Summary:UA. Tras el asesinato de sus padres, sakura se ve obligada a salir de Konoha, dejando su escuela, sus amigos y su único amor atrás. Años después, vuelve con la esperanza de haber olvidado todo su pasado y el hombre que se encargó de arruinarlo. Pero que tanto pueden complicarse las cosas con un azabache intentanto descubrir la verdad?, y ¿si el asesino escapo?, una situación como esa puede salirse de las manos tan rápido como asesinar a alguien…

Disclaimer: ninguno de los personajes me pertenece, todos son propiedad del mega asombroso masashi kishimoto

2 años atrás.

Mi corazón retumbaba fuertemente. Lo sentía casi en mi garganta al tiempo que trataba de contener cualquier ruido tapando fuertemente con las manos mi boca.

Había estado toda la tarde con Sasuke y Naruto, y me había pasado de la hora de llegada, sin embargo no pensé que fuera un problema… era sábado.

La casa estaba completamente oscura, a excepción del televisor de la sala que seguía en las noticias. Habían pasado cerca de 5 minutos desde que encontré a mi padre en el sillón, no respiraba y la sangre que salía de su boca me hizo darme cuenta que estaba muerto.

No pude gritar en ese momento, el pánico lo impidió e incluso mi subconsciente (dormido hasta ese momento) evito que gritara.

Subí las escaleras lentamente, contándolas una a una. Había olvidado mi celular en mi habitación, sabía lo que tenía que hacer. Solo debía subir las escaleras, voltear a la derecha evitando golpearme con la silla que se encontraba al frente, dos pasos y entraría por fin.

Ya había subido las 18 escaleras y había pasado la silla, ahora solo debía buscar mi celular. Mis padres me habían explicado tiempo atrás que hacer si algo así sucedía, aunque siendo sincera jamás pensé que se cumpliera.

Desde que estuve en el primer año de secundaria comenzaron a suceder estas cosas. Recibía cartas, flores y peluches de alguien anónimo. Al principio no le tome importancia, siempre estuve interesada solo en Sasuke, así que lo ignore inicialmente, pero se tornó algo extraño cuando meses después llegaron fotos mías, cuando me bañaba, cuando salía de compras, cuando estaba en la escuela e incluso cuando comenzaba a vestirme. Ese día estaba con Sasuke viendo una película en la sala, fue la primera vez que él se enteró de lo que estaba ocurriendo, y también la primera que lo vi enojarse tanto. Llamó a su padre que era el jefe de policía y decidieron poner vigilancia la mayor parte del tiempo en mi casa.

Funcionó durante un tiempo, las cosas se tornaron tranquilas. Mi relación con Sasuke había progresado mucho desde el incidente y habíamos comenzado a ser novios tiempo después. Estaba feliz y comencé a olvidar todo lo relacionado con ese acechador... Hasta hoy.

Mis dedos palpaban nerviosamente mi mesa de noche buscando mi celular. Cuando por fin lo cogí deje sacar un respiro de alivio.

-Nooo!

Un grito de afuera me alerto, era mi madre. No sabía qué hacer, entre corriendo al armario como me habían explicado y comencé a marcar el número a pesar de que mis manos temblaban.

Pi... Pi... Pi...

Al cuarto pitido contesto una mujer.

-911, ¿Cuál es su emergencia?

Mi voz se cortó cuando mi madre entro con un hombre de unos 30 años, llevaba ropa oscura y pude notar como apretaba un cuchillo en una mano y con la otra tomaba su brazo

-... 911, por favor reporte su emergencia.

Repitió la voz, pero no podía hablar. El hombre empujo a mi madre a la cama mientras la amenazaba, las lágrimas caían en mis mejillas y con mi mano tapada los hipidos que salían de mi boca.

-mataron a mis padres- comencé a susurrar rogando que lograran escucharme.

-perdón, no logro escucharle. Levante la voz o acérquese a un lugar con mejor recepción. -

El hombre levanto el cuchillo y apuñalo a mi madre. Una, dos, tres... Cinco... Quince veces. Y comenzó a gritarle al cuerpo inerte

Aproveche el hecho y hable lo suficientemente claro como para que la operadora escuchara la dirección de mi casa.

-Espere unos segundos, dentro de poco llegaran las patrullas. Busque un lugar seguro e intente conservar la calma.-

Cerré mi celular en el momento en que aquel hombre se giró hacia el armario. Contuve la respiración intentado no gritar, con seguridad tendría 30 o 35 años, tenía ojos avellana y cabello rojo.

Encendió el interruptor de la luz y trate de alejarme lo que más pude del armario.

Sus botas retumbaban contra el suelo. Tres pasos y estaba al frente mío, su mano se acercó peligrosamente a la puerta del armario, y en el momento en que abrió la puerta tocaron el timbre de casa, dándome tiempo de esconderme entre algunos sacos en la esquina.

-¡Policía!, abra la puerta.-

Echo un último vistazo al armario y salió disparado de allí, cuando cerro mi habitación pude respirar y fue entonces cuando llore. Caí al suelo y entonces la puerta volvió a abrirse.

Lance un grito al sentir una enormes manos apretarme. Cuando levante mi mirada estaba un policía gritando.

Todo había acabado...


Actualmente

-... Podrías quedarte en casa, es decir, no hallo necesidad que tengas que viajar allá.-

Tsunade había sido la mejor amiga de mi madre, y estos antes de morir habían solicitado que se hiciera cargo de mi custodia, a lo que ella accedió de inmediato. Sin embargo, era alguien muy ocupada, y viajaba continuamente por cuestiones de trabajo.

Sabia el profundo amor que me tenía, igual a una hija. Y trataba en lo posible de no hacerla molestar y no preocuparla más allá de lo necesario.

Habían llamado hace unos meses los abogados de mis padres avisando que tenía todavía disponible ciertas residencias en Konoha.

Mis padres habían sido empresarios exitosos y tenían múltiples locaciones, sin embargo luego de su muerte había decidido venderlas todas, mientras Tsunade se hacía cargo de la empresa principal hasta que yo tuviera la mayoría de edad. Pero habían quedado dos que no recordaba, y me debatía en volver o seguir huyendo.

-Puedes seguir con los tutores que contrate, e incluso podemos conseguir otros si ellos no te agradan.- solo sonreí en respuesta, estaba asustada pero no quería seguir viviendo en este estado catatónico, deseaba una vida normal.

Sostuvimos por un largo rato nuestras miradas, la mìa mostrando decisión y la de mi tutora miedo y expectacion.

Con solo un suspiro de asentimiento, supe que había ganado. Y en unas semanas me mudaría de nuevo al lugar donde todo pasó.

la condición establecida era la misma de siempre, máxima protección y cuatro guardaespaldas cuidándome contra cualquier cosa.


Esa noche tuve pesadillas como de costumbre, tenía mucho miedo, pero habían pasado dos años desde aquello y el hombre seguía tras las rejas, debía ser fuerte y comenzar a retomar mi vida, y mi estabilidad mental.

Cuando llegue a la casa no pude evitar sonreír, la mansión era hermosa. Tenía enormes puertas de madera y se podía distinguir una piscina. Con alegría desempaque unas pocas cosas. Todo el lugar estaba perfectamente amueblado, Tsunade definitivamente se había encargado de todo y se lo agradecía profundamente.

-sakura-sama ya está listo el auto- yuto era uno de mis guardaespaldas, solía ser en extremo serio pero con el tiempo nos tomamos cariño y resulta como un hermano mayor.

Al otro día comenzaba instituto, y debía comprar unos cuantos libros y demás.

En el auto conducía yuto mientras akeni iba de copiloto revisando la zona, ambos eran pareja, aunque akeni lo negara el 90% de las veces, era seguro que tenían una relación muy fuerte. Les había tomado demasiado aprecio y seguramente sin ellos habría quebrado totalmente mi estabilidad mental durante este tiempo.

-sakura-sama en donde desea que nos encontremos mañana en el instituto?-

-no será necesario akeni, puedo irme en auto sola-

-por favor, estamos tratando de ser normales recuerdan?, así que necesito ser más independiente- antes que yuto si quiera negara la idea lo interrumpí, no quería que ellos se preocuparan por mí, pero también podría darles un respiro de estar siempre pensando en si alguien intentaba atacarme


Residencia Uchiha

-sasuke-chan recuerda que mañana tienen instituto, así que no vayan a meterse en problemas- Mikoto besaba la frente del pelinegro mientras naruto miraba burlón a su amigo

-¡Ya oíste teme!, pero no te preocupes, el gran Naruto salvará tu trasero como siempre- el rubio estaba a punto de recibir un zape, no lo tenía todavía porque la matriarca uchiha se encontraba todavía allí

-Oh!, naruto-chan ahora que recuerdo, Kushina me encomendo también lo mismo, creo que mencionó algo sobre dejarte sin ramen un mes e irte caminando si llegabas de nuevo tarde- sasuke sonrió con burla, al menos su madre era equitativa

Naruto solo miraba con terror a la nada pensando la última vez que su madre lo había castigado. Se había escapado a una fiesta un día antes del instituto, y no sólo había llegado tarde, porque Kami sama sabe darle a todos su lección, estrelló su hermoso auto deportivo en la piscina de los vecinos. Se estremeció al recordar como su madre echaba fuego por los ojos mientras Minato sólo suspiraba.

Sasuke dejo de burlarse cuando fijo su mirada en una foto de la mesa, eran ellos dos en el cumpleaños del rubio, y una niña pelirosa que sonreía con entusiasmo abrazada del brazo del moreno, quien además sonreía muy levemente y acercaba su rostro al de la chica. Los tres se veían extremadamente felices y alzaban unas copas de champaña brindando.

Sus ojos se oscurecieron y se preguntó en que momento todo cambio tan de repente. La había buscado por todos lados, pero nadie le daba respuestas. Se culpaba de todo, si la hubiera llevado en su auto y entrado con ella, ni siquiera se enteró sino hasta dos días después por sus padres.

Habían tenido una tonta pelea ese día antes que ella se fuera, por eso no la llevo, la dejo irse sola en el auto hasta su casa, aun sabiendo todo lo que había estado pasando con el acechador. Se había sentido el más maldito de todos, y aunque naruto y su hermano seguían insistiendo que no era su culpa, el solo se negaba a esto.

El rubio miraba serio a su amigo, su casi hermano, le dolía en extremo verlo así. Desde el accidente todo había cambiado, ya sasuke no sonreía para nadie que no fueran sus padres o a veces el, y por más que intentaban buscar rastro de su amiga sus padres solo les decían que ella ya no estaba en el país, y que Tsunade era la que se hacía cargo de los negocios de los Haruno.


Residencia Haruno

Eran las 6 de la mañana, y estaba visiblemente cansada. Ayer había tenido otra vez la misma pesadilla y me sentí más que avergonzada cuando yuto entró corriendo armado a mi habitación al escuchar mis gritos.

Cuando termine de ducharme, me vestí con el uniforme nuevo, me traía tantos recuerdos. Me había maquillado muy levemente y mi cabello caía libremente por mi espalda.

Tome mi bolso y sin más baje al estacionamiento. No tenía ganas de desayunar, el hecho de haber recordado tanta sangre me había quitado totalmente el apetito.

Al llegar al aparcamiento, estacione mi auto y baje silenciosamente. Estaba nerviosa, podía reconocer varios rostros y era seguro que ellos también a mí.

Akeni había preparado días antes con el director mis horarios, incluso había dejado una nota con todo lo necesario para no perderme. Sonreí levemente, ella era así, normalmente no hablaba mucho pero siempre se encontraba pendiente de mi.

Me tocaba en el salón 7B, y ya llegaba unos 20 minutos tarde para mi mala suerte. Al entrar todas las miradas se dirigieron a mi, sin embargo unos ojos negros fueron los que me dejaron parada en mi sitio. Sasuke me miraba con los ojos muy abiertos, y Naruto incluso parecía haber visto a un fantasma. Estaba consciente que en algún momento debía verlos pero no pensé que estaríamos en el mismo salón. Hablando de grandes entradas.

-veo que llega un poco tarde señorita Haruno- la voz de Kakashi resonó en el lugar. Me miraba desde la otra punta del pizarrón y tome aire, sería un día muy largo.

-Por favor, preséntese para aquellos que no la conocen-

-mi nombre es Haruno Sakura, tengo 17 años y vengo de Londres, un gusto en conocerlos-