Un poco de locura en la vida
-No quiero tomarla, me hace sentir rara- dice Sally mientras esta en un rincón en posición fetal, su mirada esta algo inestable.
-Sally, sabes que es por tu bien, necesitas tu medicamento.-dijo su esposo, Antoine, mientras le acercaba unas pastillas.
-No se… solo no se- dijo rascándose la cabeza, ella en verdad lucia muy mal, no se había bañado en una semana, su cabello era un desastre. A lo largo estaba hecho nudos, si lograban convencerla de volver a bañarse, ella necesitaría forzosamente un corte.
-Se una buena chica y toma tu medicina- dijo mostrándole las dos pastillas de brillante color rosa.
Sally lo miro, después miro las píldoras, después volvió a mirar a Antoine, conocía a Antoine, lo conocía de años, el era su amigo, nunca había sucedido algo que le dijera que Antoine le podía hacer daño, él no podía dañar a nadie, él no era así, entonces comprendiendo esto, decidió tomar las pastillas y el vaso con agua que se le ofrecía y las tomo.
Minutos después Sally estaba en un estado tan lamentable, babeando mientras dos mujeres la bañaban, ella no tenía voluntad para asearse, era como una muñeca sin voluntad de hacer algo, perdida en un mundo desenfocado.
Después solo escuchaba las tijeras contando y cortando más su cabello, mientras sentía como le enderezaban el rostro, ellas o ellos, ya no distinguía la diferencia, querían estar seguros de no lastimar su lindo rostro con el filo de las herramientas de corte.
Se le vistió con un vestido largo, ella no tenia costumbre de usar ese tipo de ropa, se sentía rara, mientras daba vueltas, y vueltas y vueltas y vueltas…
-Sally, por favor compórtate- dijo alguien mientras ella era sujetada nuevamente.- la habían reducido a una niña pequeña, sin voluntad de hacer o decir nada, se permite una correpcion, ella no era una niña, era un robot, drogado e idiotizado robot, se movía si le decían "Hazlo", ella no tenia voluntad ni estimulo de vivir.
-Gracias, pueden retirarse- dijo Antoine a todos al ver que ella estaba ya lista.
-Si majestad.- dijo una de las personas que estaban ahí, y comenzaron a retirarse, la puerta se cerró al salir el ultimo, dejando a la pareja real, al rey y reina solos.
Fue cuando el saco algo de su bolsillo, era un sobre con un polvo y lo diluyo en un vaso con agua. Entonces se hacerco a ella y la sujeto para que ella lo bebiera todo. Sally sintió el liquido pasar por su garganta, mientras este también escurría por su barbilla, no sabía a nada, pero tampoco esto le era de importancia ya. Después de unos minutos ella comenzó a sentirse diferente, era como si todo le resultara maravillosamente divertido, podía sentir que se encontraba flotando, mientras su cuerpo se sentía caliente, tanto que deseaba quitarse corriendo ese vestido. Incluso comenzó a jalarlo un poco del escote. Pero es detenida por Antoine, quien no desea que haga eso, al menos no aun. Pero no podía negar que deseaba hacerle algunas cosas depravadas en ese momento. Se incoó frente a ella y levantó la falda. Y como si se tratase de una tienda de campaña él se metió bajo de ella y se cubrió con ella, Sally simplemente estaba de pie, mirándolo como un bulto en los pliegues de la falda que le cubría hasta los tobillos, podía sentir las manos de él acariciándole las pompis mientras siente su respiración frente al sur de su cuerpo.
-Antoine… Antoine…¿Qué haces?
-Shhhhh…- él no tenía ganas de hablar, tenia mejores intenciones con su lengua. Mejores planes, la lengua es un musculo tan fantástico.
-Ah, ah, ah- ella comenzó a sentir lo que él le estaba haciendo, mientras ponía sus manos en la cabeza del coyote. Mientras sus mejillas se sonrojaban, ella comenzó a sudar. Su cuerpo se estremeció por la excitación. La lengua es un órgano maravilloso en verdad, puede humedecerlo todo y sentirse tan bien, puede excitar a una mujer más que otras caricias y sumirla en un estado de entrega. Aunque claro las drogas psiquiátricas son de gran ayuda, ella es un zombie indefenso. Lo siguiente que supo ella era que su rostro y pecho estaba restregados contra la pared mientras su redondo trasero sufría de una invasión, pero eso le era tan indiferente ante la oleada de placer que sentía, su cuerpo hervía, su cuerpo estaba realmente en llamas, se sentía ahogada por el calor, solo quería sumergirse en agua helada. Pero también el orgasmo borraba cualquier pensamiento, ella solo era un animal en celo mientras su dueño se divertía amaestrandola.
Lo que nadie sabe es que el Rey no es lo que creen, el no es el Antoine que todos piensan, él mato al anterior rey, dándole un veneno que le robo la vida lentamente, ahora descansaba en una tumba de honor al pie de una estatua mostrándolo en sus mejores días, la reina madre, digamos que fue echada por la misma Sally en un arranque de locura, pobre Alicia, ella no imagina que eso fue un coctel de drogas antidepresivas y estabilizadores de estado de ánimo, en proporción adecuada, podrían convertir a una persona equilibrada en una demente con estado de ánimo inestable, fue para este impostor una delicia ver a Sally arrastrando del cabello a su pobre madre, quien gritaba pidiendo ayuda.
-Ah, ah,ah…- ella gemía mientras babeaba en ese estado tan lamentable.
El coyote logro satisfacer sus bajos instintos, y seso su ataque contra el trasero de la reina, quien se tambaleo y cayó al suelo. Aunque deseaba poder practicar algún tipo de tormento y enseñarle a gozar con ello, sabía bien que tenía que disimular todavía, aparentar que era un amoroso y abnegado esposo al cuidado de una mujer loca, ella no debía tener marcas de abuso, al menos que encontrara algún chivo expiatorio a quien culpar, la idea de una ejecución pública por la deshonra de las Reina Sally se le antojaba tan excitante.
- Restez ici ma putain cher -dijo mientras le lanzaba un beso, ella seguía en el suelo. Lo cual le daba tanta gracia que tenía que hacer grandes esfuerzos para no reír de cómo la ha destruido y de tenerla como un juguete para su diversión personal, y la dejo sola.
Sally se arrastro un poco y sintió como si todo fuera extraño, incluso ella se sentía como una extraña. Se levantó y camino hasta la puerta de su habitación, nadie estaba en los alrededores, así que siguió caminando por el pasillo, y bajo las escaleras, los soldados no sabían qué hacer, una vez trataron de detenerla y ella grito que mataría a quien tratara de encerrarla en contra de su voluntad, así que ya nadie se atreve a contradecirla tan fácilmente entre los guardias.
Ella salió y camino por el jardín frontal, todos la observaban confundidos, nadie sabia si acercarse o no a ella y la verdad es que ella no tenía interés en nadie. Solo tenía su vista puesta en el puente, aunque borroso y distorsionado sabía que estaba ahí, era lo que deseaba, pero no atravesarlo.
Sally solo estuvo de pie unos instantes junto al riachuelo que atravesaba el lugar, solo para después arrojarse a el, ya en el agua comenzó a estirar la tela de su escote, y mojarse el pecho, el vestido era insoportable, una molestia, como una red que le impedía moverse a placer, no lo soportaba, odiaba el vestido, lo odiaba en verdad, ella solo quería liberarse de él lo más pronto posible. El agua arrastraba los retasos de tela mientras ella reía y gritaba de alegría, su cuerpo estaba libre y al natural, ella era un animal, ¿Por qué un animal tendría que usar ropa, ella solo necesito en el pasado zapatos y un chaleco, pero ahora incluso esas prendas le eran un estorbo, ella solo quería ser libre, libre y sin preocupaciones, libre de esa monserga llamada vida racional, la higiene, los sermones, el badajee moral, ella solo quería ser libre. Mientras reía mas como la loca que todos estaban creyendo que era ahora.
El impostor lo mira todo desde una ventana, su sonrisa ya no puede ser disimulada, el estaba satisfecho de su obra, había destruido la imagen de Sally, ella nunca podría aparecer como alguien sensato frente a pueblo, ella era no solo la vergüenza de su linaje, sino su deshonra. Y las cosas continuaron así por varios minutos. Hasta que él llego.
-Sally- dijo el erizo azul cobalto mientras se metía al agua y sujetaba a la joven reina.
-¡Suéltame quiero ser libre!- aulló al sentir las manos pero al verlo directo lo reconoció- Sonic – se abrazo de él y comenzó a llorar, pero era difícil saber si era porque estaba triste o feliz, ni ella podía decirlo con certeza.-Sonic…
Pero repentinamente ella noto a "La Zorra", y su ánimo se volvió irascible.
-¡Maldita!- grito mientras trataba de alcanzar a Fiona, quería destrozarle la ropa, golpearla, arrancarle el cabello, dejarla para tirarla a la basura, pero Sonic no se lo permitía, porque el muy traidor ahora estaba con ella.
-¡Sally, Sally, solo cálmate, te vas a lastimar!
-No antes de lastimarla a ella- susurro ya con la garganta lastimada de tanto gritar.
-Mejor me voy, veo que solo sobro aquí-Dijo Fiona con cierto tono de reproche en su voz, ella estaba molesta por ver que su novio estaba más interesada en ser el héroe de esta maníaca que en estar con ella. Así que se retiro.
-Fi…- Sonic no sabía que decir al respeto, tenía que controlar a la ardilla y rápido, pero antes de que el pudiera hacer algo mas, ella se resbalo entre sus brazos como un pez y salió corriendo para taclear a Fiona. Sonic corrió a alta velocidad y la atrapo en el aire, para después inmovilizar a esta salvaje fiera en el piso, lo que hacen drogas como el Thorazine si se le mescla con algún elemento X. – Sally.
-¡Quítate de encima maldito traidor!- ella solo lo quería lejos, el la había dejado, la había traicionado, la había olvidado. Ella solo se sentía terriblemente mal, y ni siquiera sabía porque ese sentimiento. Solo quería desaparecer en la nada. Así con Sonic sobre ella, y en el fondo ella comprendió que lo que realmente deseaba que él no se fuera lejos de ella- ¡No es verdad! ¡Sonic no me dejes, no me dejes por favor!- comenzó a llorar desesperada.
-Prometes calmarte- dijo en un tono lo mas tranquilo que podía, pero la verdad es que el se sentía tan contrariado, no se podía explicar como ella había cambiado tanto en tan poco tiempo. Mucho menos que se hubiera vuelto loca, ella nunca le pareció que pudiera enloquecer, claro, eso viene de alguien demasiado excéntrico para considerarlo un ser cuerdo, tal vez no era el mejor juez en cuanto cordura, solo que esto en verdad era absurdo. Hasta para un excéntrico como Sonic.
-Sonic, en nombre del Rey Antoine, apártate de ella- escucho la voz de uno de los soldados.
-¿Dónde diablos estaban? Ella estaba fuera de control hace unos momentos, pudo lastimarse.
-Sin contar que pudo lastimar a alguien- murmuro Fiona muy molesta, ella solo quería perderse entre la multitud. Estaba molesta.
-Dijimos que tenías que apartarte.
-Sonic, no Sonic. No quiero ir con ellos, no quiero, Antoine solo quiere follarme, es para lo único que le intereso, solo para ser follada, aun cuando no quiero, aun cuando estoy cansada, el solo quiere meterme su poya y follarme…- esas eran las suplicas de ella, suplicas llenas de un lenguaje obsceno.
Sonic casi cambia de azul a rojo en unos segundos, el no sabía que ella pudiera decir cosas tan obscenas. Se aparto de ella al escucharla hablar así, fue solo una reacción ante la sorpresa, solo que los guardias aprovecharon esto para sujetarla y llevársela a rastras si era necesario.
-Sonic- ella solo quería que el la ayudara, algo estaba mal, en el fondo de este torbellino ella sabía que todavía debía existir el piso donde uno se encuentra firme, un lugar donde estar a salvo, pero no, eso no podía ser si la alejaban del erizo.- No dejes que me lleven Sonic, ¡SONIC!.
Sonic tenía deseos de detenerlos, le molestaba como la llevaban, ella no merecía un trato así, sobre todo considerando que nadie se había preocupado tanto en el pasado por el Reino Acorn como ella, además de que en el fondo, saber que ella se había casado por obligación con alguien que no amaba le dolía, a pesar de que estaba con Fiona sentía dolor. Y por otro lado, Antoine estaba demostrando un comportamiento que le parecía tan bajo, no había pasado mucho tiempo y el ahora se comportaba como el legitimo rey, nunca creyó eso de él, nunca lo espero tampoco.
Sally volvió a su posición fetal apoyada en la esquina se su habitación, temblando, posiblemente por el frio que sentía por mojarse con agua helada, ella tenía que ser secada rápido.
Patch se sentía tan orgulloso de si mismo, ella estaba a poco de quedar completamente destruida, a poco de no poder llevar una vida normal y por supuesto no poder ser una amenaza a sus planes futuros, tenía tiempo, solo tenía que resolver otros asuntos como el evitar que cierto pariente político molesto no fuera a intervenir con su reinado.
