¡Por Una Apuesta!
¿Esto era todo? –
Si Naruto… Me retiro…-
Adiós Gaara… Salúdame a Matsuri –
El día había comenzado como todos, inocente y tranquilo, sin tener noción de lo que próximamente pasaría.
Gaara había venido de visita unos días, por cuestiones de trabajos, algunas misiones que resolver y los tan ansiados exámenes chuning, que se hacían de esperar.
Buenos días Hokage… ¿Me necesitaba? – sin voltear supe de quien se trataba.
Si Hinata… siéntate – la miré y no pude evitar sonrojarme, estaba hermosa.
¿Qué…desea? – se notaba ansiosa.
Sabes que Gaara y Matsuri están de visita… - ella asintió – Quisiera comprarle un regalo a su próximo bebé… pero mi gusto es muy malo… ¿Te encargarías? –
No lo sé…- se lo pensó por un momento – Creo que no podré –
Si no te sientes capaz… lo comprenderé… puedes retirarte – la ignoré y seguí con mi papeleo.
¿Qué quiere decir? ¿No cree en mis habilidades? – vi como se levantó e infló sus mejillas.
Si no puedes hacer algo tan simple como escoger un regalo… entonces vete… se lo encargaré a Sakura – sabía que jugaba con fuego, me paré y la encaré.
¿Cuánto puede apostar que lo hago mejor que Sakura? –
Me sorprendió esa respuesta, no parecía la Hinata tímida y silenciosa, sino una Hinata retadora y segura de su triunfo.
¿Ah si? Con que quieres apostar ¿eh? – la miré fijamente hasta que se sonrojó, entonces desvió su mirada; volvía a ser la de antes, o al menos eso imaginé.
No más…- la miré confundido.
¿Eh? –
Si… quiero apostar… y ya que ganaré - se hincó sobre la mesa y yo hice lo mismo.
Esta bien… Hinata Hyuga… -
Le demostraré que tengo mejor gusto que Sakura…-
Háblame de tú –
…Naruto…- entrecerró los ojos – Tendrás guerra…-
Entonces dame guerra – estaba empezando a oler su aire, y me gustaba.
Si yo gano… dirás frente a toda la aldea que no puedes vivir sin mí, te pondrás un camisón con mi foto y escribirás mi nombre en tu frente…-
Si yo gano… serás mi esclava durante una semana –
Echo –
Y un simple apretón de manos fue lo que desencadenó la guerra.
O…O…O…O…O
Ya no más, la tonta y tímida Hinata se había acabado.
Solo bastó decir "Sakura", para que me diera cuenta que aunque me le haya declarado, y haya estado a punto de morir por él, no había significado nada.
Y es que era egoísta, ahora lo sabía.
Me decidí a pasar por donde Matsuri, se había convertido en una gran amiga y confidente, así sería mas fácil sacarle información sobre el regalo, además llevaba una ventaja, ya que Sakura y ella no se llevaban.
Hinata que bueno verte… pasa –
Estas hermosa Matsuri – le sonreí y la abracé.
¿Cómo vas con Naruto? –
Ni me lo recuerdes – mis mejillas se inflaron y un sonrojo apareció.
Jajajaja Hinata… -
Acabo de hacer una apuesta con él… y juro que no sabía lo que hacía –
A ver… dime… -
Es que… quiere comprarle un regalo a tu bebé… me llamó para delegarme la tarea pero… quise negarme… no es que no quisiera comprarle algo a tu bebé… pero si eso significaba estar cerca de él… - la miré con algo de tristeza – prefiero mantenerme lejos…-
Tu no eres impulsiva Hinata… ¿Qué pasó para que tomaras la decisión de apostar?-
Nombró a Sakura – me crucé de brazos y miré a un lado.
¡Celosa! –
¿Yo? ¡Jamás! –
Después de tanta plática y aceptar que si estaba celosa, decidí marcharme, aunque no llevaba ninguna idea para el regalo.
O…O…O…O…O
Llamé a Sakura y en cuestión de segundos ya estaba en mi oficina.
¿Qué quieres Naruto? – se veía algo molesta y fastidiada.
Necesito que me ayudes a conseguir un regalo…-
¿Para quién? –
Para el hijo de Gaara y Matsuri – la miré ansioso.
¿Y no te has puesto a pensar que no conozco nada de ellos? –
¿Qué relevancia tiene esto? –
¡No seas bruto Naruto y piensa! ¿Cómo te voy a ayudar a escoger un regalo, si ni siquiera conozco los gustos de la pareja? –
Tengo que ganar Sakura –
¿Eh? ¿De que hablas? – debía decirle si quería que me ayudara.
Hice una apuesta con Hinata… y debo ganarla –
Bien… no sé que rayos habrás apostado – pero cuando iba a hablar, me calló - ¡Ni quiero saber! Pero Hinata te lleva una gran ventaja… conoce a Matsuri y es muy amiga de ella… ¿Se te olvidó ese detalle? –
¡Demonios!, se me había olvidado. Pero ganaría a toda costa.
O…O…O…O…O
Caminé y caminé hasta llegar a una juguetería, la miré por largo rato y entonces algo llamó mi atención, era un peluche en forma de zorro; lo agarré y lo abracé.
Aún lo amas ¿cierto? – esa voz.
Sakura –
Él te ha empezado a ver Hinata… no lo arruines - ¿Qué quería decir? No entendí sus palabras y deseé no hacerlo. – No sé que habrán apostado… pero sé que ganarás…-
Pero… ¿Por qué vienes con todo esto? – estaba confundida.
Escúchame… Naruto te quiere… y tal vez no me creas pero es cierto… solo no se ha dado cuenta… aprovecha este tiempo y acércate a él… has cambiado Hinata… no eres la misma… has dejado tu tartamudeo… tu timidez… y sé que comprendes a la perfección todo lo que te digo…- me sonrió – No quiero ser tu rival… sino tu amiga… deberías comprar ese peluche… seguro le encantará…- se dio la vuelta – Feliz San Valentín –
¡Mierda lo había olvidado!
Corrí por toda la aldea, pero no lo encontré, decidí ir a su mansión. Toqué varias veces pero nadie abrió, cansada giré la perilla y la puerta estaba abierta. Entré sigilosa, recorrí todo el lugar pero no había rastros de él, su perfume llegó a mis sentidos y entonces lo seguí.
Llegué a su habitación y ahí estaba.
¡CON UNA DIMINUTA TOALLA!
¡Puff!
O…O…O…O…O
Intenté despertarla pero no pude, así que la recosté en el sofá de la sala, hasta intenté quitarle el peluche que traía en brazos pero, tampoco pude.
¿Naruto? – la escuché susurrar y abrir los ojos.
¿Cómo te sientes? – con suavidad la ayudé a sentarse.
Algo mareada –
¿Qué hacías aquí? –
Vine a… traerte esto – sonrojada me extendió el peluche.
¿Para mí? Es un zorro – ella sonrió y por un momento quise besarla, pero recordé la apuesta. – Ni creas que con esto daré mi brazo a torcer – la miré con desconfianza hasta que de jalón se levantó, y en la salida me miró de nuevo.
¡ERES UN TONTO! – y con un fuerte portazo se fue, miré mi calendario y…
¡MIERDA!
¡San Valentín!
Saqué inmediatamente la caja de chocolates que tenía en la cocina, y salí lo más rápido que pude, a lo lejos la vi.
¡Hinata! – pero ella me ignoró. - ¡Espera! – corrí, pero también corrió - ¡Te ordeno que te pares! – y bruscamente se volteo.
¡NO ME SIGAS! ¡ADEMAS TÚ! – me señaló con el dedo - ¡NO ERES NADIE PARA ORDENARME NADA! – enojada empezó a caminar de nuevo.
Te he traído chocolates – ella me vio y una sonrisa apareció por su rostro.
¿Para mí? – miró la caja con deseo.
Se los daría a Sakura… pero luego recordé que no le gustaba el dulce – y nuevamente el enojo volvió a ella, y es que no sabía por que; las mujeres eran incomprensibles.
¡IDIOTA! –
Lo último que sentí fue un fuerte puñetazo en la cara.
O…O…O…O…O
"Se los daría a Sakura… pero luego recordé que no le gustaba el dulce"
¡Idiota, idiota, idiota, idiota, idiota, idiota!
Y lo peor es que cada día lo amo más, ¿Qué hice para que el destino se portara así conmigo? El Karma estaba en mi contra, y es que si hubiese un manual de: ¿Cómo entender a las mujeres? Sin duda que lo compraría y se lo pegara en la cara, por bruto.
Me dolían los nudillos, le había dado algo fuerte pero se lo merecía.
Me dio algo de hambre por lo que decidí comer en Ichiraku's, todo marchaba normal hasta que su vocecita se escuchó por todo el local.
¡VIEJO NECESITO RAMEN! ¡UNA LOCA ME HA PEGADO! – un tic en el ojo me apareció, ¿acaso me había llamado loca? –
¡Naruto! – un aura negra salió de mí y entonces él se dio cuenta que, "la loca", estaba ahí.
Oh… Hinata… solo bromeaba…- rió nervioso.
No me importa –
Pagué la cuenta y decidí salir de ahí pero él me siguió.
¿Por qué te comportas así conmigo? – esa pregunta me sacó de mis casillas.
¿Para que quieres saber? – le pregunté sin dejar de caminar.
Me gustaba más la Hinata tímida, aquella que se sonrojaba y que era amable conmigo – paré abruptamente, ¿acaso se me estaba declarando?, nah… eso era imposible.
Ella murió en la guerra… Naruto…-
O…O…O…O…O
No sabía que era peor, si recordar su declaración o decirle que la había olvidado.
Porque así era. La había olvidado.
¿Hablas de la batalla contra Pain? – noté como se sonrojaba.
Yo… no…- la abracé.
Perdóname -
Solté el abrazo y me fui, seguro la dejé confundida pero yo estaba peor.
Caminé por toda la aldea hasta pasar por frente del negocio de los Yamanaka.
¿Cómo estas Ino? –
Muy bien… ¿Y tu Naruto? –
Bien… creo…-
¿A que debo tu saludo? – me miró algo confundida.
Es que…- empecé a sudar – yo… a mi… me…-
¿Te gusta una chica? – terminó por decir algo desesperada.
Si… eso creo… -
Bien… por aquí tengo la flor favorita de la frentona – pero antes de que se fuera a buscar, le grité algo ansioso.
¡Espera! ¡No es ella! –
No te creo – abrió los ojos con mucha sorpresa.
Es otra persona… alguien que siempre creyó en mí… y que aún lo hace… aunque nuestra relación no esté tan bien… digamos que me acordé de algunas cosas… y… he decidido arriesgarme – bajé la mirada algo avergonzado.
Sé lo que buscas… y para quien – me guiñó el ojo y no pude evitar sonrojarme.
Gracias…- confiaba en Ino.
Al rato la vi salir.
¿Tulipanes? – me pregunté algo extrañado, me imaginaba algo mejor.
Si… es perfecto… son una declaración de amor… quiere decir que tu amor es sincero… - me sonrió y me las dio.
Bien… me las llevo…- le pagué y entonces me las envolvió.
Ahora vendría lo difícil; dárselas.
O…O…O…O…O
¡Listo! Ya tenía el regalo perfecto, hasta lo había comprado.
Recordé que el color favorito de Matsuri es el rojo, por el cabello de Gaara.
Ahora solo tenía que restregarle en la cara a Naruto que había ganado.
¡Gané! – grité efusivamente.
No estés tan segura – el muy imbécil había entrado a la oficina.
¿Y todavía lo dudas? Ya entregué mi regalo… además hasta hace un minuto era el plazo de la apuesta –
Yo no recuerdo haber quedado en un horario –
Hay muchas cosas de las que te has olvidado – quise salir pero al mirar el piso, habían tulipanes regados. - ¿Qué es esto? – entonces recordé cuando de pequeña, mi padre le había regalado tulipanes a mi madre, y ésta le decía: sé que tu amor es sincero.
No pude evitar abrir los ojos con sorpresa.
Si… acepto que me he olvidado de muchas cosas… pero… ¿Cómo olvidarme de la persona que he empezado a amar? –
Naruto… tu… -
Hoy te regalaré tulipanes… mañana te daré rosas blancas…-
Pero… - traté de sonar con normalidad - ¡Ni pienses que te escaparás del castigo!-
¡Ya dime que me amas! – me agarró por la cintura y me pegó a él.
Te lo dije una vez – sonreí.
Entonces repítemelo –
Te amo – me besó con ansias y no pude evitar corresponderle.
O…O…O…O…O
Y ahí iba un rubio agarrando a una pelinegra como un saco de papas, dejando una nube de humo detrás de sí.
Gaara… ¿Esos no son Naruto y Hinata? –
Si Matsuri… volvieron a apostar – la castaña vio a su marido con algo de confusión.
¿Y ahora que apostaron? –
Quien era mejor en la cama – la chica se sonrojó al máximo y el pelirrojo soltó una pequeña risita.
Después de todo, las apuestas si valían la pena.
