El amor es ciego, el gran dicho. Sin embargo el amor lo que ciega es la cordura.

¿Qué arias si fueses un profesor enamorado de una de tus alumnas? ¿La dejarías ir? ¿Te confesarías? ¿O…otra cosa?

El conoció a su musa el primer día de clases, a primera vista parecía pequeña y frágil, pero luego de que el la observara durante tiempo noto su fuerte carácter y su brillante sonrisa. Una sonrisa y una mirada… solo eso basto para que empezaran a surgir en su corazón sentimientos prohibidos por su profesión.

¿Qué se podía hacer? Sin darse cuenta se había enamorado, su corazón fue enjaulado por la mirada de la pequeña señorita. Era todo un problema para el verla, pero lo era mas no hacerlo. Quería apartar sus ojos, pero al hacerlo sentía como su pecho se estrujaba, quería verla, quería ver su sonrisa, quería oír su fuerte voz, quería sentir que ella lo miraba…. pero por en cima de todos esos deseos el mas grande era… querer tocarla. Un rocé, una caricia, un inocente golpecito. Cualquier cosa era suficiente, el solo quería sentir que su suave piel lo tocaba.

¿Qué debía hacer? Se estaba volviendo loco, no podía dejar de pensar en ella, no podía apartarla un solo segundo de su mente. Era un hechizo, una pócima que lo encanto, que le hizo perder la cordura….

Renuncio a su trabajo repentinamente, se encerró en su departamento durante 3 días. Hundiéndose en sus pensamientos, en sus deseos, lo único que le hacia feliz, eso sueños que tenia cuando cerraba sus ojos. La sentía…. sentía su aroma, su piel, su voz…su mirada.

Una persona no puede pasar muchos días encerrada en su departamento, tarde o temprano debería salir a comprar algo o respirar aire. En su caso necesitaba comida, así que tuvo que ir a la tienda que se encontraba a dos cuadras de donde vivía. Por fin salio de su hogar, y fue a comprar.

El destino abecés hace jugadas interesantes, crueles algunas veces, divertidas otras. El no sabría como describir en ese momento su situación, al salir de la tienda y encontrarse con su pequeño ángel de cabello anaranjado.

Sus ojos se encontraron, ella le hablo, le hizo tantas preguntas, se sentía su preocupación al hablar. El, por su lado, solo daba pequeñas respuestas.

¿Esta una broma? Para el lo era, solo busco alejarse de ella, y la vida los volvió a juntar ¿Era solo una jugada para terminar lo que le quedaba de cordura? Eso creía, pero no, era algo más que una tortura mental para el, era también un sueño hecho realidad, el final para sus deseos.

Los cortos brazos de la pequeña musa lo rodearon. El no hizo el mas mínimo movimiento, solo sentía la calidez de ella en su cuerpo. Luego sintió agua, pequeñas gotas que traspasaban su remera, ella lloraba, mientras ocultaba su rostro en el pecho de el.

Ya no importa nada, ya no interesa que esta bien o que esta mal, ya no importa la edad. El la quería mas que a su vida, ya no iba a guardar sus sentimientos hacia ella. Ya no le importaba nada, cuando la beso y sintió el cielo en sus pies, se dio cuenta que no importaba nada mas, si moría en ese momento lo aceptaría felizmente.

El sintió que seria mejor morir en ese momento, antes de que ella rompiera su corazón. Pero luego se dio cuenta de que iba a suceder eso, las pequeñas manos de ella se pusieron en su cuello y simplemente correspondió ese beso.

Yume: ¿Final feliz? parece que si, genial ¿No?, apuesto que se esperaban algo mas, pues…..no va a pasar ¡Jajajajaja!, bueno mis queridos lectores espero que les haya gustado, si fue así, comenten, y lean mas de mis historias!