Descargo de responsabilidad: Akatsuki no Yona pertenece a la maravillosa Kusanagi Mizuho.

"Fic para la actividad de ritual de iniciación del foro 'El reino de Kouka'".


Prompt:

Le gustan: Las fresas.


FRESAS

Yona y Yoon aparecieron con los brazos llenos de fresas, riendo y anunciándolo a gritos. A Shin-Ah se le abrieron los ojos de asombro tras su máscara.

Tenía cuatro años la única vez que las había comido. Fue en la vieja aldea, poco antes de que tuvieran que trasladarse a las cuevas de la montaña. Era uno de los primeros días de la primavera, cuando él aún no tenía nombre y el sol regresaba, queriendo revivir la tierra helada. Las plantas se henchían y se teñían de los colores más hermosos, y los días se iban haciendo más largos y cálidos.

Seiryuu seguía a Ao, que avanzaba a paso vivo entre los restos de hielo y nieve. Con el aliento entrecortado, su pasito infantil se apresuraba para no perder a su maestro. Hasta que por fin se detuvo junto a una hondonada, protegida de los vientos fríos e iluminada por el sol de mediodía. Un mar de enredaderas de vivo verde, salpicado del rojo de las fresas tempranas, cubría el terreno.

Y allí se tendieron, Ao y el Seiryuu, sintiendo la brisa y el olor a primavera, degustando fresa tras fresa, en el silencio del contento compartido. Sin entrenamientos, sin reproches, sin palabras agrias. En paz…

Ahora, catorce años después, sentados junto al fuego, comiendo con alegría las fresas recolectadas, Shin-Ah no puede evitar admirar la belleza del rojo en sus manos. No es el rojo de la sangre, que no es más que muerte. No… El rojo de las fresas le hace pensar en Ao y en aquella tarde plácida. Y en los cabellos de Yona, y en su capacidad para amar y traer el bien. Y piensa en sus hermanos, hermanos no solo por el vínculo de la sangre de dragones, sino hermanos por decisión propia, hermanos por afecto. Sí, a Shin-Ah el rojo de las fresas siempre le hará pensar en la familia. Su familia…

Le encantan las fresas…