Cada primavera, en la pequeña ciudad de Leipzig, en el este de Alemania, Bill Kaulitz rememora su último año en el Instituto de Leipzig y se acuerda de Vanessa, la chica que cambió su vida. Vanessa era la última persona de la que podría pensarse que Bill se enamorase. Seria y conservadora, Vanessa era todo menos fría, y no le importaba. Su confianza en sí misma no dependía de la opinión de los demás. Hija de un pastor de la iglesia baptista de la ciudad, a Vanessa no le importaba decir a los demás que su fe era lo más importante en su vida, incluso si eso le suponía perder algunos amigos. Bill era uno de tantos… un tío temperamental, alocado, que destacaba en el instituto por su aspecto y su carácter. A sus amigos les divertía burlarse de todos cuantos no eran como ellos y solían criticar a Vanessa por su vestimenta sencilla y su conducta reservada. Bill carecía de planes, de futuro y de fe en sí mismo. Pero alguien muy pronto, le haría cambiar, todo eso, sin darse cuenta.