Ya tiene tiempo que estuve escribiendo esta historia, estoy feliz de escribir algo para Neal, recuerdo que cuando vi Candy Candy (Hace como dos años) estuve encantadísima con la idea de ellos dos juntos.


Cuando se enteró que su padre traería a una protegida a su hogar, no pudo estar más de acuerdo con Eliza para ayudar a que se fuera lo más pronto posible, simplemente no entendía porque él había decidido tal cosa, estaban bien los dos como estaban.

Hasta que le vió, cuando estaba lo suficientemente cerca de la mansión como para poder vislumbrar sus rubias coletas de cabello rizado, vistiendo un adorable vestido y cargando un pequeña maleta, le pareció de lejos la niña más linda que había visto hasta ahora, mucho más que las hijas de los empresarios, que eran socios o amigos de sus padres, las cuales asistían a esas fiestas organizadas con cierta frecuencia para "Estimular las interacciones entre la gente con clase" en palabras de su madre.

Así que no pudo seguir sosteniendo la asa del balde lleno de agua y lo colocó de nuevo en el suelo.

—¡Neal! ¿Qué es lo que haces? Se suponía que se lo ibamos a echar encima ¿Acaso se te ha olvidado?

—Disculpa Eliza… Siento que sería mejor si no lo hiciéramos. —Murmuró un tanto contrariado.

—¿Eh? Si fuiste tú el de la idea. —Te reclamó con los brazos sobre las caderas en un gesto imperioso.

—Déjalo ser Eli. —Dió por concluido.

—Oh Neal, no me digas… ¡Ella te gustó! La campesina te gustó.

—¡Ya basta! ¡No digas más! — Exclamó un tanto avergonzado.

—¿Ehhhh? Veamos si te sigue pareciendo bonita después de esto. —Ella amenazó con ambas manos sosteniendo la pesada cubeta y con la chica rubia justo debajo del balcón donde se encontraban.

Lo siguiente que sucedió fue demasiado rápido, Eliza vació el contenido antes de que el moreno pudiese evitarlo, pudo ver la consternación en sus preciosos ojos verdes y como la frustración le invadía y no pudo mencionar palabra alguna por unos instantes.

—¡Te queremos fuera! ¡Nadie te quiere esta casa niña de Pony!

Vió como como las manos de la rubia se cerraban en puños y con cierto enojo les gritó —¡A mi tampoco me habría gustado venir aquí si hubiese sabido que actuarían de este modo!

—Ya basta Eliza, lo lograste. —Le reclamó enfadado y se dirigiste hacía el interior para bajar por las escaleras.

Atravesó el umbral saliendo al exterior, la chica de cabellos rubios intentaba secar su vestido exprimiendo los pliegues, soltó un pequeño estornudo, se preocupó un poco, podría acabar enferma.

—Eh, te llevo a tu recámara. —Murmuró algo apenado.

Ella le miró de mala forma por unos instantes. —¿Por qué debería confiar en tí? —Sus preciosos ojos se aguaron un poco y un ligero rubor se extendió por su rostro.

—Porque yo no fui quien vació el balde y soy el primero que intenta ayudarte. —Mencionó lo primero que se le vino a la mente, no podía enfocarse en otra cosa que no fuesen sus bonitos ojos, se sintió increíblemente avergonzado de un segundo a otro.

Giró, dándole la espalda antes de que pudiese ver algo de su rostro o la expresión que tenía en este momento. Mencionó lo bastante alto y con toda la moderación que había logrado reunir —Sígueme.

Se adentro en los corredores, con ella siguiéndole, lo cierto era que había dicho recamara, aunque lo que más se acercaba al futuro lugar donde ella se quedaría sería desván, ya que su madre había convencido al patriarca Leagan de otorgarle tal "habitación" en el algo pequeño ático que tenían.

Justo un pasillo antes de llegar a las escaleras que llevaban al ático, se toparon con la susodicha señora Leagan, quién miraba con desaprobación las ropas de la rubia y con algo de intolerancia el rastro de gotas que había dejado tras de sí.

—Jovencita ¿Cómo puede atreverse a irrumpir en mi hogar de esta forma? ¿Acaso no le han enseñado modales en la casa de Pony? —Exclamó con ese rostro sereno suyo, Beso pudo sentir a la chica detrás suyo un tanto intimidada.

Y antes de que ella hablara lo hizo él. —Fui yo madre. Yo la empujé hacía la fuente. Se ha mojado por mi culpa.

Los claros ojos miel, como los que él mismo tenía se abrieron ampliamente. —Neal… —Claramente no sabía cómo reaccionar ante su historia.

—Así que por favor no te la tomes contra ella. —Observó su rostro, con una expresión ligeramente incrédula en sus facciones, sabía que no diría nada más y antes de marcharse le dirigió una mirada algo desdeñosa a la persona tras de tí.

—Avanza. —Murmuró, caminando un poco más rápido y no tardó en escuchar los pasos apresurados tras de sí.

—No tenías porqué. —Escuchaste provenir de sus labios. —Gracias.

—Si debía, tenía que contar la verdad... de alguna forma. Aunque tampoco podía culpar a mi hermana. —Suspiró algo cansado. —Discúlpame.

—Soy Neal Leagan por cierto. —Se presentó, aunque ya sabía que ella había escuchado su nombre momentos antes, tan sólo esperaba oír el suyo.

—Candice White. —Ella mencionó. —Pero puedes llamarme Candy. —Su nombre había resultado tan adorable como lo era ella.

Se detuvo abruptamente al final del corredor.

—Ésta será tu habitación. —Y con la misma se dirigió al lado contrario, en busca de una toalla, siendo simplemente una excusa para retirarse, aún se sentía algo avergonzado y no sabías el porqué.

No se encontró con alguien en los pasillos de camino hacía el cuarto de limpieza, eso fue bueno, tampoco quería darle explicaciones al personal de la casa y con la toalla entre sus manos, regresó a los pocos minutos y con cierto valor restaurado luego de unas tortuosas exhalaciones y unas palmaditas en las mejillas, atravesó la puerta de su habitación y se quedó congelado en el umbral, los largos cabellos caían delicadamente sobre su espalda y la piel de sus hombros, ligeramente bronceada, eran visibles.

Se había quitado el vestido, el cuál colgaba en el marco de la ventana abierta, viró la cabeza hacia otro lado apresuradamente.

—Te traje esto. —Mencionó dejando la tela sobre la mesita que estaba a un lado de puerta y sin esperar alguna respuesta suya salió.

Oh rayos, nunca se había sentido tan nervioso antes.


Si les gusto y quisieran seguir leyendo me encantaría que comentaran lo que continuaba a la llegada de Candy, honestamente mi mente no va clara con la cronología y requiero de su ayuda y así será probablemente hasta acabar con la historia, gracias por leer hasta aquí