Naruto y sus personajes no son míos.

Dedicado: con todo mi cariño para Josefina.

Desliz

Parte I

—Sasuke…

Cinco años. Cinco años transcurrieron desde entonces. La Gran Guerra Ninja terminó y con ello la paz y la tranquilidad regresaron a la aldea.

Sin embargo, todavía perduraban sentimientos.

—Ino…

Cada uno había hecho su vida de alguna manera. Se casaron. Tuvieron hijos. Ellos lo sabían.

—¡Vaya! Me sorprende encontrar a un padre de familia ejemplar, en un sitio de mala fe como éste —exclamó contoneando un pequeño vaso de cristal con soju.

El muchacho frunció el ceño. Sin esperar permiso, se sentó junto a ella en la barra. Y con desdén pidió un trago similar al suyo.

—Me sorprende que una madre de familia ejemplar, se encuentre en un sitio de mala fe como éste —repitió con sequedad.

Ino rió, y ninguno se atrevió a seguir charlando.

Quedaba claro que Uchiha nunca fue un hombre de palabras, y la platinada tampoco incitó la plática. Después de todo, ellos ni siquiera eran amigos. No estaban juntos.

Sí, hace cinco años lo estuvieron. Mas nadie sabía de la complicada relación que mantuvieron cerca de un año. No fue nunca un secreto, pero tampoco ellos alardeaban al respecto.

Únicamente vivía el recuerdo de esos encuentros pasionales en medio del bosque, quedaban las memorias de los besos de lujuria y las caricias desenfrenadas.

Todo como remembranza de lo que compartieron al finalizar la guerra.

Imposible de borrar que los dos perdieron la virginidad en los desolados territorios Uchiha, para después entregarse por segunda vez en el almacén de la floristería Yamanaka. Prácticamente tenían sexo en cualquier lugar: antes los árboles, en la oficina de la Hokage, en casa de Naruto, cuando coincidían en misiones y se hospedaban en el mismo cuarto. A ellos les excitaba la adrenalina de que alguien pudiera descubrirlos.

No obstante, eso ya era pasado. Una aventura que concluyó cuando Sasuke se juntó con Sakura, e Ino se casó con Sai.

Ellos eran conscientes que sus encuentros no volverían a repetirse después de que Sarada e Inojin nacieran. Y desde entonces, no se habían vuelto a ver la cara. No hasta ese momento.

—Buenas noches, Sasuke —pronunció de forma empalagosa, ocasionando que el aludido gruñera. Ella sonrió coqueta, luego se puso de pie, tambaleante—. Regresa pronto a casa. Sakura debe estar esperándote.

El azabache refunfuñó con fuerza, advirtiendo malicia en el tono de voz de la rubia. Lo estaba haciendo a propósito.

—Trata bien a esa copia barata que tienes por marido —ironizó y bebió de su trago. Ino lo observó con violencia y Sasuke se aseguró de remarcar con énfasis—. Porque eso es, un remplazo mío.

La mujer enfureció, denotando la cólera en sus mejillas.

—Puedes pensar lo que quieras —se cruzó de brazos, resaltando sus pechos y Sasuke no pudo evitar mirarlos de reojo—. Al menos Sai es mucho más "grande".

Sasuke la fulminó con sus ojos onix, claramente ofendido. Tensó las arrugas en la nariz con furia.

Antes de que ella pudiera marcharse, la detuvo con fuerza, sosteniendo su antebrazo.

—¿A qué te refieres?

La chica intentó zafarse, sin éxito.

—¡Suéltame!

—Responde.

—No seas idiota. Me lastimas —forcejeó.

—Dime —demandó, clavando sus dedos en la piel enrojecida.

—La gente está comenzando a vernos.

Sasuke chasqueó la lengua. La gente ya había colmado su paciencia desde hace mucho.

—¿Acaso él es mucho mejor amante que yo?

Ino abrió sus ojos sorprendida, para luego desviar su rostro.

—Ya suéltame —pidió en un susurro.

—Sakura es mucho mejor que tú.

Declaró sin darse cuenta. Ino siempre conseguía sacarlo de sus cabales, ocasionando que dijera algo que no era cierto. Por eso fue que lo suyo no funcionó.

—¡Estúpido! —gritó con rabia, mas se contuvo de soltar más groserías al reparar en las miradas de los demás. Suspiró y continuó luchando para soltarse.

Sasuke, completamente hastiado, la jaló del brazo para caminar con ella fuera del lugar. Se apartaron mientras brincaban por los tejados, con las cejas fruncidas y con Ino maldiciendo a los cuatro vientos.

Llegaron a un sitio cubierto por gruesos árboles, donde por fin la liberó y masajeó las sienes.

Uchiha estaba un poco ebrio y dedujo que Ino igual.

La contempló bajo la tenue luz de la Luna, y supo que ya no podía contenerse.

Aprisionó su barbilla y la besó desesperado.

Ella correspondió ante la necesidad te volver a sentirlo. Fundieron sus labios en movimientos apasionados y sintieron una corriente eléctrica brincar en sus estómagos.

Se deseaban tanto y por tanto tiempo, que se perdieron en la sensación de calor que emanaban sus cuerpos.

En un arrebato, Sasuke exploró dentro de la boca de Ino, ésta jadeó cuando él mordió su labio inferior, casi arrancándolo.

—Vayamos a mi apartamento.

Buscó de nuevo sus labios y los devoró. Enseguida metió su mano en la falda de ella, y acarició el muslo hasta llegar a los redondeados glúteos.

Ino gimió.

Ambos reconocían que su relación nunca florecería. Los dos eran los líderes de sus clanes, razón por la cual no podían mezclarse en uno solo.

Por eso, ninguno reclamó cuando se casaron con otras personas. Sentían odio, envidia, y por su puesto, celos.

Un desliz no afectaría a nadie.

Ino asintió y acompañó a Sasuke. No le harían daño a nadie si hacían el amor. ¿O sí?

Continuará

NA:

Sólo serán dos partes en total, así que pronto publicaré la siguiente.

Muchas gracias por leer! Si notan alguna palabra extraña, es porque estoy desde mi celular, y el autocorrector siempre cambia lo que estás diciembre.

Como ya mencioné. Está dedicado con mucho cariño para mi querida Josefina. Nunca creí encontrar una amistad tan sincera en fanfiction como la tuya, y eso me hace muy feliz.

Gracias por leer!