Una chica de cabello castaño y un peinado desordenado, se encontraba muy cómoda recostada en el sofá leyendo una revista, pero su pacífica lectura terminó de súbito con la voz de su madre.

- Hija, necesitamos hablar seriamente – dijo su madre preocupada y se sentó en una mesita junto a ella.

- ¿Dime? – contestó la morena sin dejar de mirar la revista

- Dije seriamente – le quitó la revista y la dejó a un lado

- Está bien – dijo molesta, se sentó resignada y cruzó los brazos

- Ya no asistirás más a esa escuela – la miró a los ojos con suma seriedad.

- ¿Qué? ¿Escuché bien o me estás diciendo que nuevamente me cambiarás de escuela? ¿Por qué mamá? – alzó la voz y se angustió

- Porque será mixta desde este año Ten-ten - intentó calmarla y le puso la mano en el hombro

- ¿Y? – se encogió de hombros

- ¿Sabes lo que eso significa verdad?

- Pues claro que lo sé, que habrán tanto hombres como mujeres – se burló

- No me refiero a eso, sabes bien de que hablo… - su mirada se tornó aún más seria - Me refiero a lo que ocurrió hace 6 años atrás en tu otra escuela – dirigió la mirada hacia otra parte.

- No me hagas recordarlo – miró hacia otro sitio, sus cejas se arquearon hacia arriba.

- Así que no se habla más – se puso de pié

- Mamá, yo no quiero irme – la tomó de la muñeca y la mujer la miró - soy feliz en esta escuela, tengo amigas, buenas calificaciones, por favor, deja de sobreprotegerme, ya no soy una niña de diez años – se puso de pié con lágrimas en los ojos - y lo que ocurrió, ya fue, ya me sé defender sola, no hice en vano el curso de defensa personal – dijo sin más y corrió a su cuarto cerrando de un portazo.

Una madre preocupada se sentó en el sofá en completo silencio, sin saber que hacer, si exponer a su hija al peligro dejándola en esa escuela, o hacerla sufrir alejándola de sus amigas que tanto quería y que bien la habían acogido, estaba totalmente confundida.

La chica se lanzó en su cama y se apoyó en la almohada, le quedaban solo 2 años escolares, ¿Qué malo podría pasarle en la escuela mixta? Ya no era una niña indefensa de 10 años, ahora ella se sentía mujer y estaba preparada para cualquier cosa que pudiera ocurrir, quería ver a sus amigas, no tenía ganas de estar sola así que llamó a Ino y Sakura, quienes muy pronto llegaron a brindarle su apoyo.

Al entrar vieron a una chica acostada en la cama, sin ánimos, con un rostro de dolor y amargura,

- Amiga ¿Por qué esa cara? – preguntaron al unísono preocupadas por Ten-ten y se sentaron a los pies de la cama.

- Mi madre… Quiere cambiarme de escuela – se puso ambas manos en el rostro para ocultar su tristeza

- Pero, pero ¡¿Por qué?! – dijo Ino muy triste – ¡Lo hemos pasado tan bien! Ya llevamos varios años de amistad y…y- se mordió el labio para contener la pena.

- Creo que es por lo que yo pienso… - hizo una pausa Sakura – Es porque la escuela será mixta ¿Verdad? – Ten-ten asintió

- ¡Pero nosotras vamos a protegerte! No dejaremos que ningún estúpido te vuelva a poner una mano enci… -Ino fue interrumpida por Sakura

- Ino, basta, no hagamos que Ten-ten recuerde – musitó al ver que la expresión de Ten-ten había cambiado a una aún peor.

- Gracias, no se preocupen – sonrió sin ganas Ten-ten

- ¡Convenzamos a tu mamá de que te quedes por favor! – Ino hizo un puchero y tomó las manos de la castaña.

- De acuerdo… Hagamos el intento – sonrió tiernamente

- Acá nos tienes a nosotras para apoyarte – la abrazó Sakura tiernamente y luego Ino

- Gracias amigas… En serio, nunca había tenido amigas tan buenas como ustedes – Se abrazaron las tres

Luego de toda una tarde de palabras cruzadas entre Ten-ten, sus amigas y su mamá, lograron convencer a la señora Ama, pese a que no estaba del todo conforme, tomó la decisión que a su hija hiciera feliz, después de todo, ya no era una niña, cada día crecía más y cada día era más fuerte, y siempre había sido una muchacha sumamente responsable, merecía quedarse junto a sus amigas.