Declaración: Los personajes no me pertenece, son completamente del estudio Mappa y sus creadoras sdfghjkaakjfa.

Aclaraciones: Las daré al pie de la pagina XD pero igual, esta historia es cien por ciento de mi autoria, por ende, no aceptare plagios ni adaptaciones, si desean traducirla -lo cual dudo jaja-, pueden hacerlo siempre y cuando me pregunten primero y me den los créditos por ellos.

Adelante y recuerden.

Esta historia no es para todo el publico.

Resumen: Una fría mañana de octubre, el cadáver descuartizado de una joven de 15 años es encontrado a las afueras de San Petesburgo, dando inicio a lo que más tarde se reconocería como un asesino en serie. La policía local, al no poder hacerle frente al asesino que ya tiene un repertorio de 5 muertes y al no tener suficientes pistas, recurren a Yuuri Katsuki, el detective más reconocido en todo Japón por poder atrapar asesinos en serie. Bajo su cargo, son puestos el oficial Víctor Nikiforov y Yuri Plisetsky, cuyas carreras son igual de sobresalientes. Los tres se embarcarán en un camino oscuro, lleno de mentiras y verdades a medias. Y cuando pareciera que por fin tienen al asesino, nuevas dudas son sacadas a la luz y solo queda la pregunta...¿Quien es el asesino?


Diciembre

Negación

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—¡Copos!, copos de nieve, ¡mira mamá!

La niña, no mayor a cinco años, llamó a su madre, quien hablaba con otra mujer.

—En un momento cariño, mami está hablando —respondió la madre amablemente a su hija, volviendo su atención a la mujer con la que segundos antes había estado hablando.

La niña le sonrió un poco a su madre antes de centrar su atención en los juegos que se erguían por sobre la nieve. Corrió hacia ellos y se subió al columpio después de haber retirado el exceso de nieve que había sobre el asiento; luego retrocedió sobre él para después dejarse caer, tomando impulso con las piernas.

Pronto alcanzó una gran altura y con una hermosa sonrisa, comenzó a reír.

Su madre siempre la regañaba cuando hacía eso, pero ahora no podía verla porque estaba conversando, lo cual la ponía de mejor humor.

Mientras se columpiaba, a la salida del parque vio un auto negro estacionarse, del que bajó un hombre vestido totalmente de negro. Muy alto y muy sospechoso.

Aquel extraño hombre abrió el maletero, sacando de él una vieja y fea alfombra enrollada, haciéndola lucir como un bulto mal hecho.

La niña se había quedado quieta, pero el columpio aun seguía moviéndose hacia el frente y hacia atrás por la fuerza con la que se había columpiado.

Sus ojos no podían dejar de seguir a aquel hombre tan singular.

La nieve a pesar de haberse vuelto un poco más densa, aún dejaba ver lo suficiente y con la curiosidad innata de los niños siguió sus movimientos. Quería saber que cargaba aquel hombre que poco a poco se adentraba en el parque sin prisa alguna, como si tuviera todo el tiempo del mundo o como si ella no le estuviera viendo.

—Mamá... —llamó débilmente a su progenitora cuando el hombre arrojó el bulto entre algunos arbustos, sin cuidado alguno.

La pequeña pensó entonces que tal vez, el hombre se estaba deshaciendo de la basura.

Cuando el columpio paró la nieve aún caía y ya no se veía tan bien.

—Amelia... —le llamó su madre, cuando no la vio a su lado.

Amelia bajó del columpio, pero en lugar de ir con su madre fue donde el sujeto.

Caminó lentamente, dejando un camino entre la nieve conforme avanzaba. Su aliento formaba vapor blanco al exhalar y sentía como su cuerpo temblaba, ya no sabiendo si era debido al frío o por lo que estaba mirando. Aún cuando quiso detenerse, su cuerpo siguió moviéndose solo.

El sujeto seguía en el mismo sitio, de pie, observando un arbusto. Tan calmado que asustaba.

La niña se detuvo a una buena distancia tratando de verlo mejor y aunque no fuera del todo clara la imagen, por las ropas que tenía resaltaba mucho entre aquella nevada.

—Amelia, deberías ir con mamá —el escuchar su nombre en los labios de aquel hombre, le hizo sentir súbitamente miedo, uno que nunca había experimentado antes.

No solo porque sabía su nombre, sino por el tono que había empleado. Un tono en el que nunca nadie, ni siquiera su padre, le había hablado antes.

De pronto, un temor indescriptible se apodero de cada fibra de su diminuto cuerpo.

Retrocedió un paso con el corazón martillando contra su pecho. Todo su cuerpo le decía que corriera, pero se había paralizado.

—Amelia —volvió a llamar su madre más alto y esta vez notó un tono de alarma en su voz.

Las lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas cuando el hombre se giró y la miró con una sonrisa vacía.

Aquellos ojos tan penetrantes la hicieron estallar en un llanto agudo, que llamó la atención de la escasa gente que pasaba por el parque.

—Niña traviesa —el hombre, que se había acercado, le acarició la cabeza—. Si tuvieras una década más —musitó lo suficientemente alto como para que la pequeña escuchara.

Le regalo una sonrisa apagada antes de dejar de tocarla. Luego se dio la vuelta, caminando hasta su auto con la misma calma con la que había llegado.

Aun llorando, aun gritando, miró al hombre subirse a su auto antes de sentir como su mama la cargaba en brazos, alejándola un poco del lugar donde segundos antes había estado de pie.

Aquel hombre, hizo un leve gesto de despedida con la mano antes de encender el motor.

Con todo el valor que pudo, levanto la mano y apuntó al auto cuando otra persona se acercó. Ambos adultos vieron al auto marcharse, sin comprender del todo la situación.

—Mi amor, ¿qué pasa? ... Amelia, mi vida —pidió la madre, cada vez más preocupada.

La niña temblaba entre los brazos de su madre y la abrazó por el cuello, ocultando su rostro entre el hueco que se formaba en ese lugar.

—É-Él... en e-el a-arbusto... dejó... u-un... —estallo en llanto otra vez al recordar la mirada que aquel hombre le dedicó y su frío tacto sobre su cabeza, pero más que nada al recordar aquella horrible sonrisa.

La otra persona que se había acercado miró hacia donde la niña había estado mirando. Camino hasta ese lugar, removiendo los arbustos, hasta toparse con lo que había sido dejado atrás. Entonces un grito ahogado escapo de su garganta, antes de darse vuelta y caminar hasta la madre, tomándola del brazo y alejándola de la escena tan rápidamente como la mujer podía caminar.

Y mientras la niña aún lloraba, aquel hombre sacaba su teléfono para llamar a la policía.

Había un cadáver en ese lugar.


— ¿Cuándo lo aceptarán? ¿Hasta que hayan quince de ellas? ¿Hasta que desaparezca la mitad de San Petersburgo? —un hombre joven, rubio, se estiraba tratando de que la carpa que habían colocado, no cediera por la nieve que estaba cayendo implacablemente sobre ellos—. ¡Rayos! ¿Dónde carajos están los forenses para llevarse a esta? —se quejó, ya sintiendo los brazos entumidos.

—Yakov —llamó un hombre albino mirando al rubio batallar con la carpa—. Yuri tiene razón, ¿Cuándo aceptarán que tenemos un asesino en serie? —cuestionó acomodándose del lado contrario del rubio, ayudándolo con la carpa.

—Aunque nosotros lo sepamos, hasta que ellos no den la orden no podemos alertar a la población, podría ser una falsa alarma.

— ¿Falsa alarma? ¡Por favor! —intervino Yuri, cuyo rostro era de frustración total—. Es el mismo modus operandi que los de octubre y noviembre, no hay varianza.

Los tres vieron al cadáver de la chica, totalmente destrozado.

—Los mismos cortes, le falta el mismo órgano y además, apareció casi por las mismas fechas que los dos últimos asesinatos—enuncio Víctor mirando al cadáver.

—Sin mencionar que luce muy similar a las otras dos—agrego el rubio.

—No podemos hacer nada.

Un suspiro cansado escapo de los labios de Víctor y Yuri tras oírle. Llevaban desde el mes anterior cuando apareció la segunda víctima, tratando de convencer a los demás oficiales de que estaban enfrentándose a un asesino en serie.

Sin embargo, dado que en Rusia no son muy frecuentes ese tipo de casos, todos creían que era una desafortunada coincidencia.

Unos minutos después, tres hombres aparecieron con una camilla y levantaron el cadáver.

—Ya era hora —se quejó Yuri mirándolos trabajar.

—Lo sentimos, pero con la nevada algunas calles fueron cerradas y tuvimos que tomar rutas alternas —se disculpo un joven de cabello oscuro.

— ¡Rápido Pichit! —pidió Víctor—, ya no siento los brazos.

— ¡Bastardo, llegaste hace apenas cinco minutos! ¡Yo llevo aquí media hora! —gruñó el rubio al oír al albino.

Este por su parte, le sonrió a modo de disculpa.

—Todo listo —informó Pichit, cerrando la bolsa negra para cadáveres después de algunos minutos—. Les mantendré informado de lo que descubramos.

—Antes que nada —intervino Yakov al ver que se marchaban. Pichit al escucharlo, les indico a sus ayudantes que se fueran llevando el cadáver.

Víctor y Yuri abandonaron sus posiciones y la carpa se pandeó, dejando caer mucha nieve a los costados. Pronto se torció y las patas de la carpa no soportaron el peso, dejándose caer y aplastando la escena.

—Mierda.

—Guau —murmuró Víctor—. Que fuertes somos, ¿no Yuri?—Yuri solo se dedico a levantarle el dedo medio, dirigiendo su atención a su oficial al mando y su forense encargado.

— ¿Crees que sea la misma persona?

Pichit miró a los tres hombres, sacándose los guantes de látex.

—Sabes que no me gusta dar mis resultados preliminarmente —empezó—, pero si debo de dar una respuesta ahora... Sí, estamos en presencia del mismo modus operandi. Son exactamente las misma marcas y heridas de las últimas dos veces.

Víctor soltó un suspiró por lo bajo.

—Lo sabía —saltó Yuri—. ¿Lo ves? ¿Cuándo lo haremos público?

— ¿Yakov, aun no lo hacen publico? —pregunto el tailandés—. Esta es una situación delicada, podría haber más víctimas.

—Lo sé, pero no está en mi poder el difundir información como esa. Aún debemos esperar.

— ¿Cuánto más? —pregunto Víctor con tono molesto.

—No lo sé.

Pichit suspiró un poco.

—Hace frió y aún no me acostumbro a este clima —rió un poco para calmar los ánimos—, cuando tenga los resultados sabremos con certeza si es o no la misma persona, hasta entonces adiós.

Yuri le vio marcharse antes de voltear a mirar al par delante de él.

— ¿No dijeron que había una testigo?

— ¿La hay? —preguntó rápidamente Víctor. Al haber llegado tarde no había escuchado esa parte—. ¿Y ya hablaron con ella?

—No, su madre se negó tras ver el shock que le causó la escena.

— ¿Descubrió el cadáver? —preguntó Yuri, mirando a donde este había estado y donde ahora estaba la carpa.

—No. Se topó con el asesino.

Nadie interrumpió por unos minutos al silencio que sobrevino tras la frase.

— ¿Y aún así se negó la madre? —cuestiono Víctor, asombrado.

—No podemos hacer nada, estamos con las manos atadas. Si ella no nos lo permite, no podemos obligarlas a cooperar.

Yuri mascullo por lo bajó, siendo secundado por Víctor.

—Sé que esto es muy frustrante, pero no nos queda de otra más que esperar.

—Esperar y ver morir a más gente.

Yakov reprendió a Yuri por lo dicho.

Víctor también lo hizo.

El humor de los tres había estado mal desde que la primera muerte se había dado y por lo que pintaba, empeoraría conforme el tiempo pasara y el asesino no fuera aprehendido.

Cuán lejos estaban de saber que eso, era solo el inicio de su martirio.


Muchos gusto en conocerte, se bienvenido a esta nueva historia que podría terminar en una locura total -depende como avance-

Esta será -como ya mencione- un AU! de detectives, donde los personajes principales serán Yuuri K., Yuri P. y Víctor N.

Ellos se verán envueltos en un caso que esta sacudiendo a San Petersburgo como ninguno otro. Donde deberán de ponerse a prueba y llevar sus mentes hasta el limite.

La idea nace de una canción llamada "Animal" -si, así es, la tan conocida canción que se relaciona con Killing Stalking jaja-

Shh, Shh,

el mundo está tranquilo,

Shh, Shh,

Ninguno de nosotros puede luchar contra esto,

somos nosotros los que causamos este lío,

¿porque no lo puedes entender?

guau, esta noche no voy a dormir.

Esa parte en especifico, fue como un detonante para mi mente que creo todo este universo sin mi permiso. Cada que escucho la canción escenas sueltas acuden a mi y el mundo sigue creciendo. Si me sigues hasta el final de toda esta locura, te lo agradeceré eternamente.

Comparte me con personas que creas disfrutaran de esto, te lo agradezco y no olvides dejarme tu opinión.

Nos leemos luego.