Aquí, haya…. Y siempre

CAPITULO 20

Ziva decidió, quedarse en un pequeño Hotel a las afueras de Tel Aviv. Se disponía a tomar un baño para ir a la cama a descansar, cuando todo su cuerpo empezó a protestar, abrió el grifo del agua cuando su estómago, amenazo con devolver su contenido, cerro la llave del agua y cambio la regadera, por la taza del sanitario, se reprochó así misma mientras vomitaba, que no debió haber comido los Varenikes que les ofrecieron en el avión, normalmente nunca come durante los vuelos, pero ante lo improvisado que resulto el viaje a Tel Aviv, tenía hambre así que decidió comerlos. El vómito no paraba así que tuvo que ponerse de cuclillas debido a las náuseas, cuando pensó que había finalizado, intento ponerse de pie, para regresar a la regadera, cuando un fuerte vértigo la devolvió al suelo, sintió como los muebles de baño empezaban a girar a su alrededor, perdió la visión por unos instantes, cerró los ojos intentando que el malestar pasara más rápido, busco lo fresco del piso para calmar un poco el calor que sentía empezó a respirar a ritmo lento para ayudar también a que la incomodidad pasara…..tenía unos minutos controlando su respiración cuando su consiente, empezó de nuevo a dar vueltas…..solo que ahora en fracción de segundos llegaron a su mente fechas, 8 de abril último periodo, 23 de abril Berlín, junio 2….

Habían pasado unos minutos cuando volvió a tener control sobre su cuerpo, se puso de pie y se dirigió a la cama, se recostó, venía a su mente, que esa noche en Berlín, Tony había terminado en ella, regresaron a Estados Unidos, y no recordó tomar algo para evitar una concepción, , ¡no hubo tiempo, uno tras otro se fueron presentando los acontecimientos, el accidente, Bodnar, Gibbs, ¡ sencillamente, no lo hizo,¡ ….para una mujer como ella, cuyo periodo menstrual, siempre fue regular y puntual como un reloj suizo, era evidente, lo que le ocurría, ¡ estaba embarazada ¡

Tras horas de duda, angustia, nerviosismo, y miles de pregunta que pasaron por su cabeza y todas quedaron sin respuesta, tomo su teléfono hizo una llamada, -¡necesito ayuda¡-, colgó, y salió a la calle.