Prólogo.- Este no es el título ocurrente que buscabas.


En un desierto desolado, vemos una figura sentada sola y silbando una alegre melodía.
Sin embargo, la escena era todo menos alegre, ya que había sangre derramada alrededor, había escombros de lo que había sido una ciudad y unos cuantos vehículos, que iban desde coches hasta Pelicans, e incluso un muy famoso carguero corelliano.
La figura silbante llevaba una ensangrentada piel de color marrón sobre un rasgado smoking de color amarillo. Sin embargo, el hecho de que dicha figura llevara la piel ensangrentada no era lo más desconcertante sobre él, no, era que su cabeza era más grande que la de un ser humano normal y que su cara era de color verde.
De repente, la figura detuvo su silbido y miró a su alrededor, sonriendo ampliamente hacia tí.
- ¡Oh, hola, amigo! - Dijo el ser de cara verde alegremente. - Puede que te preguntes "¿Qué diablos está haciendo aquí alguien tan genial como yo, sólo estando sentado y silbando en esta zona de guerra?" Bueno, la respuesta es bastante simple, sólo tienes que mirar el título de esta historia para tener una idea de lo que he hecho. Podría decírtelo en este momento, ¡pero eso le quitaría la diversión a mi nueva aventura! Por lo tanto, creo que debería enseñarte lo que pasó en los últimos tres meses, dos semanas, cinco días, quince horas, treinta y tres minutos y doce segundos.
Y con eso dicho, la Máscara se levantó y giró un poco, arreglando y limpiando su smoking en un par de segundos, luego sacó un proyector de su bolsillo, lo puso en el suelo y sacó una pantalla de la nada. El hombre de cara verde sacó una película de 8 mm del interior de su saco y la colocó en el proyector, luego lo encendió y tarareó una melodía mientras la pantalla mostraba en letras verdes que parecían estar fundiéndose:

LA MÁSCARA MATA AL EVILVERSO