Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecer. La tragedia sí, para variar.

Este fic participa en el minireto de marzo para "La Copa de las Casas 2014-15" del foro La Noble y Ancestral Casa de los Black

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Lo sabes, nunca has sido un niño normal. No jugabas al fútbol, no te gustaba pasarte horas y horas leyendo cómics, no disfrutabas viendo películas de acción.

Tu madre lo sabía y lo aceptaba. Tu padre lo sabía, pero no quería verlo. Te obligó a cambiar, a usar una máscara, a no ser tú. Tantos años de represión, tantas noches arropadas por la angustia y las lágrimas aguantadas durante el día.

Y, ahora que ves tu reflejo en el espejo, recuerdas aquel día, ese que jamás podrás olvidar. Recuerdas el tacto del vestido, era azul celeste, siempre te gustó ese color. Recuerdas la tiara de plástico en tus sienes. Tu hermana no la echaría de menos. Recuerdas la sonrisa en tus labios, por fin eras tú, sin mentiras, sin disfraces. Tú, sólo tú.

Pero también rememoras su semblante; frío y duro. Sus ojos, afilados, centelleantes de rabia. La fuerza de sus brazos al sacudirte, el dolor de los golpes recibidos, el frío del suelo en tus mejillas, la calidez de la sangre nublándote la vista.

Alzas la mirada, ahora eres mayor. El vestido esta vez es negro, opaco y falto de gracia. Sobre tu cabeza hay un andrajoso sombrero de felpa y, junto a ti, hay una mujer. No es él, no es tu padre. En sus ojos no hay furia, sino divertimento, los cabellos rubios y grasosos caen por su frente. No deja de reírse.

—Mírate, asqueroso deshecho, ¿no es esto lo que querías? Te gusta, ¿no es así? Dilo. Dilo bien alto, quiero oírte gemir como la mujer que en realidad eres. ¡Vamos, dilo! ¡VAMOS!

Sí, no es tu padre y, sin embargo, es igual de psicópata. No te golpea, mas sus palabras duelen más. No sangras por fuera, pero sí por dentro.

Te lo advirtieron, te dijeron que Alecto Carrow tenía un gran don con la legeremancia. Sólo fuiste un objetivo más, sólo tuviste mala suerte, sólo pensaste en lo mucho que te gustaría poder ser tú mismo justo cuando ella pasaba.

—¿Qué te ocurre, Macmillan? ¿Acaso no estás contento? ¿Acaso no te hecho un favor?

La miras y en sus ojos ves los de él. Aquellas palabras que tanto solía usar para definirte, retumban en tu cabeza.

"¡Monstruo, monstruo!"

—Sí —respondes con voz trémula.

—¡Más alto! ¡Más alto!

"¡Monstruo, monstruo!"

—Sí —repites, cabizbajo.

Sabiendo que es una mentira a medias. Sabiendo que ella lo sabe.

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Palabras: 399

Bueno, esta vez me he decidido por el género angst ya que la comedia no me salía. En este fic he querido plasmar a aquellas personas que no se sienten identificadas con su sexo y están condenados a ser infelices. Pobre Ernie, siempre le hago sufrir xD