Hace un tiempo atrás…

Era exactamente el año 1938, un año realmente inolvidable. Se publicaba el primer número de la revista "Action Cómics", quien hacía su primera aparición el personaje Superman, mientras que, la trasmisión de "la guerra de los mundos" de H.G. Wells provocaba un gran pánico en varias ciudades.

Pero esto no pasaba desapercibido para Dianna Elise Agronsky, una chica de 20 años, medico-militar, que siempre compraba el periódico.

Siempre se dirigía a la misma cafetería, y pasaba siempre por aquel puesto de periódicos y revistas.

Se entretenía leyendo las nuevas novedades, mientras se preocupaba de Hitler y sus locuras, se alegraba de que en Suiza ya tuvieran una fábrica de Nescafé.

Observo la ventana por unos segundos, termino su café, pagó y se dispuso a marcharse del lugar.

Tenía que abordar el tren que llegaba a San Francisco, ya que se encontraba en Rusia. Tenía unas merecidas vacaciones, y necesitaba ver a su familia cuanto antes.

"Disculpe, caballero" le dijo a un señor que se encontraba en las mismas condiciones que ella, esperando el próximo tren.

"Dígame, bella dama" dijo el señor con total gentileza y educación.

"¿Me puede dar la hora?, si no es mucha molestia"

"Oh, Claro que no, no es ninguna, enseguida se la doy, permítame" El hombre metió una de sus manos a su bolsillo y saco su reloj.

"Son las 10:20" dijo el señor, metiendo su reloj al bolsillo de nuevo.

"Muchas Gracias" Fue lo único que pudo expresar, ya había llegado su tren y tenía que abordarlo cuanto antes.

Ya dentro, coloco su maleta en los compartimientos de arriba y se dejo caer en los asientos.

Miraba por la ventana y echaba a volar su imaginación.

¿Habría cambiado algo?, bueno eso se suponía obvio, había estado ausente un muy buen tiempo, como para que cambiara un poco su vivienda.

Después de varios días sentada, dormida, leyendo o simplemente mirando por la ventana, llego a su destino.

El tren arribo a San Francisco, California. Se levanto, abrió el compartimiento donde se hallaba a su maleta y salió de ese tren que, realmente la tenía harta. Los asientos no eran muy cómodos y tenía un insoportable dolor en la espalda…