¡Hola chicos fantasmas! xD
La siguiente pequeña historia está destinada a ser un "One-shot" pero quizá me anime a escribir más ;)
¡Los comentarios son altamente apreciados! Y por supuesto, respondidos.
Los siguientes personajes pertenecen al creativo y ocurrente Butch Hartman.
(Esta historia empieza justo después del episodio "Planeta Phantom")
Un nuevo comienzo
Era un día maravillosamente soleado, sin una nube a la vista en Amity Park, los estudiantes de la secundaria Casper charlaban y reían sin hacerle mucho a caso al señor Lancer quien los regañaba en vano intentando que fueran a leer a la biblioteca. Junto a la puerta principal Danny y Tucker esperaban a que Sam apareciera.
—Sabes amigo, no entiendo por qué tengo que soportar las tediosas clases, ¡soy el alcalde más joven de Amity Park! Debería poder quedarme en mi oficina a jugar videojuegos. —Se lamentó el chico moreno, con anteojos y gorra roja.
—Tuck, dudo que inspire mucha confianza que el alcalde no haya terminado la secundaria. —Replicó el joven de ojos azules y cabello negro.
—Claro, claro. —Dijo Tucker cruzándose de brazos haciendo un mohín.
—Pensé que te alegrarías por tener más suerte con las chicas. —Danny sonrió burlonamente.
—Eso definitivamente no lo discuto. —En los labios de Tucker apareció una sonrisita y entrecerró los ojos para vislumbrar a espaldas de Danny a un grupo de porristas que sonreían y murmuraban obviamente tonteando con el joven alcalde.
Súbitamente llegó corriendo la muchacha de oscuro cabello corto, como siempre vestida con una onda gótica. Blusa sin mangas y falda negra con un verde diseño cuadriculado, medias purpuras y botas negras.
—¡Vamos adentro! —Sin detenerse tomó la mano de Danny para refugiarse en el interior de la escuela.
Danny fue con ella preocupado porque un nuevo peligro amenazara Amity Park, Tucker alzó la vista al cielo pero no vio ningún fantasma, sin embargo los siguió temeroso. Una vez en los pasillos Sam aminoró la marcha.
—Sam, ¿Qué pasa? ¿Viste algo? —Le preguntó Danny con expresión grave. —Me convertiré en fantasma.
Antes de que Danny pudiera llevar a cabo sus palabras Sam se apresuró a explicarse.
—No… es el sol. —Explicó con tono tranquilo. Danny la miró perplejo.
—No me digas que armaste todo ese alboroto por una de tus tontas ideas sobre "el sol hiere mi alma gótica" —Tucker remedó a su amiga modulando una molesta voz aguda.
—Sabes, ¡la capa de ozono está muy maltratada por culpa de personas como tú! Los rayos del sol pueden ser muy dañinos para la piel. —Contraatacó Sam con un tonito de suficiencia.
—Empiezas a sonar como Paulina. ¿A caso el sol lastima tu bello cutis? —Se quejó Tucker dándole una mirada escéptica.
—¡No es por vanidad Tucker! Es por salud. —Rebatió Samantha molestándose cada vez más.
—Basta chicos. —Les pidió Danny riendo divertido.
Los tres amigos seguían caminando. Al mismo tiempo Sam y Danny bajaron la mirada para ver sus manos entrelazadas, un leve rubor coloreó sus mejillas.
—¡Oye Tuck! —Unas porristas le hicieron señas a Tucker para que las acompañará. —Chicos, tendrán que prescindir de mi magnifica presencia. Hay unas señoritas que seguramente están desesperadas por recibir un poco de atención del fabuloso Tucker Foley. —Hizo un ademán con la mano al estilo militar y se fue corriendo con las populares de la escuela.
Con expresiones divertidas Sam y Danny lo vieron entrar a una de las aulas, con un brazo sobre los hombros de una chica rubia y el otro sobre los de una pelirroja.
—Sam… —Danny esbozaba una pequeña y tímida sonrisa.
—¿Sí?
—¿Te importa mucho faltar a la siguiente clase?
Sam se sonrojó furiosamente y negó con la cabeza. Danny Fenton se transformó en el conocido fantasma Danny Fhantom. Invisible e intangible, su mitad inferior se tornó en una tenue extremidad. Con su novia en brazos voló hasta el parque de la ciudad. Flotando en el cielo la pareja sonreía en complicidad por escaparse sin ser vistos.
—¿Aún no te cansas de ser el héroe? Salvar el mundo todos los días tiene que dejarte exhausto. —Murmuró Sam en voz baja.
—Tú ya sabes como es, siempre has estado ahí para apoyarme. A mi parecer soy un héroe tanto como tú lo eres. —Sonriendo le respondió y con adoración la vio a los ojos.
Llegaron a una pequeña colina y se recostaron bajo la sombra de un frondoso árbol. Sam tenía su cabeza reclinada sobre el brazo de Danny, él tenía una de las manos de Sam entre la suya.
—Además ahora que mis padres saben que soy mitad fantasma no tengo que preocuparme porque me descubran o intenten meterme en el termo Fenton. —Prosiguió.
—Y Jazz ahora es parte del negocio familiar ¿no es cierto? Ha descubierto la afición por capturar fantasmas. —Sam recordó a Jasmine Fenton vestida con un traje muy similar al de sus padres, ayudándoles con sus disparatados inventos. La diferencia era que Jazz tenía bastante éxito para vencer fantasmas al igual que su hermano Danny a comparación del señor y la señora Fenton.
—Me alegra tenerla cuidándome la espalda, aunque se pone mandona la mayoría de las veces. —Admitió su novio.
Permanecieron en cómodo silencio unos momentos. Observaban las figuras que formaban las nubes que el viento había traído. La brisa mecía la hierba y los diminutos insectos brincaban de flor en flor. Una mariposa pasó revoloteando junto a Sam, ella ladeó la cabeza para seguirla con la mirada.
—¿Sam?
—¿Sí Danny? —Ella volteó para encararlo y sorpresivamente sintió los labios de Danny sobre los suyos.
Recostado de lado, sin dejar de besar a Sam, Danny se apoyó sobre su codo derecho y con la mano izquierda delicadamente acarició la suave mejilla de su novia. Danny profundizó el ardiente beso hasta que tuvieron que separarse para poder respirar.
Jadeantes y con sonrisitas tontas en sus rostros se contemplaron. Los fosforescentes ojos verdes del fantasma se prendieron de las pupilas violetas de la chica gótica.
—¿Y eso por qué fue? —Sam se las arregló para decir aún sin aliento.
—Porque te quiero. —Le prometió con furor.
Ella sonrió y lo atrajo por el cuello para que volviera a besarla. Ese nuevo beso fue muy breve, alguien tenía que llegar a interrumpirlos.
—¡Soy el fantasma de las cajas! ¡Tengan cuidado! —El regordete fantasma alzó los brazos a la vez que sonría maliciosamente.
Con su mano libre Danny le lanzó un rayo de hielo. El fantasma de las cajas cayó al pastizal, congelado y con una expresión de sorpresa, no podía más que parpadear.
—¡Danny! —Exclamó Sam. —Es inofensivo, ¿Por qué no usaste el termo Fenton?
Danny le sonrió pícaramente y las mejillas de Sam una vez más se colorearon de carmín.
—Lo descongelaré luego. —Afirmó Danny el fantasma. — Lo prometo.
Y se inclinó para besarla de nuevo.
