Advertencias: Ninguna realmente. Esto esta un poquito escrito a la volada.
Disclaimer: South Park y todo lo que abarca no me pertenece.
000
Randy jaló una de las sillas del comedor y se sentó, apoyando sus brazos en la mesa.
Pensaba, ¿Era él un mal padre? ¿Había hecho algo mal?.
Shelly nunca les había hablado demasiado de sus cosas, ni nunca había sido muy cercana a ellos. Stan, por el contrario, era el más cercano a los dos. O al menos, a él.
Pero ahora sus conversaciones con Stanley se habían reducido al "Buenos días" y "Buenas noches". No "Buenas tardes". Prácticamente ya no se veían en la tarde. Stan desaparecía por estar con su grupo y regresaba cada vez más y más tarde.
Era normal, claro, ya tenia trece años de edad. En algún momento iba a comenzar a salir más. Pero Randy realmente deseaba hablar con su hijo. Que le contase cosas, como lo hacia antes, quizás, inclusive, que le pidiese consejos... sobre alguna chica. (O chico, tenia acercamientos muy raros con Kyle) Quien sabe.
Suspiró cansadamente. Él solo quería realizarse como padre, y ayudar a su hijo.
Se quedó con este pensamiento en su cabeza un largo rato. Descartando opciones y opciones. Se había acercado a hablar con Stan muchas veces, pero él no mostraba demasiado interés. ¿Quizás lo estaba agobiando demasiado?.
Randy pensó en esto. Podría ser. Después de todo, si bien no era alguien sobreprotector, estaba muchísimo tiempo detrás de su hijo, como si aún fuese un niñito que necesitase ayuda a todo momento.
Quizás si le daba tiempo... él solo vendría. Es decir. Tiene trece, no diecisiete. Aún estaba inciando en todo eso que era el rollo de la adolescencia y esas cosas raras de la edad, claro. No había nada de que preocuparse. Aún era un pan de dios. No le iba a preguntar cada dos por tres que tal estaba o que hacia. Le dejaría en paz, que hiciese lo que quisiese.
Era un genio.
Estaba apunto de levantarse, feliz con su decisión, cuando escuchó a alguien acercarse por detrás. Dio un salto y se colocó en pose ninja, quedando frente a un muy extrañado Stan.
—¿Papá?—
—¡Ah! ¡Stan!.. ¿Qué pasa, campeón?— Randy se volvió a parar como una persona normal y le dio una sonrisita a su hijo.
—Ahm, Papá, quería pedirte diez dólares...—
—¿Diez dólares?.. Par-— Randy se detuvo. No. Había decidido que le iba a dar más libertad. Él confiaba en Stan, no haria nada malo. Probablemente fuera para donárselo a alguna asociación que cuidaba gatitos o algo así. —¡Claro! Ven, toma...—
Rebuscó en su bolsillo, sacando algunas monedas y dos billetes. Uno era de cincuenta y el otro de veinte. Sonrió y le extendió el segundo.
—Ten, es tu día de suerte.—
—¡Gracias papá! — Estaba apunto de voltearse cuando se detuvo y le miró unos segundos, como esperando algo. —¿No me vas a preguntar para que son?—
—Oh, pues no. Pero espero que te alcance.— Le dio una palmada a la espalda y se giró, con la intención de ir al refrigerador. Stan también giró, pero él estaba saliendo de la habitación.—Solo no regreses muy tarde, ¿sí?—
—No sé a que hora llegaré, voy a salir con mis amigos.— Stan se dirigió a la sala, y de ahí a la entrada principal, mientras que Randy sacaba una caja de leche de la refrigeradora.
—Ah, ¿sí? Bueno, diviertete, a donde quiera que vayas.— Comenzó a tomar directamente de la caja, tenia demasiada sed para buscar un vaso.
—Lo intentaré. Es Kenny quien conoce el lugar... creo que se llamaba "burdel".—
—Ah sí esos lugares son muy bue- ¡¿QUÉ?!—
Randy escupió la leche y corrió detrás de Stan. Definitivamente, esto de darle libertad, no era el mejor método.
po000
Notas/Extras: Esto esta basado en un fragmento del libro "Templado" del escritor Jorge Eslava, donde el protagonista le pide dinero a su padre y este se los da sin preguntar. Entonces el chico le dice "Nos vamos al burdel."
