RÍO CELESTIAL
Capítulo Uno:
¿Está bien ser amiga de la princesa?
"Kotori-chan, rápido"
"Espera, Hono-chan, me duelen los pies" La pequeña princesa, el cual llevaba su cabello castaño grisáceos con un pequeño moño en su costado; atando un mechón de cabello y lo demás suelto, junto a un Kimono y sandalias de madera, corriendo por el campo detrás de su amiga, jugando como infantes que eran por aquellos campos verdes. En el momento que se detuvo, pudo alcanzar a su amiga que se había detenido, sin embargo, un ardor empezó a pronunciarse entre el espacio que separaba su dedo gordo y segundo dedo del pie, debido a las sandalias de madera.
Entre jadeos, la princesa Kotori ignoró este ardor pronunciado, apoyando sus manos en las piernas y retomando el aire, realmente exhausta de perseguir a su hiperactiva amiga, solo para divisar a lo lejos una pequeña sombra detrás de un árbol.
"Hono-chan" llamó a su amiga, señalando con la mano donde estaba la pequeña figura de una niña cabello azul oscuro, largo, quien se notaba era realmente tímida, escondiéndose por ello detrás del árbol.
"ah…" Honoka, quien llevaba su cabello corto, atado en una coleta de lado y el resto de su cabello castaño casi naranja; suelto, como el de Kotori pero reducido, empezó a caminar en dirección, intentando hablarle a la niña.
"Oye, ¿Quieres jugar con nosotras?"
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Horas después, la nueva compañía de Honoka y la princesa Kotori; Umi, terminaron de corretear, jugando a perseguirse, aunque la nueva aún no tomaba la suficiente confianza en la situación como para llamarlas de manera informal, seguía tímida en algunas ocasiones pero intentaba acoplarse.
"¡Honoka… ya nos vamos!" Gritó su madre, llamando la atención de la cabello naranja, y despidiéndose de sus amigas para subir a la carreta mercader, donde traían los dulces y postres para la reina Minami, dirigida por un caballo y trabajador, se perdieron detrás de los barrotes del castillo, hacia el pueblo.
"Ah…"
"¿E-está usted bien?" Llamó Umi a la princesa, quien estaba quejándose y agachada, acariciando sus propios tobillos. Umi se sorprendió al ver lo dañado que estaban sus pies, dando la espalda y arrodillándose.
"S-suba en mi espalda…" Dijo, esperando el peso de la pequeña princesa.
"No hay necesidad, Umi-chan… descuida" comentó, negando con las manos y obsequiándole una sonrisa por tan lindo gesto, con un liviano sonrojo sobre sus mejillas.
'¿Umi-chan?' pensó Umi, quien sabía su posición y el de la princesa, debido a esto se quedaba lejos observándola jugar, este acto hizo estremecer su cuerpo de alegría, disimulando sin mucho éxito el sonrojo notorio de sus mejillas. Sacudió su cabeza un par de veces para volver a concentrarse, Umi no se pensaba resignar, soltando un suspiro y virando un poco su cabeza para divisar un poco a la princesa, negó varias veces con ésta. Al ver, la princesa Kotori, tal insistencia y obstinación, decidió subir con cuidado a su espalda, recorriendo con sus brazos los hombros de su nueva amiga y aferrándose en su Keiko Gi.
N/A: Kimono(traje de Kotori); traje ceremonial japonés, es más larga que la Yukata y lleva otra pieza dentro, sería dos Yukatas versión largas (¿?) Una de color y la otra, usualmente blanca(La que se lleva dentro).
Keiko Gi(Traje de Umi); traje de practicante de Kendo, arte marcial, en éste caso, el kendo. También lo usaré para la cuando se practique la arquería.
Hime-sama; esto supongo que ya saben (¿) es princesa. Se mira más lindo que llamen a Kotori de ésta forma. Utilizaré el chan, san, dono y otros para darle toque japonés y no perder el estilo de Love Live! (¿?)
Sus pies estaban siendo bañados con agua fría, sintiendo la princesa un poco de dolor pero la gentileza de Umi hizo que dejara de pensar en ello, fijando su vista en la concentración ajena, examinó el definido y bello rostro de su compañía, perdiéndose en sus largas pestañas que se movían en cada pestañear; notando su poco nerviosismo y sus ojos color amarillo, como si fuesen dos joyas de citrinos, muy similar a los de ella.
Su propia concentración se perdió al ver cómo la mayor acercaba sus labios hasta la zona dañada, causando un enorme sonrojo en la princesa.
"¡U-Umi-chan, ¿Qué haces?!" protestó, empujando de la frente a la contraria, sin poder impedir el continuo acercamiento.
"Mi maestro me dijo una vez que las heridas pueden sanar con saliva…" comentó con seriedad y sinceridad, en su rostro no había vacilo, solo se pudo observar remojar sus labios con la lengua, besando luego con los labios entre abiertos el espacio entre su dedo gordo y el segundo, justo donde se marcaba la herida. Luego de remojar bien ésta área, hizo lo mismo con el otro pie, mientras la princesa Kotori aumentaba el color de sus mejillas, soltando un ligero gemido, el cual intentó ahogar y presionando sus parpados, realmente estaba avergonzada como nunca.
"Con esto debería bastar hasta que lleguemos a su habitación y sea tratada, podremos llamar a los Nishikino para un mejor chequeo, Hime-sama"
"Umi-chan, puedes decirme por mi nombre" Murmuró la princesa, sin observar los ojos de la mayor, aún avergonzada por lo anterior. Pese a esto pudo sentir el rechazo de la contraria al mover su cabeza.
"Mi posición no está para llamarla de manera tan informal, mi maestro me ha indicado observarle para protegerla, Hime-sama"
…
"Umi-chan… ¡Umi-chan! ¡Ya es de día, levántate-nya!" espetó con enojo, y brazos cruzados la herrera principal del pueblo. Su cabello era color naranja corto, con una pequeña coleta trasera apenas marcada por el cabello tan corto.
Lo único que hizo Umi con respuesta fue quejarse y voltearse, para luego abrir lentamente los ojos y observar a su jefa y maestra de herrería.
"Ah, Rin-sensei" Finalmente despabilada, dio un pequeño bostezo y se sentó sobre su futón, realmente exhausta por tanto entrenamiento en su día anterior.
"Es realmente temprano, aún no toca abrir la tienda, Rin-sensei"
"No, pero Kayo-chi me pidió que te levantara-nya. Ayer no comiste en la cena y está realmente preocupada, dice que aunque sea un buen plato de arroz debería ser consumido por guerreros" levantando su índice, reprendió a Umi, quien no había estado comiendo tanto por los múltiples trabajos que tenía.
"Kayo-chi siempre se preocupa por ti, no puedes ir por ahí sin comida, además que ella tiene que cuidar a nuestro niño-nya, no podemos estar imaginando lo que sucede contigo, Umi-chan, ayer estábamos preocupadas por ti, debes ser más responsable al…"
"Vale, vale…" agregó, volviendo a bostezar. "Muchas gracias por cuidar de mí" agregó, inclinándose hasta colocar su cabeza sobre el tatami en un saludo respetuoso, sonriendo luego para su querida amiga, familia no consanguínea y maestra de herrería.
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"Umi-chan, tienes que comer saludable, por eso te he preparado un desayuno especial" Hanayo, quien era llamada Kayo-chi por su esposa Rin, llevaba su cabello por encima de los hombros, color castaño claro. Sus ojos al mencionar tales palabras, mostraban un destello especial, acomodando el último plato sobre la mesa.
"…"
"Esto es demasiado, Hanayo-san…" Disimuló lo mejor que pudo una risa nerviosa, Umi estaba sentada en la pequeña mesa, teniendo de frente a Rin y su niña, quienes jugaban con un gato cachorro con euforia; riendo disimulada por toda la comida servida del lado Umi.
"Umi-chan llegará tarde si no se apresura al parecer-nya" Levantó a su pequeña sobre los brazos, observando la sonrisa en ella y acomodándola en su regazo, procedió a tomar sus palillos e iniciar a comer su ramen, dándole bocados de vez en cuando a la pequeña.
"Pero si es demasiado temprano, además nunca llego tarde" carraspeo Umi con severidad, manteniendo sus ojos cerrados, comenzó a comer empezando de uno de los seis platos de arroz y toda la carne separada en otro plato.
"Umi-chan, cuando vengas puedes ayudarme en los quehaceres hoy, ¿Sí?" Hanayo sonriendo, se aferraba sobre la bandeja, feliz al ver la intensidad con la que comía su familia, algo extraña pero era su familia.
"Claro, cuando regrese seguiré forjando las armas que me faltan y luego ayudaré a arar con los bueyes"
"Mi hija está llevando tan bien el trabajo familiar, estoy orgullosa-nya" Rin limpió una lágrima falsa que escapó de sus ojos, con su sonrisa especial, el cual Hanayo decía que parecía una especie de gato.
"¡No soy tu hija!" respondió inmediatamente Umi, dando un golpe en seco sobre la mesa y siendo ignorada por Rin.
"De alguna forma tengo que pagar la crianza que me han dado ustedes y en especial los señores Hoshizora"
N/A: No pregunten cómo es que tienen un niño, queda registrado como misterio de la vida en sus registros akashicos. Gracias.
