Alma gemela

Dicen que si encuentras a tu alma gemela podrás ver los colores finalmente y serás feliz por el resto de tu vida. También, dicen que el sueño de toda niña es encontrase con esa persona especial que le dará amor eterno. Era una ilusión más grande que los sueños de una boda con vestidos blancos y pasteles dulces.

—No puedo esperar a conocerlo —Molly, una niña de secundaria, dijo una vez más ese día, sus ojos llenos de ilusión.

Ella tenía catorce años, cabello rojo que le llegaba a los hombros y enormes ojos verdes. Pero aún no lo tenía a "él"

Acababa de salir del cine, de ver una película romántica del tipo que vuelven el estómago un puñado de mariposas y al corazón un tambor. A su lado, igual de emocionada, caminaba una niña con larga cabellera rubia peinada en dos coletas con molotes.

—Será un hombre maravilloso, Molly —dijo con una pequeña sonrisa la joven rubia.

—Sí, lo sé Serena. Ya quiero que llegue nuestro día destinado...y más porque "él" me protegerá de esos horribles monstruos.

Serena se sonrojó ante la idea de ser salvada. Molly no lo sabía, pero Serena era la poderosa Sailor Moon y como gaje del oficio, era rescatada por su propio príncipe en tuxedo negro. Ella hubiera estado segura de que él era su alma gemela lista para llevarla a la felicidad de nos ser porque había un pequeño problema.

—¡Jaja! ¿Acaso creen esas tonterías?

Apareciendo de la nada y vestido con un horrible saco verde, llegó Darién. Él era el enemigo número uno de Serena desde un mes atrás y parecía materializarse en los momentos menos convenientes.

—¿Tonterías? Se nota que tú eres uno de esos —Serena cruzó sus brazos y lanzó una mirada inquisitiva a Darién, quien la devolvió con fríos ojos azules — Apuesto que no tienes un alma gemela, jaja. ¡Que perdedor!

—No necesito algo tan ridículo — Darién declaró con firmeza, pero sus mejillas estaban rojas y su labio inferior tembló un poco al terminar de hablar.

Antes de que Serena pudiera burlarse más de la desastrosa vida amorosa de Darién, el gritó de varías personas se escuchó desde dentro del cine, y Serena sintió una especie de llamado que ella empezaba a asociar con la presencia de youmas.

—¿Vino del cine, verdad? —Molly sujetó el suéter de Serena y después miró al lugar del que recién había salido —¿Será un monstruo?

—No existen los monstruos —Darien dijo, aunque aún así decidió colocarse entre ellas y la entrada del cine, y por primera vez los tres se percataron que la calle estaba vacía — ¡Quedense aquí! Voy a investigar...si no vuelvo en diez minutos llamen a la policía.

Darién se dirigió a las puertas del cine y entró al edificio sin titubear para la sorpresa de las dos niñas. Serena tenía la impresión de que debía transformarse en Sailor Moon, pero una corazonada no bastaba para hacerlo. Ya había tenido varias falsas alarmas y lo mejor era ser cautelosa con sus apariciones en público.

—Molly, ¡ve a buscar a la policía!—Serena se despegó de Molly y le hizo un ademán con la mano para que se retirará.

—No han pasado diez minutos.

—Si todo estuviera bien él ya hubiera salido.

—¿Tu qué harás? ¿No planeas entrar, verdad? ¡Vamos las dos juntas a buscar a la policía! ¡Por favor!

Molly se había encontrado varías veces con los monstruos al grado que sus miedos eran obvios en su cara y cuerpo. Ella entendía el peligro de una forma que Sailor Moon no podría y por ello quería salvar a su amiga Serena, a hacerla huir a un lugar seguro.

—¡Dividamonos! —Serena dijo sin dudar —Tu busca a algún policía por ese lado y yo por este, ¿te parece?

—..Está bien.

Serena comenzó a correr en dirección opuesta a Molly y desapareció en la esquina de la calle. Una parte de ella se sentía mal por mentir a su amiga, pero salvar vidas era su mayor prioridad.

Se volvió a asomar a la calle por donde estaba la entrada del cine y al no ver a su amiga, regresó sobre sus pasos, empujó la puerta de la antesala con manos sudorosas y observó un poco antes de entrar. En lugar de olor a palomitas, el hedor podrido de la basura la saludo.

Dió dos pasos hacía adentro y buscó a Darién, pero el lugar estaba vacío. Ya ni siquiera se oía ningún grito, lo único era un tenebroso silencio que la comenzaba a apresar cada segundo un poco mas.

Sacó su comunicador y contactó a sus dos compañeras sailors: Mars y Mercury. Ambas contestaron que ya iban en camino y Amy, (Sailor Mercury) le pidió que tuviera cuidado.

No había nadie, pero por fuerza de la costumbre se ocultó detrás del mostrador y segundos después salió de su escondite transformada en Sailor Moon.

—Chicas...por favor.. apúrense —dijo entre dientes mientras caminaba por el enorme y oscuro pasillo del cine.

Había seis salas, y en una de ellas debía estar el youma recaudando energía. Pero no sabía en cuál y no quería errar su entrada y perder el elemento sorpresa.

Lo único bueno de ser una superheroina, en opinión de Serena, eran las poses y sus frases introductorias que fascinaban a los niños y llenaban de miedo a los monstruos, por eso ella tenía un increíble cuidado al momento de aparecer en escena.

Llegó a la cuarta puerta y sintió un escalofrío recorrer su espalda con la ligereza de una pluma. Ese era el lugar donde debía estar el youma. Abrió la puerta con cuidado y se deslizó adentro del lugar con la habilidad de una sombra.

La pantalla brillaba y Sailor Moon podía ver a cientos de personas dormidas dentro. Una de ellas resaltó por su cabello azulado. Unas horas atrás ese hombre en la pantalla les había vendido los boletos para la función.

Un sonido seco atrajo la atención de Sailor Moon de vuelta al mundo real y después pudo escuchar a alguien hablando.

—¡Vamos, sal!—una voz melódica casi cantaba en el otro extremo de la sala, sonaba cómo una madre intentado convencer a su hijo y la scout se pegó más contra la pared porque creyó que ya la habían descubierto— ¡Ahí estás!

La joven héroe alzó la vista, buscando al enemigo frente a ella. Sailor Moon aún seguía en el pasillo que llevaba a los asientos y no podía ver nada desde su posición, pero mientras el tiempo pasaba, la certeza de que el enemigo no estaba hablando con ella crecía.

—¿No quieres estar con lo demás? Aqui estás muy solo...¡ven! Mírate, estás sufriendo...No te preocupes...ven...vamos..ven.

Sailor Moon había escuchado suficiente. En un ágil salto, cayó sobre el respaldo de un asiento y finalmente vio a un youma que podría parecer humano de no ser por una cabeza en forma de proyector.

—El cine es un lugar para disfrutar con tus amigos comiendo palomitas, por atreverte a atacarlo, no te perdonaré —dijo autoritariamente y consiguió llamar la atención del enemigo, alejándola de la víctima — Soy Sailor Moon, y te castigare en el nombre de la Luna.

El youma no esperó para comenzar a girar una manivela y en unos segundos, la joven sailorSailo que esquivar una serie de bolas de luz. No sabía que pasaría si la tocaban y no estaba dispuesta a averiguarlo.

Por el rabillo de su ojo, pudo ver a Darién escondido detrás de una silla, y por la forma que sujetaba su pecho parecía estar lastimado. Tendría que esperar a que Serena acabará con el monstruo para recibir ayuda y ella no estaba segura de poder finalizar suficientemente rápido.

—¿A dónde estás viendo? — la youma preguntó mientras lanzaba otra bola de luz. Esa vez, al esquivarla, Sailor Moon callo en medio de la fila de asientos con las piernas para arriba —¡Ya te tengo!

—¡Alejate de ella! —Darién había recuperado el aliento y en cuanto vio al monstruo saltar cerca de Sailor Moon, a una velocidad casi sobrehumana, logró saltar por los asientos y con su hombro tacleó al monstruo lejos de la heroína.

Sailor Moon, aprovechó la oportunidad para reincorporarse, se puso de pie y llevó su mano a su tiara dorada.

—Tiara lunar, ¡Acción!

El monstruo no tuvo tiempo para contratacar y después de un grito agudo se volvió arena sobre uno de los asientos rojos del cine. Unos segundos despues, personas comenzaron a aparecer en los asientos, primero como fantasmas transparentes sin color, luego finalmente eran personas sólidas que descansaban en los asientos.

Sailor Moon comenzó su retirada antes de que las personas despertarán, pero una suave mano tocó su codo antes de que pudiera huir del lugar.

Ante la tenue luz de la sala, era difícil discernir su expresión, pero en su toque delicado, casi de niño, la hacia pensar que estaba preocupado.

—¿Nos hemos visto antes? — Darién preguntó en un susurro.

—Tengo que irme — ella contestó casi tartamudeando mientras se alejaba un paso, aunque su atención estaba en él, podía ver a las personas recobrando su conciencia y prefería no lidiar con un cúmulo de personas.

Él accedió con la cabeza pero antes de decir alguna otra palabra, la superheroina había desaparecido.


—Eso fue peligroso Serena —Rey comento tras escuchar lo ocurrido en el cine —Aún estábamos lejos y no apareció Tuxedo Mask.

—Debiste tener cuidado— añadió Amy.

Las tres estaban reunidas en el restaurante del arcade discutiendo en voz baja sobre los asuntos del dia anterior. En el ruido de las personas, podían hablar sin temor a ser escuchadas y más porque el nombre popular de Tuxedo Mask en la prensa era El Enmascarado o El Sujeto de Negro.

—Darien estaba en problemas — Serena se defendió — ¿Qué debía hacer?

Rey se puso pensativa y Amy sacó un periódico donde en primera plana aparecía la imagen de Sailor Moon saliendo del edificio, los segundos que Darién la hizo perder eran los culpables de que un periodista la hubiera logrado fotografíar.

Por suerte, la magia que la transformaba volvía casi imposible que alguien pudiera notar la similitud entre Serena y Sailor Moon, pero aún así, las tres jóvenes temían que alguien descubriera sus identidades secretas por un accidente.

—¡Cabeza de chorlito! —una persona muy molesta decidió saludarla mientras se acercaba a su mesa, caminando feliz pese a casi haber sido lastimado un día atrás.

Serena apretó sus dientes y cruzó sus brazos. Aunque ella le hubiera salvado la vida, el patán seguia siendo el patán número uno en el mundo.

Darién perdió su cara de satisfacción al ver el periódico en las manos de Amy y las tres pudieron ver al joven perder la concentración en el presente para perderse en algún pensamiento lejano en el mundo de los recuerdos.

Conociendo a Darién, Serena pensó lo peor.

—¡Jaja! —Serena sonrió complacida — ¿Será que estás enamorado de Sailor Moon? Estas perdiendo el tiempo, bobo, ella ya tiene novio.

—¿En serio? —Darién preguntó alarmado, despues tomo el periódico y comenzó a leer con avidez para sorpresa de todas — ¡Aquí no dice nada de eso!

Al dejar de leer pudo notar como lo miraban, sus cachetes se pusieron rojos y con un tímido gesto de la mano se despidió avergonzado. Las tres niñas se rieron ante esto con carcajadas abiertas.

Rey fue la primera en calmarse y recargó su cara en su mano, despues observó hacía la salida de la puerta del restaurante mientras pensaba.

—No sé si este es un punto positivo para Darién siendo en secreto nuestro Tuxedo Mask o no — dijo con una enorme sonrisa.

—¡Rey! — Serena exclamó escandalizada —¡Ya deja de jugar con eso!

—Estoy de acuerdo con Serena — Amy decidió decir también —Si él lo fuera Serena lo sabría, ¿verdad? Nos dijiste que conociste a Darién antes del primer ataque.

—¿Y eso que tiene que ver? —Serena preguntó antes de llevar una papá frita a su boca.

—Tuxedo Mask es tu alma gemela — Amy murmuró para evitar ser escuchada, su cara roja, tras decir las palabras, no alcanzó el nivel de rojo que la cara de Serena.

Trás un largo silencio, Serena cerró los ojos y dramáticamente se dejó caer sobre la mesa mientras lloraba.

—No, no lo es.


Serena había escuchado de miles de casos donde personas encontraban sus almas gemelas solo para perderlas en la multitud, sin poder reconocer la cara de su amado. En otros casos, el alma gemela era alguien con el que intercambiabas nombre y el mundo se volvía colorido poco a poco. Y sabías que era él.

Para desgracia de Serena, eso último es lo que le había pasado.

Muchos años atras, despues de una ida al hospital, ella había observado por la ventana el cielo volverse ligeramente más azul, y se lo comentó a su padre sonriendo.

Kenji había vuelto al hospital y cargando a Serena en brazos espero que alguien llegará buscando a su alma gemela en el pasillo.

El joven que llegó a ellos era mucho mayor a ella y la sonrisa en sus labios era tímida. Él había encontrado a Serena vagando sola por el hospital unas horas antes, pero la pequeña ya había olvidado su nombre.

—Soy Liar — el joven dijo nervioso —Creo que soy el alma gemela de su hija.

Liar, con su cabello castaño oscuro, nariz de botón y una complexión baja y delgada no era Tuxedo Mask. Pero eso no importaba, después de todo, dicen que con tu alma gemela vas a encontrar tu felicidad. A los cuatro, Serena prácticamente ya tenía su boleto a ese paraíso prometido.

Aún así, en cuanto conoció a Tuxedo Mask, Serena deseó con todo su corazón que las cosas fueran diferentes.


nana... Lo sé, no debería postear este hasta terminar los otros fics, pero pueessss...luego los dejo en el doc manager y un día ya no están XD.

Gracias por leer.