Desliz

Lo había jodido, había destruido mi vida, una relación de 10 años la había mandado por el escusado.

Cuando abrí mis ojos y desperté de un sueño confuso, me cayó metafóricamente hablando un balde de agua helada. No estaba en mi habitación y sentí como parte de mi cuerpo era aprisionado, ahí estaba él, mi vecino, quien vivía justo frente a mi departamento, con un brazo sobre mi vientre y nuestras piernas entrecruzadas. Temor y culpa se apoderaron de mí, como pude me libre de aquel chico y salí de la cama desesperada, cuando vi en el bote de basura un condón usado suspire. Realmente me asustaba un embarazo o una enfermedad venérea.

Ni siquiera podría afirmar que Sasuke Uchiha fuera un mujeriego, pero sabía perfectamente que era un galán y tenía toda una fila de chicas babeando por él. Y yo no tenía por qué estar con él, sin embargo, así era, estaba en su habitación donde él seguía durmiendo, lo cual era bastante extraño, no había conocido a alguien tan perezoso como yo, el reloj marcaba las 12 del día y el seguía en sueños, rápidamente me vestí y salí de aquella habitación a la que no le preste realmente atención, para luego salir del departamento y adentrarme al mío.

La angustia empezaba a inundar mi corazón y me sentía ridícula por llorar. Si bien es verdad que habíamos bebido, no estaba borracha y sabía perfectamente lo que hacía. ¡Por dios! Había tenido sexo con mi vecino. Y por supuesto que eso no era lo peor, ¡no!, le fui infiel a mi novio de toda la vida, a mi novio Naruto Uzumaki, de solo pensar en él mi corazón se encogió y comencé a llorar, no podía pararlo, sentía una tensión de angustia y soledad que jamás había sentido en la vida, le había fallado al amor de mi vida.

Mientras estaba en la ducha, pude escuchar a lo lejos el sonido del celular, seguido del timbre, seguro sería mi vecino. Sasuke es un chico de 27 años y es médico, actualmente hace la especialidad de neurocirugía, han pasado dos años desde que lo conocí, justo cuando llegué a vivir a Tokio, vivimos en un condominio, y su departamento está frente al mío, así que fue inevitable no conocernos. Lo primero fue el "buenos días", seguido de pequeñas pláticas sobre el clima, el hospital, la ciudad. Pronto comenzamos a salir, en plan de amigos. Sus padres viven en Nueva York y los míos están en Konoha. Así que solemos hacernos compañía, de vez en cuando salíamos al cine, a comer, al teatro, incluso hasta de compras, por supuesto no es tan común, ya que el chico de verdad pasa bastante tiempo en el hospital.

¿Cómo llegamos a esto? Seguramente tuvo que ver mi falta de atención a las cosas sencillas. Verán, estoy realizando un doctorado en Ciencias Nucleares y de verdad soy buenísima en lo que hago, mientras hago lo que me gusta mi concentración nunca se va. Pero si hablamos de la vida cotidiana, no sé qué rayos me pasa, suelo olvidar mi celular en casa, he tenido que dormir 5 veces en el sillón de mi vecino por haber extraviado u olvidado las llaves, y por supuesto la noche anterior algo similar había sucedido, pero esta vez no había dormido en el sofá, sino en su cama.

Tan pronto como salí de la ducha tomé el celular, tenía una llamada perdida de Naruto del día anterior y 4 de Sasuke de hace unos momentos. Me vestí únicamente con una playera de mi novio y me acosté en la cama tratando de olvidar lo que había hecho la noche anterior. No tenía intención de hablar con nadie, por lo que apague el celular, afortunadamente mi vecino pareció entender y dejo de llamar a la puerta. Entre lágrimas y punzadas de dolor en mi corazón me quede dormida.

Debieron pasar 2 días en los que me aislé totalmente del mundo, sin embargo, tenía que asistir al laboratorio, mi proyecto no podía esperar, estaba tan distraída que Shino literal hizo todo mi experimento de ese día, por supuesto me cuestiono, estaba preocupado por mi salud aparentemente.

-Hinata, vuelve a casa y descansa ¿quieres?, yo le echare un ojo a tu proyecto, tú lo has hecho antes por mí, así que no te preocupes, cuando te sientas mejor vuelve.

- No, yo puedo…

- Claro que no, anda, ve a descansar. Tu nunca te has tomado un descanso. Anda.

No me hice más del rogar y camine hasta los condominios que afortunadamente no estaban tan alejados del centro de investigación donde estudio. Para mi mala suerte en ese mismo momento Sasuke llegaba de su jornada de hospital.

- Hinata, cuanto me alegro de verte.

- Sasuke – no podía emitir otra palabra, el solo verlo hacía que mi corazón recordará la falta que había cometido hacia mi novio.

- Tenemos que hablar – no espero por una respuesta, simplemente tomo mi mano y me llevo hasta su departamento

Nos sentamos en la sala, donde comencé a fijar mi vista en el montón de libros. Sin duda Sasuke no perdía el tiempo, era bastante inteligente en su área, todo eso respaldado por años de estudio, desvelos en el hospital y una enorme vocación.

- Hinata, sé que te sientes mal por lo que hicimos, ese día nos dejamos llevar, de verdad quiero que volvamos a ser los amigos de antes

- Como puedes decirlo así.

- Hinata, te has estado comportando rara, y yo de verdad extraño a la amiga con quien suelo platicar y pasarla bien.

- Estas diciendo que simplemente podemos fingir que no pasó nada y seguir así, como si nada hubiera pasado.

- Si tú quieres…

- Engañe a mi novio y no quiero perderlo, es el amor de mi vida – tal vez fue mi imaginación, pero sentí que no le agradó mi comentario.

- Pues entonces no le digas nada y ya ¿quieres? – su tono había cambiado un poco, lo cual me hizo dudar de si era verdad lo que él decía.

- Sasuke…

- No te preocupes más Hinata, esto quedará entre nosotros, nadie lo sabrá, además ni siquiera está aquí ¿o sí?

- Él ha estado muy ocupado con su trabajo, seguro que pronto nos veremos.

Así era, habían pasado 6 meses desde vez que vi a Naruto por última vez, había sido en Konoha y en compañía de mi familia. Desde que estuvo al frente de la empresa de sus padres comenzó a distanciarse, tanto que ha pasado ya un año desde la última vez que me visito en Tokio y esa fue la última vez que hicimos el amor, no quiero decir que eso justifique lo que hice con Sasuke por supuesto, pero yo de verdad me sentía frustrada sexualmente…

- No es razón para abandonarte así Hinata y lo sabes – sus palabras me trajeron de vuelta.

- Sasuke por favor, no quiero hablar de eso.

- Veamos una película entonces ¿quieres? – me limite a asentir con la cabeza, la verdad es que Sasuke se convirtió en mi más cercano amigo desde que llegue a Tokio, la confianza entre nosotros era enorme y siempre me alegro tenerlo a mi lado. Pensar que Sasuke me ofrecía que lo ocurrido entre nosotros no tenía por qué saberlo alguien más, me comenzó a resultar tentador, yo estoy enamorada de Naruto y la simple idea de perderlo me parecía aterradora. Así que decidí guardar silencio, aunque mi corazón estuviera destrozado y mi cabeza me culpara cada segundo. Tenía miedo, no estaba dispuesta a perder a mi novio…

Los días pasaron y fui incapaz de hablar con Naruto, pronto me di cuenta que era imposible ocultar mi falta, me daba miedo hablar con él, incluso en mensajes era cortante y me negaba a hablar por Skype, lo cual solíamos hacer a menudo, seguramente fue mi actitud lo que lo alerto, lo comenzaba a sentir preocupado.