Autor Original: pikaace

ID: 2858667

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Capitulo 1: Arthur y sus gatos

Arthur suspiró mientras observaba la ciudad de Edimburgo, Escocia, pasar por el carruaje abierto. El sol estaba brillando bastante y el cielo estaba despejado; un hermoso día para un paseo en carruaje por la ciudad. el gato de Arthur, Britain, ronroneó mientras se acurrucaba contra su propietario. Britain era un gato Scottish Fold con el pelaje blanco, ojos verdes y dos grandes manchas de color marrón; una en su espalda y otra en el ojo izquierdo.

Un maullido más pequeño sacó a Arthur de su trance mientras que una pequeña gatita de color marrón claro con ojos marrones y un lazo rosa alrededor de su cuello se subió su regazo. Como veis, Britain es el padre de tres pequeños gatitos; este se llama Wy. Era la mejor de la camada y la única mujer.

Arthur sonrió mientras cogía a la pequeña gatita y acariciaba la pequeña cabeza con su mejilla "Wy, vas a ser una hermosa gata algún día, ¿no estás de acuerdo, Britain?" preguntó Arthur mientras colocaba bien la pequeña flor rosada en la oreja izquierda de la gatita. Britain ronroneó y maulló de acuerdo cuando su atención se vio atraída al asiento del lado opuesto enfrente del carruaje donde estaba sentado el tío de Arthur, Scott.

Un gatito rubio ceniza con ojos azules y un lazo de un azul claro saltó sobre el regazo del hombre y empezó a patear la corbata a cuadros; este pequeño se llamaba Sealand, el mayor de la camada. Arthur se dio cuenta de que su tio no estaba exactamente el buen humor de costumbre; Scott era muy alto y bastante corpulento con un brillante pelo rojo y un ligero acento escocés "Sealand, para" dijo Arthur firmemente.

El gatito parecía molesto, pero obligado, saltó hasta donde estaba lo mullido del asiento, Kiku estaba sentado y se sentó junto a él. El japonés le sonrió al pequeño gatito mientras que el gatito de ojos verdes y marrón chocolate con un lazo verde saltaba cuidadosamente sobre el lomo del caballo, una yegua llamada Bélgica o Bella, y se sentó para disfrutar del resto del paseo.

Este gatito era el mediano que se llamaba Seborga. Esos cuatro gatos eran muy especiales para Arthur; Britain había sido el gato de Arthur desde que era un gatito y los dos habían crecido juntos. Arthur era solamente un niño; su madre murió cuando solamente tenía dos años, y su padre era un científico que estaba constantemente trabajando para completar sus investigaciones, así que Britain, se había convertido en un apoyo constante para él. Su padre tuvo que viajar a la India para investigar más, así que Arthur y sus gatos estaban quedándose con Scott hasta que hubiese terminado y pudiesen volver a Inglaterra.

Dos años habían pasado desde entonces y los gatitos vinieron al mundo durante ese tiempo (aunque la madre era desconocida). A Arthur no le importaba vivir con su tio, pero realmente quería ir a casa más que nada. Scott no era malo de por sí, pero no era una persona muy agradable. No odiaba a Arthur o sus gatos pero si lo hacía no lo mostraba. Siempre había sido una persona muy odiosa por todo el éxito que su hermano había tenido recientemente. A pesar de ser el mayor, el padre de Arthur siempre había tenido el mejor extremo del palo. Veía a Arthur como lo había con su hermano; no le odiaba, pero seguro que no le importaría si se fuese.

Kiku tiró suavemente de las riendas y Bélgica ralentizó el avanzar el carro hasta detenerse en frente de la enorme mansión de Scott. Arthur colocó a Wy en el suelo mientras esta seguía a Britan fuera del carro. Sealand y Seborga se las arreglaron para bajarse seguros del asiento del conductor mientras que Arthur y Scott salían del carro. Arthur metió la mano en el bolsillo y sacó unos pocos terrones de azúcar que darle a Bella. El caballo los comió con gratitud y Arthur se enderezó con cuidado la brillante pajarita verde mientras su pelo ondeaba con el aire mientras Britain encontraba a Sealand y Seborga jugando un poco a perseguirse debajo del caballo.

Los dos gatitos corrieron hacia su padre y se dirigieron a casa "Espera Seborga" dijo Britain, provocando que el gatito se detuviese "¿No estás olvidando algo?" preguntó Britain.

Seborga se quedó quieto antes de darse cuenta y se volvió hacia el caballo "Gracias por dejarme subir a su espalda, Señorita Bélgica" dijo el gatito educadamente con su ligero acento italiano.

Bélgica sonrió "De nada, Seborga" respondió.

"¿Estuvo bien así Papá?" preguntó Seborga, sonriendo con orgullo.

"Si, muy bien amigo" respondió Britain, sonriendo.

"¡Britain! ¡Gatitos! ¡Vamos dentro!" les llamó Arthur desde la puerta y Seborga fue directo hacia la casa.

"¡Wy, Sealand, vamos!" llamó Britain y los dos gatitos siguieron a Seborga a la casa con Britain cerca tras ellos mientras Kiku llevaba a Bella de vuelta al establo cerca de la casa. Como es de suponer, la casa de Scott era bastante grande. La de Arthur lo era también ya que su famila había sido considerablemente rica desde hace generaciones.

Scott y Arthur fueron a sus habitaciones para salir con prendas más cómodas mientras Britain llevaba a sus hijos a la sala de estar "De acuerdo, vosotros tres, podéis jugar pero tened cuidado con no hacer ningún desastre" dijo Britain.

"Si, Papá" canturreó Wy.

"De acuerdo, Papá" dijo Seborga. Sealand respondió placando a su hermano "¡Mejor ten cuidado porque Sealand es un gato callejero que va a mostrarte su genialidad!" dijo el gatito antes de sisear y arquear su espalda, haciendo que su pelo se erizase.

Britain rió y saltó al sofá; se acurrucó y miró a los tres gatitos correr y seguirse los unos a los otros por la habitación. A pesar de que Britain estaba cuidándoles para ser buenas señoritas y caballero, todavía les dejaba jugar; él tuvo su parte de juegos como gatito y le fue bien.

Después e aproximadamente media hora, Arthur estaba bajando por las grandes escaleras para buscar a sus gatitos cuando hubo un golpe en la gran puerta "¡Entrega especial para Arthur Kirkland del propio héroe!" dijo una conocida voz americana.

Arthur sonrió y rodó los ojos "¡Pasa Alfred!" respondió.

La puerta se abrió y entró un hombre rubio y alto con brillantes ojos azules y gafas. Llevaba una gabardina marrón y gorra con pantalones marrones y botas con cordones de color marrón, con una bolsa grande de cuero cruzada en su hombro. Alfred Jones era un buen amigo de Arthur. Alfred fue la primera persona que se abrió a Arthur cuando vino por primera vez a vivir con su tío. Alfred era bastante pobre y vivía solo, consiguiendo apenas de su trabajo como mensajero; pero Alfred se no quejaba. Arthur tenía que admitir que Alfred podía ser bastante molesto hasta el punto de querer estrangularlo, pero tenía buen corazón y siempre hacía todo lo posible para ayudar a los demás.

Alfred buscó en su bolsa y sacó una carta "Es del abogado de tu padre; ese tal Roderich o lo que sea" dijo Alfred mientras Arthur cogía la carta y fruncía el ceño "¿De Roderich? Espero que nada le haya pasado a padre" dijo Arthur tranquilamente.

Los tres gatitos se fijaron en el conocido invitado y corrieron hacia él maullando felizmente. Alfred sonrió y se arrodilló mientras estos daban golpecitos juguetonamente a los cordones de sus botas "¡Hey, micro-gatos! ¿Qué pasa?" dijo mientras los alejaba de sus pies para poder acariciarles "Hola a ti también, Britain" dijo Alfred al ver al gato adulto acercándose a él.

El Scottish Fold maulló en respuesta y Alfred le masajeó suavemente tras las orejas, provocando que el gato ronronease. Arthur sonrió mientras observaba a Alfred jugar con los gatitos: Alfred venía todos los días así que los gatos le querían tanto como a Arthur "Wy, Sealand y Seborga te han cogido mucho cariño" dijo Arthur mientras se arrodillaba con Alfred y acariciaba la cabeza de Sealand.

Alfred se rascó la nuca "Bueno, creo que tengo algo con los gatos; la verdad es que tengo uno" respondió.

Los ojos de Arthur se ampliaron con ligera sorpresa "¿De verdad? Bueno, quizás algún día deberías traerle contigo; estoy seguro de que a Britain y los gatitos no les importaría otro compañero de juegos" sugirió pero Alfred resopló "¿Mi gato? Ni hablar; es un vagabundo. Solo regresa de noche de Dios sabe dónde; es una especie de solitario" explicó.

Arthur sonrió "Estoy seguro de que tu gato es tan molesto como tú"

"¿Qué se supone que significa eso?" preguntó Alfred, frunciendo el ceño. En ese momento, Wy lamió la mano de Arthur con su lengua rasposa, provocando que Arthur saltase con sorpresa y dejase caer la carta.

"Aquí, déjame coger eso" dijo Alfred, alcanzándola mientras Arthur decía "No, ya la tengo" Arthur colocó su mano en la carta al igual que Alfred, haciendo que sus manos se tocasen y sus cabezas se alzasen. Verde y azul se encontraron mientras los dos hombres se miraban silenciosamente el uno al otro, los gatitos mirándoles curiosamente.

Gradualmente Arthur entró en razón y retiró su mano "L-Lo siento" murmuró, un ligero sonrojo tiñendo sus mejillas. No se había dado cuenta de lo suaves que eran las manos de Alfred… Arthur se abofeteó mentalmente a sí mismo; solamente estaba pensando eso por la sorpresa.

Alfred tosió incómodamente antes de recoger la carta y tirar de la gorra hacia abajo, esperando esconder lo rosado de sus mejillas también "E-Está bien; toma" murmuró, tendiéndole la carta.

Arthur la cogió y los dos se alzaron sobre sus pies "Mejor me voy; todos estarán preguntándose donde están sus cartas" dijo Alfred.

Arthur asintió "Sí, eh… te veo mañana" dijo rápidamente.

"Nos vemos, micro-gatos" le dijo Alfred a los fatitos y salió por la puerta.

Arthur miró la puerta y suspiró "¡Contente, Arthur!" se dijo entre dientes a sí mismo "Es solo un amigo; ¡no sientes nada por él!" Britain se frotó contra sus piernas, esperando calmarle; Arthur sonrió y acarició al gato. Miró la carta en su mano antes de abrirla para revelar el mensaje escrito a mano; Arthur lo leyó lentamente:

Querido Arthur,

Espero que hayas estado bien en casa de tu tío y hayas estado viviendo felizmente. No queremos causar alarma, pero parece que la salud de tu padre ha estado deteriorándose a un ritmo acelerado. No estamos seguros de lo que está mal, pero los médicos dicen que no le queda mucho tiempo. Lo siento mucho y, por favor, acepta mis condolencias de ante mano.

Como ya sabrás, tu padre ha creado una última voluntad indicando lo que pasará con su dinero y sus posesiones en caso de que muera. Tengo este documento e iré a tu casa mañana para discutirlo contigo y con tu tío. Permanecerás en casa de tu tío durante un año más. Una vez que cumplas los dieciocho, podrás elegir volver a casa y vivir por tu cuenta. Te veré muy pronto.

Sinceramente,

Roderich Edelstein

Arthur abrió los ojos ampliamente mientras releía la carta en estado de shock. Padre estaba… ¿muriendo? ¡No podía ser verdad! Britain maulló como si preguntase qué pasaba mientras las lágrimas empezaban a salir de los ojos de su dueño. Scott se dio cuenta de que su sobrino estaba de pie en la puerta y se fijó en que sus hombros estaban temblando.

"¿Qué sucede?" preguntó, caminando hacia él. Arthur simplemente respondió pasándole la carta y corriendo escaleras arriba a su habitación con Britain y los gatitos siguiéndole. Scott escaneó la carta con incredulidad; así que su hermano finalmente había pagado el precio de toda la inútil búsqueda que había estado haciendo. Tenía curiosidad sobre esa "voluntad" dela que Roderich hablaba; su hermano nunca le había dicho sobre eso. Creía que todas las posesiones de su hermano serían divididas entre él y Arthur. Scott guardó la carta y caminó hacia la sala de estar donde encendió su pipa; solo iba a tener que esperar hasta mañana para ver lo que ocurriría.

Mientras tanto, Britain y los gatitos encontraron a Arthur boca abajo en su cama, sus hombros temblando por los sollozos silenciosos "¿Qué pasa con Arthur, papá?" preguntó Seborga.

"Solo… está teniendo un mal día" respondió Britain "Tenemos que ser amables con él ahora mismo" Britain fue en silencio hasta la cama y se subió a esta. Frotó suavemente la cabeza contra Arthur y el chico lentamente alzó la cabeza para mirar a sus gatos de ojos verdes. Britain nunca había visto tanta tristeza y dolor en los ojos de su propietario.

Arthur se limpió las lágrimas "Lo siento, Britain…" murmuró, su flequillo ocultando sus ojos enrojecidos "Es solo que… no puedo creer que vaya a morir…" Britain se acurrucó al lado de él y maulló hacia el borde de la cama, llamando a los gatitos.

Los tres pequeños gatitos se subieron a la cama y empezaron a frotarse contra Arthur y ronronear. El gesto trajo una pequeña sonrisa al rostro de Arthur mientras abrazaba a los cuatro gatos "¿Qué haría sin vosotros?" preguntó suavemente. El pensamiento de sus amados gatos a su lado en esos momentos difíciles le reconfortó inmensamente y el dolor por su padre se calmó un poco.

Scott entró a su habitación poco después para encontrar a Arthur profundamente dormido con sus gatos acurrucados contra él como pequeña pelusillas.