piensas, no sé si sepas algo, yo sé que no es tu responsabilidad decirme o prevenirme, pero sé que también lo ves como posibilidad: creo que Yuriy me es infiel. Le he preguntado y me lo niega rotundamente, pero no sé, te juro que ha llegado el punto en que pienso tantas cosas, incluso las peores y las más extremas, pero de todo ello no sé ni un poco qué es por lo menos medianamente la verdad.

- De verdad quisiera ayudarte Hiro, pero sabes que no puedo. No puedo hacer otra cosa más que escucharte y comprenderte. Y no sabes cómo me duele esto, de verdad.

-No te preocupes Bryan, escucharme es de gran ayuda – Me das una palmada en el hombro, es sencillo pero me reconforta – Vámonos ya, hay que pedir la cuenta y regresar al consultorio, ya mero llegarán nuestros pacientes.

Junto con otros colegas rentamos una casa. Cada habitación es un consultorio, la sala es precisamente la sala de espera para los pacientes. Es un gran lugar, le tengo mucho cariño por ser mi lugar de trabajo y por los colegas y amigos que ahí tengo.

+++++Contratransferencia+++++

-Ya no puedo soportarlo más, esta vez sí quiero terminar con mi vida. Nadie me hace caso, nadie me ama, a nadie le importo

Esta chica llamada Hillary, mi paciente, lleva mucho tiempo diciéndome lo mismo, una y otra vez se queja de ello. No quiero que se malinterprete, no estoy en papel de juzgar a las personas, pero tengo que hacer la observación de que tiene algo de histrionicismo, algo gana en hacerse la víctima todo el tiempo, pues ahora descubrí que esos supuestos deseos de quitarse la vida realmente no es porque quiera hacerlo. Descubrí que utiliza la manipulación, intentó hacerlo conmigo, pero me di cuenta a tiempo.

-Está bien Hillary, veo que insistes mucho en ello

Me pongo de pie (mi consultorio está alfombrado para sentarse en el suelo, tengo muchos cojines), me dirijo al escritorio. Ella no deja de llorar. Sacó de mi pequeño escritorio una navaja. Tengo una junto con una pistola. No piensen mal, no soy un asesino. La navaja la tengo porque es una herramienta indispensable para cualquiera, es una Victorinox, la pistola la tengo pro seguridad, en este trabajo no se sabe qué persona llegará al consultorio. Mi decisión es arriesgada, pero no seré tan intrépido, por lo que en vez de la pistola agarré el objeto punzocortante. Me vuelvo a sentar frente a ella, llamo su atención dejando la navaja a sus pues.

-Te doy esta navaja, si quieres terminar con tu vida de una vez, hazlo. O como veas, yo te puedo conseguir una pistola, es aun más rápido y no duele

La chica dejó de llorar, sus ojos permanecen bien abiertos, sorprendida.

-Yo… yo… no… no quiero hacerlo – Aparta la navaja asustada –

- Está bien Hillary, me alegra tu decisión. Ahora por favor, te pondré este cojín. Siéntate en él y serás la chica que siempre está dolida y que reclama a los demás porque la dejan sola y abandonada, hablándole a la Hillary de ahorita que estará frente a ti (le apunto a un cojín que estará vacio), todo lo que siente, lo que piensa. Déjate fluir para ser esa chica, y concentrarte para ver a Hillary del presente en este lugar.

En ese momento hizo un poco consciente su manipulación. La chica que siempre está dolida le dijo a Hillary que busca manipular a los demás y chantajearles porque no sabe otras maneras de conseguir lo que quiere, y también le pidió que le ayudara a tener mejores maneras de arreglar sus problemas que no fueran el chantaje y la manipulación. También descubrió que eso se lo había enseñado su madre.

Me siento orgulloso. He avanzado en este caso, apenas hizo consciente muchas cosas, faltan aún más, además de ayudarle a que descubra otras herramientas de vida más saludables. Será un proceso algo largo.

Me queda sólo un paciente después de ella. Es su primera vez. Es un chico y por teléfono se escuchaba amable y sereno; veremos aquí en terapia qué es lo que sucede y cómo es, una primera llamada telefónica no dice nada sobre la persona, a veces si lo hace, pero no me confío de la primera impresión. Parece que este chico guardarse cualquier asunto para el momento de la consulta.

Lo veo llegar, le doy una cordial bienvenida, siempre comienzo haciendo una pequeña plática sobre otra cosa algo superficial, como el clima o al trayecto hacia el consultorio, o alguna otra cosa que se me ocurra, pero nunca comenzando con un tema de terapia o sobre ella; esto para que el paciente se sienta familiarizado, se relaje y vaya tomando algo de confianza, es como decirles "no te preocupes, los psicólogos no mordemos".

No fue necesario con este chico, se presentó en cuanto nos vimos, su nombre es Brooklyn. Lo primero que vi en él fue su cabello rojo y su piel blanca, tiene una voz melodiosa y tranquila, es demasiado atractivo. Cuando le digo mi nombre, tomó la iniciativa y me dio un beso en la mejilla, después de decirme "mucho gusto", fue el beso casual para presentarse, saludarse y despedirse. Llegó con confianza, el consultorio no fue un lugar que lo intimidare, pues lo percibía natural y algo despreocupado. Sonreía gentilmente con nuestra plática inicial, me escuchó cuando le mencioné el precio de la consulta y el horario que tendríamos, además de pones los acuerdos de los avisos de las faltas, tanto suyas como mías, y mostrarme con la disposición de cambiar nuestro día y hora para que se acomodara a sus ocupaciones, siempre y cuando fuera el horario de mi trabajo. De verdad que tiene una mirada dulce, una presencia poco común, porte impecable y parecer mostrarse accesible y amable.

-Bien Brooklyn, ¿Cuál es el motivo de que estés aquí? – es momento de comenzar el trabajo –

- Es algo difícil Hiro, para mí. Estoy desesperado. Son cuestiones de amor lo que me tiene aquí – Hizo una pausa -

-¿Qué son esas cuestiones de amor? – siempre busco que mis pacientes sean específicos

-Quisiera encontrar pareja que realmente me ame, que realmente me valore, sentirme correspondido. En este momento estoy en una relación, pero me siento tan distante a mi pareja, siento que no lo tengo en cuerpo, alma y mente; él dice que me ama, pero siento que no me lo demuestra realmente.

No puede ser, tenía que llegar una persona que tuviera problemas de pareja. Para mis adentros doy un gran suspiro, estoy trabajando pero es inevitable no pensar en mi pelirrojo, ahora por dos razones: Brooklyn también lo es, además que eso último que mencionó es en parte como me estoy sintiendo en este momento. Pero sigo, no puedo detenerme a pensar sobre lo mío.

-¿Qué te dice o hace él para no sentirte valorado o amado?

- Tengo que confesar que es una persona muy romántica y apasionada, en cierta medida hace todo por hacerme sentir correspondido – menciona, me mira directamente a los ojos-

-¿Entonces? ¿Qué es lo que te hace sentir de esa manera?

- no es fácil Hiro. La nuestra es una relación común, pero no aceptada socialmente: soy su amante. Él es un hombre casado – Y aparte es homosexual y hay problemas de infidelidad, perfecto, algo más que me hace pensar en mi pelirrojo – Se esmera hasta cierto punto en mostrarme su amor, pero hace meses que me dice que ya se va a divorciar de su esposo y no lo hace, a veces siento que no lo hará, y es ahí cuando me siento atrapado, porque lo amo. Hiro, me da miedo que me juzgues

-No Brooklyn, aquí no es confesionario. Yo me voy más allá de los hechos, me voy más allá de que me digas que eres su amante y que eso lleve etiquetas, lo importante es lo que te está pasando y lo que estás sintiendo, mi trabajo es ayudarte en un proceso de aceptación y responsabilidad, para tener mejores herramientas de vida.

-Eso me alegra Hiro, porque estoy cansado de esto. Realmente lo amo, yo no me meto en sus problemas matrimoniales, yo comprendo que él está cansado de su pareja y está buscando de nuevo alguien que lo ame, que lo desee, que esté con él, y tiene su derecho ¿no es así? – Habla tan apasionadamente. Me limito y no contesto su pregunta, dejo que prosiga – Lo malo es, Hiro, que no es la primera vez que pasa. Antes que él he tenido ya tres parejas que han sido casadas, y siempre me dicen lo mismo, que se separarán de su pareja y al final eso no pasa. No sé por qué pasa eso, no sé porqué siempre termino en una relación así.

Su semblante ahora ha cambiado, se le ve triste, enojado.

-Lo que sientas Brookly, si tienes ganas de llorar, de gritar, de decir lo que quieras, no te lo quedes, sácalo, es mejor hacerlo aquí.

- Como tu dijiste Hiro, yo no tengo ningún tipo de prejuicios, no porque él sea casado ya pongo una cruz para alejarme de él – Apenas salen unas lágrimas de sus ojos - .Fue natural nuestro encuentro, yo no sabía que él estaba casado, hasta después me dijo que así era, además de que ya no se sentía feliz. Él ya me atraía y eso no fue impedimento para andar con él. Él es tan romántico, tan atento conmigo, su manera de hacerme el amor – cuando dijo esto, cerró sus ojos, abrió un poco sus labios y alzó leventemente su cabeza, como si estuviera recordando el placer que sentía al hacer el amor. Se ve tan… sensual - Pero eso no basta Hiro, yo lo quiero en mi vida, quiero que se quede en ella, no quiero sus malditas promesas de que se va a separar de su esposo para estar conmigo – golpea el piso - ¡porqué tengo miedo de que vuelva a pasar lo de antes! – golpea de nuevo el piso, por su seguridad le pongo un cojín para que sea eso lo que golpe

-Eso es Brooklyn, saca eso que sientes, lo que necesites hacer para desahogarte

En ese momento, se incorpora un poco, como dije, en mi consultorio estamos sentados en el piso. Se pone un poco a gatas y se acerca a mí, hasta acercarse más a mi rostro, más de lo que yo hubiera deseado diría yo, me hago ligeramente hacia atrás.

-Hiro, necesito que me ayudes – Me lo dice tranquilamente, mirándome directamente, aun tiene algunas lágrimas – Yo no quiero sentir que mi pareja me da la espalda, cuando le amo y le deseo, porque sé que después ya no podré tenerlo cerca, amarle como yo quisiera, me sentiré desplazado, Hiro.

Me hago aún más hacia atrás, sólo atino a decirle

-Yo seré guía en tu proceso, el mayor trabajo lo tendrás que hacer tú

- Me han dicho que eres muy buen terapeuta Hiro. – sé incorpora de nuevo a su lugar, eso me dio alivio- puedo ver que lo eres, sé que lo eres – deja por un momento la tristeza y me mira con una ligera sonrisa, pero muy particular. Pero cambia inoportunamente a un semblante más serio – Algo de mi dice que debería terminar con él, y tener una relación sin ser el tercero, sólo mi pareja y yo. Sin embargo me es difícil, lo amo demasiado, no quiero perderlo, no quiero Hiro, no sabes lo que es amar y que después te den la espalda.

De hecho sí lo sé, lo sé perfectamente, pero no se lo diré. Creo que fue un mal momento para que llegara un paciente con estos problemas, y además pelirrojo.

CONTINUARÁ...

Espero que esta parte les haga gustado, lo escribí con mucha emoción, no planeo que sea una historia larga, pero no estoy segura cuántos capítulos me aventaré realmente, eso no importa :3