ONESHOOT de Inuyasha.

Disclaimer: No me pertenecen ninguno de los personajes de Inuyasha, son de Rumiko Sensei.

TORMENTOS NOCTURNOS.

Las estrellas desaparecían, el cielo anaranjado demostrando los primeros rayos del astro rey.

Él tenía que tomar una decisión.

Era ahora o nunca.

¿La dejaría? Quizás el destino le daría una negativa.

En los hermosos ojos dorados se podía ver angustia, indecisión, Temor, claro que si alguien estuviera viéndolo estaría usando su eterna máscara de frialdad.
El no podía estar así, ¡Maldición! él era el Lord del Oeste, el demonio más poderoso de todos, no podía estar así de confundido como nunca lo había estado por una simple humana. Padre, debes estar regodeándote donde quiera que estés Infierno o Cielo. Te imagino frente a mí, Riéndote. Me prometí no terminar así como tú, miserablemente volviéndome débil cada día más por culpa de una criatura tan inferior, tan desagradable, tan inútil, tan..., tan Hermosa porque si lo acepto te miro ahora mientras susurras entre sueños. Tu Blanca piel, te sedoso cabello azabache que me doy el gusto de acariciar mientras estas en brazos de Morfeo. Tu Delicada figura que ya no guarda ningún parecido con la de esa torpe niñita que alguna vez me siguió.

Te veo y te odio, te odio con todo mi ser.

Te odio por ser hermosa.

Te odio por volverme vulnerable.

Te odio por amarme.

Te odio porque te amo.

Y también te odio por hacerme tomar esta decisión.

Irme, huir de aquí y dejarte... mientras duermes para no tener que sufrir.

Esta dicho, lo haré.

Te contemplo por última vez...

Y te digo Adiós...te amo pero lo nuestro nunca será posible.

Debí hacerlo anoche, la noche anterior, mil noches atrás pero te miro y sé que si me voy, si no te veo, sufriré.

No puedo amarte pero tampoco odiarte...

Me di vuelta avance unos pasos cuando te escuche: "No me dejes..." me di vuelta, lo habías dicho entre sueños pero fue tan contundente, tan real. Te vez tan frágil, tan delicada, con solo un suspiro podrías romperte...
En eso abres los ojos perezosamente y en ese momento postergue lo inevitable, como trato de postergarlo hace incontables lunas...

Me convenzo a mi mismo que mañana lo hare, Que mañana te dejare.

Me miras esperando alguna señal.

"Vámonos Rin"

Te amo...susurró en un tono inaudible para tus oídos.

Me miras con esos ojos chocolate que adoro, me pierdo en ellos y por un instante olvido todo inclusive de la decisión que estuve por tomar. La misma que me acosara cada noche mientras duermes ni siquiera notando que eres la causa de mis tormentos.