Disclaimer: Los personajes no me pertenecen.

Este fic participa en el "Mini-Reto del mes de Marzo: Drabbles" del foro de InuYasha: Hazme El Amor.

Mientras tomo aquí unas copas en el bar, pienso en las mujeres…

Las mujeres te vuelven loco, llegan un día y te cambian todo.

Mi primer amor fue Kikyo, era mayor que yo, estaba casada, tenía un hijo, la conocí en el funeral de un primo, ella me consoló hablamos y se fue dando todo, la amé desde el primer momento en que nos besamos, estuvimos así casi tres meses, hasta que se aburrió de mí y terminó todo, aún la sigo viendo en el parque con su esposo e hijos.

Sufrí y lloré mucho por Kikyo, hasta que conocí a Kagome, era simpática e inteligente, le gustaba la filosofía, era un alma libre, pero tenía esa feminidad que la hacía más adorable, teníamos tantas cosas en común, la conocí un doce de junio y sólo tardamos un mes en ser novios, duramos más de un año, la adoraba, creí que nunca dejaría de amarla, que lo nuestro era eterno, me tatué su inicial en mi muñeca derecha, cuando me dejó insistí en volver pero ella no quiso, así que decidí alejarme.

A Kagome le gustaba jugar conmigo, un día creí que volveríamos pero ella ya tenía novio, en esos días ya había decidido dejar las leyes y me interesé por las ciencias exactas, donde yo conocí a mi actual delirio, Sara, era once de agosto, iniciábamos clases, unos días después hablamos por algunas materias, le gustaba beber licor y salimos muchas veces, a pesar de que tenía novio, sentíamos esa conexión extraña, sin evitarlo, caímos, nos besamos, pasábamos mucho tiempo juntos en la universidad, ella dejó a su novio y comenzamos una relación, nada seria, dejaríamos que el tiempo hablase, sin embargo Kagome volvió e inevitablemente volví a caer en sus pies, aún recuerdo que no pude decirle a Sara lo que pasaba y sólo cambié, ella buscó respuestas por tanto tiempo y un día le respondí: "no quería amarrarme", después de eso, ella siguió siendo mi amiga, a pesar de que era incómodo, porque no volvimos a hablar de lo nuestro, Kagome me dejó de nuevo, y durante la carrera me di cuenta lo especial que era Sara , era hermosa, inteligente y divertida, pero por mi orgullo nunca fui capaz de romper ese hielo que yo había creado. Ahora está casada y pesar de todo Sara sigue siendo especial conmigo, aún me regala mis chocolates favoritos y whiskey en mi cumpleaños.

Hoy me cuestiono como hubiera sido mi futuro con cada una de ellas, a las sombras con Kikyo, siendo un juguete para Kagome o viviendo divertidamente con Sara como lo hacíamos en el corto tiempo que fuimos… aún tengo la esperanza de encontrar a la que sea indicada para mí.

Por cierto, la pelirroja de la mesa de enfrente me sigue mirando pícaramente, es bonita… iré a ver que resulta.