PPG no es de mi propiedad, todos sus personajes son propiedad de Craig McCracken. Esta historia esta hecha sin fines lucrativos. Los Oc's que aparecen en la historia si son de mi propiedad.


Capítulo 1

¿Alguna vez has sentido el amor verdadero? Ese que todos los cuentos de hadas te muestran para que tú, al final, salgas a buscarlo también. ¿Lo has sentido? Un pulso acelerado que retumba en el interior de tus oídos hasta que se vuelve doloroso, sentir el pecho demasiado pequeño para una emoción tan grande, para un corazón tan grande. ¿Alguna vez lo has sentido? ¿Has podido comprobar si lo que dicen los cuentos es verdad?

No. Esa es la respuesta, no.

Incluso yo, que he dedicado mi vida al bienestar de otros sé, en lo más profundo de mi corazón, que esa maravillosa experiencia no es para mí. Sé a la perfección, que alguien como yo no podrá encontrar el amor verdadero tan fácil como los demás. Alguien como yo, cuya vida siempre ha sido para servir a los demás, ¿podré encontrar el amor en una tienda? ¿O será que mi destino es seguir añorando por él? Preguntándome día con día, ¿qué mal he hecho en el mundo, para ser castigada así?

Tal vez nunca conozca la respuesta a eso, tal vez…

—¡Blossom! ¿Piensas bajar o qué?

La pluma cae de mis manos hacia el cobertor de mi cama, rueda en el y finalmente llega al suelo. Cierro los ojos con frustración leyendo la última palabra escrita en el papel, "tal vez", "tal vez", pudo haber llamado en otro momento, en otra palabra que no sea esa.

—Voy —respondo en un tono bajo de voz, más para mi que para ella. Me inclino para tomar la pluma otra vez, la guardo dentro del cuaderno y este en su cajón. El cajón oculto en la madera de mi cama que sólo se abre con mi tacto, el escondite perfecto para un diario.

La cosa esta así: Blossom Utonio, la líder de las invencibles chicas súper poderosas, sufrió el mayor engaño posible. YO fui engañada, y todo el mundo lo sabía, pero aun así nadie dijo nada, lo sabían mis amigos y lo apoyaron a mis espaldas, mis hermanas también lo sabían y no quisieron abrir la boca para no lastimar mis sentimientos. Me siento como una idiota. No tenia la costumbre de escribir en un diario hasta hace un par de días. El día que entraba a la universidad, el día que cambiaba de residencia para mejorar mis estudios.

El día que podía ser alguien diferente para bien, se volvió el día en que todos decidieran darme la espalda.

Me encuentro con mis hermanas en la sala de estar, sus sonrisas son forzadas y su actitud lo es más, saben que actuaron mal, y no encuentran la forma de remediarlo. Bubbles es quien más lo sufre, hasta hace unos días, era ella en quien más confiaba para decirle sobre mi relación, ahora… no estoy tan segura de querer decirle nada.

—¡Hasta que decides bajar! —dedico a Buttercup una mirada cansada, no estoy con ganas para escuchar sus comentarios sarcásticos tan característicos de ella. Parece captar mi indirecta, forma una gruesa línea con sus labios presionándolos entre si—. Algún día tendrás que superarlo, no fue el fin del mundo.

—Yo tomaré esa decisión, Butter, gracias. No necesito que interfieran más en mi vida.

Bubbles se pone de pie sosteniendo sus manos contra su pecho, como si sostuviera su corazón de esa forma. Esta no soy yo, Buttercup es generalmente la que dice comentarios insultantes, ella es la fría a la que no le importa el efecto que sus palabras provocan en los demás, no es mi rol para jugar.

—¡Blossy!

—¿No eran ustedes las que ya tenían prisa? Pues si no les molesta, yo debo llegar temprano a mi clase.

Lo cierto es, que en el último minuto cambié de escuela, a una en la misma zona sólo que más alejada, del mismo prestigio que la primera en la que postulé, de hecho, creo que es incluso mejor que la otra. ¿Por qué hacer el cambio así? Bueno, mi ex esta en esa escuela, junto a la zorra con la que me puso los cuernos más grandes de mi vida, mientras más lejos este de ellos espero que pueda perdonar antes a mis hermanas. No me gusta estar enojada con ellas. Salgo de la casa y encuentro el auto listo para moverse.

Buttercup, en su afán por la velocidad compró un auto para nuestro cumpleaños, un modelo deportivo que le permite sentir la adrenalina que un vuelo a toda velocidad otorga. El profesor le concedió su capricho, somos universitarias ya, es normal para gente como nosotros tener un auto. Al principio sentía la misma emoción que ellas, incluso me había visto a mi misma presumiéndole a Damien mi vehículo… que pesados son esos sentimientos ahora.

No espero a que me alcancen mis hermanas, salgo volando con tal fuerza que el suelo que pisaba se quiebra. Para llegar temprano es necesario que salga exactamente 43 minutos antes, si no tendré segundos de retraso, mi escuela queda a dos horas de distancia de donde esta la casa, las calles se llenan mucho a esta hora, realicé una investigación antes de mudarnos, para no tener problemas de tráfico. Aún así, volando se llega rápido, no hay tráfico aéreo y vuelo unos metros por debajo del límite de los aviones, es un estado diferente y no quiero tener problemas con tráfico aéreo. Mientras no provoque accidentes todo estará bien.

Vamos Blossom, recuerda el plan que hiciste ayer por la noche.

Hablar lo menos posible sobre mis raíces, no mencionar a mis hermanas —por el momento— y tampoco decir que soy la líder de las PPG, si en Townsville vuelan las noticias, en Kansas viajarán más rápido. Hasta que pueda ver a mis hermanas sin sentirme traicionada, no quiero que nadie sepa quien soy.

Aterrizo unos metros antes de llegar a la escuela, detrás de unos arbustos, como si llegara por ese camino, trataré de ser lo más normal posible.

Al encontrarme frente a las puertas del campus retiro el fleco de mis ojos, quiero poder tener la mejor vista posible del lugar, los alumnos y el ambiente, exteriormente se ve mucho mejor que la otra en la que había aplicado, los estudiantes desprenden un aura muy diferente. Una que creí sólo yo podía desprender naturalmente.

—¡Bienvenida a tu primer día de escuela novata! —levanta el gafete que me entregaron al matricularme, específicamente me pidieron que lo usara sólo el primer día—. Aquí tienes tu horario y el mapa del campus, ¡hoy empieza el infierno más excitante de todos!

Parpadeo sorprendida por esas palabras, ¿el infierno más excitante? Suena a una buena motivación para iniciar el semestre, sigo caminando, dejando atrás al edecán que me dio mis papeles, quiero recorrer la escuela antes de ir a mi primera clase: física cuántica. Cuando el Profesor se ofreció a darme clases de ciencia avanzada —por que las que me daban no eran suficiente— decidí que mi vida estaba ahí, en la investigación y las ciencias intensas. Todas las materias de mi carrera son las más pesadas, las más intensas, definitivamente este semestre va a ser un infierno.

¡No puedo esperar a que empiece!

—¡Novata! Si lo que quieres es perderte sigue derecho, si lo que planeas es conocer la escuela da media vuelta —regreso sobre mis pasos hacia el estudiante que llamó mi atención. Toda su apariencia da la impresión de ser abogado, pero por la sonrisa de su rostro deduzco que es de una carrera de arte, ¿cuál de las dos será?—. Estas de turista, ¿me equivoco?

—Para nada, ¿acaso te dedicas a salvar novatos?

—Bueno, si quieres perderte dentro de la Facultad de Salud, no te detengo, sigue caminando. Pero si quieres evitar perderte en el futuro sígueme, te ayudaré a conseguir eso —estrecho su mano cuando la extiende frente a mi. Su piel es suave, algo muy extraño en hombres—. Alexander Nikolaevich.

—Blossom Utonio —¿Nikolaevich? Le falta el acento para ser extranjero, pero su imagen es totalmente foránea. Cabello rubio platinado, ojos violetas, piel blanquísima y una sonrisa de ensueño, es lo que desea cualquier chica. Pero él parecía no fijarse en eso, seguía con la boca abierta, mirándome como si me hubieran sacado de algún programa especial.

—¿Utonio? ¿Así cómo la hija del profesor Utonio? —la formulación de su pregunta me sorprende, se que en los últimos años mi padre ha ganado renombre en el mundo científico, sus investigaciones han hecho grandes aportaciones al mundo de la ciencia, es sólo que no creí que pudiera crear ese tipo de reacciones en los demás, creí que seguiría siendo algo oculto para todos. Confirmo las especulaciones de Alexander con un movimiento de cabeza—. Dios… he seguido la investigación de tu padre desde que sacó esa propuesta sobre la modificación genética en la sangre. Quiero decir; ¿realmente sería posible curar enfermedades con una pequeña modificación en la sangre? Eso podría salvar a muchas personas si tú padre logra estabilizar un suero.

¿Genética en la sangre? ¿Por qué tengo la fuerte sensación de que mi padre planea crear un suero del químico X? Y si fuera cierto que es lo que mi padre planea hacer, ¿qué actitud debería tomar yo ante eso? Mejor que nadie conozco los efectos que el químico puede tener en las personas, siendo mi persona y la de mis hermanas el resultado del mismo. Nuestros súper poderes son el resultado de ese químico que mi padre inventó, crear un suero no curará a nadie, todo lo contrario, los convertirá en lo mismo que yo.

Carraspeo suavemente para no dar la impresión de que no tenía ni idea de lo que mi padre está haciendo.

—Sí, ayudaría a muchos, pero creo que aún faltan años para que mi padre consiga llegar al resultado final —y le faltarán más si consigo persuadirlo de uno usar el químico X—. ¿Vas a enseñarme la escuela o me consigo a otro guía turístico? —coloco las manos sobre mis caderas, queriendo dar la impresión de alguien que no va a quedarse todo el día esperando.

—¡Claro! Sígueme, el camino más rápido para conocer la escuela es por aquí —me ofrece un brazo y yo lo sujeto. Vaya, es una actitud que no creí ver en alguien así estos días, es muy posible que lo haga sólo por quedar bien ante la novata, puede que simplemente sea así su personalidad, jamás tendré la respuesta correcta mientras no realice la pregunta correcta.

El recorrido comenzó con el punto de mayor importancia de todos —según Alexander—, la cafetería. Punto de reunión social entre los alumnos de todas las carreras, lugar perfecto para cambiar de aires si no querías relacionarte con los raritos que nunca faltan dentro de un grupo escolar, bla, bla, bla, personalmente, este sería el último lugar en el que quisiera estar, considerando mis clases y mi forma de ser, la biblioteca es mi cueva de la paz. Aparentemente, no es la siguiente parada en el recorrido.

Alexander me lleva por un pasillo que conecta la cafetería con el resto de los edificios de la escuela, según me dice, las escaleras que están frente a nosotros son las que llevan a la Facultad de Derecho, un complejo de aproximadamente cuatro edificios, en los que se incluyen tribunales para practicas escolares, y el auditorio. Lo que consigo entender es que no solamente el auditorio está aquí, sino también la sala de teatro para los alumnos que son parte del club.

Durante la siguiente media hora recorrimos los edificios, caminando por pasillos que los conectaban unos a otros sin la necesidad de estar bajando escaleras y cambiando de edificio, según Alexander, es un secreto que sólo los verdaderos veteranos conocen, es la mejor forma de llegar a las clases sin perder tiempo ni hacer viajes innecesarios.

Todo este viaje me parece realmente interesante y de mucha ayuda, pero no he escuchado en ningún momento dónde están los laboratorios, todo lo que he visto ha sido los lugares por los que ha estado Alexander a lo largo de su carrera. Lo que me deja llegar a la conclusión de que Alexander está cursando la carrera de programador, porque me ha dicho por lo menos cinco veces, cuales son los pasillos que me llevan más rápido a los laboratorios de computo.

Reviso el reloj de mi muñeca para calcular la hora, todavía tengo tiempo antes de mi primera clase, necesito saber dónde queda la Facultad de Ciencias. Tiro del brazo de Alexander para pedirle que se detenga y me preste un poco de atención. Confundido, se gira para verme.

—¿Cuál es el problema, Bloss?

—Todo esto ha sido muy interesante hasta ahora y sé que no me perderé si algún día quiero visitar las otras facultades pero… —su ceño se frunce en el centro de su frente—, realmente entré a la carrera de Metafísica nuclear, y me encantaría saber dónde queda esa facultad.

La forma en que parpadea, cerrando los ojos con fuerza para abrirlos hasta su máxima capacidad provoca una sonrisa en mí. Es un chico muy impresionable, es fácil hacer que su gesto cambie por uno de sorpresa natural. Muerdo mi labio inferior tratando de ocultar esa estúpida sonrisa.

—No das la apariencia de alguien de ciencia, creí que estarías en la carrera de diseño gráfico, como yo —toca su pecho con orgullo al decir esas palabras—. Aunque ahora que lo pienso creo que era lo más lógico, sabiendo quién es tu padre puede que te apasione lo mismo que a él, ¿no es así? —asiento permitiéndome reír libremente. No creí que fuera algo tan oculto de saber—. Ven, por este pasillo llegamos a tu zona.

Sin ofrecerme un brazo esta vez, da vuelta a la izquierda en el pasillo en el que estamos. Diseño gráfico, me equivoque, no era lo que yo creía el verdadero motivo por el cuál mencionaba con tanto afecto los laboratorios de computo. Camino detrás de él, igualando mis pasos con los suyos para no pisarle los talones de manera accidental, un gesto que usualmente hago cuando voy con mis hermanas, vigilándolas desde atrás para cuidar que nada malo ocurra con ellas, o poder detenerlas en caso de que quieran empezar a pelear.

Mis hermanas.

¿Me pregunto cómo les estará yendo en su primer día universitario?

Alexander vuelve a girar al llegar a unas escaleras, ahora a la derecha, sube los escalones que están en esa bifurcación y gira a la izquierda, bien, para llegar a mi zona hay que cruzar el verdadero laberinto. Ingenuamente creo que hay más vueltas por dar, me veo en mi profundo error cuando al dar ese giro a la izquierda se encuentra un largo camino de pasillos y escalones que llevan a muchos salones, los laboratorios están justo frente a mí, eso significa que los pisos superiores son los salones de clase.

Mi corazón late con fuerza y velocidad, si el amor a primera vista es real, acabo de tener un flechazo. La Facultad de Ciencias es incluso más hermosa de lo que era en la otra universidad, en la que están mis hermanas. Me llevo las manos al pecho para contener el dolor que provoca tanta emoción. Jamás había visto un lugar semejante, ni siquiera el laboratorio de mi padre.

—¿Enamorada?

—Flechada —respondo sintiendo mi voz como un gemido. No trato de ocultarlo, así debe de sentirse llegar al lugar al que perteneces—. Ahora entiendo porque tu voz sonaba tan suave cuando hablabas de los laboratorios de computo.

—Es imposible no emocionarse por algo que te apasiona —casi puedo imaginarlo metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón, alzándose de hombros para —falsamente— quitarle importancia al asunto—. Para mí, esas computadoras son mi alma, es lo que vivo.

Cierro los ojos, llenando mis pulmones del aroma que los pulcros pasillos desprenden. Una solitaria lágrima de felicidad resbala por mi mejilla. La limpio sin abrir los ojos, quiero que el sentimiento perdure tanto tiempo como sea posible. Tomo una gran bocanada de aire y abro los ojos.

—Totalmente de acuerdo con lo que me dices… no puedo negarlo.

Durante los diez minutos que quedaron antes de que mi primera clase iniciara, Alexander se quedó conmigo. Recorriendo los cuatro edificios que comprenden la Facultad de Ciencias para que pudiera conocerla en cada rincón, incluso los cuartos más ocultos que tiene, por supuesto, no pude evitar hacer trampa y usar mis agudos sentidos para escuchar lo que pasaba detrás de sus puertas, ver a lo lejos que es lo que ocurría en las clases. En el momento en que sonó el timbre para el cambio de clase, suspiré, no podía contener más la necesidad de entrar a clase.

—Ve a clase, cerebrito. Nos estamos viendo —me extiende un papel con su nombre y teléfono celular. Una risa nerviosa escapa de mis labios, los cubro tan rápido como puedo para apagarla, primer día y ya hay alguien coqueteando conmigo. Levanto mis ojos para verlo, sonrojándome al ver que la sonrisa que me dedica es bastante sensual—. Llámame.

Asiento. No creo ser capaz de hablar sin tartamudear. Ya le llamaré cuando llegue a casa.

¡Rápido Blossom! Las clases empiezan.

Levanto mi horario para ver dónde es mi primera clase. Salón 507-F, fácil, cruzo un pasillo subo dos pisos y ya estoy ahí, es lo que tiene ver la escuela antes de que inicie el primer día. Realizo el camino previamente marcado en mi mente, el salón debería ser el primero que vea al subir las escaleras, ya que el de abajo así es. ¡Bingo! Aquí está.

Corro a la puerta incapaz de contener la emoción un segundo más. Tal parece que alguien pensaba igual que yo, porque ambos chocamos antes de poder tocar la puerta, debido a la velocidad con la que yo iba, y la fuerza con la que impacté tropiezo y estoy por caer al suelo. Lo hubiera hecho, si no hubieran sujetado mi cintura para mantenerme sobre mis pies, mi cabello cayó sobre mis ojos y no pude ver al instante quien era.

—Joder… lo siento, no te vi lle… —las palabras se atoran en mi garganta cuando quito el cabello de mi rostro para ver a mi compañero de clase. Su expresión tan sorprendida como la mía. La última persona que imagine encontrarme en este lugar, en esta carrera, es la que sigue tocando mi cuerpo con sus manos cubiertas en tatuajes, para evitar que mi trasero toque el suelo—. Brick.


Hace unos años que no me paso por aquí, la escuela y una severa crisis de "no inspiración" acabaron conmigo durante un tiempo. Pero, finalmente estoy aquí otra vez, trayendo una nueva historia para todos ustedes, como siempre -es lo único que subo- una historia de las PPG que se centra en Brick y Bombón. Tengo un problema, lo sé, pero mi mente no trabaja en otra cosa que no sean los líderes rojos.

Espero que el primer capítulo haya sido interesante para ustedes, sobre todo porque no es el final feliz que había pensado al prinicpio, lo cambie al último minuto porque empezar con un cambio de actitud en Bombón era mucho mejor para la trama de la historia, en fin. Les agradezco por darle una oportunidad a la historia, y a mí, que llevo más de dos años desaparecida de FF, con esta historia espero poder retomar mi actividad aquí, y en un fanfic que deje varado hace tiempo y varios me han pedido que continue. Con eso en mente he decidido volver.

Ya saben como funciona esto, se les aprecia por leer las locuras de mi mente, por no matarme -espero que no lo hagan-luego de volver después de años de ausencia. En fin, me despido de ustedes con un enorme abrazo y muchos besos. Nos estamos leyendo.

LD.