Todos los personajes le pertenecen a Riot Games.
Modifique un poquito el inicio para que tenga coherencia en lo que sigue.
¿Alguien tuvo un mal dia en el trabajo? Pues les aseguro que nuestra queridisima hechicera del viento va a tener uno muy muy malo. Por cierto éste es el primer AU que hago, tengan compasión!
Los aplausos reverberaron por todo el enorme salón, las luces y las estatuas de hielo colocadas específicamente adornaban el lugar dando y reflejando la luz de manera fantástica generando un ambiente absolutamente mágico.
¿Pero que era este lugar?
Eso mismo se preguntaba Janna, quien desde ese parpadeo involuntario que dio instantes atrás, se encontraba en medio del palco.
- … méritos, y grandes colaboraciones a la materia. Hoy a nuestro lado se encuentra esa mujer que con su fortaleza valentía y pasión ha logrado destacarse frente a toda circunstancia. Damas y caballeros: con nosotros Janna Windforce.
Los aplausos siguieron resonando una vez más por la enorme cantidad de personas que se habían congregado a verla… y oírla…
Janna no se movió ni un milímetro, su cuerpo estaba completamente congelado gracias al nerviosismo que la envolvió en ese instante y cual estatua también dejo de respirar. Un par de delicadas manos la tomo de los hombros y le empujo levemente en la dirección del micrófono. Al darse vuelta - y volver a tomar aliento – distinguió el único color de cabello de su gran amiga Sona empujándola por la espalda.
Con el micrófono frente a ella y situada a la terrorífica imagen de cientos de personas, Janna se quedó absolutamente muda, tal y como era quien la había situado ahí.
El presentador quien momentos atrás la mencionó puso entre sus manos un enorme trofeo cuya base decorada en plata, tenía sobre si una resplandeciente y abstracta figura de un ave plasmada en cristal, y frente a ella una pequeña figura circular en la cual aparecía su nombre.
-G-gracias… - dijo antes de quedarse totalmente petrificada.
Pasados unos segundos la impaciencia de la gente nació y entre los primeros murmullos al fin se armo de valor para hablar.
-Eh… yo… ooo… ustedes-quiero decir nosotras. Dios... - titubeó sin parar, hasta que al fin se dio cuenta de que no tenía ni idea de donde estaba ni que demonios se estaba celebrando.
Fue así que, decidida, se dio la vuelta para ver al fin los enormes afiches y la proyección de aquel evento. Y lo que vio jamás en su vida lo habría imaginado.
Congreso Internacional de Periodismo
Galardón de honor a Janna Windforce por logros destacados en…
No alcanzo a leer pues en ese preciso instante un terrible sonido resonó en todo el lugar, intensificándose momento a momento, hasta que en un fatídico segundo se detuvo emitiendo un ruido tan fuerte que al llegar al lugar rompió todos los vidrios y cristales.
Las personas salieron a toda prisa aun consternadas por tal situación seguidas de la rubia que para variar tampoco sabia bien que pasaba.
Un grito se escuchó a lo lejos, luego otro y poco a poco las gente empezó a huir, no sin antes señalar el cielo. Por que de él, y de manera apocalíptica se acercaban cientos y cientos de pequeños… ¿¡asteroides?!
Sin creérselo del todo y aún con dudas de lo que veía empezó a correr, los trozos espaciales caían por todas partes causando una espectacular destrucción en su caída, esto no fue suficiente, por que cuando Janna levantó la vista pudo distinguir un enorme asteroide que cruzaba el cielo y que caería muy cerca de ella… todo había terminado…
No sintió el impacto.
Solo un golpecito en su cabeza que la había despertado.
Se levantó intentando recordar donde estaba, miró a su alrededor para encontrarse con decenas de bolitas de papel, su escritorio totalmente desordenado y sus cuadros estadísticos ligeramente manchados de saliva.
Otro dichoso golpecito de otra bola de papel impacto en su cabeza, acomodándose los anteojos aún adormilada vio de donde vino. Al fondo de lugar, frente a tres escritorios más estaba su gran amiga Sona alzando en alto una gran hoja de papel.
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Al fin despiertas.
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Bajo sus brazos y escribió en otra hoja.
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Tu presentación es en 15 minutos.
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Repitió el proceso de escritura.
.
Estoy segura de que te irá bien, ánimo!
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Leyó las hojas con una gran sonrisa plasmada en su rostro. ¿Cómo podía ser Sona tan tímida y linda al mismo tiempo y aun así no conseguir novio?
En señal de agradecimiento Janna levanto ambos pulgares indicándole que todo estaba bien. O al menos debía aparentar estar bien para no preocuparla… Con el segundo mensaje recordó que precisamente éste era el día de la presentación frente a los accionistas y además de un verdadero monstruo: el mandamás de Mundo Corp.
Justamente por estas razones era que esa presentación era tan importante. No había dormido durante cuatro días seguidos recolectando datos, números e informes acerca de todo lo que debía mostrar en esos gloriosos cuadritos.
Por fortuna todo había valido la pena, ese trabajo estaba terminado y todas las estadísticas y datos recabados encajaban a la perfección entre los matrices de flujo comercial de la corporación. Luego de esto sin duda recibiría el ascenso que tanto esperaba; todo el esfuerzo valió la pena, y sus ojeras eran su trofeo.
Su cansancio de disipo al sentir de nuevo el ascenso que por fin recibiría, se levantó de la silla y busco velozmente sus presentaciones, no las encontró donde recordó las dejo sino más a un costado y sin el papel color madera que la cubría. ¿Las habría movido o abierto mientras dormía?
No dio importancia a esos detalles, solamente los tomó con prisa y caminó velozmente hacia el ascensor. Estaba sola ahí dentro y aprovechó esto para acomodar lo desarreglada que llevaba su vestimenta, su cabello estaba hecho un desastre absoluto. Pero lastimosamente la soledad le duró poco, más específicamente solo tres pisos.
Él entró, pero no se inmuto al ver a Janna acomodándose el peinado y la blusa, todo lo contrario, él estaba haciendo lo mismo con su desarreglada camisa y corbata.
- ¿Presentación? – preguntó el hombre de la coleta.
- Así es – contesto - ¿También dormiste en la oficina Xin?
- Tal parece que se está volviendo una costumbre de ambos. Tienes unas ojeras de los mil demonios.
- Jeje no dormí nada... y acabo de despertarme de una pesadilla - rio levemente Janna, luego desvió el tema - ¿Todo bien en casa? Tal vez tu esposa se vaya a molestar un poco.
- Un poco… ¡Se vuelve histérica si llego cinco minutos tarde! ¡Tuve que enviar fotos a cada momento para demostrar que sigo trabajando aquí!
- Vaya…
El timbre del ascensor sonó otra vez, indicando que habían llegado al piso 33. Xin salió con pasos seguros tomando su portafolio y sosteniendo su cinturón con una mano… a la vista de las demás personas que esperaban abordar el aparato.
- ¡Suerte allí arriba, la necesitaras!
- ¡A ti también Xin! ¡Saluda a tu esposa por mí! – despidió alegremente la rubia a su compañero de trabajo. Luego enfoco su vista a las tres personas que estaban frente al ascensor, preguntando amablemente – ¿emm alguien sube, aún hay espacio?
Solo la imaginación debía decir que podían pensar ellos de una pareja recién salida del ascensor y con la ropa desacomodada. Así que rechazaron la oferta cortésmente decidiendo ir por las escaleras.
Janna repasó el discurso en su mente. Debía empezar señalando su división de trabajo, luego la presentación ejecutiva, dando por cara todo lo que la compañía había logrado hasta ahora en el ámbito económico acerca de sus "inversiones" en diferentes compañías, de cómo había "devorado" cientos de pequeñas empresas y la razón de porque Mundo Corp. era la mejor de todas sin excepción. Y por último la gran solución del departamento de publicidad: La campaña navideña asociada a Reveck Inc. que haría saltar por los cielos la popularidad de ambos.
El timbre señalo que por fin había llegado al último piso del edificio, el cual estaba macabramente adornado con cientos y cientos de hachas de carnicero, con largas y enormes alfombras de color púrpura. ¿Qué diablos pasaba por la cabeza del jefe de la compañía?
Con temerosos y nerviosos pasos se acercó a la atractiva encargada que se encontraba limándose las uñas y a la vez hablando por teléfono en un enorme escritorio bastante iluminado por la gran ventana detrás de sí.
-… ajam… ajam… ¿ya intentaste regalarle algo que le guste Shyv? A los hombres les gustan las armas y esas cosas - Claro, aún no logras hablarle… - Bien, lo que necesitas hacer es ignorarlo – Nop, no bromeo, ignóralo y ya verás cómo se acerca a ti - Exacto. Acaso no leíste la revista que te pres-
- Emm disculpe… - Janna leyó el nombre de la encargada en la placa del escritorio – Ahri… ¿Me podría decir dónde queda el salón de presentación Nº1?
La dama de ojos ámbar bajo la bocina del teléfono y enfoco una aburrida vista a la rubia.
- ¿Si…?
- Que si me podría decir dónde queda el salón Nº1.
Con la lima que tenía entre manos señalo un gran pasillo, al final de este una enorme puerta y un gran letrero anunciando SALON Nª1.
- Gracias… creo… - dijo Janna con gran vergüenza caminando en esa dirección.
- Alto, te recomendaría no entrar aún. El jefe está dando su discurso de cuando era un científico de poca monta. Y te digo… si sigue así va a durar un buen rato.
- Entonces…
- Espera por allá, te avisaré cuando termine – Si ya volví contigo Shyv. Ajam – Bien, leíste hasta el capítulo cinco, ¿Qué paso después? - ¡¿Lo quemaste?!
Janna se dirigió un sillón donde le señalo Ahri, allí apoyo su cabeza completamente en el espaldar intentando relajarse; no debía dormir, pero el acolchonado era de un material tan condenadamente cómodo que sin duda lo haría en segundos.
Por fortuna ésta oportunidad no se presentó ya que, justo en el momento en que estaba cerrando sus parpados sintió como unas pequeñas manos se apoyaban sobre sus rodillas. Enfocó su vista hacia la pequeña niña peli-rosa que tenía enfrente.
- ¿Hola? – saludo.
- Hola – correspondió la pequeña – pareces cansada.
- ¿En serio lo crees?
- Mi tío trabaja aquí, no tiene ojeras como las tuyas.
- Jeje pues tu tío tiene mucha suerte.
Janna no podía negarlo, le encantaban los niños desde siempre, y tener cerca a una pequeña tan adorable despertaba dentro de si sus aún escondidos instintos maternos; estaba cansada, pero no podía negarle una conversación a nadie.
- Ni lo creas, a veces está demasiado ocupado como para llevarme a pasear a algún lugar.
- ¿No sales con tus padres?
- Siempre están de viaje – suspiró – A veces creo que no me quieren…
Con el corazón hecho un revoltijo, Janna se acercó un poco más a la niña dándole un pequeño abrazo intentando consolarla.
- No es que no te quieran, solo es que están ocupados – esbozo una sonrisa al ocurrírsele algo - ¿Qué te parece si luego de esto me presentas a tu tío y salimos a por un helado?
- ¡¿Lo dices en serio?!
- Por supuesto – sonrió – pero primero debes revelarme tu nombre.
- Annie, un gusto conocerla señorita…
- Janna – respondió bastante sorprendida por los modales de la pequeña muchacha – Annie, también es un gusto conocerte.
- ¿Qué son estos cuadros?
- Emm, es mi trabajo, los realice durante cuat-
- ¿Me dejas verlos? – dijo la pequeña mientras acercaba sus manos al paquete.
- ¡No! – grito Janna, levantando sus cuadros rápidamente sobre si misma.
Frente a esta negativa, Annie lógicamente se asustó, pero no terminaba con eso sino que, como buena niña que era se dispuso a empezar a llorar.
- No-no-no-no-no llores. Los quieres mira acá los tienes.
- Wiii – grito la peli-rosa corriendo con los papeles en sus manos, bastante orgullosa de su victoria en dirección desconocida.
- Tráemelos antes de que… - exclamo pero por la distancia la niña no la oiría. Janna solo alcanzo a lanzar un profundo suspiro apoyando sus brazos en sus rodillas y frotándose la cienes cerrando sus parpados al contacto.
Basto solo un segundo para que volviera a abrirlos espantada.
- ¡Querida, ya puedes entrar!
- ¡¿Qué?! – grito, sorprendida – D-digo, ya voy. ¿Viste donde se fue Annie?
- ¿Quién?
- ¡Annie, la niña que estaba aquí hace un momento!
Ahri, dio unos aburridos parpadeos seguido de un levantamiento de hombros en clara señal de que no sabía de quien hablaba.
- Dios… - susurro Janna mientras se daba vuelta e iba a buscar a la pequeña escurridiza. No andaría muy lejos.
- Te recomendaría apresurarte, al jefe no se le da bien esperar.
La desesperación en el cuerpo de Janna subía a cada segundo que transcurría por no encontrar a la "dulce" Annie. ¿Qué haría si no la encontraba? Su cuerpo entro en estado de alerta, esto le fue muy favorable por que gracias a esto tenía sus sentidos agudizados y así, pudo sentir un aterrador aroma: humo.
Siguiendo su nariz, pudo encontrar el origen del mismo, y éste la llevo directamente al lavabo escondido entre uno de los pasillos más profundos del lugar. Se podría jurar que el grito que lanzó al encontrar sus preciados cuadros en llamas se escuchó en todo el edificio; sin tiempo para admirar el fuego, tomó la toalla que tenía a mano y golpeo sin parar las hojas frente a la sonriente mirada de la pequeña pirómana; su escondida habilidad de bombero dio resultado pues salvo todos los documentos, claro exceptuando que a todas las hojas les faltaba una esquina superior derecha a medio chamuscar.
- ¡¿Qué demonios pasa contigo?! – gritó sin ningún tipo de paciencia - ¡¿Podrías haber quemado el edifi-..?!
No pudo terminar su regaño pues la peli-rosa uso el más efectiva arma que una niña podía usar: el llanto.
- ¡Querida, si no te apresuras me van a dar un regaño de lo lindo! – se escuchó desde el fondo.
Janna tomo sus lastimados cuadros y salió del lugar; al momento de dejar la habitación pudo escuchar claramente como el llanto de Annie era remplazado por una maquiavélica risa. Emprendió una carrera hacia el salón de presentaciones a una velocidad sorprendente para una mujer con tacos.
En la enorme puerta la esperaba la encargada al fin librada del teléfono, ella la tomo de los hombros, lamio su palma y la paso por su cabello alaciando un poco los que sobresalían.
- Estas hecha un desastre cielo… - dijo en un suspiro Ahri, a la vez que sacudia un poco la blusa de la rubia; acerco las manos a su cuello y fue detenida cuando desabrocho un botón.
- A-alto ¿Q-qué haces?
- Casi hay solo varones allí, tienes que mostrar algo para que te hagan caso. Créeme.
Janna lo pensó cinco veces, y acepto de mala gana desabrochar dos botones más dejando su delicado y blanquecino cuello a la vista. Luego Ahri, la tomó delicadamente de los hombros empujándola unos pasos.
- Tranquila, solo son inversionistas, accionistas, representantes y el jefe.
- ¿!I-inversionistas?! – exclamo Janna al momento de ser empujada dentro del lugar.
Bien, ella estaba acostumbrada a los pequeños salones de reuniones en el departamento de publicidad, pero ésa era una escala de 1/8 comparada con el lugar en el que estaba. Si ya de por si el tamaño era impresionante con la tenue iluminación que recibía el lugar parecía sacado de una película de terror. O al menos así lo sentía Janna al observar a tanta gente acomodada alrededor de la intimidante mesa de juntas y al medio de ésta la enorme y fornida figura del mandamás de la institución; al parecer no le afectaba la oscuridad pues irónicamente lucia unas gafas bastante oscuras.
- ¡En Mundo Corp. no nos gusta que se llegue tarde!
- L-lo siento señor, hubo unos pequeños problemas y…
- ¡Mundo Corp. no acepta excusas! ¡Inicia exposición! ¡Inicia!
Sin chistar Janna corrió al frente y acomodo un taburete para apoyar sus maltrechos cuadros, se aclaró la garganta y se armó de todo el valor que pudo obtener.
- Ehem. Buenas tardes damas y caballeros, mi nombres es Janna Windforce, representante del departamento de publicidad mostrándoles la propuesta planteada para la temporada navi-
- Alto ¿tú no eres, Shauna Vayne?
- Renuncio hace una semana, soy su reemplazo.
- Ya veo… - susurró el jefe de la compañía mientras anotaba desconocidos apuntes en una hoja.
Janna continuó, agitando la cabeza desechando las ideas de que observaciones hacía, era hora de conmover a todos con la historia y los logros de la compañía.
- Los tiempos han cambiado rápidamente estas últimas décadas revelando una tendencia – por no decir una moda – que es el consumo de lo "natural". Está claro que nuestras divisiones de productos químicos no solo abarcan los alimentos, farmacéutica y limpieza, sino también áreas más pequeñas como son la fabricación de juguetes con nuestro plástico, provisto de una combinación de-
- ¡No hablar! ¡Números, Mundo Corp. quiere números!
- C-claro – Janna tomó el puntero que había en la mesa y señalo un punto del primer cuadro – si observamos el recuadro debajo de la mancha de ceniza, deducimos que las ganancias del último semestre han reducido su número. Pasando al siguiente cuadro, justamente donde está éste hoyo se puede contemplar una de las principales zonas donde estamos perdiendo mercado. En contraste con la rama farmacéutica, nuestras divisiones alimenticias han subido sus ganancias en un 14%, todo gracias a la absorción de Croquetas Warwick.
Janna cambio de cuadro por cuarta vez sin dar importancia al peludo hombre que se quitaba una lagrima de los ojos entre el público.
- Siguiendo con el flujo de información, en la costa este de la ciudad y en las cercanías de Piltover, se ha generado muchos cambios negativos. Las investigaciones indican que esto es debido a lo que mencione anteriormente, ya que sus científicos se ganan el aprecio de sus ciudadanos lanzando sus productos de manera gratuita o con colaboración del ayuntamiento. Es por eso que el departamento de publicidad – al cual pertenezco – y el business intelligence de la corporación, han colaborado para realizar lo que será la campaña publicitaria más grande que se haya realizado jamás en la ciudad de Zaun.
Janna se dio la vuelta bastante entusiasmada para quitar el quinto cuadro, pero cuando lo hacía vio como una pequeña hoja de papel caía al suelo. En un parpadeo lo levanto y lo leyó con curiosidad y temor.
"LO SIENTO!
Fue Ezreal! Él me persiguió con esa taza de café, Fue su culpa, fue su culpa!
Te prometo que compensaré el tiempo que trabajaste en ellos otro dia
LO SIENTO!
Tu gran amiga – Lux
"
Enfoco su vista rápidamente al sexto cuadro; por el contenido de la carta dedujo que habría una pequeñísima mancha de café. Pero era todo lo contrario… El cuadro de la campaña había sido reemplazado por una gran hoja en blanco, las letras finamente decoradas mostraban dos palabras: lo siento.
Janna intento regular su corazón que ahora latía a una velocidad impensable para un ser humano lo más que pudo. El temblor en su cuerpo no se disimuló, perdió el equilibrio con la pierna izquierda pero la recupero rápidamente aun dando la espalda a sus observadores.
- ¡Voy a matar a esos rubios! – gritó mentalmente a la vez que se mordía un puño claramente desesperada.
- ¿Algún problema señorita Windforce?
No respondió por supuesto, su mente estaba dándose de cabezazos en una puerta imaginaria maldiciendo su mala suerte. Fue gracias a esto que una idea le vino a su mente, sin duda salvaría su situación. Su pentdrive. ¡Claro, tenía el respaldo de todo dentro de él!
- ¿Señorita?
- S-si no pasa nada, es solo que pensé que sería más interactivo mostrarles los archivos en las diapositivas. Je-je-je. – sonrió forzada mientras se dirigía a su abrigo cerca del sillón. Busco en los bolsillos izquierdos pero no encontró más que azúcar y bolsitas de papel, restos de su goma de mascar. Por fin en el derecho del abrigo sintió el bulto y lo tomo rápidamente, extrañamente estaba envuelto en papel de color azul y dorado. No dio importancia a esto, pues lo desenvolvió e inserto el pentdrive al proyector que había encima de la mesa. Janna aprovecho mientras el aparato encendía para hablar.
- Siento mucho el retraso y el estado de los cuadros caballeros, pero el día de hoy no fue precisamente el más placentero que digamos. Jeje. Por cierto cuidado con la niña con orejitas de allí fuera, intentará quemarlos si no son atentos – dijo Janna forzando una sonrisa.
El gigantesco director de la corporación se levantó de su silla.
- ¿La niña de cabello rosa que espera fuera…?
- S-si señor…
- ¡ES MI SOBRINA!
Janna se paralizo y palideció como nunca por éste temible bramido para la cual no estaba preparada.
- L-lo siento señor…
- ¡ELLA ES MI TESORO Y LA NIÑA MAS BUENA QUE HAY EN ESTA CIUDAD!
La rubia claramente asustada solo presiono sus manos sobre si, cerrando los ojos rogando por que el día acabase…. Pero no fue así…
El proyector estaba configurado para auto reproducir todo lo entrante y por jerarquía, empezó a emitir el único video que había dentro del pentdrive.
.
Un único cabello plateado se vio en pantalla, luego, quien la lucía tomo la cámara y la acerco a su rostro mostrando unos profundos y fríos ojos azules.
- Hola - hola Janna. ¿Que tal tu día? Seguramente perfecto como todo en tu vida. ¿Recuerdas el viernes anterior? Así es, me avergonzaste frente a todos en la oficina y especialmente frente a mi esposo, tal vez ya lo olvidaste pero tengo algo que te hará recordarlo – rio maliciosamente – amenace a Ziggs cortésmente para que hackeara algunas cámaras de esa noche. Y no vas a creer que ha encontrado:
Disfrutalo.
Y recuerda…
Con Ashe Avarosa no se juega… – susurro entornando los ojos.
Y corto el video.
Todos atentos al video y anonadados no se perdieron ni un detalle de lo que mostraba la pantalla.
Janna estaba sentada sobre la barra gritando a diestra y siniestra su bien ganado ascenso.
- ¡Esto es por ti Shauna! ¡La mujer mas poco mujer que he conocido! – bebió.
- ¡Esto es por ti Garen y su sexy esposa! ¡Te sacaste la lotería Katarina! –volvió a beber.
- ¡Y esto es para el ser más mundano, grotesco, mas gritón e insoportable que jamás haya existido en toda Runaterra! ¡Te odiaré por siempre con toda mi alma Mundo! – gritó tomando el ultimo sorbo.
Y luego se derrumbó de hombros en la barra escondiendo su rostro entre ambos. Frente a los tremendos gritos de sus compañeros de trabajo.
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El cuerpo cargado de terror de Janna hacia juego perfecto con su tembloroso interior. Maldijo a Ashe a más no poder, por ser tan malditamente oportuna. Se dio la vuelta rápidamente intentando dar una disculpa a su amado jefe; no lo encontró sentado, sino más bien frente a ella luciendo esa temible y tenebrosa silueta gigante.
- Jefe, sé que todo se ve muy mal, pero puedo expli-
- ¡ESTAS DESPEDIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIDDDDDDDDDDAAAAAAAAAAAAAA!
Y así fue como el peor día en la vida de Janna al fin terminó. ¿Acaso todos sus compañeros y amigos habían conspirado? Solo el tiempo lo diría.
