Desde la muerte de sus padres, Elena no ha vuelto a ser la misma. Un día, conoce a un misterioso chico que le hace volver a sonreír y disfrutar de la vida. El problema es que él oculta un terrible secreto de su pasado, un secreto que le condiciona la vida por completo. Elena estará decidida a intentar que el chico se abra a ella y le confíe sus más oscuros secretos, pero ¿qué ocurrirá cuando los fantasmas del pasado salgan a la luz?
A.U. (todos humanos)
Delena
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Los personajes que aquí aparecen pertenecen a L. J. Smith y a The CW.
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Elena estaba en el Grill tomando un refresco con sus amigas, puesto que eran menores de edad y no podían beber alcohol. La joven soltó una carcajada cuando Bonnie rememoró una anécdota de la niñez. Esa risa llegó a oídos de un chico moreno que estaba sentado en la barra bebiendo Bourbon. Nada más girarse para buscar con la mirada a la autora de tan agradable risa, se quedó hipnotizado por la belleza de esta.
Poco después, la joven estaba hablando distraídamente con Bonnie cuando la camarera le llevó una bebida.
-Disculpe, creo que se ha equivocado. Yo no he pedido esto.
-El caballero de la barra le invita -le indicó la mujer señalando hacia la barra.
Elena miró hacia allí y su mirada se encontró con la de un chico de hermosos ojos azules. El chico sonrió y le hizo un saludo alzando su vaso, guiñándole a su vez un ojo. Elena se quedó embobada ante tal escena. No podía creerse que un chico tan guapo como aquel intentase ligar con ella y, menos aún, de una forma tan clara y descarada.
-Ve a hablar con él -le animó Caroline.
-No creo que deba.
-Vamos, no seas tonta -insistió Bonnie-. Sino vas tú, voy yo.
-Está bien... -accedió la joven a regañadientes.
Elena dio un trago al vodka que le habían traído, para luego dirigirse con el vaso en la mano a la barra, sentándose al lado del misterioso chico.
-Hola, preciosa -saludó este con una sonrisa de medio lado.
-Hola -respondió ella casi en un susurro, aún incapaz de creerse que había ido hasta él.
-¿Alguna vez te habían dicho que estás hermosa cuando te sonrojas?
Elena se atrevió a alzar la vista, perdiéndose en sus hermosos ojos azules por un momento.
-Así que esta es tu táctica de ligar, ¿eh? -se atrevió a enfrentarle ella-. ¿Invitar a una chica a una copa, decir un par de piropos y lanzar miraditas y una sonrisa sugerente?
-Te sorprendería lo efectivo que resulta ser -dijo él, divertido por el atrevimiento de la joven.
-Ya, pues ¿sabes qué? Conmigo eso no va a funcionar.
-Me lo imaginaba.
-No me creo esa faceta superficial que finges tener.
-¿Por qué dices que finjo ser superficial? –se interesó el chico en saber su opinión-. No me conoces. ¿Qué te hace pensar que no soy así?
-Si hubieses querido tener una buena noche hoy, te habrías buscado a una chica fácil. En lugar de eso, aquí estoy yo. Querías que te rechazasen. Tal vez para demostrarte a ti mismo que a lo único a lo que puedes aspirar es a una noche con una chica de la cual no recordarás ni su nombre al día siguiente.
-¿Y qué opinas al respecto?
-Opino que te ocultas tras una máscara de cinismo y superficialidad para alejar a todo el mundo de ti. Creo que te hicieron daño en el pasado y tienes miedo a abrirte a alguien, miedo a volver a salir dañado si muestras tu verdadero yo. Por eso prefieres invitar a chicas a copas y a una noche de sexo sin compromiso en lugar de buscar una relación de verdad.
-¿Eres psicóloga? –se sorprendió él al ver que había dado en el clavo.
-Se me da bien leer en la gente, eso es todo.
-Gracias –dijo el chico tras un momento de silencio.
-¿Por qué? –preguntó ella sin comprender, pues se esperaba todo menos eso.
-Por leer en mí. Es duro mantener siempre las apariencias, y que nadie sepa cómo eres realmente. Es agradable no tener que fingir de vez en cuando.
-De nada, entonces.
El chico iba a volver a hablar, pero se calló al ver a las amigas de la joven ir hacia ellos.
-Elena, nosotras nos vamos ya –le informó Bonnie.
-Vale, voy con vosotras –anunció la joven, levantándose del asiento.
-No, tranquila –intervino Caroline, mirando de reojo al chico-. Disfrutas de la noche.
-La noche ha acabado ya –afirmó Elena, para después dirigirse al chico-. Un placer conocerte.
-Igualmente, Elena. Me alegra haber tenido esta charla contigo –sonrió él de medio lado, intentando que no se le notase la pena por despedirse de ella-. Tal vez podamos repetirlo otro día.
-Tal vez.
Ambos sabían que eso no iba a ocurrir, puesto que no habían intercambiado números de teléfonos y él ni siquiera le había dicho su nombre. Pese a ello, los dos tenían esperanzas de volver a verse una vez más.
D&E
Nada más salir del bar, sus amigas comenzaron a preguntarle sobre el chico misterioso de ojos azules.
-¿Por qué no te has quedado con él? –le riñó Caroline.
-No soy de ligues de una noche.
-Pues con un tío tan buenorro como este, a mí no me importaría que solo fuese una noche -bromeó Bonnie, provocando la risa de todas-. Por cierto, ¿tiene nombre ese dios griego?
-Si lo tiene, no me lo ha dicho.
-Genial, Lena –ironizó la rubia-. Qué bien se te da todo esto de ligar…
-Ya sabes cuánto me cuesta hacer con la gente. Sobre todo después de aquello –terminó hablando la chica con un hilo de voz.
-Lo siento, no quise hacerte sentir mal.
Elena lo había pasado muy mal con la muerte de sus padres. Había pasado algo más de un año de aquello, pero aún no había sido capaz de superarlo. Aquella joven alocada y risueña que solía ser antes a penas sí aparecía ahora. Una parte de ella había muerto la noche en que el coche de sus padres cayó por el puente Wickery, algo que muy difícilmente recuperaría por mucho que sus amigas se empeñasen.
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No he podido resistirme a comenzar a publicar este fic. Puede que darte una semana o un poco más con las actualizaciones porque estoy algo ocupada. Os pido paciencia.
Espero que os guste esta historia ;)
