Capítulo 1 El doler de tu recuerdo…
Me levante de mi cama, con los ojos hinchados y rojos de tanto llorar, porque la vida me trataba de esta forma?, era como un trapo al cual luego de un tiempo de ser usado me desechaban así sin más, cada que veía su foto, esa foto, el color de sus ojos en cualquier objeto, todo eso, me recordaba a mi querido amor, porqué la vida era tan cruel, diciéndolo de otra forma, porqué, mi vida giraba en torno a él? Estaba desecha rota, pisoteada, me sentía horrible, sentia que en cualquier segundo podría volver a llorar, pensé una y mil veces en jalar el gatillo y darle fin a mi vida, o aún mejor, tomar el cuchillo y cortar las transportadoras de mi sangre, ver esa sustancia carmesí salir fuera de mi cuerpo, estos pensamientos son mucho para una estudiante de instituto, pero no pasa un día sin que yo piense esto.
-Ari, por favor, sal, no quiero oírte llorar más por favor…- Repetía mi tía fuera del cuarto
-…- No conteste no sabía que decirle, no quería salir, aun no estaba lista…
Dos años pasaron, y yo comenze a sanar lentamente, pero aun así, comenze a sanar, para escapar de mi pasado ingrese a un nuevo instituto "Sweet Amoris", solo espero no volver a encontrarme con nadie de mi pasado, fue demasiado doloroso para mi… Al llegar a ese instituto, me encontré con una señora regordeta, unos 50 años le daba yo, me pregunto si podía ir a ver al delegado
-"perfecto… primer día y ya debo hacer papeleos"-Pensaba para mis adentros. Al entrar a la sala de delegados, me encontré con un chico alto rubio de orbes doradas, estaba hablando con una chica de cabellos castaño de orbes azules, el rubio dirigió su mirada hacia mí y dio una pequeña risita, -idiota-pensé yo, no era demasiado atractiva pero no para que se ría, se paró frente a mí y comenzó a hablarme.
-Ariadne Callagans, verdad?- dijo mirando sus documentos
-Exacto-dije yo –si tienes mis documentos en tus manos, tan idiota puedes ser como para no fijarte mi nombre allí?- pensé
-ya tienes todo listo, estos son tus horarios, soy Nathaniel- dijo el extendiendo su mano hacia mí, la tome y luego de estrecharla camine fuera, tres chicas me empujaron.
-oh, mírenla, cada vez los nuevos vienen más feos, pero esta se lleva la corona verdad?- dijo la rubia oxigenada esa, me pare y la mire.
-increíble-dije riendo por lo bajo
-sí, eres increíblemente fea- dijo la asiática
-no, increíble que ustedes trio de arpías, se sientan bien humillando a una persona, lo hacen porque en verdad no se creen lo suficientemente lindas, y es por eso que deben tratar mal a alguna chica, para realzar su confianza en ustedes mismas, y saben una cosa?, yo era como ustedes, hasta que aprendí mi lección, espero poder ver su reacción cuando todo este castillo de palitos que están armando caiga por el soplar de una brisa , recuerda lo que te dije, esto no será así por siempre..- comenze a caminar y pude ver la cara de esas chicas, espero haberlas ayudado, y si no es así, pues pasara como yo ya les dije, me ocurrió lo mismo que a ellas después de todo. Tarde o temprano, hasta tu mejor amigo apuñala tu espalda, siempre digo, "Un amigo, es un enemigo que aún no te ha atacado", por eso nunca me arme de unos, solo una vez, y termino mal, prefiero no recordar eso ahora…
-Oye, tú la novata- dijo un chico pelirrojo, lo ignore y seguí caminando, sentí como alguien me tomaba del brazo y me jalaba hacia el
-te llame, no me ignores- dijo el chico, mire sus ojos, y pude ver el mismo brillo que en los ojos de él, mi amor, el chico que me arruino pisoteo y escupió, sentí un nudo en mi garganta, mis ojos se llenaron de lágrimas, el pelirrojo me miro alarmado.
-No llores niña!, no te hare nada- dijo alarmado, yo seguía sollozando y mis lágrimas caían gruesas, tape mi cara y corrí fuera, cuando llegue allí choque contra un peli plata de orbes bicolor
-se encuentra bien?- dijo el mirándome sorprendido mientras extendía su mano para ayudarme a levantar, me levante sin tomar su mano y seguí corriendo, otra vez había caído en el sufrir de ese recuerdo…
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