~~~ Las Ninfas de los campos elíseos ~~~
Desde la época del mito, se decía que al morir las almas de los seres humanos que eran buenos y llenos de bondad estaban destinados a terminar en los campos elíseos por designio de los dioses, en el confín del cosmos más allá del camino de los dioses, un plano paradisiaco que se encuentra atravesando el rio Lethe y Estigia.
Esta utopía eterna y pura está libre de dolor, angustia y sufrimiento, no existen cosas como el hambreo la guerra en la cual existen además hermosos jardines, animales silvestres jugando con singular alegría, dónde el sol y el cielo azul abundan en demasía, hogar donde reside el dios de la muerte Hades, junto a sus heraldos Hipnos dios del sueño eterno y su hermano Thanatos dios de la muerte violenta, ambos dioses son gemelos pero la única diferencia entre ellos es que Hipnos prefiere un final sin dolor, pacifico a la existencia de cualquier ser viviente en el universo pero en cambio Thanatos disfruta de ver agonizar, gritar de dolor a quienes están destinados a morir, considerando la muerte como un castigo divino a sus pecados cometidos contra los dioses, mas con el sumo pontífice del inframundo. Pero no solamente ellos residen en aquella tierra prometida, existe un pequeño templo en el cual 9 hermosas mujeres viven fieles servidoras del dios de la muerte, las ninfas de los campos elíseos consideradas en la mitología griega, deidades femeninas menores de la naturaleza, típica-mente asociadas a un accidente geográfico o lugar concreto, a pesar de lo cual eran designadas por el título de olímpicas, convocadas a las reuniones de los dioses en el Olimpo y descritas como hijas de Zeus. Diferentes de los dioses, las ninfas suelen considerarse espíritus divinos que animaban la naturaleza. Se creía que moraban en la tierra: en arboledas, en las cimas de montañas, en ríos, arroyos, cañadas y grutas.
Su belleza era única y sin igual, incluso la diosa de la belleza y el amor Afrodita tenía envidia de ellas, pero estas nueve ninfas cada una era diferente de la otra, esto gracias a su descendencia, comenzando con Honoka una ninfa de la clase celeste, de cabellos jengibre mirada azulada, siempre alegre y optimista audaz y quizás la más problemática de todas, descendiente del titán Atlas. Umi ninfa de clase acuática, de cabellos azul oscuro como el mar, mirada color ámbar, serena y tranquila, diplomática y buena oradora, descendiente del titán Océano, Kotori ninfa de clase terrestre, de cabellos peli grises, mirada color miel, inocente y dulce dispuesta a ayudar a las demás si lo necesitan, amante de la naturaleza, descendiente de la diosa Deméter. Hanayo y Rin, ninfas de la clase correspondiente a los bosques y plantas, 2 polos opuestos Hanayo de cabellos castaños y mirada color lila, siempre es tímida, retraída y muy callada, todo lo contrario a Rin de cabellos naranjas, mirada color clara, enérgica e impetuosa, descendientes de la titanide Gea. Por ultimo tenemos a las ninfas de clase inframundo, Maki, Nico, Eli y Nozomi, las primeras 2, descendientes del dios Estigia, una de cabellos carmín y mirada violeta que era demasiado cambiante, era difícil concordar en algo con ella, su dolor de cabeza la pelinegra de cabellos carmín de carácter sumamente violento, volátil causante de muchas disputas con Maki.
Quedando solamente Nozomi y Eli descendientes de Cocitias, la primera de cabellos purpuras y mirada esmeralda y la segunda de cabellos rubios con mirada celeste, ellas en especial tenían una tarea particular, vigilar las almas de los que caían a Cocytos la cárcel de hielo del inframundo ambas unidas pero obviamente de naturaleza diferente, Nozomi siempre era la más divertida y alegre de las 2 podría decirse que no tomaba enserio su labor ya que siempre le gastaba bromas a su compañera, en cambio Eli era responsable, disciplinada pero había un problema su temor a la oscuridad, siempre necesitando a Nozomi para ir al inframundo.
Todos se habían vuelto grandes compañeras y amiga, si alguna tenía problemas con los dioses del inframundo todas ayudaban a que la aludida saliera del problema, sin recibir un castigo severo de sus superiores, jamás les falto nada en lo absoluto, las atenciones de Thanatos, las enseñanzas de Hipnos, incluso la cordialidad de Hades a pesar de los constantes celos de su mujer Perséfone ya que consideraba que eran sus amantes, algo que jamás le habría comprobado, le parecían hermosas al señor del mundo de los muertos pero eran las mujeres del dios de la muerte además habiendo más mujeres hermosas a las cuales enamorar, violar o tomar, no iba a crear la discordia en los elíseos por ellas. Todo era completamente armonía y felicidad en ese lugar pero un día, todo cambiaria ya que cierta ninfa se había ocurrido la "grandiosa" idea de dejar los elíseos e ir al mundo humano, cosa que las podría meter a todas en ciertos aprietos con el dios Thanatos que jamás la ha castigado pero que dejo en claro desde el principio que si desobedecían una orden les iría muy mal a todas.
El escape del paraíso
Honoka… estas completa loca… ¿Cómo se te ocurre tal cosa?... te das cuenta de la gravedad de lo que dices, acaso quieres que nos envíen al tártaro por desobedecer a Thanatos – sama — Decía con voz fuerte la ninfa peli azul, que estaba sentada en las escalinatas de su templo mientras las demás estaban dispersadas en varios puntos alrededor de ella mirando a la peli jengibre que sonreía con un brillo en sus ojos.
Umi… será divertido… además ¿A poco alguna de ustedes no les gustaría descubrir nuevos mundos, lugares… descubrir cosas nuevas en este universo?— La entusiasta ninfa peli jengibre extendía los brazos a los costados mientras trataba de convencer a su compañera.
Honoka tiene un poco de razón Umi, no es que me queje de este lugar, ni de los tratos de nuestro señor Thanatos… es muy caballeroso para ser la viva imagen de la muerte violenta — La mirada de la ninfa peli gris era apacible y dulce, deseaba ver los bellos paisajes que existían en el universo, eso le causaba admiración y deseo
Rin y yo… también tenemos ese deseo… pero… tampoco deseo hacer enfadar a Thanatos –sama, o peor a Hades – sama… aunque sea alguien hermoso… no deseo que me atraviese con su espada…. — Estaba ruborizada y asustada a la vez, cubriéndose la cara con el rostro para que no notaran su nerviosismo
¿Uh? Kayochin… estas enamorada del amo Hades – sama… etto… la señora Perséfone puede matarte si te escucha… — Se tomaba el mentón pensativa la ninfa peli naranja.
Como sea…. Si ustedes deciden irse… yo no iré… no voy a condenar mi eternidad a las profundidades del tártaro junto al padre de nuestro señor, ¿Acaso no se dan cuenta de que Cronos, también está en ese lugar de pesadilla? Aunque este atado a las cadenas de Apolo aun podría hacernos daño — Jugando con su mechón de cabello con el índice la ninfa pelirroja miraba indiferente a las demás, sintiendo la pesada mirada de la ninfa más pequeña de todas penetrante y algo burlona. — ¿Qué tanto me miras enana?! —
Lo miedosa que eres Hm! — Se cruzaba de brazos desviando la mirada hacia otro lado, con aires soberbios y arrogantes. — Es peligroso pero puede ser divertido… pero ustedes sabrán. — Aunque sentía curiosidad de conocer el universo ella prefería mantener bajo perfil.
Nicochi… vamos no intentes ocultar que te gusta la idea… o quieres que te masaje los pechos con mi Washi washi por no ser sincera.. — La mencionada solamente se alejaba de ella estando detrás de Maki quien estaba desconcertada al ver a la ninfa peli purpura acercarse peligrosamente a ellas con una sonrisa divertida haciendo movimientos con los dedos de las manos.
Basta Nozomi…. Honoka… Umi como Maki tienen razón, salir de este lugar puede ser una condena para todas… así que por favor no hagas algo estúpido… — No lo demostraba que la idea le aterraba, incluso lo que Maki dijo le causo pavor, el pasar la oscuridad eterna con el único ser el universo capaz de hacerla polvo con simplemente mirarla.
Todas se quedaron calladas en un incómodo silencio, dudosas, pensativas e inquietas por no saber qué hacer, únicamente Honoka era la más determinada de todas. Estaría dispuesta a tomar un riesgo tan grande por solamente saciar su curiosidad pero también estaba consciente de los puntos de vista de cada una, llegando a la decisión de hacerlo sola para que no corrieran peligro todas, estaría dispuesta a soportar el peor de los castigos sin sentirse culpable de ello o arrepentirse por solo dejarlas de lado, pero si aun así deseaban acompañarla no se los impediría de ningún modo, todas eran una familia en las buenas y en las malas, poco importaba si ella sufría el peor horror en su eterna existencia con tan solo verlas bien ya que su amor por ella era inmenso e incomparable, eran lo más importante para ella.
De momento se escuchó una voz varonil muy tenue y serena llamándoles desde uno de los templos, su señor Thanatos requería su presencia en ese momento así que dejaron la plática de lado para acudir a ese llamado apareciendo lentamente ante el dios de la muerte luciendo hermosas con vestidos blancos, escotados que marcaban perfectamente sus figuras, arreglos florales en sus cabellos que distinguían a cada una además de pulseras de pétalos de rosas en sus muñecas haciendo una sutil reverencia en muestra de respeto hacia el diciendo todas al unísono como un bello coro cantando una bella melodía.
Nos llamó Thanatos – sama…. —
El dios dela muerte vestía una túnica negra, tenía iris de color negro en sus ojos además de una estrella negra completamente en la frente quien estaba sentado en su trono tocando una bella melodía rodeado de un ambiente lleno de rosas y un entorno lleno de armonía dentro de su templo con su lira sonreía al verlas a todas a sus pies, queriendo que consintieran sus deseos además de cantaran sus bellas melodías con sus voces al compás de su instrumento musical, cosa a la cual accedieron sin ningún tipo de reproche, pasando un buen rato mientras se divertían con Thanatos, entre risas, sonrisas, juegos, bromas, besos y caricias que se compartían mutuamente, esa escena podría ser comparada como la amantes en un burdel, sin ningún tipo de inhibición o descaro hasta que su gemelo irrumpió en ese momento tan… pasional.
¿Interrumpo... Thanatos? — Exclamó el gemelo dios del sueño al ver aquella escena tan comprometedora pero habitual en su hermano.
Hipnos - sama! — Tanto las ninfas peli azul y rubia se alarmaron al ver quien consideraban como un padre para ellas, quien respetaban, apreciaban por su sabiduría, por su temple siempre sereno y por jamás dejarse llevar por impulsos que lograsen nublar su juicio.
No en realidad, Hipnos… pero sabes que detesto que me molesten cuando estoy con mis chicas… — Acariciaba de las caderas a Maki y a Nozomi, teniendo en sus piernas a Kotori y Nozomi, dejando a sus pies a las otras 5.
Umi.. Eli.. descuiden… no me molesta que complazcan los deseos de su señor, Hermano… he notado inquietud en el inframundo, incluso en el mundo humano algo está sucediendo… ¿Acaso el señor Hades pronto despertara de su sueño? — Hipnos por el contrario de su hermano poseía ojos color dorado, cabellos del mismo color, una estrella invertida en la frente, compartiendo los mismos atuendos que el quien miraba con los brazos por detrás de él, entrelazados hacia el templo del dios del inframundo.
Todas se quedaron expectantes a lo que dijo el dios Hipnos, pero se inquietaron más cuando el hermano gemelo se levantó de su trono acercándose a él, mirando en la misma dirección sintiendo un extraño presentimiento ambos mientras las 9 ninfas intercambiaban miradas sin entender que estaba pasando pero al final ambos dioses salieron del templo desapareciendo de ahí, tele transportándose por medio de un oráculo hacia otra parte dejándolas solas y confundidas, inundándose el templo en un silencio que les hacía sentir miedo y duda ¿Qué estaría pasando en el mundo, el universo que podría hacer que ambos dioses temidos por muchos pudieran estar preocupados. Pero como si el cosmos mismo estuviera en su contra un temblor comenzó a estremecer esas hermosas tierras, nublándose el sol, abriéndose la tierra de golpe saliendo fuego de ellas, logrando aterrarlas en el momento en el cual una mano gigante salía con grilletes en la misma hasta que finalmente la peor de sus pesadillas estaba apareciendo en los elíseos, sin comprender como era posible que el titán Cronos el más devastador ser en el universo se había liberado de su prisión, de tan solo pensarlo era algo imposible.
Todas corrían despavoridas del templo en busca de un lugar donde ocultarse… pero a donde fuera que vieran o intentaran huir había fuego, caos, la tierra abriéndose además de meteoritos cayendo del cielo que ahora era completamente rojo, había perdido ese color azul, veían a Cronos acercarse a ella con pasos lentos ya que era un gigante que lanzaba de sus brazos bolas de fuego, destruía montañas con un simple golpe dejando únicamente desolación en lo que antes era una hermosa utopía.
Como última salida recurrieron al templo de Hades quien aún estaba dormido, corriendo escalinatas arriba mientras la tierra se abría por poco caían al abismo del tártaro si no es por Umi y Honoka que ayudaron a las demás a seguir en pie llegando finalmente a las puertas del mausoleo donde se encontraba el féretro. Intentando abrirla una desesperada rubia que veía con horror al titán intentar alcanzarlas extendiendo su mano posicionándola sobre el mausoleo con la intensión de aplastarlo y con ellas de paso, pero cómo si sus plegarias fueran escuchadas una luz brillante salió de la punta bloqueando el ataque del devastador enemigo abriéndose el camino de los dioses frente a ellas mientras eran jaladas hacia ese hoyo negro que era un sin fin de universos y dimensiones pero antes de ser tragadas las puertas se abrieron saliendo de ella el dios de la muerte, portando una armadura totalmente oscura con alas en la espalda con una orca en la diestra y una espada en la zurda encarando a su progenitor sin demostrar intimidación volviendo la mirada hacia ellas, una mirada verdosa sonriente que de momento les llenaba de esperanza pero al darse cuenta que su padre no iba a detener su ataque junto ambas armas para lanzar rayos carmesí que detenían a su padre quien solamente exclamaría con autoridad.
Hades…—
Chicas… Lo que temía sucedió… los titanes quieren recobrar este universo… bueno al menos mi padre… pero los demás ya despertaron igual… las enviare por el camino de los dioses a lugares seguros… Honoka, Umi… Hanayo y Rin, las enviare con sus respectivos padres…. Los titanes Atlas, Océano y Gea. Honoka te enviare a los confines de la tierra para que vayas a donde esta Atlas en los confines del mundo, te pediré algo… que quizás cause más desbalance en el mundo y eso es que lo liberes.
Le entregaría una espada la cual brillaba con intensidad que a duras penas lograba sostener frunciendo el ceño mientras esta se volvía un simple báculo corto que aun brillaba con fuerza.
Umi… en cambio a ti te enviare hacia la Atlántida, busca el tridente de Poseidón y úsalo para liberar a Océano—
A ella le entrego la lanza de tritón que le ayudaría a defenderse de monstruos marinos que podrían andar sueltos en el océano y que podrían representar cierto tipo de problema para ella, ella no entendía que debía hacer con ella pero la tomo con confianza asintiendo ante el mandato de Hades.
Finalmente Rin y Hanayo… ustedes irán a los jardines del templo de los Hados, podrán liberar a su madre usando el látigo de némesis, golpeando el gran árbol con las puntas de lanza que tiene este látigo, puede ser usado en 2 partes o en una sola, pero eviten que haga un efecto boomerang porque un golpe podría matarlas.
Las 2 ninfas terrestres tomaron aquella arma y de la nada fueron dispersadas a los recónditos lugares del universo siendo absorbidas por aquel camino cósmico llevándolas a distintos caminos asustadas por separarse, pero con la firme esperanza de que en algún punto volvieran a verse, reunirse cuando esta batalla terminara, de manera casi fortuita estaba cumpliéndose el deseo la ninfa Honoka, pero no deseaba que fuera de esta forma desapareciendo como polvo de estrellas en ese gran universo paralelo mientras Hades luchaba contra Cronos, decidió desaparecer de ahí llevándose a su padre de paso haciendo que ese paraíso volviera a la normalidad teniendo una idea de un área de combate donde pudiera lidiar con su padre pero también vía astral se comunicó con los demás dioses en el olimpo.
Hermanos… Cronos finalmente ha despertado… Buscando venganza y tiene planeado despertar a los demás titanes para iniciar una nueva titano maquia… debemos unirnos, dejar nuestras diferencias para destruirlos, ya envié a las hijas de Atlas, Océano y Gea para logren persuadirlos y unirse a nuestro bando… únicamente espero que eso funcione, que sus padres no cometan el mismo error que el nuestro —
Llévalo a la isla de la creación, ahí podremos enfrentarlo sin ningún problema ya que es un lugar escondido para la raza humana y solo nosotros sabemos de su paradero — Zeus el dios olímpico y rey del olimpo hablaba con su hermano sugiriéndole eso.
Ahí nosotros tendremos ventaja pero no hay que confiarse, si tu plan tiene éxito hermano los titanes estarán en desventaja con Océano, Atlas y Gea de nuestro lado, si no es así… tendremos que destruirlos a todos.. aunque sus hijas sufran por ello.
Una decisión difícil que podría provocar que ellas odiaran a los dioses por ello, pero era algo que de ser la única salida sería necesario para evitar la destrucción del universo entero a manos de la fuerza más destructiva de todo el cosmos: Los titanes.
Continuara…
Nota del autor: En esta historia nuestras musas tomaran su esencia "divina" proveniente de esa palabra musa o ninfa según la mitología griega son sinónimos, espero esta historia sea de su agrado comentarios, quejas o sugerencias, son bienvenidos
