SnK no me pertenece, hago esto sin fines de lucro, solo diversión


Holy mother

Capítulo 1 "Amada"

En el reino de Shiganshina la religión oficial era la de las tres grandes diosas, Sina, la mayor y omnipotente que era la madre creadora de todo, Rose, la diosa que cuidaba y proveía lo material y monetario, y finalmente María, la diosa guerrera que siempre protegía a su pueblo y a su ejército para que salieran victoriosos.

La hermana Eren era más devota de María que de Sina, ella podría dar su vida para proteger a su gente si era necesario y a pesar de ello, de que había más hermanas que seguían ciegamente a Sina ella había sido la elegida, según las profetas.

Diez años antes de su nacimiento incluso su destino ya había sido sellado como la futura madre carnal del hijo de Sina, el único dios, el mesías, el que terminaría con todos los sufrimientos del pueblo y tomaría la corona para llevar a Shiganshina a ser el reino más próspero que había, incluso más, pues el rey actual no era nada malo.

Al nacer, Eren había sido arrebatada de los brazos de su madre y de inmediato se le llevó al convento donde crecería preparándose para ser un contenedor digno de un dios, una incubadora inmaculada que no tenía otro propósito más que traer a esa criatura al mundo.

Ahora, a sus diecinueve años su tiempo de vida se iba acortando, en cuanto el dios naciera ella moriría para darle toda su energía…era un poco triste que ni siquiera lo iba a poder conocer pero no había más que la resignación y las oraciones para calmar su alma inquieta.

Cuando la profeta Annie calculó que Eren debía estar ya por el tercer mes de embarazo le asignaron a un guardia de la corte sacerdotal, el mejor en su clase que no tenía nada que perder si intentaban hacerle daño…obviamente el heredero del rey actual no estaría de acuerdo con el nacimiento de su rival, buscaría la manera de impedir su nacimiento…todos sabían que el príncipe Jean no era muy bueno.

Levi Ackerman, el único del clan Ackerman aceptó la misión de cuidar a la elegida y desde entonces no se despegaba de ella en ningún momento, era su sombra y cualquiera que deseara hablar con ella debía hablar con él primero, era muy astuto y no dejaría que nada le dañara.

Pero el problema más grande de Eren no era Jean y su intento por conseguir la corona o la constante presencia del guardia –de hecho la presencia de Levi era reconfortante-, su problema era que a pesar del tiempo transcurrido y lo mucho que había orado…su vientre se sentía vacío, olvidado…estaba asustada y todas las noches le suplicaba a las diosas que le indicaran que hacer, si había hecho algo mal que la perdonaran pues no tener al tan esperado mesías significaría la desgracia.

Finalmente una noche llegó la respuesta gracias a su tan adorada María que siempre se comunicaba con ella por medio de sus sueños. La criatura estaba ahí, pero no se desarrollaba, su crecimiento se había detenido pues ella no sentía amor… ¿Y cómo sentir amor por algo que no conocía y que tampoco era suyo? Le parecía demasiado difícil. La diosa le dio un consejo para que el bebé se desarrollara como debía e incluso mejor…pero eso era imposible, iba en contra de todos sus votos y además no tenía a nadie que le ayudara con eso, bueno, pensaba en alguien pero seguro se negaba…a ese paso perdería al hijo de Sina y ella ardería en una hoguera.

Tocaron a la puerta sacándola de sus cavilaciones, abrió los ojos y se enderezó para cubrir su cabeza con el velo, permitiendo la entrada.

—Buenos días, hermana—le saludó Levi quien por sus ojeras se notaba que había hecho guardia en su puerta.

—Buenos días Levi—respondió en voz baja y con la mirada perdida.

—Se ve bastante cansada, ¿está todo bien?

—No—le indicó con la mano que cerrara la puerta con llave y suspiró. —Me temo que no.

— ¿Qué sucede?

—Me he pasado la noche en vela rezando—comenzó sentándose en la orilla de la cama. —No siento nada, Levi…aunque esté ahí…—se pasó una mano por su rostro y suspiró. —Su desarrollo se detuvo porque no siento nada por él, eso fue lo que me dijo mi señora María.

—O sea…que la criatura está allí pero no crece—meditó en voz alta sentándose a su lado.

—Sí, él debe crecer con amor…y yo…

— ¿No siente amor por su hijo? —preguntó extrañado.

Ella suspiró y negó con la cabeza antes de que empezara con algún reclamo.

—No es mi hijo—le corrigió y suspiró. —Yo soy solo su contenedor.

—Hermana—se hincó frente a ella y se quitó los guantes de metal para colocar una mano en su vientre. —Esta criatura de aquí, verá como madre a quien le enseñe todo…además, una madre da vida y amor…

—Perdona que te contradiga—le interrumpió con la vista baja. —Pero cuando nazca yo moriré…no tendré la oportunidad de conocerle—Eren leyó la pregunta en los ojos de Levi y suspiró. —Es parte de la profecía.

— ¿Y la profecía se ha cumplido al pie de la letra? —preguntó hincándose frente a ella. —Lo que yo he visto es que los oráculos mienten…porque interpretan sus visiones a su manera, las diosas hablan con todo el que le sirva no solo con los profetas.

— ¿Qué dices?

—Hablan con usted, ¿no es así?...y también conmigo…—tomó sus manos y la vio a los ojos. —Ese bebé no arrebatará su vida, solo necesitará que se la comparta como toda madre, ellas lo dijeron.

Negó con la cabeza y sintió las lágrimas aglomerarse en sus ojos.

—…él no será amado, como yo…este hijo solo es una obligación y él solo tendrá obligaciones desde que nazca…ni siquiera yo lo quiero.

Levi le vio afligido por esa última revelación, hizo una mueca y suspiró. Conteniendo el comentario que iba a hacer posó las manos en su cintura y dio un beso suave a su vientre provocando un sonrojo en la mujer que no supo qué hacer ante eso.

— ¿Qué…?

Continuó dándole besos dulces, sentía de inmediato la calidez emanar de su vientre.

— ¿Qué haces? —preguntó cuándo pudo hablar.

—Lo trato como si fuera mío.

—Pero no lo es.

—Pero me haría muy feliz que lo fuera—admitió dando otro beso y alzando la mirada para verle. —Cierre los ojos…e imagine a su bebé, podrá sentir su felicidad.

Ella lo observó con cierta devoción y ternura al escuchar sus palabras, su corazón retumbó con fuerza en su pecho y acarició su rostro de forma inconsciente.

—Levi…hay una condición para que se desarrolle como se debe…—tomó su rostro con ambas manos y suspiró. —Él debe tener a alguien que le de energía y amor…como yo no sé sentirlo debo aprender y…—se sonrojó demasiado desviando una mirada. —La gran María dijo, pues… ¿Sabes cómo se hacen los bebés? —preguntó más que avergonzada incapaz de verlo a los ojos.

Levi sonrió inevitablemente comprendiendo, era él quien le suplicaba a María todas las noches que le ayudara a contener sus sentimientos por esa mujer tan pura.

—Sí, se cómo se hacen—contestó con una pequeña sonrisa colocando las manos sobre las de ella.

—P-pues debo…ella dijo que debo buscar a un hombre que me ame para que me enseñe y el bebé pueda seguir creciendo—susurró con el rostro aún más rojo. —Y sólo te conozco a ti por lo que pensé que ella hablaba de ti…

Levi se dijo que le agradecería a su señora María después por la oportunidad que le dio, tomó la mano de la castaña y la colocó en su pecho.

— ¿Siente eso, hermana?

Eren asintió con prisa, sorprendida.

— ¿Puede ver el brillo en mis ojos? —preguntó tomando su mentón para que le viera fijamente.

—S-sí…

—Eso y muchas cosas más las provoca usted—su voz se mantenía baja, íntima para ambos. —Yo no siento cariño por usted.

— ¿E-entonces que es lo que sientes?

—Yo la amo—dijo enderezándose despacio, acercándose a ella. —Es un impulso ciego a hacer todo por usted, a clamar su sonrisa, a amar a esta criatura aún si no es mi sangre la que lleva en sus venas…solo por el hecho de estar en su vientre.

La mujer dejó escapar el aliento por sus palabras mientras sentía sus orejas calientes por el sonrojo, le parecía tan…hermosa la forma en que se expresaba…

—La adoro como a usted—continuó intentando no incomodarla. —Me siento ciego cuando no estoy a su lado.

— ¿Eso pasa aunque no tengamos mucho de conocernos?

—Puede darse en tan poco tiempo si la persona es tan especial y hermosa como usted.

—Levi, exageras—soltó una risita nerviosa por la cercanía, podía percibir su aroma. —Yo solo intento ser un contenedor adecuado—desvió la mirada por la forma en que él le veía. —L-la mejor madre—jugó un poco con la idea, deseaba cerrar los ojos en ese momento y fantasear con que ese hijo era suyo de verdad.

—Y eso la vuelve perfecta en mi corazón.

Los ojos de la castaña se aguaron al escucharlo y soltó un jadeo bajando los ojos a ver la mano de Levi sobre su vientre.

—Los votos no me dejan…—su voz tembló dejando sus manos en el pecho del guardia.

Intercambiaron una mirada y Levi se alejó despacio para decepción de la mujer, aunque era lo moralmente correcto debido a la posición de ambos.

—Lo sé…por eso me conformo con cuidarla.

Ella le detuvo antes de que se alejara más y acarició su rostro.

—Levi…ayúdame por favor.

La miró fijo buscando un indicio de ese cariño que él sentía, por minúsculo que fuera pero no había nada más que... responsabilidad. Suspiró tragando su pesadez y amargura. Los amores imposibles eran algo que siempre se había propuesto evitar.

—Como pida hermana—susurró algo decepcionado agachando la cabeza.

Eren le hizo alzar la vista y besó sus labios con torpeza, lo mejor que su nerviosismo le permitió. Pidió perdón a las diosas porque iba a romper sus votos pero ahora no importaba realmente si era para el hijo de la gran Sina, ¿cierto?

—Sólo podré amarte hoy, espero que sea suficiente para ambos…—susurró más que apenada y un poco entristecida.

Tragó sus lágrimas y le sonrió a medias, mentiría si dijera que era suficiente…jamás lo sería pero un ser tan inalcanzable en todo sentido…bueno, no podría siendo un simple mortal más.

—Estoy a su disposición, señorita—dijo separándose para hacerle una reverencia.

Lo observó con dulzura y se quitó el velo de la cabeza dejando que su cabello largo cayera en su espalda para abrazar al hombre que no podía disimular su sufrimiento ante la idea de no poder amarla libremente.

—Hoy soy Eren—le dijo al oído sintiendo los brazos del guardia rodear su cintura.

— ¿Puedo proclamarla mía…solo por hoy?

Sintió un nudo en la garganta por sus palabras y suspiró deseando no haber nacido con ese destino, deseando ser solo una campesina que pudiera formar una familia con él.

—Solo por hoy, soy tuya Levi.

—Mi preciosa Eren—susurró acariciando su cabello.

Eren tembló ante sus palabras y se aferró a él, no quería más eso…no ahora que de verdad sentía que la querían.

—Mi amado Levi—respondió cerrando los ojos, ya no sabía si el dolor que sentía era suyo o de Levi…o de ambos, eso solo le haría daño a su bebé…

El azabache se tomó un momento para contener el llanto imprevisto. No quería arruinar su única oportunidad de amarla sin tapujos, pero el pensar que al siguiente amanecer volverían a ser dos conocidos apenas solo hería su ya magullado corazón. Más ahora que sentía a ese ser en crecimiento como suyo. Todo era demasiado para aguantarlo. Una vez se calmó, le hizo separarse un poco para, acariciándola, besar sus labios con ternura y suavidad, lento e inocente, pues sabía de su inexperiencia.

Su corazón retumbaba con fuerza contra su pecho y lo sentía hasta en sus oídos, estaba tan nerviosa y emocionada a la vez. Siempre creyó que nunca sería amada por nadie de esa forma, pero ahí estaba, cediendo ante Levi y correspondiendo lo mejor que podía.

Se separó un momento para verla con detalle, deslizando esa tela suave como seda fuera de su cuerpo con lentitud. Verla con morbo... no podía por ahora, porque se dedicaba a grabar cada instante en su memoria y en su piel si es que era posible. La vergüenza de la situación pudo con ella y bajó la mirada al sentirse expuesta, estaba ahí ante él mostrándole lo que ni siquiera ella quería ver, tomó una mano de Levi y la llevó a su vientre para calmarse, para sentirlo real...para creerse y creer a la criatura suya desde siempre.

Le dio una caricia suave, sintiendo con sus dedos su ombligo hundido aún, y lo apenas abultado que estaba su vientre, mientras se acercaba a seguir probando sus labios con esmero. Era preciosa. Cada paso que avanzaba se retractaba de su decisión, ¿realmente un campesino cualquiera merecía tocar tremenda belleza?

Soltó sus labios con un sonido húmedo y deslizó fuera sus vestiduras, quedando desnudo frente a ella. En verdad sentía vergüenza de mostrarse tan repulsivo ante ella. Otra vez se retractaba, con más fuerza que antes. Bajó la mirada y cerró los párpados con fuerza. De seguro al ver su físico apenas fortalecido, con estómago flácido aunque no muy protuberante, y músculos desaparecidos, lleno de cicatrices y magulladuras, lo hallaría repulsivo, como se sentía en ese momento.

Le observó atenta y pasó los dedos por sus cicatrices con curiosidad, su mirada se llenó de lágrimas que no derramó y se dedicó a besar todas las cicatrices que tuvo enfrente. Deseando que nunca más sintiera dolor, que fuese feliz. Él soltó un jadeo tembloroso al sentir sus labios, era demasiado para él. Su llanto salió tímido y silencioso, siendo limpiado de inmediato. Ella no debía ver nada de eso pero no pudo evitar que lo notara, Eren tomó su rostro con todo su amor y limpió el camino de lágrimas que intentaba ocultar, besó sus parpados y le sonrió besando por último sus labios.

—Te amo Levi—susurró muy bajo, solo para él.

Levi sonrió ampliamente decidiendo abandonar su mente y la tomó en brazos para recostarla en la cama con dulzura.

—Le amo, amo su preciosa sonrisa y a la hermosa criatura que es…nuestro hijo—susurró queriendo convencerse de esa mentira.

No pudo evitar sonreír, esa era la mentira más bonita que le habían dicho, pensar que eran una familia…

—Es tuyo y mío, de nadie más—completo la mentira provocando que ambos sonrieran.

Sellaron sus palabras con un beso dulce sin dedicarse a pensarlo mucho para convencerse...serían unos padres amorosos, sí…

Los labios de Levi sobre su piel le arrancaban suspiros y sus caricias hacían que sus músculos se contrajeran con anticipación debido a la sensibilidad. Eren luchaba para mantener los ojos abiertos y observar al azabache amándola con dedicación y cuidado, con adoración como si ella fuera una especie de diosa.

No, no era una diosa, era una simple mortal que amaba a ese hombre aunque antes fuera demasiado inocente…o tonta para darse cuenta. Nada de lo que él hacía le lastimaba, la trataba con tanto amor, como si conociera su cuerpo a la perfección y supiera donde tocar para hacerla sentir tan bien, quería ser suya en todo sentido y hasta ahora lo notaba.

Levi besó una y otra vez su vientre mientras sus dedos osaban invadir su interior con delicadeza, profanando ese cuerpo virgen que ningún mortal repulsivo como él podía imaginar poseer ni en sus más locos sueños…pero ahí estaban.

— ¿Estás bien? —preguntó subiendo a besar sus labios de nuevo.

—Sí…hazlo—le pidió rodeando su cuello con los brazos para sentirle más cerca.

Se crispó un poco al sentir la intromisión pero por la forma tan dulce en que lo hacía se relajó al instante acostumbrándose, era reconfortante ser uno con la persona que amaba…la única persona que amaba y que la amaba. Entrelazó los dedos con los de Levi y colocó las manos sobre su vientre, se sentía diferente, más cálido.

—Se ve hermosa justo ahora—le dijo provocando una sonrisa amplia en el rostro de la castaña.

—Lo dices porque me amas—acarició su rostro y le besó.

—Lo digo porque usted es perfecta.

Se sintió realmente conmovida y acarició su rostro, escuchar las palabras de un hombre enamorado…era hermoso.

—Te amo…y te amaré hasta el fin de mis días—le aseguró buscando sus labios.

—Es algo que guardaré en mi corazón, siempre—se había sentido tan aliviado al escucharla, sentía sus palabras tan reales.

La temperatura en sus cuerpos aumento y Eren comenzó a sentirse abrumada por las sensaciones tan placenteras, incluso intentaba contener su voz que salía de forma vergonzosa pero a Levi parecía gustarle así que lo mantenía bajo solo para él.

Sintió espasmos de nuevo y esta vez su cuerpo comenzó a sentirse extraño, como si estuviera conteniendo algo, no dejó que él se detuviera y se aferró a su cuerpo para que continuara…era sofocante y sentía de alguna manera que solo así podría calmarlo.

Cuando se sintió relajar por completo escuchó a Levi soltar un gruñido acompañado de su nombre y después ambos cayeron completamente debilitados en la cama, agitados y abrazados.

Sintió como Levi intentaba alejarse y ella se negó abrazándolo con más fuerza.

— ¿Estarás a mi lado hasta el final? —preguntó con la voz temblorosa dándole besos en su hombro intentando relajarse ante sus caricias suaves en su vientre.

—Siempre, mi amada.

—Gracias…—susurró contra su piel, más tranquila.

Pegó la espalda de Eren a su pecho y la rodeó con sus brazos comenzando a dar besos dulces en su cabeza y reanudando las caricias en su vientre, ahora era más notorio el cariño que emanaba de ahí.

—Duerme un poco.

Ella asintió accediendo a obediente a la petición y colocó las manos sobre las de Levi para sentirse más relajada.

—Eren—le llamó sintiéndola comenzar a caer dormida entre sus brazos. —Te amo—susurró algo nervioso por tutearla…debía guardarle respeto a pesar de todo.

La risita cansada de la castaña le hizo olvidar por completo el temor que lo había invadido de un momento a otro.

—Te amo, Levi.


Bueno…esto surgio porque he jugado mucho Silent Hill xD la idea del 1 y el 3 sobre mujeres embarazadas de un dios xD me llevo a esto, rolee esto con mi partner y pues lo pasé para aca porque era la idea original, hacer un fic xD así que…será un two-shot, supongo xD depende de como lo vea jajaja en fin~ gracias por leer y espero que les haya gustado xD

Ja ne!

Rave~