Capítulo 1- Discriminación por leer Twilight.
Me encontraba leyendo por quinta vez luna nueva, estaba sentada en una banca de la plaza que queda cercas de mi casa.
Hoy era 4 de agosto, genial, mi cumpleaños. Hoy cumplía los dieciocho años de edad. Si, como lo oyen, hoy soy mayor de edad. Y sigo leyendo crepúsculo. Pero yo pienso que crepúsculo es para cualquier persona y de cualquier edad.
Bien, me presentare. Me llamo Elizabeth Williams, y como sabrán hoy tengo oficialmente dieciocho años. Estudio en una de las preparatorias más prestigiadas de México. Hoy un día un poco inusual. Estábamos en agosto y se sentía fresco… mucho diría yo, aun así no me detenían y Salí al parque.
-¿Sigues leyendo esos libros ridículos?- genial lo que me faltaba. Karla y su amiga-araña.
- ¿Y a ti que más te da? Carlita- sabía perfectamente que no le gustaba que le dijeran así.
-Madura, niña estúpida-
-Creo que madure más rápido que tú, por eso estás celosa-
-Que más quisieras, ¿Sabes qué? No perderé el tiempo contigo-
-Claro, como quieras Carlita-
-Consíguete un novio que te haga olvidar - esa tonta se dio vuelta y empezó a caminar solo un poco pero se detuvo - Ah, y no lo muerdas chica vampiro- se fue riendo las muy tontas.
¡Estúpida, Como la odio!
Karla y su amiga-araña se fueron dejándome sola otra vez en mi banca y con mi libr
Decidí volver a casa cuando una ligera llovizna se soltó. Mire el cielo y suspire. Estaba genial la noche. Camine hacia mi casa que no quedaba lejos. Me quedaba a una cuadra, así que no me moje nada. Mi libro lo había metido en mi pequeño bolso de charol, así no se estropearía por el agua.
Cuando llegue, abrí la puerta y todo estaba obscuro. ¡Genial, otra vez sola! No me preocupe, creo que mis padres otra vez se quedaran en su segundo hogar, sus empresas.
Subí a mi habitación dejando mi bolso en mi cama y me desnude mientras caminaba hacia el baño para darme una relajante ducha.
Cuando Salí, me puse mi ropa interior y me tape con una bata de baño mientras buscaba mi pijama.
Cuando la encontré, me la puse y me acosté en mi cama, no antes de escribir en mi diario…
