Disclaimer: Twilight/Crepúsculo pertenece a Stephenie Meyer

Esto es una TRADUCCIÓN la idea original de esta historia pertenece a poeticsoul19

Él me enseñó a llorar

Capítulo 1

Hace 3 años

Isabella Swan miró su teléfono, pensando si debería o no. Suspiró y resopló de frustración.

Esto no debería de ser así. Ella debería estar con él, emocionada y abrumada por contarle la noticia, porque ella sabía que él también estaría feliz. Pero aún así, aquí estaba ella, nerviosa y completamente asustada por tener que llamarle para decirle que estaba embarazada.

¿Por qué? ¿Preguntas?

Porque exactamente hace un mes, la había dejado por su recién encontrada fama. La había dicho que estaban ocurriendo muchas cosas en su vida, y que estar con ella, como claramente había dicho, era "consumir mucho tiempo". La había dicho que ahora estaba en su momento y que necesitaba centrarse en su carrera.

Tras dos años, simplemente se fue… como si fuera lo más fácil del mundo. Bella no lo entendía. Él había declarado su amor innumerables veces, y de repente un día decidió que a lo mejor no la quería tanto como él pensaba.

Bella, una vez más, aguantó las lágrimas que amenazaban con derramarse, porque ya estaba harta. Ya había llorado suficiente preguntándose porque se había ido. A él siempre le había gustado la música y Bella nunca se había entrometido. Ella entendió que él siempre había querido ser cantante, y ella siempre le dio ánimos. Y cuando por fin lo consiguió, ella estuvo allí, extática y completamente orgullosa de que él hubiera cumplido su sueño.

Ella no podía comprender porque él pensó que lo estaba entorpeciendo. No tenía sentido. ¿Cómo se puede querer a alguien un día y al siguiente no?

Y ahora se enfrentaba a la terrible tarea de decirle al tío, que no la había querido, que iba a tener su bebé. ¿Qué diría él? ¿Qué pensaría?

Solo había una persona en estos momentos que sabía que estaba embarazada, y esa era Alice Cullen, su mejor amiga y hermana de Edward Cullen – el tío que destrozó su vida y luego quemó los pedacitos. Alice era la que la había empujado a decírselo. Alice era la mejor amiga que cualquiera podía imaginar. Bella conoció a Alice su primer día de instituto en Forks, e inmediatamente se hizo amiga suya y del resto del grupo.

Bella suspiró y se dio cuenta de que no importaba cuanto se quedara ahí sentada, mirando el teléfono como si estuviera a punto de morderla, no podía retrasar lo inevitable. Presionó las teclas, las cuales se sabía de memoria, y esperó a que diera tono. Y así fue, tras unos pocos tonos que parecieron durar una eternidad, él cogió el teléfono.

"Bella, ¿por qué me llamas? Nos hemos dicho todo lo que nos teníamos que decir", al oír la voz de Edward la dio un vuelco el corazón, pero eso no era nada nuevo. Ocurría cada vez que oía su voz, cada vez que veía su rostro, cada vez que pensaba en él.

"Sí, lo se Edward, pero… es que necesito hablar contigo. Es importante. ¿Podemos quedar en algún sitio?" Bella dijo con una voz segura, no necesitaba que él supiera lo inquieta que estaba y lo mucho que lo echaba de menos. No le daría esa satisfacción.

"Lo siento, pero estoy ocupado. Simplemente dí lo que tengas que decir" dijo Edward en una fuerte voz a la que ella no estaba acostumbrada.

"Mira Edward, esto no es algo que se pueda discutir por teléfono, ¿vale? Necesito verte" en cuanto pronunció esas palabras se estremeció. Esas eran exactamente las palabras que había estado intentando evitar. La hacían sonar débil y patética; como una de esas chicas que son como una lapa y no se sueltan jamás.

"Bueno o me lo dices, o ya te puedes olvidar porque como te he dicho antes - ¡Estoy ocupado! dijo Edward, prácticamente gritando. Bella sabía que este era el momento, ahora o nunca. Se lo tenía que contar.

"Estoy embarazada" soltó Bella, con miedo de que si se lo pensaba un segundo más, no se lo diría y jamás tendría otra oportunidad de decírselo. Hubo un largo silencio y Bella temía su reacción. Pero cuando por fin reaccionó, Bella deseó que hubiera colgado el teléfono.

Se rió

"¿Lo dices en serio? Guau, ¡mi representante tenía razón! Me dijo que jugarías esta carta y yo no le creí. ¡Esto es demasiado divertido! Edward continuó riendo y Bella ya no podía retener por más tiempo sus lágrimas. Empezaron a caer sin remedio y sin expectativas de parar.

"Edward, no estoy de broma. Estoy embarazada" ahora se alegraba de no habérselo dicho a la cara, no se creía capaz de haber soportado decírselo si él hubiera visto sus lágrimas mientras se reía.

Edward paró de reír cuando se dio cuenta de que no era una broma. Entonces se rió con sarcasmo.

"¿De verdad crees que quiero un bebé?¿Cómo te puedes plantear si quiera traerlo a este mundo?¿De verdad eres tan egoísta?¿Traer un bebé no planeado y no deseado a este mundo cuando solo tenemos 18 años? si no quiero saber nada de ti, ¿Qué te hace pensar que si voy a querer con un bebé?

"¡¿Qué demonios estas diciendo?! Bella ya no podía esconder el temblor de su voz. No quería admitir que sabía perfectamente lo que iba a decir. No se lo quería creer.

"Deshazte de él. Acabo de empezar mi carrera y ¿quieres que lo eche todo a perder por tus egoístas necesidades? No necesito esto ahora – Bella supo entonces que la voz que estaba escuchando no era la del Edward que conocía. No podía serlo. Debía de ser algún demonio que se había apoderado de su cuerpo, porque el Edward que ella conocía jamás diría tales cosas.

"¡No quiero nada de ti! Maldito bastardo. Simplemente quería que lo supieras" así que colgó el teléfono y lloró. Lloró por todo lo que había perdido, por lo que iba a suceder y, sobre todo, lloró por este bebé – del que sabía, sin dudarlo, que no llegaría a este mundo.